Capítulo veinte ﹙ ley de murphy ﹚



Si vas a salir con Maeve Hunter hay algunas cosas que debes de saber.

Estas son las que Spencer ha aprendido.

Número uno: No la sorpresas.

Puedes recibir un golpe en la cabeza si lo intentas.

Descubrió eso cuando intentó abrazarla a sus espaldas.

Número dos: Odia recibir atención.

Spencer estaba sumamente nervioso por su cita con Maeve. Como se vería, Que haría, o las palabras que diría. No quería ser molesto, Ni cursi, Ni patético. No ser grosero, pero tampoco ser tímido.

Una lista un poco absurdas propuestas por la ansiedad hablando en el hombro de Spencer.

Él no quería que la cita cumpliese con las tipas características de una primera cita.

Cena romántica, películas, o incluso salidas en grupo como alguna cita doble. No porque esa clase de cosas le molestaran a ninguno de ellos sino porque quiere sentir que están viviendo su propio momento y no siguiendo un manual de como tener una relación.

A Spencer le costó pensar en un lugar que ambos podían disfrutar.

Sobre todo porque no sabía lo que se hacía o debía hacer en una primera cita. Se dio la tarea de investigar más sobre el tema y sus fuentes fueron: Películas románticas.

Diario de una pasión, Dieciséis velas, Vaselina, La propuesta, Contando a tus ex, Como perder a un hombre en diez días...Fueron los títulos más repetidos. Y Spencer se dispuso a ver cada una de ellas un mínimo de dos veces.

La mayoría de estas películas cumplen con una fórmula básica y más repetitiva de lo que Spencer pensaría.

Eran distintos pero todas ellas compartían similitudes. Algunos incluso parecían parodiar a otras y quererse burlar de ser distintos pero eran lo mismo.

Pero fueron lo suficientemente útiles para darles las bases a Spencer y formar su cita ideal.

Ley de Murphy: Si algo es susceptible a salir mal, Saldrá mal.


Toca la puerta. Lo hace una vez más al no tener respuesta, para asegurarse de que su novia al otro lado de la puerta lo haya escuchado.

Spencer escucha como Maeve grita a que guarda unos segundos.

Él aprovecha el tiempo para respirar, siente que le ha fallado su respiración desde que entró en el edificio.

Se le llama nervios, Spencer.

Dio un vistazo a sus zapatos, y su visión fue recorriendo la mayor parte del cuerpo propio, Unos Jeans y una camisa púrpura, La camisa era apenas visible pues el cárdigan color café la cubría.

La puerta se abre.

Maeve con el cabello un poco más estilizado de lo normal, con unos hermosos bucles en su cabello, parecían algo desordenados por como caía el flequillo y su creciente cabello sobre la frente como si se hubiera caído y su peinado se hubiera estropeado.

Maeve suelta un ligero suspiro y se da la espalda antes de siquiera decir hola.

— ¿Me ayudas, por favor? — Pregunta ella viendo a Spencer sobre su hombro.

Spencer tarda en reaccionar y luego ve el cierre abierto en la espalda de Maeve.

La chica estaba batallando por cerrar la blusa, eso explicaba el desorden en su cabellera.

Spencer sube el cierre y Maeve finalmente puede dejar de sostener la parte de adelante para que no se cayera.

Le dedica una sonrisa a Spencer en forma de agradecimiento. Él toma un momento para apreciar a su chica.

Maeve usaba unos pantalones negros ajustados, La blusa straple del mismo color pero hecha de cuero simulando un corsé en su cuerpo, Spencer desvía la mirada cuando cree que ha estado mirándola por demasiado tiempo.

Ella da un paso hacia atrás para que Spencer entre.

— Dame cinco minutos, ¿Sí? — Dijo Maeve mientras buscaba una chaqueta en su armario.— Te reto a contarlos. — Una sonrisa traviesa se forma en los labios se la chica.— No tardaré.

Spencer mira el reloj en su muñeca y desvía la mirada hacia su novia.

—No creo que logres.

Dijo Spencer, mientras Maeve se colocaba la chaqueta roja sobre su cuerpo.

Maeve no hace caso a su burla y se apresura en acombarse el cabello, una parte de este parecía estropeado por el frizz cuando la chica intentó subirse la blusa sin ayuda; Pedo pudo arreglarlo mientras colocaba un lazo del mismo color que la chaqueta para disimularlo.

