Song: "Girls Just Want To Have Fun" by "Cyndi Lauper"

👩🏽‍💻 Omnisciente 👩🏽‍💻

4 de julio de 1985

—¡¡¡Noooooo!!!.— gritó una adolescente con lágrimas en sus ojos.

La pobre muchacha se derrumbó al ver a su novio siendo atravesado por esa cosa. Sintiéndose mal al instante por no haberse disculpado con el por la pequeña pelea que tuvieron hace un día.

La morena empezó a correr hacia el y se agachó para cogerle su cabeza y ponérsela en su regazo. Puso su mano en su frente y lo empezó a acariciar.

—Tranquilo mi amor, todo estará bien, no te preocupes...— susurró con las lágrimas aún brotando.

—Lo-lo siento mucho Bon. No era m-mi intención hacerte llorar.— hablo el rubio como pudo, nombrando el apodo que le puso.

—No mi vida, eso es lo de menos.— ella empezó a llorar más, sabiendo que no iba a poder sobrevivir.

—Te quiero mucho, mi queridísima Bonnie. Lo siento por no poder vivir la vida que siempre quisiste. Te amo.— y con eso, dio su último suspiro para luego poder descansar en paz.

—¿Billy? ¡Billy...!.— Bonnie estába llorando a mares. Acababa de perder al amor de su vida en sus brazos y ella no pudo hacer nada para impedirlo.— Noo... ¡Nooo!. Ahhh...— la muchacha abrazo al que una vez fue el amor de su vida y siguió llorando. Lamentándose a sus adentros.

°°°
6 de julio de 1985

Después de eso, la familia Lennox había decidido mudarse, concretamente a España. Para que la pequeña de la familia pudiera despejar su mente y olvidarse de todo empezando una nueva y mejor vida.

Ahora mismo estaban despidiéndose de todos sus amigos y conocidos.

—Te echaremos mucho de menos Bon, llámanos cuando quieras.— se despidió Steve.

—Para que no te sientas mal, Ce y los Byers también se mudarán.— intentó sonreír Dustin, el amigo más cercano a Bonnie. Se podía decir que eran mejores amigos.— Pero aún así te echaré de menos, y mucho. Por favor no te olvides de nosotros.— Dustin dio un par de pasos y abrazó a la fémina.

—Nunca lo haré querido Dustin, nunca.— le correspondió el abrazo.

Y así sucesivamente, hasta que la familia se tuvo que subir al coche e irse al aeropuerto. Para dejar Hawkins e irse a España.

Actualidad

24 de junio de 2004

—¡Angie! ¡Despierta!.— de la puerta de la habitación entró una señora de no más de 38 años gritando.— Está niña... ¡Vas a llegar tarde Angie!.

—Oh mamá, no quiero...— le respondió su hija.

—¡Angelina Rose Lennox!. ¡Como no te levantes hasta que cuente tres, te castigaré durante toda la semana y sin teléfono desechable!.— la advertencia le preocupo a Angie.— Uno, dos, dos y medio y ...

La adolescente de levantó bruscamente de la cama tirando sin querer las cosas de su mesita de noche y se puso delante de su madre.

—Te odio.— la miró sería.

—Yo también te quiero mi niña, ahora a prepararte, que son las ocho menos veinticinco y tienes clases a las ocho.— la morena salió del cuarto para dejarle a su hija cambiarse.

Angelina bufó y fue hacia su armario. Rebuscó entre su ropa y vio una la falda blanca nueva que le compró su madre, así que decidió estrenarlo hoy. Se la puso con un top de tirantes negro y un jersey marrón por encima que tapaba un poco su faldita, y para terminar, de calzado de puso unos calcetines que le llegaban un poco más abajo de las rodillas y con unas converse.

Se miró en su gran espejo y asintió en forma de aprobación. Cogió su mochila lleno de libros y bajo a desayunar.

