CAPÍTULO TREINTA: MUJER PELIGROSA

Ha-ri y Ye-ji salieron de Kats apenas se hicieron las cuatro de la tarde. Aprovechando que su jefe no había regresado aún, decidieron pedirle el favor a Felix para que cubriese a la recepcionista el restante de horas faltantes. A Ha-ri le preocupa Lee Know. Sí, tiene sentimientos por ella, pero no puede darse el lujo y el atrevimiento de faltar al trabajo sin razón, así que le dejó una nota avisándole que por favor no se enojara con ella o su amiga, ya que era una "emergencia femenina" que debían resolver

— En conclusión: conociste a un alfa con el cual te has estado acostando y él te ha dado dinero, lujos, llevado a restaurantes increíbles, etc. Y lo mejor de todo es que te dijo que le gustas hace muy poco —la omega asintió cuando todo lo que dijo la beta era cierto —no sé tú, pero yo no hubiese durado ni un minuto en lanzarme a sus brazos apenas se me confesó.

— Para tí es fácil decirlo, pero para mí no lo es. Aún no estoy segura.

—¿Cómo se comporta contigo?

— Mmm... Antes era muy serio, no le gustaba algunas cosas de las que hacía o decía como hablar mucho, por ejemplo. Ahora sonríe continuamente cuando está conmigo y es muy lindo en todos los sentidos —explica con una pequeña sonrisa, haciendo emocionar a la pelirroja.

—¡Dios mío! Lo tienes muy enamorado— la mesera les trajo sus piezas de pollo y comenzaron a comer animadas —debe haber una razón por la cual no sabes si te gusta o no. Quizás puedas descubrir si quieres que se convierta en tu alfa para toda la vida o no.

— ¿Qué podría hacer?

—Los alfas son muy honrados y prudentes, así que, si les gusta alguien, no creo que sean muy lanzados como si nada a menos que haya algún signo de peligro, como celos, emociones fuertes... — Ha-ri ladeó su cabeza masticando, tratando de pensar claramente —dime ¿cómo es en el aspecto íntimo? Quizás podamos sacar algo de ahí.

— Le gusta hacer las cosas bien en los lugares correctos. Siendo sincera, lo hemos hecho unas 3 veces, creo — Ha-ri rió avergonzada y Ye-ji hizo lo mismo contenta por ella.

—Tengo una idea. A los hombres les gustan que los consientan. Ya sabes, detalles personales. Lo que realmente los vuelve locos es al momento del acto porque sienten que te empeñaste en hacer especial el momento. Trata de buscar un momento donde estén solos y analiza lo que te hace sentir, es la mejor manera de saberlo. Si tu corazón se acelera o tu cuerpo muestra ganas es una buena señal.

— No puedo ir como si nada y actuar más en confianza con él, Ye-ji. Sería muy incómodo.

— No, no, tú no vas a hacerle nada directamente. El truco está en dejar que él mismo caiga en la red y se encargue del resto ¿me entiendes? — asintió captando su consejo—Hay que hacer un par de compras para sorprender a tu enamorado.

— ¿Crees que funcione?

— Ha-ri... Ningún alfa se resiste al ver a su omega servida en bandeja de plata lista para comer. Y, si no pasa nada, es un idiota por desperdiciar la oportunidad, aunque no creo que eso pase — Ha-ri suspiró y agarró su botella de cerveza, acabando con ella y haciendo una mueca por su sabor amargo— amiga, esta noche es tuya.

(—🍓—)

Las puertas del ascensor se abrieron y Minho salió de estas, acercándose a su puerta la cual se abrió luego de ingresar su código de seguridad. Dejó sus zapatos en la entrada y frunció su ceño al ver los tacones negros de su asistente al lado, por lo que caminó un poco y la vió en la cocina.

— ¡Oh! Llegaste— sonrió amigable quitándose los guantes de la cocina — perdona que haya venido sin avisar. No supe nada de tí en todo el día, supuse que estarías cansado así que vine a hacerte la cena. Espero te guste la pasta con salsa de tomate casera.

— Claro, gracias — agradeció dejando la maleta en su sofá.

—¿Cómo te fue con el negocio? — volvió a la cocina para seguir cocinando.

— Hubieron muchísimos inconvenientes pero son cosas que se pueden solucionar, no te preocupes. Puedo resolverlos solo. Esto sería mucho para tí —tranquilizó estirando sus brazos, sintiéndose un tanto estresado y muy agotado — iré al Jacuzzi a relajarme. Me avisas cuando la cena esté lista, huele muy bien.

Le dió una sonrisa alentadora y se dirigió a la terraza del penthouse. Ha-ri echó un vistazo confirmando que no regresara y se fue al cuarto a prepararse una vez que terminó la comida.

Minho terminó de ponerse su pantalón de baño y se quitó la camisa para sentirse más tranquilo. Soltó un suspiro aliviado cuando recostó su cabeza en el piso, sentado en el jacuzzi, con el agua caliente chocando su pecho al mismo tiempo que la brisa fría soplaba. La noche era muy bonita, los edificios tranquilos junto con las estrellas y las luces bajas le daban el toque perfecto al ambiente para su reposo.

— Minho, ya está la cena.