— Dos minutos. —Dijo Spencer observándola.

Maeve trata de encontrar sus tenis, logra verlos bajo la cama y arrastra sus manos hacia ellos.

¿Medios impares? ¿Por qué no? No tenía tiempo para buscar un par igual.

Esto ya era un mal hábito dado por Spencer, que Maeve implementaba cuando no tenía tiempo.

—Un minuto.

La chica se queja y entra cada pie en su lugar, Spencer la conoce lo suficiente como para saber que incluso Torres retos infantiles como estos no le gusta perder.

Él se ríe y se arrodilla frente a ella para ayudarla a atar los cordones, Ella no se queja, de hecho deja que Spencer haga todo el trabajo, Sus manos y dedos son más ágiles que los de ella.

— Treinta segundos de sobra. — Susurra Spencer levantando la mirada cuando ató los cordones.

— Te dije que estaría lista. — Maeve le dedica una sonrisa mientras se muere el labio inferior.

— No lo lograste sola.

Ella extiende sus manos ayudándolo a ponerse de pie y él acepta.

— Solo ataste unos cordones, Reid, No presumas. — Ella pone los ojos en blanco.

Ambos solían molestarse de vez en cuando.

Uno hacía un comentario fingiendo superioridad y el otro fingía desagrado por sus palabras.

¿Era así como coqueteaban?

— Estás usando una blusa gracias a mí. — Maeve lo mira alzando una ceja.— No podías cerrarla tu sola y seguro te tomaba más de cinco minutos.

— A la próxima mide el tiempo que tardo en quitármela.

Maeve: 1

spencer: 0

El sonrojo en las mejillas de Spencer le aseguraban a ella la victoria de su pequeña batalla verbal.

Maeve solo lo había dicho para molestarlo, pero mientras Spencer subía el cierre se preguntaba si el sentimiento sería distinto si sus dedos decidieran bajar la ropa.

—De espacio, Vaquero. Esta es nuestra primera cita. — Dijo Maeve para relajar el rubor en su novio. Ella se ríe y acaricia el mentón de Spencer.— Y yo no tengo sexo en las primeras citas.

Era curioso como desde aquel momento ninguno de los dos había hecho ningún movimiento. Maeve estaba segura de que Spencer no estaba listo para llegar a la intimidad y no era algo que le preocupase, pero siempre se encontraban los unos a otros dándose miradas que insinuaban algo más o bromas como estas, pero era solamente eso, bromas.

Cuando realmente estén listos pasarán. Pero disfrutaban de esta clase de coqueteo.

Spencer carraspea y Maeve notaron como esta vez no usaban corbata, Sabía que la mayor parte del tiempo la usaba en el trabajo, pero aún así aveces la usaba en casa.

Maeve acomoda el cuello de la camisa de Spencer y él desvía su mirada a los labios ajenos.

— ¿Sin corbata? — Cuestiona ella.

— Es incomoda para lo que haremos esta noche.

La chica levanta la cabeza hacia él y la gira en confusión, tratando de entender a lo que él se refería.

— Primero iremos a cenar. — Dice Spencer.— Te cansarás y necesitarás energía para esta noche.

— ¿Qué planeas Reid?

Spencer no responde y solo ofrece su mayor sonrisa en orgullo así mismo.

Él le dice a Maeve que escoja en donde cenarán, pues insiste en que las ideas de esta noche deben ser un cincuenta a cincuenta, ya que él escogió la actividad, ella deberá elegir la cena.

Maeve no trata de ser muy complicada y ambos se dirigieron a un restaurante de comida mexicana que García había recomendado a la chica.

Cenaron juntos mientras observaban el lugar, el ambiente era lo bastante acogedor, quizás rozando a los clásicos estereotipos mexicanos, pero era realmente lindo, quizás eran las familias reunidas compartiendo, los niños jugando del otro lado del restaurante, o quizás eran las luciérnagas que se Asomaban a espaldas de Maeve, pero Spencer podría recordar esa imagen en su cabeza como si hubiera tomado una fotografía.

Spencer no paraba de reír cuando a la hora de ordenar el postre: Cheese cake, A elección de Maeve quien en sus palabras lo describe como: No recordaba que esto tuviera sabor a mierda.

