CAPITULO UNO: EL NUEVO TRABAJO
— ¡Fíjate por dónde caminas!— grita Lee Know hecho una furia, observando a la castaña al frente suya. Tratando de limpiar la mancha de café en su traje — definitivamente estás despedida ¡Lárgate de mi empresa, mentirosa e hija de...!
Empecemos por el principio.
Ha-ri había terminado de estudiar su técnico en administración en la Universidad de Seúl con excelentes notas y diplomas. Luego de unos meses de descanso para cuidar a su abuela y que la poca pensión que les daba el gobierno no alcanzara para sus gastos diarios, decidió que era hora de tener un buen trabajo.
Al buscar en internet se desilusionó un poco, debido al bajo sueldo que le ofrecían por su servicio y en zonas lejanas a su hogar. Quería estar cerca de su abuela ante cualquier emergencia y darle los cuidados en el tiempo que debe ser. Hasta que halló una oferta laboral en Tecnologías Kats.
Toda Corea conocía esa empresa, una de las mejores en cuestión de celulares y computadoras. Un increíble negocio con un jefe desastroso. Así como es de conocida su compañía, él también. Lee Know estaba en el ojo de los medios por ser la persona más astuta y exigente de ese mundo, algo que muchos odiaban y otros amaban. Pero valía la pena aguantarlo con la cantidad de dinero que pagaban.
Ha-ri no desperdició la oportunidad de enviar su currículo y en menos de un día le habían enviado la citación para la entrevista. Estaba muy nerviosa, en especial por estar cara a cara con el "diablo de la inteligencia", era un alfa y ella una simple omega.
Las puertas del ascensor se abrieron y abrió sus ojos al observar el pasillo tan elegante y limpio. Podía jurar que los candelabros valían una fortuna por la manera en que brillaban. Caminó a paso lento, analizando cada detalle del tan lujoso piso, hasta acercarse donde una chica pelirroja, al parecer la recepcionista.
— ¡Buenos días! Bienvenida a Tecnologías Kats ¿en qué te puedo ayudar?— pregunta sonriendo con amabilidad.
— Hola, mi nombre es Jung Ha-ri, tengo una cita a las 9:30 con el señor Lee. Es una entrevista laboral— La chica se concentra en su computadora y vuelve su vista a ella unos segundos después.
— El señor Lee se encuentra entrevistando a otras personas en este momento pero puedes esperarlo en las sillas que hay afuera de su oficina con las demás. En unos minutos te llamará.
— Gracias.
Sonríe contenta y pasa a la sala, donde hay varios chicos en sus respectivos puestos trabajando sin prestarle mucha atención. Se sentó en la agradable silla de peluche y se recostó en la pared a recuperar aire. Las chicas a su lado se arreglaban para estar presentables y alzó una ceja notando sus vestimentas tan formales. 《 ¿Es una entrevista o una cena con el presidente? 》
Una de ellas la miró de arriba a abajo y olfatea al aire con una expresión de asco siguiendo con su maquillaje. La pelinegra hizo una mueca incomoda. Ya saben que es una omega. Su olor tan dulce la delata a simple presencia. Una mujer salió llorando de la puerta de al lado y se asustó bastante ¿Qué pudo decirle Lee Know para que reaccionara así?
— ¡Jung Ha-ri!
Se levantó con rapidez entrando, topándose con otra secretaria quien le señaló la puerta a su lado. Suspiró con profundidad y pasó con un nudo en el estómago.
La mirada de Lee Know era más penetrante, si en televisión era tan intimidante, en persona lo es más. Tomó asiento al frente de su escritorio y, mientras él leía callado su información, volvió a examinar su oficina. Tonos sombríos, en especial el blanco, un gigante ventanal que daba vista a Seúl y decoraciones minimalistas. Pensó que sería más oscura.
— Aquí dice que tienes estudios en inglés y francés— habla sacándola de su nube.
— Sí, así es, señor.
