CAPÍTULO DOS: ZONA DE RIESGO
Ha-ri no supo en qué se metió al estar feliz de haber obtenido el puesto de secretaria. Creyó que sería tranquilo y fácil, lo cual resultó ser todo lo contrario cuando el señor Lee le dejó una torre de documentos en su escritorio. Se pasó toda la tarde en eso mientras lo veía entrar y salir de su oficina, algunas veces mandando a los demás trabajadores o yéndose a hacer sus otras ocupaciones.
Se sirvió una taza de café caliente y la bebió, soltando un suspiro cansado dejando salir todo el aire de sus pulmones. Aprovechó que su nuevo jefe salió y se escapó a la pequeña cafetería a recuperar fuerzas para continuar trabajando.
— ¡Hola! — saluda un chico rubio entrando al cuarto, en busca de alimento — tú debes ser Ha-ri ¿cierto? la nueva secretaria del señor Lee. Soy Felix.
— Sí, mucho gusto— hace una reverencia sonriendo— ¿en qué trabajas?
— Soy jefe de aplicaciones. En este piso todos somos jefes de algún área, el señor Lee es el dueño así que debemos escuchar sus órdenes — pausa — Dime ¿Cómo se ha portado contigo? nunca había visto que contratara tan rápido a alguien.
— Mmm... Es algo...
— ¿Pesado? — ella asiente riendo — él es así. Nunca para de trabajar ni aunque se esté acabando el mundo, aunque... Lo que más me sorprende es que haya contratado a una omega, eres la única en este piso. Los demás somos betas.
— Ouh... Entiendo. Supongo que, debido a que el señor Lee es un alfa, no quiere que haya otro en su territorio ¿verdad?
— Sí, así es. Deberías conocer a los demás.
Felix toma su bebida y guía a Ha-ri de regreso a la sala, donde se colocan frente a los escritorios de los demás trabajadores.
— Él es Christopher, es jefe de control de riesgos. Es muy amable y organizado— señala al chico robusto de cabello oscuro, quien se halla concentrado en su computadora— ese que está allá con el teléfono es Jeongin, es jefe del área de comunicaciones. El señor Lee dice que por su lindo rostro y voz, las personas caen en sus encantos.
La peli negra ríe.
— Él es Hyunjin. Se encarga de los diseños de las aplicaciones y demás, es bastante talentoso, no obstante, no le gusta mostrar los dibujos que hace por fuera del trabajo — continúa, se da la vuelta y ambos miran a la recepción — es el hermano gemelo de Ye-ji, la recepcionista principal. Ya debes conocerla.
— ¿Por qué sólo hay dos chicas en el piso? — pregunta confusa.
— El señor Lee piensa que las mujeres deben estar en cargos que impliquen convivir con personas ya que así llamarían más la atención de un cliente o son más pasivas. Los hombres no somos muy amables que digamos— suelta una risa.
— Oh... ¿Y la anterior secretaria? ¿Por qué era tan grosera con el jefe?
Felix hace una mueca — no debería contarte esto pero... La señorita Cho había sido su secretaria durante 1 año y hace unas semanas Lee Know descubrió que el dinero destinado para mantenimientos a los equipos, lo malgastó en apuestas. Él se enojó muchísimo y por eso decidió reemplazarla.
— Oh, Dios, eso es terrible.
— Por favor, sé buena con él. Es una persona difícil pero... Todos aquí lo conocemos bastante por llevar muchos años trabajando con él y sabemos que la persona en la que más confía a la hora laboral es su secretaria. No dejes que sus malos tratos te afecten. Sólo lo actúa así porque odia la convivencia.
— ¿Siempre se ha comportado de esa forma?
— Sí, desde que tengo memoria. Es su personalidad.
Se callan cuando el hombre aparece por el pasillo.
— Señorita Jung, a mi oficina.
Ha-ri traga en seco.
— Antes de que te vayas... Estuvimos pensándolo y queremos ir a cenar después de salir del horario a un restaurante de pollo frito que inauguran hoy en la esquina. Ya sabes, para integrarnos más ¿te animas? — Invita el rubio animado.
— Por supuesto, estaré ahí.
Va detrás de su jefe sin dudarlo dos veces. El señor Lee se sienta en su escritorio y, después de unos segundos en silencio, le extiende unos papeles.
— Necesito que haga algunas llamadas a estas empresas. Estoy buscando una batería para unos nuevos teléfonos que están fabricando en el taller. Que sea una buena marca y sobretodo, confiable.
— Enseguida, señor — recibe la información. Lee Know la mira después de un rato al notar que no se va
— ¿Qué? ¿quiere algo? ¿por qué se queda ahí?
—¿Puedo hacerle una pregunta? — él hace un sonido de aprobación volviendo a su trabajo — ¿usted odia a las mujeres?
Lee Know para de escribir y la mira sin entender aquella pregunta tan extraña. Rueda sus ojos y se levanta, apoyando sus manos en la mesa.
— ¿A qué se refiere con eso?
— He notado que sólo el 5% de sus empleados son mujeres y diría que es una vista muy machista. Actualmente en la sociedad se permite que la mujer trabaje en lo mismo que un hombre, sin importar si es muy peligroso o no, y... — cierra la boca cuando su mirada sin pizca de broma la ataca — es una pregunta tonta.
— Amo a las mujeres y las respeto como no tiene idea — Ha-ri se encoge de hombros en su sitio al sentirse intimidada— pero sé separar el trabajo de la vida personal, por ello, me gusta mantener mis gustos fuera de mi empleo.
— Sí, tiene toda la razón, señor. Discúlpeme.
— No le pago para que hable, muévase.
Ha-ri asiente y regresa con rapidez a su escritorio. Lee Know aprieta su mandíbula volviendo a sus papeles. Los omegas son más quisquillosos de lo que pensó. La chica se da un golpe en la frente por ser tan metida y lengua floja.
No tardó mucho en hacerse de noche, Ha-ri hizo lo que su jefe le pidió y, al haber recolectado toda la información que pidió, regresó a su oficina dejando su carpeta en el escritorio.
— Aquí tiene, señor. Esta es la lista de todas las baterías que tienen disponibles las empresas que me mandó a llamar.
— Gracias, puedes irte a casa.
Ha-ri revoloteó sus pestañas y miró la hora, siendo las siete— ¿Se va a quedar trabajando hasta tarde? ¿Está seguro de que no me necesita más?
— Sí, señorita Jung, aquí estaré. Puede irse— repite.
— ¿No quiere un café o algo para espantar el sueño antes de irme? así no le dará sueño en la madrugada.
— ¡Bien! Traiga un café con doble carga sin azúcar y se va enseguida— habla tratando de no terminar con su poca paciencia.
Ha-ri sonríe yéndose a preparar la bebida. Sonará pesada, pero siente que dejarlo solo sin antes haber hecho algo por él se siente feo. Después de todo, los omegas son así, colaboradores con las personas.
— Hasta mañana, señor Lee.
La pelinegra desaparece de la oficina. Lee Know murmura a regañadientes ¿Por qué carajo contrató una omega? debió dejarla en su rancho con el resto de ovejas.
Al pasar una media hora y terminar de escribir, se levantó decidido a finalizar su día de trabajo, sin embargo, se detuvo en la entrada de la oficina notando un bolso en la silla de la secretaria. Pone sus ojos en blanco 《 Maldita sea. Es buena para las cosas de los demás pero no con las de ella 》
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