A ninguno de los dos les gustó del todo, A Spencer no le era agradable el agrio del queso con el sabor dulce de la masa y los topins, Pero Maeve insistió en que debían comérselo porque ya habían gastado el dinero en eso.

Spencer toma de la mano de Maeve cuando salen del restaurante y caminan por las calles hasta detenerse en un establecimiento, Las paredes eran completamente grises y el letrero con luces LED, Apenas era visible el lugar, Todo estaba a completa oscuras, pero era la imagen. que el lugar quería transmitir.

— ¿Qué es esto, Reid?

—Aguarda.

Spencer se acerca al hombre en la puerta y este le entrega a ambos sus uniformes. Él va hacia a Maeve, ella lo mira confundida cuando él le coloca unas gafas de protección.

— ¿Guerra láser?

Pregunta ella mientras Spencer le ponía el chaleco que contaba con una pantalla táctil que enumeraría la cantidad de disparos que estos llevarían.

— Las setenta por ciento de las primeras citas suelen ser incómodas, en donde ninguna de las dos partes. . .o más dependiendo si no es monógama, se suelen sentir contraídos a sus propias versiones de uno mismo. No sabiendo como actuar en un lugar público, Como pareja o no.— Obviamente Reid hablaba en base a estadísticas y no a experiencias propias.— Un diez por ciento de ellas suelen salir en parejas de amigos pero eso ya no contaría como una cita. Otro diez por ciento utilizan la estrategia más romántica: Un lugar privado, Atardeceres oa la luz de la luna, velas, bailes, cenas, quizás serenatas, quizás algún paseo.

— ¿Y el otro diez por ciento? —Pregunta Maeve mientras ataba su cabello en una coleta.

— El otro diez por ciento de parejas tiene su primera cita sin saber que ya la han tenido. — Maeve arruga las cejas.— Han convivido en tiempo a solas, Pasando tiempo de calidad en distintas salidas con mejores recuerdos que una cita oficial, los setenta y un por ciento de las primeras citas suelen salir mal.

Maeve observa como él ahora se pone el chaleco y las gafas.

— Eso aún no me dice por qué escogiste esto.

— Eres competitivo y yo nunca pierdo. — Maeve cruza los brazos sobre su pecho mientras lo escucha hablar.— Tú eres ágil para esconderte y yo soy veloz en deducir el mejor de los atracos. Somos el equipo perfecto.

En esta ocasión Spencer hablaba de equipos de pareja de juego, pero no era la primera vez que había pensado en ellos como la dupla perfecta en otros asuntos.

Equipo perfecto. Maeve se detuvo a pensar en esa palabra y hacía latir su corazón con prisa.

Está segura de que Spencer sigue hablando pero ella se distrajo en sus propios pensamientos.

— . . .No quiero solo estar estáticos en alguna mesa de un restaurante hasta que pase la noche. Quería divertirnos.— Termina Spencer de hablar y mira a su alrededor.— Y vas a dispararle a niños, pensé que eso te gustaría más. — Agregó Spencer una plana y simple sonrisa, y Maeve rió por sus últimas palabras.

Ambos se adentraron a la sala en donde un hombre está dando las indicaciones. Maeve y Spencer son los más mayores por mucho. En su mayoría cuentan con siete entre once años, también hay uno que otro adolescente de dieciséis pero en definitiva la pareja resaltaba.

El grupo recibió las indicaciones y reglas de cómo jugar.

— Tres disparos y estás fueras. ¿Alguna pregunta? —Nadie dijo nada. —De acuerdo. El temporizador cuenta con treinta segundos en donde todos tienen lugar para esconder. Acumularán los puntos de manera individual.

Spencer gira su cabeza hacia Maeve casi en sorpresa.

— Yo pensé que era en pareja de dos. —Se queja el genio. — Pensé que sería equipo con mi novia.

— Que gane el mejor. — Dice Maeve mirándolo con una sonrisa de maldad.

Una bocina sonó dando inicio a los escondites, La mayoría se empujaba de lugar a lugar, otros planeaban treguas entre sí para poder derrotar a la mayor cantidad de personas.

Spencer suponía que tendría ventaja sobre todos estos niños. Ya que su estatura era mayor, y en palabras del propio Spencer "Soy un agente del FBI. Seguro puedo ganarles".

