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CAP 6:
Mis Padres Nunca Verán Lo Peor De Mí... ¿O Sí? (1/2)
La noche es hermosa y Gulf la observa a través de su ventana con una sonrisa labial de oreja a oreja. No sabe en qué película o serie fue, pero alguien una vez dijo que las estrellas brillarían más si no hubieran tantas luces en la ciudad. Esa persona tenía razón. Pero aún se pueden ver, solo debes prestar atención.
—¿Eres fan de las estrellas?, digo no, ¿cómo se dice? Astro... As...
—Astronomía.
—¡Sí! Eso. — Chasquea los dedos dándole la razón y mantiene ambas manos en el volante. —¿Lo eres?
—No. Una vez leí un libro sobre las constelaciones. Pero eso es lo más cerca que he estado a la astronomía. Ahora mismo sé que esa de allí es Aries. — Gulf la apunta y como la carretera está vacía Mew se agacha a mirar. Gulf le endereza la cabeza sin siquiera mirarlo, «Estás conduciendo. Ojos en la carretera. » Reprende a lo que el otro carraspea «Sí.» incómodo. —Sé que también está Cáncer, mm, no encuentro más ninguna otra.
—Eres todo un cerebrito. Bueno, para algunas cosas.
—«¿Para algunas cosas?», vaya, ¿a qué te refieres con eso?
—Pues si no lo has notado tú, me estarías dando la razón. Eres inteligente, pero a veces actúas como un ñoño bobo.
—Aún no lo sé todo del mundo. Escucha, sé que actúo rudo y creído, pero la verdad de la que no puedo escapar es que soy un miedoso. Le tengo miedo a mis padres, mi familia, qué pensarán de mí si se enteran que me gusta masturbarme en las noches o follar con cualquier género... Dios, soy un cobarde.
—Gulf, no eres un cobarde. Muchos tienen el mismo miedo que tú e incluso peor, pero te voy a recomendar algo, ¿puedo?
—Adelante.
—Dilo antes de que sea muy tarde. — Aconseja cariñoso. Gulf acoge esas palabras y las percibe con afecto aunque Mew no lo demuestre. Son reconfortantes además que ciertas. No es mala idea.
•••
Llegan a una casa según la dirección del chico que compró los chocolates y al bajarse para buscar la caja, no notan a los padres de Gulf estacionar un poco más atrás en las sombras. Los progenitores súper atentos al igual Ciize, quién está pendiente a buscar cualquier cosa para hacer quedar mal al hermano.
Los chicos tocan en la puerta y alguien en ropas demasiado grandes para su cuerpo abre. Apesta a cigarro y tiene la camiseta sucia con ¿queso? Al parecer comía nachos antes de abrir la puerta. Gulf tan escéptico no puede evitar arrugar la nariz. Va a pincharse las fosas nasales, pero para no verse grosero baja los dedos entonces disimula.
—¡Hola! Soy Mew, quién te vendió los chocolates. Me diste la dirección para buscarlos. Qué amable de tu parte.
—¡Oh! Sí, sí, los chocolates, — Succiona el queso de un dedo y Gulf arruga la boca traumado. —pero vengan adentro chicos, hay algo de lo que tenemos que hablar.
—Uh, ¿adentro? — Mew está inseguro. No lo conoce y siendo honesto, este chico no inspira buena vibra.
—Sí, es algo turbio que encontramos en la caja.
—Bien. Iré ahora. ¿Me das un momento con mi compañero?
—¡Claro! Te espero adentro.
El tipo se aleja caminando como un robot encorvado. Incluso la manera en que alza las zapatillas parece que va a despegar en cualquier momento. Por si fuera peor se rasca el trasero sobre la tela del pantalón. Luego desaparece a la izquierda.
Mew queda frente a frente con Gulf. —Escucha. Quiero que te quedes aquí.
—Me tomas el pelo, ¿no? — Gulf ríe, pero lo reduce todo al no ver a su compañero reír. —Oye, soy un chico, no tienes por qué protegerme como si fuera la cosa más frágil en la vida y lo digo por mí sin ofender al género porque hay chicas que son más fuertes que tu y yo, dan miedo-- ¿Qué estoy diciendo? — Niega la cabeza y regresa su mirada a él. —Puedo ir contigo.
—Gulf.
—¿Mm?
