CAPÍTULO CATORCE: UNA NOCHE MÁS

Ha-ri se sentía muy tonta y apenada con el señor Lee por no prepararse adecuadamente para la cena a la que le había invitado. En el auto, trató de convencerlo para que no la llevase. Hoy el destino no estaba de su lado, rompió sus medias cuando iba al trabajo en el metro y no tiene un par de repuesto, mucho menos dinero para comprar unas decentes, así que de ninguna manera podía acompañarlo.

Las miles de excusas hartaron a Lee Know, ni loco iba a ir sin ella y no hay razón aparente, solo quiere que esté ahí. Su idea fue ir a un centro comercial cerca del restaurante, comprarle ropa e irse. Sencillo y eficiente. Buscó varias opciones de tiendas hasta que se decidió por H&M, una vestimenta accesible para hacerla ver como una secretaria decente.

— Escoge lo que quieras— Ha-ri mira el lugar sin saber si quejarse por su insistencia o no. Hay mucha gente por la hora y no quiere llamar demasiado la atención estando con el presidente de Tecnologías Kats. Se podrían hacer rumores sobre una relación o algo así — tierra llamando a Ha-ri ¿podrías apurarte y buscar alguna prenda que te guste?

— Mmm... Sí — caminó silenciosamente observando cada uno de los percheros, tratando de hallar un conjunto cualquiera. Toma uno negro de su talla — Disculpe ¿Cuánto cuesta esto?

— No te preocupes por el precio, solo pruebalo y si te gusta, lo llevamos — interrumpe su jefe tomándola de los hombros en dirección a los probadores.

— Señor Lee, no voy a poder pagar esto, yo...

— Te dije que me llamaras Lee Know fuera de la oficina — murmura, ella se disculpa en voz baja — tú no vas a pagar nada, yo lo haré ¿de acuerdo? No quiero más quejas.

Ha-ri asiente y busca un vestidor libre. Lee Know se queda esperándola y mira a su alrededor percibiendo olores demasiado fuertes, hallando a muchos alfas en aquella tienda, los cuales olían al aire, sabiendo que estaban saboreando el olor dulce de su omega. Apretó los puños un poco molesto y caminó a paso firme donde Ha-ri, entrando a su probador sin reproches.

— ¡Lee Know! ¿Q-qué haces? ¡me estoy cambiando! — exclama sonrojada y cubriéndose con su blusa.

— ¿Qué? Ya te he visto, aunque no lo recuerde bien. Afuera hay alfas y no quiero que perciban tu aroma — se cruza de brazos apoyándose en la puerta. El vestidor era lo suficientemente grande como para que los dos estuviesen allí.

La pelinegra frunció su ceño al verlo tan calmado. Aún así, decidió continuar porque ya se hacía tarde y no iba a pelear con él para que saliese. Se quitó la falda y la camisa buscando cubrirse con rapidez.

— ¿Tienes tatuajes? — pregunta su jefe asombrado al ver pequeñas partes de su piel siendo cubierta por estos. No los había notado antes. No les había prestado atención o quizás le dió lo mismo — Están bien escondidos ¿Cuántos tienes y en donde?

— Ocho. Uno en mi antebrazo izquierdo, en mi hombro derecho, bajo mi nuca, en el dorso de mi mano, en mi abdomen bajo, en mi dedo, en mi cintura y el último en mi omóplato izquierdo — responde poniéndose unas medias nuevas.

— Vaya, te los sabes de memoria.

— No es muy común ver a una omega con tatuajes, es más de alfas, aún así me gusta tenerlos — murmura terminando de vestirse. Lo mira directamente — debido a que yo le conté algo sobre mí, debería decirme algo sobre usted para conocernos mejor.

— ¿Qué quiere que le diga? — cuestiona alzando una ceja.

Ha-ri hace una mueca y piensa cuidadosamente— su hermano... ¿Por qué le llama "Minho" algunas veces? 

Lee Know la observa unos segundos en silencio. Nadie le había preguntado sobre eso jamás, de igual forma, no se siente preparado para dar una respuesta aquella pregunta, por lo que simplemente abrió la puerta yéndose. Eso desconcertó bastante a Ha-ri.

