CAPÍTULO OCHO: DOS ALFAS, UNA OMEGA
Apenas Lee Know pisó el apartamento de Ha-ri, Chung-ho supo que sería un dolor de cabeza. Le parece extraño que el jefe de su mejor amiga se interese tanto en su vida hasta el punto de venir a cenar. Tiene la leve sospecha de que gusta de ella, aunque esa idea se borra de repente cuando nota que él se comporta más posesivo que amable. Probablemente sólo la quiera para una noche. Lo cual él no va a permitir.
La señora Jung preparó unas deliciosas pastas con queso, pollo y salsa de naranja. Una rara combinación pero que le gustó bastante al alfa mayor. Ningún restaurante podía compararse con lo delicioso que era ese platillo. Aún así no podía disfrutarlo cuando tenía a aquel otro alfa atacándolo telepáticamente y analizando cada uno de sus movimientos.
— Dígame, señor Lee ¿Qué hace en sus tiempos libres? No creo que un empresario tan exitoso como usted se la pase todo el día en casa encerrado — cuestiona la señora sacándolo de la batalla de miradas que tenía con el chico del frente.
— De vez en cuando voy al club, juego golf, monto caballo... Ese tipo de cosas.
— Oh, cuando era más joven era una golfista. Gané varias competencias en la secundaria. Cuando vaya a visitarme al asilo le mostraré todos los diplomas que tengo. Era una deportista innata— sonríe dulcemente.
— Abuela, el señor Lee no tiene tiempo para eso... Su agenda está muy llena — murmura Ha-ri sentada al lado de ella.
— ¿Ha oído hablar de Lee Kyoung-Hoon? — inquiere ignorando las palabras de su secretaria— es amigo mío, lo conozco desde hace un par de meses cuando posó para mi temporada de lanzamiento de unos nuevos teléfonos y todavía me debe un favor... Puedo decirle que vaya a visitarla.
— ¿De verdad? Sería un honor— se emociona.
Lee Know le sonríe egocéntrico al alfa al lograr ganar puntos con la señora Jung.
— La pasta está increíble, señora Jung. Se lució. Debe pasarme la receta algún día — interviene.
— Chung-ho ¿mañana puedes llevarme al trabajo? Debido a que llegare más temprano, la ruta del autobús no pasará a la hora que me voy — pide la omega a su amigo, quien asiente sin problema ganándose una sonrisa de su parte.
— Pasaré por tí a las seis y treinta.
— Mañana no iré a la oficina — avisa el castaño a la chica, mirándola atentamente — tengo un problema en casa y necesito solucionarlo con urgencia. Me tomará todo el dia. La copia de las llaves las tiene Ye-ji así que... ¿Puede llegar mucho más tarde? Ella llega a esa hora. No puede quedarse esperándola tanto tiempo.
— Si no estoy mal, tiene una cita con la señorita Oh para firmar un cheque. No debería faltar para una inversión tan importante— Ha-ri lo mira.
— Cancele eso. Llegue a las siete y treinta, además, a esa hora llegarán unas cajas muy importantes. Las dejará en mi escritorio y las revisaré pasado mañana.
— A esa hora no puedo llevarte, Ha-ri, entro a trabajar a las siete y treinta. Perdón— se disculpa Chung-ho sabiendo las intenciones del hombre.
— ¿Quiere postre? Tengo pastel de chocolate en la nevera — la abuela le da una una sonrisa amplia a Lee Know, quien acepta su plato — Ha-ri ¿Puedes venir y ayudarme a servir?
La omega se levanta dirigiéndose a la cocina junto con su abuela e inmediatamente los alfas se miran fulminantes.
— ¿Qué cree que está haciendo? No puede estropear todos los planes que tengo con Ha-ri ¿Qué derecho le da hacerlo? — le reclama el menor en voz baja para que las mujeres no escuchasen.
— Es mi secretaria y yo la mando, ella simplemente obedece como una buena empleada. Si no lo hace, la despediré y no quieres eso ¿verdad? — ataca directo con una sonrisa.
— Hay algo más que quiere ocultar, lo sé. Ella podrá ser una omega inocente pero jamás se metería con un alfa tan grosero y sofisticado como usted — Lee Know rueda sus ojos cansado.
— Este "alfa grosero y sofisticado" es el que le paga lo que se merece, así que le recomiendo que cierre la maldita boca y se abstenga de hacerme reclamos absurdos o me veré en la penosa obligación de echar a su amiga de su puesto— el mayor sonríe de lado pensando — y si quiero tener sexo en ella ¿Qué me hará? Después de todo, como dijo, es una omega muy inocente y podría caer fácilmente en mi cama.
— Deje a Ha-ri, se merece respeto, después de todo, está desperdiciando su vida en esa asquerosa empresa — Lee Know se levanta de su asiento enojado y él también hace lo mismo.
— ¿Cómo llamó a mi empresa?
— ¿Quiere que se lo repita? Asquerosa empresa— afirma las últimas palabras. Lee Know chasquea su lengua abriendo el botón de su chaqueta
— Ahora sí estás muerto, hijo de puta.
