OO2. ¿DERROTA? ¿QUÉ ES ESO?

—LA RECONTA MADRE, QUE MIERDA DE ÁRABES PUTOS.

Gabriel gritó por décima vez en el día, se sentía terrible y muy triste por el partido de Argentina contra Arabia Saudita. Él y Federico tuvieron que verlo solos en el hotel, ya que Ame tuvo que estar presente en el partido tomando fotos. Ahora Gabriel y Ame estaban en la habitación de ella, Ame estaba tirada en su cama recordado las caras de sufrimiento de la scalotena, mientras que Gabi estaba tirado en el piso con lágrimas en sus ojos.

—Me quiero morir — habló Gabi.

—¡Cállate, tarado! — explotó Ame. Se acercó al borde de su cama y miro a su amigo en el piso —. No quiero que escucharte quejándote porque Argentina perdió. ¡Boludo, quedan más partidos todavía!

—¡Pero estamos en riesgo! — el castaño se levantó del piso y salto a la cama —. Quiero que Messi me abrace y me diga que todo va a estar bien.

—Sos un ratito de mierda — Ame se volvió a acostar al lado de su amigo —. Pero si, yo también quiero que me abrace.

Los dos estuvieron en silencio por un momento más. El silencio en la habitación era terrible, Gabi no estaba bien y Ame necesitaba aire fresco. Así que obligó a Gabi y llamó a su hermano para salir a comer algo, salieron del hotel y caminaron hacia algún restaurante cerca para no caminar tanto.

—Que sufrimiento — dijo el hermano mayor de Ame. Ya estaban en el restaurante, por lo que ahora él podía quejarse tranquilamente —. Me quiero morir.

—Yo también — agregó Gabi.

—Fuaa, boludo. Dejen de quejarse, den gracias que es ahora y no más adelante — Ame volvió hablar. Ya la tenían harta —. A mi me dieron entradas para ver a Argentina contra México, pero yo tengo que estar pendiente de las fotos, así que los dos se van a sentar frente a la cancha y van alentar a la scalotena como nunca se vio.

—¿¡Cómo que te dieron entradas!? — se sorprendió Fede.

—Eso no importa — interrumpió —. Pero les juro que si siguen asi de quejosos o malhumorados, les saco las entradas.

—Se me subió el ánimo — dijo Gabi y se sentó bien en su silla para seguir comiendo animadamente.

Estaba claro, a Ame no le gustaba que quedarán deprimidos por el primer partido. ¡Faltan más todavía! Y debían de alentar a la scalotena sin importar qué.

Luego de la cena rápida, ya que era muy tarde, volvieron al hotel, con una esperanza más elevada en los dos chicos. Los dos se fueron a su habitación, mientras que Ame tardo un poco más en subir a su piso, ya que recibió una llamada del director de programa para la siguiente sesión de fotos y al siguiente partido al que debe asistir. Luego de terminar la conversación, subió por el ascensor hasta su piso y fue directo a su habitación.

El ascensor se abrió y Ame lo miro fugazmente, logrando ver a uno de los más jóvenes jugadores de la selección y su favorito, Álvarez.

—A la mierda — dijo en voz baja al querer abrir la puerta y no poder hacerlo, se estaba poniendo nerviosa —. ¡Ah, que puerta de mierda!

Su voz se elevó y eso hizo que el mayor fijara su vista en ella, así que se acercó.

—¿Amélie?

Ame sonrió nerviosa y agitó su mano en una forma brusca y desesperante. Recordaba su nombre.

¡Por Dios, le esta hablando su crush!

—Uh, si... Amélie Álvarez... ¡Digo, Rodríguez! — sacudió su cabeza. ¿Por qué había dicho eso?

—Yo me acuerdo de vos. Sos la fotógrafa que perseguía a el Dibu a todas partes con la cámara — Ame se puso nerviosa —. Fue en la Copa América. Si, sos vos.

—Ay, que vergüenza — las mejillas de Ame se tornaron en un tono rojo claro, mostrándose nerviosa —. Si, él no me reconoce ahora, lo que no me hizo pasar vergüenza.

Él solamente sonrió, mostrándose tranquilo. Le parecio graciosa y amigable. —¿Necesitas ayuda? — señaló la puerta que Ame sujetaba.

—Si, bueno... es que no me acostumbro a la tarjeta de pase.

Julián le pidió permiso y ella me entregó la tarjeta para que él la abriera fácilmente.

—Wow, gracias. Creo que solo estaba nerviosa.

—¿Por el partido de hoy? — preguntó él un tanto decepcionado.

—¡No, no! Claro que no — agitó sus manos —. El partido estuvo bien, obviamente si me entristece mucho, pero todavía queda más por jugar. No te desanimes.

Julián trató de sonreír y asintió conforme a lo que ella dijo.

—Si, tenés razón — Julián la miro.

PERO QUE LINDA SONRISA. No puede ser más hermoso. Pensó la morocha.

—Bueno, me voy, así te dejó dormir tranquila — dijo él alejándose —. ¿Vas a estar presente en los demás partidos?

—Obvio que si, soy la fotógrafa exclusiva de la scalotena — sonrió.

Eso le causo gracia al cordobés, le gustaba las buenas vibras que Ame da.

—Nos vemos — dijo por última vez.

Ella lo saludó agitando la mano, mientras que él doblaba en la esquina del pasillo para llegar a su habitación.
Ame por fin suspiro tranquilamente y sonrió emocionada.

—Boluda, Juli te acaba de hablar — dijo Gabriel saliendo de su habitación. Todo un chusma.

