CAPÍTULO TRECE: RELACIÓN DE NEGOCIOS
Ha-ri caminó por Tecnologías Kats con su café con leche en mano y pasteles de pollo recién horneados. Decidió desayunar en la oficina ya que se le hacía tarde para llegar y no quería oír un regaño de parte de su jefe. Sus ánimos están por lo alto, preparada para volver a su rutina de trabajo y seguir esforzándose para llenar su cerdito rosa con sus ahorros. Salió del ascensor dirigiéndose a la entrada de las oficinas principales, viendo a Ye-ji en la recepción, quien trabajaba en su computadora y realizaba llamadas.
— ¡Ha-ri! — la pelirroja sonrió y corrió hacia ella dándole un abrazo fuerte — ¡volviste más rápido de lo que pensaba! Mírate, ese descanso te sentó muy bien. Te veo más animada.
— Gracias, Ye-ji ¿el señor Lee ya llegó? — echó un vistazo por si notaba al nombrado cerca.
— Sí, está adentro trabajando. En tu puesto está Sasha — hace una mueca repulsiva al finalizar la oración — en fin... El señor Lee me dijo que le avisaras cuando llegaras para sacar a esa arpía de aquí en cuanto antes. Nadie la soporta.
— ¿Tan mala es? — alza una ceja.
— No tienes ni idea. Oh, debo irme, llegaron unos clientes importantes ¿nos juntamos con los demás para almorzar en la cafetería mañana? ¡es jueves de bufet a mitad de precio! ¡SÍ! — asiente riendo ante la emoción de su amiga.
La pelinegra pasa a la oficina, sus amigos, al verla, la saludan con alegría desde sus escritorios. Decidió no entablar tanta conversación para no atrasarse más. Después hablarían bastante. Entró a la zona presidencial notando a Sasha aplicándose labial en su espejo, le daba pánico hablar y estropear su maquillaje perfectamente hecho así que decidió ir directamente donde su jefe.
— ¡Hey! ¡Tú! ¡omega con medias rotas! — Le llamó la atención apenas notó su presencia — ¿Quién te crees? ¿Acaso no ves que soy la secretaria principal y debes pedirme permiso a mí primero para pasar a la oficina del presidente?
— Soy Ha-ri, la secretaria permanente. Seguramente ya has oído hablar de mí. Perdón por haber pasado así, no quería interrumpirla.
— Oh, ya veo... Lee Know me dijo que no te necesitará durante mucho tiempo porque tenemos asuntos pendientes, por lo tanto, ya puedes irte— comunica haciendo un ademán con su mano en señal de despedida.
— ¿En serio? Mmm... ¿Puedo pasar y avisarle que estuve aquí?
— No, es una lástima. Se encuentra en una video llamada con unos proveedores muy importantes de Francia y no creo que le haga gracia que... — la mira de arriba abajo juzgando su apariencia — tú, le molestaras.
Estaba a punto de quejarse por mentirle, ya que era obvio que lo hacía y Ha-ri no es tan idiota, hasta que abrieron la puerta al lado suya y Lee Know salió hablando por teléfono, haciéndole señas a Ha-ri al verla.
— ¿Desde cuándo estás aquí? ¡le dije a Ye-ji que te dejara pasar, maldita sea!— regaña molesto apartando el celular un segundo y volvió a hablar con una sonrisa en el rostro — ¡Sí! Claro que sí, señor. De inmediato procesaré el pedido de Apple.
La omega recordó la colaboración que tenían con dicha empresa y fue directamente a su armario buscando las facturas que le habían enviado como pago. Volvió con su jefe entregándoselas.
— Su pedido es el número 182 ¿cierto? Bien, hoy mismo le despacharemos el pedido. Por supuesto, puede garantizar que les encantará nuestro nuevo modelo. De acuerdo, gracias a usted, hasta pronto — colgó viéndose más animado. Es una gran oportunidad para su negocio tener una colaboración con una empresa de tal magnitud y le emocionaba mucho la idea — su habladuría no me dejó concentrarme ¿Qué carajos hablan?
— Lo lamento mucho, señor Lee. La señorita ya se iba. Le informé que estaba ocupado pero no quiso escuchar.
— Me dijo que estabas en una llamada directa a Francia— le explicó Ha-ri.
— ¿Ah, sí? — la miró con una ceja alzada — qué bien que te portes tan grosera con mi secretaria porque ya estás despedida. Fuera de mi oficina.
— ¿Qué? ¡no me puede echar solo porque ella apareció de la nada! — reclama indignada poniéndose de pie.