Eso fue lo que se dijo así mismo antes de que un niño le diera su primer disparo.

Spencer se queja cuando siente el peso de alguien sobre él. Era Maeve, Quien se había lanzado al suelo con él para cubrirle.

—Maeve. — Spencer dijo su nombre con una pequeña sonrisa al ver que era ella.

— ¿Vas a dejar de unos niños te venzan?

Spencer lo niega con la cabeza.

— ¿Me ayudaras a ganar? — Pregunta Spencer asumiendo que ellos también se unirían en una tregua.

Maeve sonríe antes de dar una respuesta y besa los labios de Spencer de manera fugaz, esto lo desconcierta un poco distrayéndose del lugar y posición en la que estaban.

— Que gane el mejor, mi amor. — Dijo Maeve apodándole de manera cursi para molestarlo.
— Spencer la mira como se pone de pie.— Y escóndete, o la próxima en dispararte seré yo.

Maeve se movió de lugar, haciendo unos cuantos disparos a un par de niños antes de irse.

La altura de ambos era una gran desventaja pues no le permitía esconderse con facilidad y aunque Maeve fuese más bajita que Spencer, ella también estaba en desventaja en ese aspecto. Pero Spencer tenía razón en algo, Son agentes a pesar de todo. Agentes compitiendo con niños en un juego. Si perdieran en esto Hotch seguro estaría decepcionado.

Pero Spencer apenas y sabía correr sosteniendo un arma.

— Vamos Reid.— Se dijo así mismo antes de ponerse de pie.

En la pantalla se leía la cantidad de personas que seguían en el juego.

Veintiocho.

— Será como la escuela. — Spencer hablaba para sí mismo.— Esconderme para sobrevivir.

Si iba a esconderse tendría que buscar un mejor lugar. Spencer analizó cada espacio que había recorrido y tendría ventaja si escondía en una de las torres de arriba, y eso haría.

Maeve por otro lado, estaba haciendo lo puesto a Spencer, Se le hizo tan sencillo disparar a algunos niños. Incluso le disparó a una dos veces seguidas a pesar de que eso estaba en contra de las reglas. . .Pero no es como si Maeve no ha roto reglas anteriormente.

Ella se divertía saltando por el lugar, Hasta ahora solo le había disparado una vez, al igual que Spencer.

Cuando ella miraba el conteo en la pantalla solo quedaban tres jugadores. Ella se pregunta si Spencer ha sido eliminado ya, y si no. Maeve impresionada estaríada, imaginando que de algún modo Spencer haya sobrevivido a esto, Maeve supone que debe estar escondida y seguro ha recibido ya dos disparos así que ella se encargaría de acelerar el final de este juego.

La opaca luz e hielo seco son esenciales para garantizarle la victoria a Maeve, Ha buscado los lugares más oscuros para esconderse y luego salir de su lugar, atacando primero a aquellos que estaban en tregua, matando así dos pájaros de un tiro.

No saliendo ilesas de todas esas veces, pero, solo le había disparado dos veces. Aún cuenta con una oportunidad de ganar.

Era cuestión de tiempo para que aquellos que ella no ha logrado alcanzar se pusieran en su contra ellos mismo y ella no debía preocuparse por eso.

La sala se veía vacía después de un tiempo. Maeve camina sintiéndose sola, pero sabiendo que no ha ganado. Mira el contador de personas en la sala indicando tres aún en juego, entre esos tres ella.

—Alto ahí, Princesa. — Maeve asume que se refería a ella.

Busca de dónde proviene la voz y mira a las alturas. Una niña no mayor a unos trece años apuntándola. Maeve la mira con una cara de incredibilidad.

—Baja el arma. —Habló la niña con una sonrisa.

— ¿Se supone que debo sentirme amenazada?

— ¿No lo estás?

Maeve no responde y apunta hacia el chaleco de la niña, pero antes de disparar ella agrega más palabras a la conversación.

—Ya le dispare a tu novio. —Maeve Baja el arma y alza una ceja. — Y le puedo disparar otra vez.

Spencer asoma la cabeza hacia abajo y saluda a Maeve de manera inocente.

— No puedes dispararle a la misma persona dos veces. — Dice Maeve.— Eso es trampa.

— ¿Tal cómo tú lo hiciste? — Se mofa la niña.

