CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO: MALA PERSONA
Días después
Luego de una intensa recuperación en el hospital, Ha-ri había logrado salir luego de un tiempo. Seguía con dolores y más síntomas pero nada que no pudiera arreglar un buen descanso. Ahora, lo que más le preocupaba era Minho, pues su situación era más compleja de lo que parecía.
En las noticias no paraban de mencionar lo ocurrido y le dolía ver cómo tachaban a Minho de asesino. Incluso personas decían que ya se lo veían venir, que sabían que en algún momento se iba a volver loco y cometer algún delito por su actitud tan excéntrica ante la sociedad, pero Ha-ri no cree nada de eso. Si mató a Seung fue para protegerla, pues si él seguía vivo y ella con su marca, le habría pertenecido y hecho la vida imposible. Por suerte ya no está, pero condenó a su hermano a ser exiliado.
Ha-ri llegó a la estación de policía cerca de las ocho de la noche, hora en la que salió del hospital y de inmediato quiso ir a ver al alfa. Ye-ji se comprometió a estar a su lado durante su recuperación y la acompaña siempre, ya que es muy peligroso que una omega esté sola por la calle en un estado así.
— Ha-ri — exclamó Minho al verla entrar por el pasillo y se acercó a la celda, tomando su rostro, aliviado de verla ahí. Bajó su mirada a su hombro y brazo, viéndola con un vendaje — ¿Estás bien? ¿Cómo te dieron de alta tan rápido?
— La bala de Seung no logró romper ningún hueso, y su mordida curó rápido, así que solo necesito reposo absoluto y seguir con los analgésicos. En unas semanas estaré bien — explicó serena.
— ¿Y el bebé?
— Está sano, no le pasó nada. — calmó. Acercó su mano a la mejilla del castaño, acariciándole con dulzura — ¿y tú? ¿Cómo va el caso? Llevas noches aquí...
— Determinaron que Seung te secuestró y me extorsionó, sin embargo, no me dejarán ir. El capitán dice que no había necesidad de que yo lo matase, cabé mi propia tumba por el enojo.
— ¿Entonces? ¿Qué harán contigo?
— Me llevarán a juicio y ahí determinarán si soy culpable o no, si lo soy... Me darán una sentencia. Me permitieron hacer una llamada y hablé con Chung-ho, me contó que la pena mínima por asesinato es diez años. Está investigando por si acaso y tratará de que me den menos.
La pelinegra lo miró con tristeza, con lágrimas llenando sus ojos — lo lamento tanto, Minho... De verdad. No sé qué hacer para ayudarte.
— Se acabó la hora— avisó el oficial en la puerta.
— Cuídate ¿sí? Te juro que saldré y olvidaremos todo esto, nos iremos juntos— la miró a los ojos, ella asintió confiando en su palabra y le dió un pequeño beso en los labios, no muy duradero pues los barrotes no les dejaban hacerlo bien — te amo, cariño. Sé fuerte.
— Yo también.
Salió del pasillo, regresando a la recepción de la estación y secando sus mejillas.
— ¿Chung-ho? — encontró a su mejor amigo con la recepcionista cerca de la entrada y se acercó, dándole un abrazo fuerte.
— Ha-ri, dios mío, me alegra mucho que estés bien.
— Muchas gracias por ayudar a Minho en esto a pesar de todo lo que pasó, de verdad. No sé cómo agradecerte.
— Lo hago por tí, lo sabes. No te voy a dejar sola en esto. Mucho menos sabiendo que tienes un bebé en camino— la omega frunció su ceño — Ye-ji me contó hace tiempo, no es buena guardándose secretos.
— Gracias por echarme por la borda — habló la pelirroja uniéndose a la conversación, volteando a ver a su amiga — ¿Cómo está Lee Know?
— Por el momento... Está aguantando estar encerrado, pero lo conozco, sé que en algún momento se estresará y arrepentirá mucho más de lo que hizo. Quiero venir a visitarlo en estos días para que se sienta mejor, sé que si estoy con él, podrá estar bien.
— Ha-ri, el doctor te mandó reposo— recuerda el alfa.