—Andate a dormir, vo'.

Ame entró a su habitación y se acostó en su cama de un salto. Estaba realmente agotada, aunque el hablar con Juli le alegro la noche y el darle ánimo la alegró más, eso era suficiente.

(•••)

Ame se despertó de golpe al sentir ruidos provenientes del pasillo, se sujetó el pelo y abrió un poco la puerta de su habitación para asomarse a ver que pasaba. De lejos se podían escuchar voces al doblar el pasillo, por lo que Ame reconoció perfectamente.

—Gabi, vení a mi pieza — dijo Ame cuando llamó por teléfono a su amigo.

El recién nombrado salió de su habitación y fue directo a la de su amiga.

—Dale gracias a Dios que no estaba durmiendo desnudo, sino hubiera tardado más.

—Ew, boludo, estas en la misma pieza que mi hermano — hizo una cara de asco.

—Él no lo sabe aún, se queja que soy un desordenado, pero él de creé el dueño — Gabriel se acostó en la cama.

—Eu, acabo de salir a escuchar en el pasillo y me parece que están acá.

Gabriel se sentó firmemente en su lugar, la cara de cómplice de Ame decía mucho. Gabi salió de la habitación con desesperación y se paro afuera esperando a la selección más querida.
Ame de quedó al lado de él, esperando y viendo si por ahí el Dibu o Julián salían.

—¡Ahí están, boluda! ¡Míralos! — Gabi comenzó a desperarse.

No estaban todos, solo el Papu Gómez, Lautaro Martínez, Julián y De Paul. Todo ellos pasaron por enfrente de ellos dos, Gabi los grababa como si no se dieran cuenta de que ellos estaban ahí, aunque si no se dieron cuenta de que estaban ahí. El único que los vio fue Julián, quien se detuvo a saludarlos.

—Hola — saludo el cordobés con amabilidad.

Gabriel tenía su teléfono en la cara del jugador, lo que lo ponía incómodo, por lo que Ame lo tuvo que frenar y a él también, tenía su euforia al tope.

—Hola, ¿todo bien? — saludó ella. A pesar de todo ésto, todavía no puede controlar sus nervios.

Los compañeros de Julián se acercaron a ellos a saludar a los chicos. Lautaro y el Papu Gómez ya habían hablado con Gabi, por lo que podían hablar con confianza.

—¿Vos sos la que nos sacó las fotos la otra vez? — el Papu señaló a la chica y ella asintió —. Ahh, con razón se me hacía conocida.

—¿Y vo' quién sos? — le preguntó De Paul a Gabi entre risas. No tuvieron el tiempo de hablar, por lo que ningunos se conoce.

—Soy Gabriel, el amigo de Ame. No soy ningún colado.

Los cuatro jugadores comenzaron a reírse. Ya era obvio que es un colado.

—Bueno chicos, vamos — ordenó el Papu caminando al ascensor.

Su cara lo hace ver intimidante, pero su estatura y forma de ser cambia todo lo que parece ser. De Paul y Lautaro lo siguieron por detrás entre muchas risas, mientras que Julián se despidió amablemente de la morocha.

—Nos vemos, Ame. Que bueno conocerte, Gabi.

—A mi también, Juli — Gabi mantuvo una sonrisa ancha ante el cordobés.

Ame lo saludo sacudiendo su mano mientras él se iba con sus compañeros. Cuando el ascensor se cerró, Gabi soltó un gritó agudo de felicidad y volvió a ver el video que grabó.

—Tengo a Julian Álvarez en mi celular. ¡Esto es mejor que un viaje de egresados!

Gabriel volvió a entrar a la habitación de su amiga con la felicidad más pura del mundo, mientras se reía de lo bobo que parecía por la araña.

(•••)

¡Muchachos ahora nos volvimo' a ilusionar...!

Se podía escuchar a toda la hinchada Argentina alentar a la selección. Se podía sentir las buenas vibras y ver como un país entero se unía para que la Argentina vuelva a ser campeón de un mundial más.

Ame trataba de rodear casi toda la cancha para llegar al arco del Dibu, todo estaban jugando cerca del área de los mexicanos, por lo que le daba tiempo a tomarles fotos al Dibu concentrado en lo que hacen sus compañeros.

—¡Sos un bombón! — le grito ella y salió corriendo hacía el otro lado de la cancha.

No es tímida ni a palo.

Tomaba fotos de la hinchada Argentina, son todo unos locos y eso emocionaba a la morena. Sus amigos estaban cerca del arco del arquero mexicano, por lo que también le sacó fotos a sus amigos

Ame de puso atenta a los pases de los argentinos, por lo que de repente Enzo Fernández pateó aquella pelota que entró con facilidad al arco de los mexicanos. Ame se apresuró a capturar la felicidad de la selección. Fueron corriendo a abrazar al más joven de la selección, felicitando y celebrando su primer gol en un mundial.

Dos a cero, una victoria después de una derrota.

Luego del partido, en la celebración del triunfo de Argentina. Mandaron a Ame meterse al campo y tomarles fotos a la selección, podía capturar con facilidad la alegría y emoción que tenían, ya habían ganado, todavía queda mucho, pero un triunfo así se debe festejar de la mejor forma.

—¡Ganamos! ¡Woooo! — grito la morena. Se desconcentro de su trabajo para poder ser parte de esa alegría.

ESTAMOS EN LA FINAL 🇦🇷

Que felicidad me da, estamos a un paso de ser campeones. QUE BIEEENN 😭
Espero que les haya gustado.

Gracias por leer <3

Melody

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