— Veo que no tienes experiencia en esto. Si quedas, este sería tu primer trabajo ¿estoy en lo correcto? — ella asiente. El castaño deja de lado su cuaderno y la mira directamente a los ojos— Pude oler tu aroma desde la entrada... Una omega, qué curioso ¿por qué querrías trabajar con un alfa? estás entrando a la boca del lobo.
—Independientemente de si soy una omega o si usted es un alfa, aún así seguiré manteniendo mi respeto y lugar con usted— afirma totalmente segura. Él sonríe de lado.
— Me gusta tu actitud— ella sonríe levemente emocionada. Presiona su teléfono fijo — Cho, trae dos tazas de café, ya— suelta el botón y se apoya en sus codos con interés — Dígame, señorita Jung... ¿Tiene pareja o está casada?
Ha-ri se mostró confundida y sorprendida ante esa pregunta tan personal — no.
— Perfecto. No quiero que ese tipo de relaciones interfieran en tu trabajo. Si vas a ser mi secretaria, te necesitaré las 24 horas del día sin ninguna excusa. Tengo permitido llamarte a altas horas de la noche o incluso avisarte que vengas a trabajar los fines de semana ¿entendido?
— Sí, claro que sí.
— No me gustan las personas indecisas e inservibles. Si no trabajas, te despido. Si no haces lo que te digo, te despido. Si no sabes hacer tu trabajo...
— Me despide.
— Nos estamos entendiendo.
Una chica entra a la oficina con su pedido. Ha-ri sonríe con agradecimiento y ella se va a servirle a su jefe, pero en un mal movimiento deja caer la bebida en su costoso traje. La peli negra abre su boca impactada. El hombre traga en seco levantándose.
— Esto es totalmente inaceptable ¿Qué crees? ¿Crees que porque te despedí no puedo seguir regañándote? ¿Eh? — exclama con enojo.
— ¿Sabe qué? ¡me cansé de sus regaños absurdos, señor Lee!
— Maldita hija de perra, no sé por qué no te despedí desde hace tiempo ¡fuera de mi oficina ahora mismo! — escupe con la vena de la frente a punto de explotarle.
— ¡Me iré pero no porque me echó! tenga cuidado con este hombre, es grosero y un total patán — advierte a Ha-ri, quien se encuentra en su silla totalmente callada.
— ¡Sal de aquí, mentirosa!
Lee Know golpea su mesa mostrándole sus ojos rojos de alfa. Ha-ri vió la taza de café a punto de caerse y la tomó con rapidez antes de que cayeran en unos papeles. La chica se fue dando un puertazo y, luego de acomodar su vestimenta, el chico se sentó nuevamente en su puesto.
— Lamento mucho esa escena, maldita sea... — se disculpa sin paciencia. Ha-ri deja la taza a un lado y él la mira con cuidado
— Si me permite preguntar ¿esa mujer le había dado problemas desde antes? — cuestiona volviendo a su sitio.
— Es una larga historia que preferiría no contar... En fin, estás contratada. Necesito una secretaria con urgencia y eres la única que ha cumplido al menos con la mitad de mis estándares.
— ¿En serio? ¡muchas gracias, señor Lee! — hace una reverencia animada.
— Tu horario será de siete de la mañana a ocho de la noche, con un descanso desde las doce hasta las dos. Trabajarás los sábados en la mañana y, si lo decido, quizás unos cuantos domingos.
Ha-ri mordió su labio preocupada al oírle. Las ocho es una hora muy tardía y, debido a que debe llevar a su abuela a exámenes, probablemente pierda esas citas, pero prefiere quedarse callada y resolverlo por sí misma.
— Sí, señor ¿Cuándo comenzaría?
Él observa el reloj en su muñeca — puede venir a las dos de la tarde. La estaré esperando. Sea lo más puntual posible.
Ella asiente y se pone de pie haciendo muchas reverencias — ¡Gracias! créame que no lo defraudaré.
La pelinegra se retira de la oficina. Lee Know frunce su ceño. Jamás había visto una omega tan de cerca, por lo general le tienen miedo y se espantan con tan sólo verlo de lejos. Esa chica le transmitió confianza a diferencia de las demás.
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