— ¿Tiene más conjuntos parecidos a este? — pregunta el alfa una vez que ambos están con la cajera.

— Sí. Nuestra última colección acaba de salir y hay muchos modelos disponibles ¿desea que llame a un dependiente y le enseñe?

— No, gracias, no es necesario. Deme cinco conjuntos de esa misma talla en blanco y negro junto con los blazers — la mujer asiente yendo a hacer lo que le pidió.

— Lee Know, ya no necesito más ropa, en serio. Con esto es suficiente — le habla la omega viéndolo sacar su tarjeta de crédito. Ni siquiera la miró. Al parecer estaba enojado con ella. Se limitó a hacer silencio igual.

Llegaron a un restaurante llamado Pierre Gagnaire à Séoul, un restaurante francés bastante elegante y sofisticado. Se veía carisimo. Ni siquiera vendiendo su teléfono podría comer una noche allí. Se sentaron en una mesa haciendo reverencias, donde un hombre y la señorita Oh los esperaban.

— Señorita Jung, le presento a William Cho, es el director ejecutivo de LG Electronics — le presenta Yoon-seo a la pelinegra, le sonríe amable como saludo. 

— Señor Lee, no sabía que tenía una omega de secretaria, de tanto trabajar con usted ya se le pegó su olor.

— La cambié hace poco, la anterior era muy... Quisquillosa — le da una mirada a la chica. Los meseros llegan con el menú — quiero el plato de siempre sin picante. Puede escoger la bebida, señor Cho.

Mientras los demás hablaban, Ha-ri trataba de escoger un plato entre todos los que habían. No se atrevía a mirar el precio porque lo más probable es que se fuese de boca del impacto.

— ¿Qué desea, señorita? — le pregunta el mesero al verla un tanto perdida.

— ¿Tiene ramen o algo así fresco?

— No manejamos ese tipo de platillos, solo franceses— el chico ríe levemente — Si gusta, le puedo traer una deliciosa langosta en salsa. Es picante y muy rica.

Lee Know los miró disimuladamente escuchando cómo Ha-ri le agradecía por ayudarla en su crisis. Rodó los ojos cansado y tomó el mango de su silla jalándola hacia él con una mirada seria al mesero, quien se retiró de inmediato al notar que tiene un alfa a su lado.

— Dígame, señorita Jung ¿Cómo es trabajar con el señor Lee? Una vez cenamos con la señorita Cho, su anterior secretaria, y nos contó maravillas desastrosas sobre su trabajo— pregunta el hombre riendo junto a la señorita Oh.

— En realidad... Creo que es muy excéntrico y cansado trabajar con él — los presentes la miran extrañados ante su sinceridad — lo que trato de decir es que él es muy extravagante ¿no creen?

— ¿A qué se refiere exactamente? — pregunta Yoon-seo.

— Digo... El señor Lee se ha portado muy bien conmigo, tal vez tiene sus razones las cuales lo tachan de un horrible jefe pero no creo que sea así. Lo admiro por su dedicación y persistencia — sonríe ampliamente. Lee Know suelta una risita tomando vino.

— Primera vez que oigo a alguien decir cosas positivas sobre él.

— ¿Qué le hiciste? ¿La embrujaste?

— Ja, ja, ja muy gracioso — La comida llega y empiezan a comer. Ha-ri mira su plato como si fuese un alíen 《 Esto no llena ni a un bebé 》 agarró los cubiertos desanimada pensando que comería un poco más — hablemos de negocios, para eso vinimos ¿no? Escuché que su empresa está buscando nuevas inversiones y equipos 

— Así es. Por eso acepté esta invitación. Estoy con la empresa mas grande de inversiones y la empresa con un capital enorme en tecnología, espero que me den unas buenas propuestas.

— ¿Qué le parece si le damos una buena cantidad de dinero y usted hace un convenido con Tecnologías Kats?

— ¿Cuánto?

Oh Yoon-seo le extiende un cheque. Él alza sus cejas al ver tantos ceros — Suena tentador ¿y el señor Lee qué productos me ofrecería?