— De acuerdo, ya... —abrió los ojos y se quedó mirando a su omega, quien quitó la bata de terciopelo que cubría su cuerpo, dejándola caer. Viendo una linda ropa interior color rojo oscuro que lo dejó sin palabras. Todo su cansancio se había esfumado en un segundo.

Ha-ri entró al Jacuzzi, tomando asiento frente a él. Minho le dió un vistazo de arriba a abajo, encantado de tenerla ahí y viéndola echarse agua en sus brazos.

— ¿Por qué estás vestida así?

— Dijiste que comprara un conjunto bonito, así que aproveché y decidí adquirir este vestido de baño que quería desde hace tiempo—respondió como si nada. Él soltó una risa seductora.

— Eso no es un vestido de baño.

— ¿Cómo lo sabes?

— Los bikinis nunca son tan atrevidos como la lencería y, obviamente, se nota la diferencia de la tela a simple vista. A mí no me engañas, cariño — le sonrió siendo atrapada de inmediato. Definitivamente a Lee Know jamás se le escapaba nada — ¿puedo entrar?

— ¿A tu casa? Sí.

— No me refería a la casa — la omega lo miró con inocencia, el alfa con profundidad y no dudó en comenzar a aproximarse. Apenas se movió un centímetro, Ha-ri sintió su pecho quedándose sin aire y sus piernas flojeando. El agua era caliente, pero no tanto como ellos lo eran en ese momento— ¿puedo entrar en tí?

Bajó el tirante de su sostén con sus dedos y, con la yema de estos, los pasó por su cuello y hombros, llegando hasta la orilla de encaje que cubría sus pechos. La pelinegra jadeó cuando acarició su pezon con lentitud.

—¿Crees que está bien venir aquí, excitarme y hacerte la inocente conmigo sabiendo que quiero todo de tí? —la jaló de la cintura, pegándola a él- cariño, nunca actúes así conmigo a menos que quieras que te dé una lección.

—Tal vez ya me cansé de haber sido la chica buena todo este tiempo —alzó sus cejas ante su atrevimiento.

Ha-ri dió un paso atrás y desabrochó su sostén, dejándolo por cualquier otro lugar que no fuera su cuerpo. Luego de admirarla unos cuantos segundos más, Minho agarró sus caderas y se inclinó, besando y lamiendo sus pechos. Estimulándolos con ayuda de su lengua, dejando varios chupones en ellos, marcándolos como suyos. La omega dejó caer su cabeza en el azulejo, soltando gemidos bajos.

El alfa se incorporó, jalando su cuello y besándola con desespero. Su labial rojo manchó su mandíbula cuando empezó a dejar besos allí, mientras él bajaba sus pantalones. Agarró sus hombros y le dió vuelta tomándola desprevida, pegando su pecho contra la orilla.

— ¿Alguna vez te han metido los dedos, Ha-ri?

— No me gusta.

— ¿No te gusta o no te lo han hecho bien? — Su mano bajó por su espalda hasta su trasero, donde bajó sus bragas luego de acariciarla con brusquedad — puedo hacer que te guste.

Ha-ri apretó los puños cuando introdujo 2 dedos en ella sin previo aviso, acariciando sus paredes con suavidad y, al notar que ella no se quejaba por ello, hundió otro más en su interior haciéndola gemir alto. Los movió despacio, oyendo su respiración rápida y sintiendo que en cualquier momento podría caerse.

— ¿Acaso he sido el único alfa que ha pedido satisfacerte como te gusta? ¿Tan difícil era para los otros hacer sentir bien a mi hermosa Ha-ri? Qué idiotas ¿no? —la omega cerró sus ojos con fuerza cuando aumentó la velocidad— Por suerte, ya no vas a tener que preocuparte por eso. Cada vez que me necesites encima tuyo, voy a estar ahí.

— E-eres un presumido...

—No soy presumido, solo me gusta saber que soy el único hombre y alfa en el mundo que puede calmar tus ganas de tener sexo, después de todo... Esta marca dice muchas cosas sobre nosotros — susurró lo último en su oído, mirando la cicatriz en su hombro— Perdón, mi Ha-ri, pero los dedos no se comparan conmigo.

Salió de su interior dejándola respirar enseguida, sin embargo, su tranquilidad no duró mucho, pues sintió el miembro de Minho abriéndose paso en su intimidad. Arqueó la espalda y se agarró con fuerza de la orilla apenas sus embestidas empezaron a ser rápidas.

— M-Minho, ah... — gimió en voz alta. Probablemente los vecinos de su alfa los escucharían, pero no puede prestarle atención a eso ahora—no pares.

— Sabes que no voy a parar hasta venirme en tí — advirtió uniéndose a ella, dejando besos en su cuello mientras la penetraba — Maldita sea... Te sientes muy bien, cariño ¿esto se siente bien?

— ¡S-sí!

El sonido de la noche era interrumpido por sus gemidos y choques del agua ante movimientos tan bruscos. Ha-ri nunca antes se había sentido tan deseosa, tan desesperada por hacer el amor con Minho sin importarle sin saliese bien o mal. Solo quería tenerlo a su lado, que fuese suyo una noche más, sin importar nada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top