;; Capitulo XIV
Al ver al peli rosa en la puerta de tu casa muriendo del frío debido a las bajas temperaturas te alarmaste.
De inmediato con las pocas fuerzas que tenías lograste meter a Sanzu a tu hogar.
Muy bien podías confundir el frío de su piel con un hielo, le llevaste al sillón de la casa sentandolo ahí.
Trajiste una sabana contigo y lo enrrollaste cual taco, y fuiste a poner a hervir agua para hacerle un café al chico
Regresaste con el para ver como se encontraba, para tu sorpresa se encontraba temblando del frío.
Viste directamente a sus labios y estos estaban perdieron el color entre crema y rosita que tenían.
Tu corazón se encogió en tristeza y lo abrazaste sin hacer fuerza para no lastimarlo.
Queriéndole pesar tu calor corporal al chico, abrazaba al chico y ahí en su pesar se le salió una lagrima al ver al chico.
— No llores... — murmura débilmente el
— Sanzu... tranquilo todo estará bien
Ver al chico ahí casi muerto te partía el corazón el mil pedazos
Cuando salió el café se lo servíste y dejaste que lo tomará de poco en poco para que no le quemará la boca.
Al cabo de los días Sanzu se había recuperado, pero había algo extraño en el.
No sé despegaba de ti.
Pará cualquier lado que ibas el te seguía ya sea pegado a ti cual garrapata o siguiendote de lejos.
Así no habías podido conseguir un trabajo debido a que tenías que estarlo cuidado.
Muto llevaba víveres de comida hacia tu hogar y te daba dinero de vez en cuando para pagar el alquiler.
Otro comportamiento extraño del chico era que en las noches se iba, un día que estabas dormida muy tranquilo en tu cama te dio frío
Buscabas el calor corporal del chico que dormía alado tuyo pero no estaba ese típico bulto que siempre estaba.
Tenías todas las ventanas de tu casa abierta y tú puerta sin seguro, cosa que nunca haces
Siempre antes de dormir cerrabas todo perfectamente bien por cualquier cosa y por precaución.
Esa noche te quedaste despierta esperando a que llegara, para tu suerte llegó como a las cinco de la mañana
Cuando los primeros rayos del sol empiezan a asomarse por las montañas
Pero no le tomaste tanta importancia a lo sucedido, hasta que notaste que se volvió una rutina.
Y una noche en partícula sobre pensando las cosas con las típicas preguntas de ¿a donde fue? ¿que fue a hacer? ¿por qué se va? ¿volverá? ¿tardará mucho? ¿estará bien?
"Pensar demasiado las cosas
es una muerte lenta para
el alma, la mente
y el corazón"
Y esa noche, saliste de tu cama con el único conjunto que tenías, un pans azul de unicornios y una blusa de tirantes negra.
Afuera estaba demasiado fresco como para andar sin suéter pero tu simplemente saliste así.
Lo buscaste por las calles cercanas buscandolo o tratando de escuchar su voz
Las calles oscuras por las noche pueden ser peligrosas, y un grupo de chico te había encontrando merodeando por ahí
Una chica sola, sin nadie, con buen cuerpo y sobre todo desorientada. No lo dudaron ni dos veces en ir hacia ti.
— ¿Te perdiste muñeca? — habló uno de ellos
— Pérdida tu abuela ¿yo que? — respondiste
Se vieron entre ellos y te diste cuenta que la había regado, de los cuatro que eran dos de ellos de agarraron los brazos, uno de ellos los dos pies para que no puedas mandar patadas y el que te había hablado de quedó parado enfrente de ti
Viéndote directamente a los ojos, te habías arrepentido de salir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top