—Esta mocosa es igualita a mí. . .— Maeve murmuró eso para sí misma.— Spencer, ¿Cómo carajos te dejas atrapar de una niña?

— Me ofreció un chocolate.

—Esto es lo que va a pasar. — La chica apunta a Spencer con su arma de juguete y luego a Maeve.— Le vas a disparar a ella y luego ella a ti y yo gano.

- ¿What? Claro que no.—Se queja Spencer. — No haré eso.

— Silencio niño bonito.

— Ah, Ahora se parece a Morgan.— Dijo Maeve una vez más para ella misma.

—Haganlo ahora. — Demandaba la niña.— Si no hacen nada yo misma lo har—

Ella no logró terminar sus palabras pues Maeve se había adelantado y le había disparado.

Un chillido ensordecedor salió de la boca de La Niña quejándose. Haciendo a Spencer hacer una mueca de dolor y Maeve solo se reía entre dientes.

Spencer intenta calmar a la niña pero ella se va corriendo insatisfecha por haber perdido. Spencer logra bajar de su lugar y alcanza a Maeve.

— Ese es el problema con los villanos. — Dice ella aún tratando de contener su sonrisa en sus labios.— Hablan demasiado.

—Eso fue cruel. — Dijo Spencer pero riéndose igual que ella.

— Oye, le hice un favor. — Ella se encoge de hombros.— No siempre se puede ganar en todo como yo.

Spencer alza una ceja y ella se acerca a él en pasos que transmitían su alegría.

—No siempre puedes ganar, Maeve. — Él le miraba con una boba sonrisa viendo como se acercaba en su dirección.

Maeve pone ambos brazos hacia atrás caminando en dirección hacia Spencer y con una sonrisa tan grande que parecía no caber en sus labios. Con una victoria asegurada.

— Admite que soy la mejor y este juego acaba aquí. — Maeve había acercado lo suficiente para estar cerca de los labios de Spencer.

Spencer no responde sino que roza sus labios sobre los de Maeve y ella guarda por ese beso cuando escucha las palabras game over.

Lo que tiene a Maeve apartarse antes de que poder besar a Spencer. Ella mira su chaleco y nota como Spencer le había disparado.

— Gané.

Maeve lo miraba boquiabierta, analizando lo que su novio había hecho.

— ¡Eres un tramposo! — Ella lo miraba aún con sorpresa en sus ojos y sus labios abiertos por sus acciones.

— Tenía que demostrar que no podías ganar siempre.

Maeve arruga la nariz y le da un empujón, el cual logra hacer Spencer tambalearse un poco pero el ríe y regresa hacia ella para abrazarla.

Una cita era justo lo que necesitaban esos dos.

Ella no lo aparta pero finge enojo. Maeve rueda los ojos y ambos comienzan a caminar hacia la salida, Los brazos de Spencer rodeando los hombros de Maeve.

Sin cantes victoria Spencer.

Si algo puede salir mal, lo hará.

— Yo jamás pensé que Spencer Reid podría ganarme en algo que no sea un juego de mesa. 

Spencer suelta una pequeña risa.

— La noche aún no acaba. — Dice él ganándose la atención de Maeve. 

— ¿Hay algo más?

Había algo curioso en Spencer y era el hecho de haber tenido una novia antes no sabia los limites o cuando cruza la linea de cursi o patético,

— Sé paciente por favor. — Le pide a su novia sabiendo que tendrían que caminar por un buen rato.

El camino fue perfecto para Maeve, Pues estuvo todo el tiempo molestando a Spencer, Ella lo empujaba a cada paso que daban y él se lo regresaba pero, con menos fuerza, Sus manos estuvieron agarradas en todo momento; Maeve no paraba de cuestionar a Spencer con preguntas a las cuales ni siquiera ella tiene respuesta, O al menos no a su totalidad, Pues Maeve parecía ser siempre mas lista de lo que las personas asumen.

Porque es imposible que lo sepa absolutamente.

— ¿Cuantas estrellas hay entonces ? — Cuestiona Maeve, asumiendo que ella había ganado esta vez al hacer una pregunta que él no conocía. 

Spencer alza su mirada al cielo nocturno, Hoy ni siquiera eran visibles las estrellas, pero él entendía la pregunta.