— ¿Cómo voy a estar tan tranquila en reposo si el padre de mi hijo está a punto de ir a la cárcel solo por intentar protegernos? Él me ha ayudado como no tienen idea. No voy a dejarlo solo en algo así, como sea que sea mi condición, siempre estaré a su lado— afirma segura y a la vez frustrada. Lo único que quería era sacarlo de ese infierno.
— Bien, te entendemos, pero no te alteres. Debes estar tranquila por tu salud. Me quedaré contigo en casa mientras tanto y te acompañaré a visitarlo, de todas formas no creo que trabaje por ahora...
— Gracias, Ye-ji.
— Será mejor que nos vayamos, ya es tarde y debes dormir.
— ¿Lino duerme bien? — preguntó al recordar ese detalle.
— Tranquila, la policía le dió mantas y café caliente. Con este frío de invierno, estar en el suelo es como descansar en hielo. Me aseguraré de que esté cómodo y por lo menos le den comida que esté cerca del nivel de sus papilas gustativas.
Ella le sonrió, totalmente agradecida de su ayuda y volvió a darle un abrazo como despedida.
— Nos vemos, si necesitas ayuda no dudes en pedirla. Seré buena detective. — le dijo la beta.
— Te llamaré a tí de primera, guapa — Ye-ji rió y se retiró.
(—🍓—)
Ha-ri no pudo dormir, la angustia de saber cómo la pasaba Minho en ese lugar la hacía tener ganas de llorar. Luego de tanto sufrimiento por fin estaba en su casa, pero no era lo mismo si su alfa no estaba ahí para estar a su lado en la cama.
Se dirigió a la cocina en busca de un vaso de leche tibia para ayudarle a conciliar el sueño, viendo a Ye-ji roncando en el sofá. Tomó su vaso y decidió sentarse a refrescar su mente en la terraza, donde el agua de la piscina y la luna era la única luz que había en ese instante.
Le dolía no tener su marca, no sabe cómo la está pasando su alfa, si está bien o se siente desanimado. No sabe absolutamente nada de él. Como si fuese un total desconocido para ella. Nunca imaginó decirlo, pero es la primera vez que odia no estar marcada. Lo único que desea es que Minho vuelva.
—Seulgi — murmuró al ver a la Cocker Spaniel acostarse a su lado en la banca, acariciando su pelaje dorado. Oyendo los sonidos que emitía— lo sé... Yo también lo extraño.
Miró los edificios alrededor, pensando en lo sola que está y el vacío que tiene en su interior.
— Ay, Ha-ri ¿Qué haces despierta a esta hora? ¿Qué parte de "descansar" no entendiste? — Ye-ji apareció, adormilada, a pesar del sueño tomó asiento a su lado — ¿Qué te pasa? Dime.
— No he podido dormir, me preocupa Minho. Lo extraño muchísimo— respondió desanimada.
— Tranquila, hallaremos la forma de que todo salga bien. El señor Lee no lo merece— animó agarrando su mano levemente — ahora lo que necesita es apoyo de parte de todos sus amigos y que su pareja esté sana. Si lo estás, él tendrá muchas más razones para salir y estar contigo y el bebé.
— ¿Crees que hayan posibilidades de que lo liberen? — la chica hizo una mueca, sin querer contestarle, aún así la omega ya sabía su respuesta.
— Debemos esperar a ver en qué ayuda Chung-ho, esa es nuestra única esperanza. Si logra probar que Seung era una mala persona y el responsable de tu secuestro, reducirán su sentencia.
La verdad es esa. Acabar con la vida de alguien intencionalmente es un gran delito, especialmente en Corea. Pueden llegar a darle cadena perpetua, pero está segura de que eso no pasará. Debido a los anteriores crímenes de Seung, su historial está totalmente manchado y merecía morir, por lo que la corte lo tomará como (en parte) un beneficio para la sociedad.
— ¿Qué haré si lo encierran? Perderá todo: la empresa, el dinero, los inversionistas, su hogar... No tengo a dónde ir si eso pasa.