— Teléfonos, tablets, computadoras... Televisores — enfatiza en la última palabra, ya que LG es una muy buena empresa de televisores— acabo de cerrar un trato con Apple y les ha encantado. Debería aprovechar y tomar esta inversión. Mucha gente quiere hacer trueques conmigo pero yo sólo lo hago con empresas que considero superiores o competencia.

— Debería convertirse en abogado, es muy bueno persuadiendo— sonríe satisfecho— ¿y por qué confiaría en que  saldría bien?

— Señorita Jung ¿Cuál fue nuestro porcentaje en los puntos de venta cuando hicimos nuestro acuerdo con Samsung el mes pasado?

— Las ventas se incrementaron en un 80% y hubieron productos agotados en 4 de nuestras 6 tiendas en Seúl en menos de 48 horas — contesta leyendo sus documentos.

— ¿Cuánto fue la ganancia total de ese acuerdo?

— Aproximadamente 50 millones de dólares los cuales se dividieron entre las dos empresas siendo un total éxito en ventas — Lee Know chasquea orgulloso.

— Es un negocio seguro. Todos los días hay mejores innovaciones que revolucionan el mundo de la tecnología. Nosotros somos los encargados de enseñarles el mañana, por ello, lanzar nuevos modelos mensualmente es muy importante si queremos seguir el margen de novedades. Las personas aman estar en un teléfono, nosotros solo... Aumentamos sus ansias.

El señor Cho piensa unos segundos y se pone de pie extendiendo su mano hacia el alfa, quien sonríe aceptando su apretón y cerrando el negocio para después seguir y acabar con su cena.

— Déjeme decirle que tiene a una secretaria muy buena— le dice el empresario a Lee Know una vez que están fuera del restaurante— se nota que confía en usted y su trabajo. Fue muy agradable su acompañamiento. Espero no la despida muy pronto para verla otra vez.

— Espero no me de razones para hacerlo — el hombre ríe y ambos se dan un abrazo fuerte despidiéndose. El alfa regresa con su omega, la cual tiene una cara no muy agradable — ¿Qué le pasa? ¿Le duele el estómago?

— Un poco... Siendo sincera, esa comida fue muy buena pero demasiado elegante para mí. No aguanto. Deme cinco minutos.

Ha-ri decide caminar con rapidez hacia un puesto de brochetas que había en un parque que conocía. Eran muy ricas y servían las porciones que un ser humano necesitaba para sobrevivir, nada comparado al restaurante antes visitado. Compró 2 de ellas y se sentó en una mesa al aire libre comiéndolas con muchas ganas.

— ¿No quiere? — le extiende un palito a Lee Know, el niega enseguida alejando su mano para no manchar su traje — usted se lo pierde. Son las mejores brochetas de la ciudad.

— Sí, se ven exquisitas... — habla sarcástico. Sonríe levemente viéndola deborarlas como si su vida dependiera de ello — quería agradecerle por ayudarme allá, sin su ayuda, no habría podido lograrlo.

— No es nada, para eso estoy.

— ¿Es cierto todo lo que dijo? ¿Me considera un buen jefe? — pregunta curioso.

La omega traga y limpia con una servilleta su boca — ¡Claro que sí! ¿Por qué sería mentira? Desde que llegué a Kats, ha sido muy amable conmigo a pesar de todos los altos y bajos que hemos tenido. No debo tacharlo de alguien malo solo por unos cuantos errores. Gracias por todo.

Lee Know no dijo absolutamente. Sus secretarias anteriores lo odiaban en todo el sentido de la palabra. Preferían salir con una roca que con él y siempre se quejaban por todo. Quizás Ha-ri no lo hace porque no tiene nada de qué hacerlo: no tiene una buena situación laboral pero eso no la hace sentir avergonzada, se enorgullece de lo que tiene y da. Las demás son muy arrogantes. Ella no lo es.

— Minho — murmura de un momento a otro llamando la atención de la omega, quien lo observa cuidadosamente — mi verdadero nombre es Lee Minho.

— Oh... En ese caso; mucho gusto, Minho, soy Ha-ri. No te conozco pero espero hacerlo y ser buenos amigos fuera de la oficina — él ríe bajando su mirada cuando ella le extiende la mano saludando y la acepta estrechándola suavemente.

— Mucho gusto, Ha-ri.




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