CAPÍTULO VEINTINUEVE: POV
Ha-ri cerró la puerta principal de su apartamento apenas llegó a este y se asomó por la ventana, viendo cómo el auto de Lee Know se marchaba luego de unos segundos. Tapó su boca sentándose en el sofá y pasó sus manos por su cabello, sin poder creer lo que había pasado hace menos de dos horas. La palabra "me gustas" saliendo de la boca de Minho parecía irreal, algo que nunca pensó que pasaría, pero pasó. Y no puede hacer nada para cambiarlo.
— ¡Maldita sea! — hasta maldiciendo se veía tierna. Se quitó los tacones tirándolos a otro lugar y agarró su billetera sacando unos cuantos billetes. Debía pensar, y demasiado.
No tenía tanto dinero para comprar un vino, así que optó por unas cuantas cervezas para aliviar su tortura mental. Al estar en pijama, se sentó en su cama, bebiendo de la botella en su mano y pensando solamente en una cosa: ¿Le gusta Minho?
Habían mil razones por las cuales se supone que Minho no debería estar enamorado de ella: 1, es un empresario millonario. 2, que tuviese una relación con su asistente de bajos recursos lo haría ver mal ante las cámaras pues todos afirman que está destinado a estar con Oh Yoon-seo, lo cual es mentira. 3, es un hombre que tiene la costumbre de andar de cama en cama con una chica diferente cada fin de semana, resulta imposible el solo pensar que solamente le guste una sola mujer y esté con ella. No ha tenido novia jamás. Sin embargo, desde que conoció a Ha-ri, nunca ha vuelto a estar con alguien más. Porque nadie más le produce todo lo que ella hace.
La lluvia apareció en la noche oscura, una fuerte tormenta comenzó y se sintió un tanto preocupada por Minho. Ahora, cada vez que llueve, se acuerda de él. Teme que su miedo le haga daño. Tomó otro sorbo de su cerveza y se arropó un poco con las sábanas debido al ambiente frío que se había formado de un momento a otro.
"Minho ¿llegaste bien a casa?" Escribió, unos minutos después, el alfa le contestó.
"Sí, no te preocupes. Estaba pensando y, si no te molesta, mañana podríamos hacer tu mudanza. No son muchas cosas, solo tu ropa y otras pertenencias simples, todo lo demás puedes dejarlo allá. Los podemos alquilar o vender si quieres. De todas formas, mandaré a arreglar tu apartamento para entregárselo a la dueña como parte de pago y el resto será en efectivo ¿Qué opinas?"
Ha-ri pensó y miró a su alrededor, deshacerse de todo lo que tiene en su hogar sería muy cruel. Trabajó y compró cada uno con mucho esfuerzo. Es mejor darle otro uso, especialmente ahora que ya casi empieza la época se invierno.
"Tengo una mejor idea, pero la hablaríamos mañana en la oficina ¿te parece? Siendo sincera, estoy un poco cansada para pensar ahora en eso, después del día tan largo que tuve y, bueno, hubieron varias sorpresas..."
"Entiendo. Descansa."
"Tú también"
(—🍓—)
Esa mañana, Ha-ri había decidido llegar temprano a trabajar. Lo único que quería era terminar su trabajo del día e irse a casa, probablemente sea por el hecho de que le incomoda estar con Lee Know ahora que sabe que sus sentimientos hacia ella son reales. Después de todo, hace menos de un día solo eran amantes de una noche, pero eso se ha convertido en algo más.
Acomodó los papeles que terminó de imprimir en su mesa y siguió tecleando en su computadora, terminando algunos pendientes que su jefe le había mandado a hacer. Y, hablando del rey de Roma, este entró a la oficina y, al verla en su puesto, se detuvo en seco y caminó con lentitud.
— Buenos días — saludó.
— Buenos días, señor Lee — ella hizo lo mismo y siguió con lo suyo, tratando de parecer casual. Él se mostró un tanto indeciso, sin saber si irse o decirle algo pero ¿Qué puede decir? Todo está más claro que el agua. No hay nada más qué explicar — disculpe ¿se le ofrece algo más?
— ¿Tiene listos los modelos de contratos para el lanzamiento de esta semana? Me gustaría verlos y, ya sabe, revisar — la omega asintió y se los entregó. El alfa les dió un vistazo.
— ¡Ha-ri! Oh, perdón, señor Lee. No sabía que había llegado— se disculpó Ye-ji entrando de un momento a otro, asustando a su jefe como siempre.
— Cari... —se calló a sí mismo recordando que no estaban solos. Ella lo miró quieta, sin saber cómo reaccionar frente a su amiga — ¡Carajo! Señorita Jung ¿por qué el estilo se ve tan anticuado y muerto? Póngale color. No es una reunión de ancianos.
Le tiró la carpeta en la mesa intentando parecer molesto y se fue a encerrarse a su oficina, soltando un suspiro y de paso intentando oír lo que las mujeres hablaban ¿Fue muy grosero con Ha-ri? Quizás sí. No quiere hacerla sentir mal. Deberá disculparse después.
— Como sea. Ha-ri, me llegó un correo de una señora, la verdad no recuerdo el nombre. Lo que importa es que me escribió diciendo que iba a sacar tus muebles de tu apartamento porque no has pagado la deuda. Sabes que tuve que poner tu correo para registrarte y sin querer llegó eso, lo siento.