— Mil millones de estrellas, Maeve. Es como contar cuantos granos de arena hay en la playa, cuando son solo partículas diminutas. Es imposible contarlas. 

Maeve dejó de escuchar después de mil millones.

— ¿Mil millones es tu respuesta final?

— Mavie, Ni siquiera hay un número lo suficientemente grande como para explicar una cantidad de algo finito y tu quieres que yo diga- —Se interrumpe a si mismo cuando nota que Maeve aguarda por una respuesta y suspira, así que le dice lo que quiere escuchar.— Sí. Mil Millones. Es mi respuesta. 

— Y te equivocas una vez mas, Spencer Reid. — Dijo Maeve con una sonrisa burlona en su rostro.

— Tú solo quieres ganarme en algo porque perdiste en el juego.

— Perdí porque eres un tramposo pero no. Realmente te equivocas.

— Te escucho entonces. — Spencer bromeaba y no accedería a darle la razón, Maeve rodó los ojos.— Iluminame con tu sabiduría Maeve Hunter.

— Tienes que dejar de asumir que siempre eres la persona mas lista en la habitación. 

Pero las palabras de Maeve no eran ciertas a lo que Spencer Reid pensara, Pues siempre ha creído en el talento nato que tiene Maeve para cualquier cosa, y su cerebro era tan brillante como el de cualquier otra persona que Spencer admirara, y tiene eso claro desde el primer día.

— ¿Las estrellas desaparecen, No? — Cuestiona Maeve. Spencer asiente no sabiendo a donde quiere llegar con eso.—  Las estrellas que conocemos nacieron hace billones de años. Mucho antes de que alguno de nosotros existiera. — Spencer asiente una vez mas, esta vez prestando atención intrigado.— Viajan a través de la luz en una vibración distinta a la nuestra, La mayoría de estas es probable que hayan dejado de existir y nosotros ni siquiera sabemos de la desaparición de una sino años después.  ¿Que pasó con plutón?

— Ya no es un planeta como tal. — Le responde Spencer.

— ¡Desde hace mas de quince años y tardaron otros quince años antes de eso en notarlo!

Spencer ríe al ver la fascinación con la cual Maeve lo explicaba.

¿Así me veo yo? Se pregunta así mismo.

— ¡No te rías, Es algo serio! Lo que trato de decirte es el promedio de estrellas que nace al año son solo seis. La mayoría de las estrellas son inexistente en este momento y la cantidad infinita de estrellas pasaran a ser una cantidad finita. En unos años las estrellas serán solo doce billones de ellas.

¿En que momento hizo ese calculo? Mas importante, ¿Hace cuanto hizo este análisis? Piensa Spencer otra vez.

— ¿No son doce billones de estrellas suficientes para ti, Maeve? — Ella niega con la cabeza con simpleza.— Pero para que eso pase, Maeve, deberán de pasar muchos años primero, Algunos. . .

— Veinte billones de años. — Responde ella por él. — No es la cantidad correcta, Solo es un estimado a la fecha.

— ¿Estás preocupada porque de infinitas estrellas solo habrán un par de billones en. . .y falta mas de un siglo para que eso pase ? — Ambos ríen tan fuerte que agradecen que la cantidad de personas en la calle ni siquiera sean tantas. 

Maeve realmente ha tenido ese pensamiento desde una vez en su adolescencia que estuvo borracha viendo al cielo, Al día siguiente tuvo que conseguir la respuesta a su preguntan y en cuanto la tuvo no ha dejado de pensar eso, Sabe que es estúpidamente gracioso pero es la primera vez que lo comparte.

Spencer siempre ha sido interrumpido cada vez que proporciona información y acabe de experimentar por primera vez lo que se siente estar del otro lado, jura por dios que si se ve tan demente como acaba de ver a Maeve no volverá hacerlo.

— ¿Y esperas vivir lo suficiente como para ver la reducción de estrellas? — Chista Spencer. Maeve se detiene al ver como él también lo hace.

— Por supuesto. —Responde ella tan chistosa como él. — Tengo que seguir con vida para ese entonces.

Spencer ríe, No era la respuesta que esperaba. Ambos se detuvieron frente a un edificio. Al cual aparentemente Spencer tenia la llave para acceder. 

— Prometo hacer mas estrellas para ti si eso llega a pasar. — Maeve siente como algo en su estomago se remueve al escuchar esas palabras.— Damas primero. — Dice Spencer abriendo la puerta para ella. 