—Bien cariño, hoy llegaré un poco más tarde de lo previsto así que tendrás que quedarte sola.— le dijo su madre.

La castaña estuvo por empezar su desayuno pero alguien tuvo que interrumpirlo tocando el timbre de la casa.

Resulta que era Maddie García, la mejor amiga de Angie.

—Holaaa Señora Lennox, vengo por tu hija.— le sonrió a la mayor.

—Oh preciosa, ya te dije que podías llamarme Bonnie, y Angelina está desayunando todavía. Yo ya me tengo que ir al trabajo, pasarla bien chicas. ¡Adiós!.— se despidió la morena.

—¡Adios!.— repitieron las dos chicas.

Después de que se fuera, las dos jóvenes se juntaron en el salón.

—¡¡Gigi!!.— grito Maddie.

—¡¡Didi!!.— gritó también Angelina.

Empezaron a gritan y a juntar sus dedos mientras los movían.

—Estas divina, mi amor.— le guiñó el ojo la de tez morena.

—Tu estas mejor, bebé.— sonrió igual.

—He traído a mi pequeñín, podemos dar una vuelta y saltarnos las clases. Total, siempre sacamos buenas notas.— le propuso.

—Por mi estupendo.— la castaña accedió y salieron de la residencia Lennox, no sin antes coger sus mini bolsos de colección.

Estas salieron y se subieron al Lamborghini de Maddie. Que era de color azul claro con una pegatina grande en el capó que ponía "Barbie" en el mismo color.

Ya se habían subido al coche y lo estaban disfrutando al máximo.

—¡Esto es lo mejor! ¡Uhhhhh!.— gritó de alegría.

°°°

La hora de la salida de clases llegó, y para que las familias de las dos muchachas no sospecharan decidieron volver a casa a esa hora.

Más concretamente la una.

—Te veo mañana Gigi.— la morena se despidió y arrancó su Lamborghini para irse.

—¡Si, adiós!.— Angelina sacó sus llaves y entró en su casa. Luego fue a la cocina y vio a su madre cabizbaja viendo unas cartas de no sé quién.

—¿Mamá? Acabo de llegar, ¿Estas bien?.— le preguntó.

—Ah, si, no te preocupes. Angie, tenemos que hablar de algo sumamente importante.— su cara pasó de triste a seria.

—Eh, me estás asustando mamá...— casi nunca veía a su madre así de triste, normalmente está un poco deprimida pero luego se le pasa en un milisegundo.

—Mañana nos iremos de Madrid.— pronunció.

—¿Que?.— su hija la miró sorprendida.— Pero mamá, quedan solo dos días para terminar el curso. Y como que nos iremos de Madrid, ¿es que no volveremos? ¿Y a dónde iremos? ¿Y por qué?.— se estaba poniendo tan nerviosa que estaba hiperventilando.

—No no no, tranquila cariño. Por supuesto que volveremos, pero este verano lo pasaremos a las afueras de España. Tendremos que ir a Hawkins, Indiana.— antes de que la mayor siguiera la menor le interrumpió.

—Espera, Hawkins es donde tú naciste, ¿Por qué tendríamos que ir ahí?.— le preguntó curiosa.

—Es el aniversario de alguien.— no quería decirle a su hija el porque, así que lo acortó.

—¿Mamá?.— la miró indecisa.

Bonnie la miró y en su mente se maldijo a sí misma por no poder ocultarle nada a Angelina. Se notaba que era su hija.

—Ah, bien. Es el aniversario de la muerte de un amigo mio.—

—¿Que amigo?.—

—Billy, Billy Hargrove. Era mi novio en los años 80.— respondió mirando a la nada con una sonrisa triste.

—Oh, lo siento mamá...—

—No pasa nada mi vida. Será mejor empacar ya, nos iremos mañana a la noche.— la mujer de 37 años salió de la cocina dejando sola a la menor.

—Mmm, ¿Quien será ese tal Billy?.— y con eso salió también de la cocina.

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