3. ➷ ❝Tᴜ Eɴᴇᴍɪɢᴀ❞
❝Tᴜ Eɴᴇᴍɪɢᴀ❞ –
Karen Méndez / Mike Bahía.
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Pᴀʀᴇᴊᴀ: Haggy.
Dᴇᴅɪᴄᴀᴅᴏ ᴀ: IcePrincess1609
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☆ Advertencia: Quizás haya ajustado un poquito la personalidad de Maggy.
Ustedes me dicen al final si es cierto. ★
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N͜͡o era ningún secreto lo terriblemente malo que era Henry Lang con los combates mano a mano, lo demostraba en las clases y en los ejercicios.
Podía defenderse mientras tuviera un atajo para incrementar fuerza, ya fuera su traje de avispa u otro de sus inventos, pero saber luchar era uno de los requisitos indispensables en la Academia, nunca sabrían cuando necesitaban protegerse y quizás no tuviera armas al alcance.
Por ello, los profesores habían intentado con demasiada insistencia que mejorara, orillándolo a buscar a alguien con el que entrenar en horas libres, ya que las clases con los adultos no parecían funcionar; el muchacho se había negado varias veces, incluso aunque sus propios padres se lo ordenaran.
Henry salió del salón de física murmurando entre dientes por haber tenido que quedarse luego de que los demás se fueran, finalmente su madre, Hope Pym, le había dado un ultimátum; o buscaba a alguien para entrenar o ella lo haría por él.
Estaba demasiado concentrado pensando en quien de sus amigos pudiera ayudarlo, sin salir herido de gravedad en el proceso, como para notar a la persona que estaba al lado de la puerta, al menos hasta que le llamó, haciéndolo saltar del susto.
Afortunadamente no había nadie más allí que lo viera, excepto por ella.
Margaret Rogers rio de su reacción, casi de forma cruel. El muchacho bufó en señal de protesta.
— Escuchar conversaciones ajenas no es bueno, Maggy.
— Lo dice el que tiene avispas con cámaras por la Academia.
Henry se quedó callado, no tenía nada que discutirle a la muchacha así que volvió a caminar con la esperanza de encontrar a uno de sus amigos esperándolo en el desolado pasillo y, para su sorpresa, la rubia lo siguió.
— ¿A qué hora nos reunimos?
Tardo un segundo en comprender a lo que se refería. Observando su sombra de sonrisa era fácil saber lo que estaba tramando y Henry negó de inmediato.
— No. Aprecio demasiado mi vida como para entrenar contigo.
— Soy una de las mejores en clases y seré gentil… O tan gentil como pueda serlo. —Lo pensó mejor—. Prometo no romperte nada.
Henry volvió a negar al descender por las escaleras.
Como le gustaría encontrarse con alguien para que lo salvara de la conversación, pero parecía que todos ya se habían ido del edificio de aulas. Por mucho que le gustara la chica, daba cierto miedo cuando mostraba interés hacia él.
— Tú no eres la que me preocupa. Tu hermano ya golpeó y amenazó a alguien que estaba interesado en ti. Conmigo sería mucho más fácil lanzar mi cadáver al lago.
— James no te lastimaría. Primero por mí y segundo por Torunn. —Hizo ademán de darle la razón, era lo bueno de ser uno de los amigos más cercanos de la asgardiana, sin embargo no tenía explicación para que Maggy se estuviera incluyendo—. No seas cobarde y acepta. Te ayudo a mejorar y te quito la presión de los profesores al mismo tiempo.
El pelinegro la tomó del brazo por un segundo, lo suficiente como para hacerla detenerse en uno de los descansos, casi llegando al final.
La rubia lo observó fijamente, esperando.
— ¿Y qué ganas tú con eso? Ni siquiera somos amigos, Maggy. ¿Por qué estás interesada?
— No quiero ser tu amiga. Quiero intentar algo más —aseguró, sin más rodeos, sonriendo como pocas veces lo hacía—. Y tú aceptaras porque te gusto y quieres pasar tiempo a solas conmigo.
Se quedó observándola sin poder creérselo. Sus sentimientos no eran ningún secreto, era Maggy, nadie podía ocultarle algo a ella, pero nunca espero a que fuera tan directa, sobre todo porque desde el principio la Rogers-Romanoff no había sido muy amable con él, y eso lo había hecho alejarse más de lo que le gustaría.
¿Las cosas podían cambiar tan rápido? Se preguntaba el muchacho, hasta que la rubia se movió más cerca, haciendo que el corazón de Henry diera un salto nervioso, sólo podía intentar bromear para aliviar la situación en la que estaba.
— ¿Es tu idea de una cita?
— No lo pienses tanto. Sólo déjate llevar. —Acortó la distancia un segundo, besando su mejilla con rapidez y alejándose con su sombra de sonrisa—. Nos vemos en la noche.