Maeve no reconoce el lugar hasta que ve Spencer toca los interruptores que hacen brillar el lugar.

Ella ya había estado ahí antes.

— Dije que quería traerte al museo. —  Dice Spencer cuando regresa al lado de Maeve. 

Maeve aprovecha el tenerlo a su lado otra vez para volver a enlazar sus manos.

— ¿Es aquí en donde me dices que eres rico y dueño de todo esto? — Pregunta Maeve con una boba sonrisa luego de preguntar eso con sarcasmo. 

— No. — Responde Spencer.— Solo soy socio de esta ala de arte. Lo cual no me genera ningún otro privilegio que usar las llaves y tener acceso a cuando quiera.  

Ambos recorren la sala, No había nada nuevo o que no hayan visto ambos ya, Pero no habían estado juntos en ese mismo lugar.

— ¿Vienes seguido aquí? — Pregunta la chica. Maeve asume que al tener la llave seguro ha venido seguido.

— No estuve aquí desde su inauguración. —Spencer suele visitar museos, Pero historiadores en su mayoría. — Esta es mi primera vez, O bueno, Segunda. Ahora dime. — El castaño la mira con una sonrisa burlona.— ¿Fue el mejor día de tu vida cuando viniste?

— Yo no diría que el mejor, No presumas.

— Maeve. Mi memoria es perfecta y recuerdo que habías dicho que fue el mejor día de tu vida.

Maeve maldice en voz baja, Porque recuerda todo tan bien.

Ella rueda los ojos no queriendo admitirlo. Decide alzar la vista para evadir la pregunta y Spencer hace lo mismo que ella.

La chica admira las estrellas fugaces moviéndose sobre la cabeza de ambos, aunque ella supiera que eran solo hologramas por un proyector escondido en algún lugar no le evita admirar su belleza.

Spencer por otro lado estaba viendo una estrella distinta.

Una de cabello y ojos café.

Cuando Maeve regresa su vista hacia Spencer el finge no haberla estado viendo todo este tiempo. 

Caminan un poco mas por el lugar, Maeve aprovecha la ocasión de estar junto a Spencer esta vez y reírse cuando la fotografía aparece mostrando un joven Spencer con el corte de cabello mas raro que Maeve había visto.

Pero Spencer logra contra atacar recordandole como ella estuvo hablando de agujeros de gusano casi una hora ese día. 

— ¿Crees que hayan otras Maeve?

— ¿Que? 

— Agujeros de gusano. — Le responde Maeve.— Aberturas entre espacio tiempo. 

Es toda una nerd.  Piensa Spencer. 

— En algún lugar del cosmos existen otros mundos en los que versiones idénticas de ti están viviendo felices bajo la impresión de que ellos son nosotros.

Lo peor es que me gusta.

— Ley de William James. — Dice Spencer.— Multiverso.

Spencer da un paso atrás sin notar que esto le haría perder el equilibrio y caer sobre ''el agujero negro hecho de materiales reciclados.''

— Ley de Newton. — Dice Maeve entre risas agachándose para sujetar la mano de Spencer.— Todo lo que sube tiene que bajar.

Spencer se ríe junto a ella, Pero su risa fue mas convertida en una queja, cuando Maeve le da la mano y su novio intenta ponerse de pie, No tiene las fuerzas en su rodilla como para hacerlo. Ambos hacen el intento una vez mas, Maeve se rinde y decide ponerse en su lado para que Spencer se apoye en su hombro y no queda de otro mas que hacerlo. 

Con esfuerzo de ambos Spencer logra ponerse de pie pero el quejido emitido por Spencer es tan fuerte que logra preocupar a Maeve.


Ley de Murphy: Si algo puede salir mal, Saldrá mal.


Maeve usa su teléfono para llamar un taxi, y terminar su cita en la sala de espera de un hospital.




n/a: creo que otra vez superamos el cap mas largo y creo actualmente es este, así como actualmente este es mi cap fav. btw tuve que sacar el lado nerd de maeve xd

También estoy tan feliz porque la historia esta siendo leía en casi todos los países hispanos, soy lagrimas. 

El cap del museo es el nueve titulado 'agente o estorbo' en caso de que alguien quiera releerlo.



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