—No lo digo por protegerte, lo digo porque has estado haciendo muecas groseras y a quién haces quedar mal es a mí. Te quedas afuera y punto.
Mew ingresa la casa dejando indignado a Gulf quién lo sigue con la mirada, —¡Eres un...! — Va diciendo, pero Mew le cierra la puerta en la cara. Dejándolo en la oscuridad. Al no tenerlo a su lado cambia el rostro a uno consternado.
«¿No puedes dejarme protegerte y ya? ¿Por qué siempre quieres pelear? » Interroga en su mente, decepcionado. Tras unos segundos cabizbajo vuelve a alzar la mirada y sigue al tipo.
•••
El asqueroso dueño de la casa y Mew están sentados en el mueble mirando unos videos en la computadora, básicamente unos videos porno de la hija del presidente de Tailandia con un hombre mayor y asqueroso. —No fue mi intención mirar, pero el USB estaba en la caja de chocolates y... — El chico vacía sus mejillas mirando con ojos grandes al otro. Mew parpadea confundido.
—Entonces mi prima no quiere la caja devuelta solo por las drogas, sino porque el USB cayó en uno de los chocolates sin darse cuenta, ¡y ella lo sabe! Este es su jefe.
—Mierda. Tu prima está en un grave lío. Imagina cuánto dinero puede salir de esto si lo ofrecemos a una página informática--
—Pero no vamos a hacer eso.
Mew amenaza el tono, mirándolo severo. El otro también lo mira, severo. Ambos amenazándose con la mirada. Sienten la adrenalina correr por sus venas y extenderse por todos los rincones de su cuerpo. Esto es guerra. Uno por dinero, el otro por deber.
—Lo siento. — Mew se excusa antes de darle un cabezazo, agarrar la computadora y salir corriendo.
—¡Ugh! ¡OYE! — Grita el tipo cubriendo sus fosas nasales con una mano. Su cabeza aún tirada para atrás. Mew huye con todo y computadora, pero al alcanzar la puerta escucha un ladrido atrás. Uno fuerte. Hasta los cuadros en las paredes laterales tiemblan. Mew congela todo el cuerpo. Mueve los ojos antes que su cuerpo, luego voltea lentamente, sin querer hacerlo. Al mirar sobre un hombro encuentra un chihuahua con el collar isabelino puesto.
El collar intensificaba los ladridos, pero el perrito es muy chiquito. Poco más y parece un hámster o, bueno, a juzgar por su aspecto una rata. En definitiva debe ser primo de las ratitas.
Mew comienza a reírse. —¡JA! ¿TÚ? ¿Qué puedes hacer con ese collar, perrito? No puedes morder mi trasero. — Menea el culito de lado a lado.
Al Chihuahua le parece una falta de respeto y tiembla del enojo. Comienza a rodar la cabeza de lado a lado, en círculos, como animal poseído. Traumando a Mew quién agranda los ojos de par en par y achica la boca en una "o".
Sorprendentemente, explota el collar isabelino y ha quedado libre.
Mew maldice antes de salir corriendo. El Chihuahua justo atrás de él.
—¡GULF, LO TENGO TODO! ¡AL AUTO!
—¿Qué?
—¡AL AUTO!
Ambos corren y Gulf se sube al asiento pasajero, Mew entra la computadora junto con el USB y entra.
El perrito se detiene a pasos del auto, ladrando.
—Voy atropellar al malparido. — Mew amenaza temblando del enojo también. Él y el Chihuahua entrecierran los ojos. Pueden escuchar un silbido vaquero ambientarlos e irónicamente, un estepicursor rueda justo en el centro.
—Mew, atropellas al perrito y no te matará él, lo haré yo.
—Aish, está bien, está bien. Vámonos.
Retroceden el vehículo entonces se alejan.
—¿Qué estará sucediendo con nuestro hijo? — Susurra consternado el progenitor.
•••
*N/A: 🤣🤣Un Chihuahua Que No Es Gun VS Mew, espero les haya gustado el capítulo. ¿El lío de los chocolates involucra algo más grande?*
*P.D: Sé que las actus de esta historia han sido diarias, pero el cap 7 no lo tengo así que estaré escribiéndolo y podría tardar máximo dos días o entre hoy y mañana. ¡Nos leemos! 😘💖*
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