— Mira, mi casa es lo suficientemente grande para ambas. Además, no creo que el señor Lee te deje en la calle así como así, él es muy astuto, ha de tener un plan. Tú solo confía. Todo a su tiempo — puso su mano en sus hombro.
— Gracias por acompañarme, Ye-ji. No sé qué haría sin tí. — le sonrió un poco. Ha-ri se puso recta, limpiando sus ojos — basta, cambiemos de tema. Hay que ser positivas... ¿Te puedo hacer una pregunta? ¿Qué pasa entre tú y Chung-ho?
Ye-ji sonrió apenada, volteando a ver a otro lado— bueno... Cuando desapareciste, me porté como una loca y nos acercamos de manera muy repentina.
— ¡Por favor, encuentren a mi amiga, es la única a la que le puedo hablar durante horas y no se cansa de mí! ¡POR FAVOR! — gritó Ye-ji, tirada en el piso de la estación de policía, queriendo que el proceso de búsqueda de Ha-ri se apresure.
— ¿Ye-ji? — Chung-ho apareció, acercándose y tratando de levantarla, el olor a alcohol llegó a su nariz — ¿Estás ebria? Te pueden arrestar por esto.
— ¡No me importa! ¡Ustedes, inservibles, no sirven para nada! ¡deberían estar allá afuera buscándola! ¡es la novia de un empresario, si no la encuentran les puede cortar el pen...!
Chung-ho le tapó la boca antes de que finalice. Le iría muy mal si insulta a un oficial. La sacó de la comisaría.
— Suéltame — se zafó de su agarre una vez estuvieron en la acera y la pelirroja arregló su cabello. Su cara estaba roja y ojos mucho más rasgados debido a lo tanto que bebió.
— ¿Qué se supone que quieres lograr?
— Lo único que quiero es que encuentren a Ha-ri. Solo hay una en el mundo ¿Qué haré si pierdo a mi amiga? No lo entenderías.
Lloró, tirándose en el andén. El alfa suspiró, agachándose a su lado. No la conoce del todo bien, han hablado pocas veces, pero sabe que es una increíble persona con su mejor amiga y la omega jamás le perdonaría que la dejara sola en la calle borracha.
— Te prometo que haré lo posible para encontrarla, pero deja de llorar ¿está bien? Las personas creerán que te estoy lastimando solo porque soy un alfa — dió un vistazo, notando a la gente alrededor, a pesar de eso ella siguió sin importarle nada — necesitas animarte y recuperar fuerzas ¿te aparece ir a comer?
— ¿Me vas a comprar salmón? — lo miró con lágrimas en sus mejillas.
— Claro, si se te antoja— se encogió de hombros.
— Hay un restaurante que Ha-ri amaba, decía que vendían el mejor salmón de la ciudad — chilló aún más al decir eso. Chung-ho soltó una risa.
— Oye, apenas son las ocho de la noche ¿desde qué hora bebiste? ¿cuando saliste de trabajar? Qué locura — Le extendió la mano y ella la tomó, poniéndose de pie nuevamente — te compraré salmón y Kimchi ¿eso puede levantarte el ánimo?
— Supongo... — aceptó desanimada.
— ¿Soju, tal vez?
— ¡Eres el mejor! — gritó convencida, jalando su brazo para irse.
— A la mañana siguiente me desperté con una resaca horrible, no pude ir a trabajar. Por suerte el señor Lee no me regañó porque estaba muy bajo de ánimos. Sin embargo, Chung-ho apareció en mi apartamento y me llevó sopa, realmente me sentía muy mal y hablar con él me ayudó a sacarlo todo — terminó de contarle.
— Creo que Chung-ho por fin pudo superarme y encontrar a la chica correcta — sonrió feliz.
— Solo somos amigos, supongo... Por ahora— ambas rieron— volvamos a la cama, es súper tarde y mañana hay cosas qué hacer.
— ¿Vas a invitarlo a salir? — preguntó la omega caminando.
— ¡Ha-ri! ¿Lo ves? Por eso no quería contarte, ahora empezarás a shippearnos.
— ¡Oye, tienen que ser novios! ¡Yengho, la mejor pareja!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top