— "Ella" es mi secretaria, la mejor que he tenido, por cierto. Sí trabaja como quiero y no se la pasa echándose brillitos en los labios para besar al primer omega que se le cruce — sonríe falso y guarda su teléfono — recoge tu bolso de segunda mano y lárgate, ya me harté de tí. Ha-ri, pasa a mi oficina para enviar el comunicado a producción de la venta. Necesitamos que ese pedido salga hoy.
— ¡Sí, señor! — sonríe feliz viéndolo volver a su oficina.
Sasha gruñó enojada y se fue rápidamente de allí sin despedirse de nadie. Ha-ri río maliciosamente regresando a su escritorio, no sin antes echar alcohol para desinfectar y desaparecer el horrible olor a colonia barata que tenía.
— El total del pedido es de diez millones de wones a nombre de Apple para una entrega aproximada de una a dos semanas en la oficina principal de Estados Unidos. Por favor, envíenme la guía del pedido apenas lo despachen. Gracias.
Cuelga el teléfono y va hacia el cuarto de su jefe, donde pasa viéndolo trabajar como siempre.
— Señor Lee, acabo de hablar con producción y empezaron a empacar el pedido de Apple. A más tardar hoy a media noche están en viaje. Me avisarán al momento de enviarlo para que esté tranquilo.
— De acuerdo ¿la señorita Oh ha llamado?
— Mmm... No, según lo que tenía Sasha en su directorio telefónico, no hay llamadas de ella desde que me fui.
— Llámala y comunícale que tendremos una cena hoy. Espero que vaya arreglada, es muy importante para nuestro futuro juntos y espero que salga bien — aquello dejó a Ha-ri totalmente desconcertada ¿"su futuro juntos"? ¿Acaso planea darle un detalle en especial o... pedirle algo? — ¿Qué te pasa, mm?
— Perdón, señor Lee. Ya mismo le avisaré— hace una reverencia rápida y se retira enseguida. Él frunció su ceño mirándola más distraída que antes y continuó trabajando sin más.
Se hicieron las siete de la noche y el jefe de Kats ya había terminado su jornada de trabajo, decidió salir temprano para tener más tiempo durante su cena con Oh Yoon-seo. Cerró la puerta de su oficina guardándose las llaves y se aproximo al escritorio de su secretaria mirándola aún en su labor.
— ¿Ya estás lista? — ella alza la vista confundida mordiendo su lapicero — lista para la cena, obviamente.
— ¿Qué...? ¿de qué habla?
Lee Know no pudo evitar soltar una risa disimulada y la observó con gracia dándose cuenta que había confundido las cosas — cuando dije "espero que vaya arreglada" me refería a tí, señorita Jung. Necesito que estés allí en caso de que se presente algún inconveniente.
— ¡Ouh, entiendo! Lo lamento mucho, señor Lee, gracias por su invitación pero... No creo que deba ni pueda ir. Se refirió a esa cena como algo muy especial y no quiero ser una carga, sería muy feo que estuviese entre lo que sea que vaya a pasar entre la señorita Oh y us...
— Alto ¿Qué estás pensando? — la calla. Guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta ladeando la cabeza— ¿Qué estás pensando? ¿Que le voy a pedir matrimonio a Oh Yoon-seo o una locura de esas?
— Dijo que cambiaría su futuro con ella, supuse que sería una petición de ese tipo ¿no lo es? — abre sus ojos avergonzada.
— Ha-ri... Ya tengo una omega y eres tú. No tengo por qué estar buscando a alguien más— afirma dando la vuelta a la mesa, la pelinegra retrocede despacio cuando se empieza acercar de más — sabes lo que nos pasaría si alguna vez decido romper nuestro lazo. No ese tipo de alfa.
— ¿Ah, sí? Gracias por la aclaración — sonríe nerviosa por su cercanía.
— ¿Sabes qué tipo de alfa soy? — alza una ceja con una cara seria, ella niega lentamente — el que marca su territorio y cuida lo que es suyo. Y tú, eres mía. Desde que te marqué lo eres. Por ello, nada ni NADIE romperá nuestra conexión. No te puedes separar de mí incluso si quieres ¿entiendes lo que te digo?
— Sí, señor Lee... — toma su mandíbula con una de sus manos y sonríe de lado con aires de superioridad.
— Que linda omega eres con tu alfa. Sigue así.
Se aleja de una vez por todas. Ha-ri traga en seco con un nudo en su garganta lleno de nerviosismo.
— E-en verdad, no podré ir — él para en seco antes de salir y la mira fijamente — mi vestimenta apesta, como sabe, mis medias están rotas y eso haría una mala imagen para usted. Lo siento mucho. Si quiere, voy a mi casa, me cambio de ropa y le digo a Chung-ho que me lle...
— Muévete, resolveremos eso en el auto — da aun puertazo yéndose.
Ha-ri agarra sus cosas con rapidez y lo sigue casi corriendo.
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