Lo toma del cuello de la camisa para pegarle, sin embargo, lo suelta y ambos vuelven a sus sillas cuando las mujeres regresan al comedor y sonríen tratando de verse naturales.
— Veo que se están llevando bien — la señora los mira contenta.
— De maravilla— responden al unísono.
Comen el pastel en silencio con los alfas continuando con su batalla de miradas matadoras que sólo ellos notan. Chung-ho habla con Ha-ri sobre un tema trivial y Lee Know nota cómo la toma de la muñeca y la hacía reír con sus comentarios totalmente estúpidos, según él. No soportó más la escena, por lo que lo golpeó por debajo de la mesa haciendo que la soltara.
— Disculpe, fue un impulso — siguió comiendo luego de darle la sonrisa más falsa que pudo haber visto en su vida.
Al terminar de comer se hicieron las diez de la noche. Luego de un poco de charla y más, Chung-ho tuvo que irse porque su madre le llamó. Tenía que comprarle unas pastillas y las farmacias estaban por cerrar. Esta vez Lee Know ganó pero la próxima no dejará que pase.
— Oh, Dios, abuela, ya es muy tarde y los taxis a esta hora son inseguros. Tendré que llevarte al asilo mañana — comunica la pelinegra.
— Puedo llevarlas — ofrece el alfa.
— Señor Lee ¿Cómo se le ocurre? Debe estar cansado. Mejor vaya a casa.
—Por favor. Yo las acompaño— insiste, ellas se miran entre sí y aceptan finalmente.
Por suerte, la señora Jung ya tenía listas sus maletas, por lo que no tardaron mucho en salir. En el camino, las calles se encontraban solitarias por ser una alta hora en la noche y no tardaron mucho en llegar. El asilo era muy bonito, gigantesco, luminoso y limpio. Tenían un jardín increíble con miles de flores, una hermosa fuente, biblioteca, sala de juegos de mesa, había de todo.
— ¡Ha-ri! Tenía tiempo sin verte ¿Cómo estás? — Seungmin sonrió al verla. Él era quien cuida a su abuela y son muy buenos amigos. Nota al alfa que la acompaña y se acerca a su oído — ¿y ese señor con cara de amargado pero a la vez angelical es...?
— Es mi jefe, nos hizo el favor de traernos. No te hará nada.
— Eso espero — la chica suelta una risa y saluda a la señora Jung animado— te extrañé, Min-ji. Cuidarte me entretiene muchísimo.
— Yo sé que me amas, Seungmin. He vuelto.
— Mmm... Sabes que a esta hora no puede recibir visitas, lo siento— Seungmin hace una expresión desanimada al ver la intención de Ha-ri y su acompañante en ir con ellos.
— Tranquilo, vendré otro día, de todas formas, ya es muy tarde.
— Muchas gracias, señor Lee. No sé cómo más agradecerle por ser tan generoso— la señora Jung toma las manos de Lee Know acariciándolas con cariño.
— Con esa deliciosa cena que hizo, es lo menos que podía hacer. No se preocupe por su nieta, mejor descanse. Han sido días largos para usted.
Ella asiente sonriente y le da un abrazo a Ha-ri antes de tomar el brazo de Seungmin para llevarla de regreso a su cuarto. La chica espera a que desaparezcan por el pasillo y camina volviendo al coche con su jefe.
— Gracias por hoy, señor Lee. Nunca la había visto tan feliz desde hace mucho tiempo — agradece una vez que él se aparca al frente de su edificio— también perdóneme por los inconvenientes en la empresa al medio día. Le diré a Chung-ho que no vuelva a ir para no causarle incomodidades.
— Admito que odio cuando otro alfa va a mi empresa.
Ha-ri asiente apenada teniendo más en cuenta ese detalle y se quita el cinturón dispuesta a irse.
— Espere — la detiene. Lo mira con atención — quiero disculparme por anoche. Sé que quizás me porté muy duro... Todo lo que dije sólo lo hice porque estaba muy enojado.
— ¿E-enojado? ¿Por qué? — frunce su ceño sin recordar algo importante que lo haya hecho sentir así.
— Ese hombre que intentaba llevársela.... No le hizo daño ¿verdad? — pregunta, ella niega con la cabeza y él suspira — quiero confesarle algo... La verdadera razón por la que faltaré mañana al trabajo es porque... Tengo mi celo y, sinceramente, no creo que estar cerca suya sea una buena idea.
Ha-ri no supo qué decir ante eso. Entiende completamente el hecho de que quiera alejarse de ella para evitar mal entendidos, pero a la vez se encuentra en un debate en su cabeza por estar imaginando a su jefe en una situación comprometedora.
— No se preocupe. Después de todo, soy una omega, usted un alfa. No es nada. Sabiendo eso, no lo molestaré mañana.
Lee Know sonríe levemente y se inclina hacia ella pasando su brazo frente a su cuerpo, lo cual la desconcertó bastante. Abre la puerta y vuelve a su asiento una vez que ella sale del automóvil.
— Tenga buena noche, señorita Jung.
— Igualmente, señor Lee.
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