Maggy terminó de bajar las escaleras y desapareció por el pasillo sin más, dejando a un paralizado Henry al borde de un ataque y con miles de preguntas en su cabeza; ¿Acaso ella había perdido la razón? ¿A qué estaba jugando? ¿Adónde quería llegar?
Y quizás la más importante de todas ¿Por qué demonios él estaba por aceptar tal tontería?
Bueno, la última si le tenía respuesta, realmente la quería, y estaba dispuesto a arriesgarse si ella lo proponía. Después de todo ya no había vuelta atrás.
M͜͡argaret había mantenido su parte del trato; le había ayudado a mejorar tras un par de semanas, además de quitarle la insistencia de los profesores luego de que los supervisaran los primeros días y vieran que si estaba cumpliendo con lo pedido.
Cuando los adultos dejaron de vigilarlos, Henry habría podido zafarse de la situación, aunque no lo hizo, porque le empezaba a agradar los entrenamientos y sobre todo la compañía de la chica, que empezaba a tratarlo bien después de meses de estarlo llamando ‘Insecto’ cada vez que se dirigía a él.
Entrenaban cada noche, y no tenía ni idea de en qué punto los golpes y caídas habían pasado a menor importancia, sobre todo cuando se reían entre los descansos o bromeaban entre ellos al derribar al contrario, por no mencionar también la extraña actitud risueña de Maggy y sus trucos para desconcentrarlo.
Siempre que quedaban lo suficientemente cerca en medio de un movimiento la rubia le besaba la mejilla y cuando Henry intentaba retroceder por la sorpresa, la Súper Soldado aprovechaba para derribarlo, ganando así el combate.
Si fuera otra persona, Henry hubiera imaginado que no era consciente de lo que le provocaba, pero hablando de ella, estaba jugando con él de forma cruel.
Golpe tras golpe, esquivar una patada, o una barrida, Henry se había acostumbrado a la forma de combatir de la muchacha y en cuanto intentó distraerlo nuevamente, el pelinegro la derribó con una llave simple que había aprendido gracias a ella, logrando que ambos terminaran en la colchoneta de seguridad.
— ¡Sí! —exclamó el Lang, medio burlándose, mientras la chica reía debajo de él—. Lo logre al fin, a pesar de tu trampa.
— ¿Cuál trampa? Soy totalmente inocente.
Sólo cuando Maggy se sentó, Henry fue consciente de la posición en la que estaban; él sentado a horcajadas sobre las piernas de ella.
Si alguien entraba en ese momento a la sala de entrenamiento, el muchacho podía darse por muerto, así que intento levantarse, pero las manos de la chica estaban sobre su camiseta y de repente estaba lo suficientemente cerca como para sentir el calor de su cuerpo tras las horas de entrenamiento que habían pasado.
Pero la sonrisa de la rubia le arruinó el momento, ya que de inmediato lo empujó, de forma que perdió el equilibrio y quedo tirado en el suelo, mientras Maggy lo observaba de forma inocente sentada a su lado.
Mirándola así, podía recordar porque se había enamorado de ella, incluso con su actitud tan errática y su a veces cruel forma de ser. Estar con Maggy era como jugar con fuego, y empezaba a gustarle, aunque quería saber lo que pensaba ella con todo eso.
— Tú eres todo menos inocente —comentó, haciéndola reír. El chico se sentó otra vez, sin dejar de ver cómo ella se acomodaba el cabello en su coleta alta—. Un mes haciendo esto y sigo sin saber que es lo quieres exactamente. Es decir, dijiste que no querías ser mi amiga y todo lo que haces…
Intentó que no se le notara el nerviosismo cuando ella se acercó de nuevo, aunque era probable que no le importara, porque volvía a estar cerca de su rostro, tanto que sintió su aliento contra su piel al hablarle.
— ¿Crees que esto es un error? Porque estoy segura de que sería una pésima novia.
— Como enemiga lo harías genial —masculló, sin pensar, no podía pensar correctamente en ese momento, quizás tantos golpes y caídas ya le había dejado daño permanente.
— Tu enemiga. —Sonrió—. Me gusta como suena. ¿Tú que dices?
Henry no lo medito, acortó la poca distancia que le quedaba para juntar sus labios de forma algo torpe, pero Maggy le correspondió con la misma inexperiencia que él, aunque ninguno de los dos podía decir que no fuera muy dulce finalmente probar ese amor que tanto habían estado intentando posponer por el miedo de arruinarlo.
Que importaba ahora el entrenamiento, habían iniciado su propia guerra, una en donde ninguno perdería nada.
Definitivamente a Henry le agradaría tenerla como enemiga.
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Tercer One Shot terminado.
🙈
Tuve muchos problemas con esta historia, espero de verdad que haya sido de su agrado.
Y que cumpla más o menos con la canción.
Déjenme sus comentarios y sugerencia, me harían muy feliz.
😽💖😽
Mañana actualizo otra vez 'Red de Héroes', ¿Adivinan quién será la siguiente conversación? 😏
Hasta la próxima, bye bye 😘
༺♡Mel♡༻
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