;; Capitulo XI
La chica todavía no lograba encontrar trabajo.
Y ella vivía de lo que Sanzu le llevaba a aquel hogar, comida, ropa, incluso el dinero para el alquiler.
Era una buena vida si se lo proponía, pero tampoco quería depender del chico.
Así que, te arreglaste y saliste dispuesta a buscar un empleo y serle de ayuda al peli rosa.
Lo último que querías era ser una carga para el, sin contar que ya le habías tomado cariño.
- Ya regresé _____ - habla el esperando respuesta de su chica
Había llegado después de una reunión en ToMan y haber hecho sus cosas, pero aquella mujer que siempre la esperaba en casa no le respondió.
Entra a la casa muy tranquilamente, se quita aquella sudadera, eran temporadas de invierno y el frío era demasiado allá fuera.
Entra al baño, vacío; se dirige hacia la cocina y de igual manera se encuentra vacío, la sala complemente vacía.
Y tu habitación, de igual manera vacía.
Cierra la puerta con fuerza y se sienta en el sofá viejo de la sala, recuesta su cabeza pesando en donde estarías.
Saca de su bolsillo de aquellos pantalones una bolsita con sus preciadas pastillas.
Ya hacía tiempo que no se drogaba en exceso, y su mujer no estaba en casa; cayendo en mente aquel recuerdo cuando le dio una sobredosis.
Esa era la clave.
Si Sanzu no podía mantener a su chica en la casa por voluntad propia, tendrías que crear una situación para que se sintiera obligada.
Y con eso empezó a drogarse poco a poco esperando a que llegarás para tomar un puño de pastillas en tu presencia.
Las horas pasaron, ya eran las nueve de la noche, las calles ya estaban oscuras y el peligro abundaba en ellas.
La chica entra a la casa dejando su saco en el suelo tan pronto como entra, se dirige a la cocina para ver que había de comer.
Pero no había nada.
No logró conseguir un trabajo y se sentía mal, llega a la sala encontrando a Sanzu con las pupilas dilatadas sentado en el sofá.
- Regrese a casa... - murmura acercándote a él
- ¿donde estabas? - demanda el chico
Te sorprendió si actual tono de voz, no sonaba bromista como solía serlo, se escuchaba enojado.
- Te estoy preguntando algo ¡responde maldita sea! - grita el de cabellos rosados
- ¡¿Que mierda te pasa?! - le gritas re vuelta - Solo fui a buscar un empleo, no se por que te pones así
El chico se levanta del sofá para caminar hacia ti, te agarra de la cintura y te acerca a su cuerpo, tratas de alejarlo de ti pero es más algo y fuerte que tú.
- ¿Quieres dinero? Pídeme dinero a mi, ¿Quieres salir? Saldremos juntos, ¿Quieres salir con amigos? saldremos con mis amigos, si necesitas algo, solo necesitas hacérmelo saber - te dice el chico viéndote
"Te daré el mundo si así lo
deseas, hasta la última flor
en este mundo y mi último respiro
si me lo pides"
- No quiero ser una mantenida
Te mantienes firme frente a él, el chico te suelta y te da la espalda, seguido de eso se toma su suéter que tenía en el sofá y camina hacia la puerta.
- Sanzu, ¿a donde vas? - preguntas al verlo yendo directamente a la puerta
- Me largo
Abre la puerta y la cierra de golpe, un sentimiento de miedo empieza a invadir tu cuerpo, así que así como estabas sales de la casa corriendo.
Alcanzas a ver la espalda del chico alejarse cada vez más y corres hacia el para abrazarlo por atrás.
- Me quedaré en casa, pero no te vayas... por favor
Te habías a acostumbrado tanto a la presencia de Sanzu en tu hogar, a sus bromas y juegos, sin contar que gracias a él estaban viviendo.
El chico se voltea a verte con una sonrisa y luego logras ver como sus ojos pierden su brillo y su cuerpo cae.
Ya se había tomado aquel puñado de pastillas y ya le estaban haciendo efecto.
Tomás su cuerpo entre tus brazos tratando de que reaccionara, tu cuerpo se sentía débil y tenía frío, no podías levantarlo por ti mismo.
Empiezas a gritar pidiendo ayuda, y una lagrima rodó por tus mejillas.
-Por favor... no mueras...
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