— ¿Qué? Diablos... Y aún no me pagan, todavía faltan dos días. Voy a tener que dormir en la calle esta noche — cubrió su rostro con sus manos frustrada.
— Si pudiese te ayudaría, lo siento mucho.
— Gracias Ye-ji, veré cómo lo resuelvo— la beta le sonrió dándole ánimos y se fue.
Minho no pensó que la situación con el apartamento de Ha-ri fuese a ser tan apresurado para la dueña, es decir, lo entiende, necesita el dinero, pero no puede echarla así como así. Así que, su deber como alfa es cuidarla. No dudó ni un segundo en resolver su problema.
Mientras Ha-ri se quería morir porque su vida es cada día más tediosa, una notificación llegó a su celular. La abrió con rapidez esperando que fuese un mensaje de la dueña de su casa, para intentar darle chance de darle unos días más. Ya que tiene que mover sus objetos personales a la casa de Minho (si es que sigue en pie su propuesta de vivir juntos después de lo que paso) y deshacerse de los muebles. Pero no, era un aviso de su cuenta bancaria, indicándole que alguien había depositado más de 5 millones de wones a su nombre.
— Con eso, puedes pagarle a la señora la deuda y dejar que te deje en paz un muy buen tiempo — Minho apareció de repente. Ella miró la pantalla de su teléfono y a él, varias veces.
— ¿Estás loco, Minho? Esto es mucho dinero ¡con esto como durante un año!— susurró tratando de que nadie afuera escuchara su conversación.
— Úsalo para lo que quieras. Págale a la señora, cómprate un lindo vestido, la botella de vino más cara que haya en el supermercado y mucho ramen. Ah, y si te lo preguntas, no te lo voy a descontar de tu sueldo este mes. Ni en los que siguen. Voy a darte todo el dinero que quieras a partir de hoy, recuerda nuestro trato— habla con seguridad y decisión.
Ha-ri abre su boca en shock ¿Qué va a hacer con tanto? Es alguien muy sencilla, ni siquiera se da el gusto de darse muchos lujos. Además ¿en serio se va a encargar de ella en todos los sentidos? Dinero, casa, el asilo de su abuela, ropa, comida... ¿Le gusta tanto a Minho como para darle todo el dinero que se gana a diario en ventas?
— ¿Qué sucede? ¿No te gusta? Puedo darte más si quieres — preguntó sintiéndose temeroso, ella notó eso.
— ¡No, no, así está bien! Es que... Realmente no sé cómo sentirme. Cuando dijiste que me cuidarías, no pensé que fueses a ser tan dedicado a eso — respondió sin saber qué más decirle— pero, aún así... Muchas gracias. Te prometo que le daré un buen uso.
— También quiero disculparme por cómo te traté hace rato, ya sabes, frente a los demás somos un jefe y su asistente.
— Descuida, sé que lo haces por eso— le sonrió cálidamente.
— Qué alivio — relajó sus hombros y agarró su maleta — Debo ir donde un amigo a firmar unos papeles, puedes quedarte aquí trabajando si quieres. Veo que estás muy ocupada.
— Espera — él se quedó parado al oír su llamado. Ha-ri miró dándose cuenta que sus amigos no estaban cerca y se acercó a él, dándole un beso en la mejilla. Acción que tomó por sorpresa al alfa — es un favor más para la lista.
Él rió y la miró a sus ojos oscuros, jugando con sus dedos entrelazados y disfrutando la cercanía que tenían, al igual que sintiendo los aromas del otro cerca. Sí. A Minho le gustaba bastante.
— ¡Ha-ri! — se separaron apenas oyeron la voz de la recepcionista nuevamente, Minho se golpeó la espalda ante el empujón de Ha-ri, sin embargo, intentó parecer casual para no levantar sospechas— ¿y ahora qué pasó?
— ¡Maldita sea! ¡Apúrate con esos... papeles de la inversión! — gritó Lee Know enojado— cuando regrese espero tener todo eso en mi escritorio.
— Sí, señor Lee.
El alfa salió de la oficina y, cuando Ye-ji estaba de espaldas a él, cambió su cara a una de arrepentimiento, disculpándose con su omega por su actitud. Le dolía bastante gritarle.
— Veo que hoy se ha levantado más irritante de lo normal ¿Qué le pasa últimamente? — habló la pelinegra simulando quejarse de su jefe— qué bueno que llegaste Ye-ji, te quería informar que ya pude resolver lo de mi renta.
— ¿Qué? ¡Dios mío! Estaba muy preocupada por tí, venía a proponerte que fueras a mi casa a pasar la noche — se sentó en la silla que había al frente y tomó sus manos angustiada.
— En realidad, me preguntaba si quieres salir hoy a beber algo. Siendo sincera, tengo un problema personal...
— ¿Es sobre un hombre? — alzó sus cejas. La omega asintió con una sonrisa penosa— ¡Ay, un milagro, estoy tan feliz de que por fin hablemos de varones! Después de trabajar iremos a beber soju, saldremos temprano, el señor Lee no dirá nada ¿que te parece? ¡debes contarme todo!
— ¿No vamos a invitar a los chicos?
— ¿Qué? ¡claro que no! Esta es una charla de chicas. Además, Christopher y Jeongin están ocupados porque creo que se van a mudar juntos en estos días y me he dado cuenta que mi hermano y Felix se andan mensajeando, así que deberíamos darles su espacio, ya sabes, para que convivan en la cama.
Ha-ri asintió riéndose y viéndola irse de lo más feliz por su amiga.
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