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CAP 2:
LO QUE PASA EN LA FIESTA, SE QUEDA EN LA FIESTA

Gun llega a la ubicación mencionada en el chat, entonces, a meros pasos de la yarda, desvía la mirada del teléfono a la casa repetidas veces para confirmar que no está perdido. Al mirar los escalones sitúa a su mejor amigo tumbado como cadáver.

—¡Gulf! — Guarda el móvil en la riñonera y apura los pasitos hasta alcanzar el individuo. El individuo anda bañado en sudor con la lengua a una esquina del mentón y ojos cerrados. —¡Gulf! Gulf, ¿qué te pasa amigo? — El chico se arrodilla a su lado. —Gulf, debes despertar. No puedes morir ahora que vamos a una fiesta, amigo, ¡háblame! ¡Dime cómo te revivo! Si debo sacrificar una vida sabes que con gusto lo haré por ti, eres mi único amigo y hay muchos sacrificios disponibles en la escuela. Solo dime, ¡dime, dime! — Lo sacude de lado a lado como a algún juguete, encima lloriquea a todo pulmón dirigiendo el rostro a los cielos. Tan dramático. Es posible que haya sido actor en su vida pasada.

Repentinamente, Gulf agarra un puñado de su camisa acto seguido lo encorva para susurrarle al oído: —A.... gua.... — Igual de dramático desploma la cabeza dónde ya yacía y el mejor amigo le dedica unos ojos saltones adjuntos al típico respiro dramático. Enfurece el rostro para caminar a la puerta dónde no teme en tocar duro y estrepitoso.

—¡Oye, mi amigo se está muriendo aquí atrás! ¿Podrías ser tan amable como para dejarnos pasar? Hace tanto calor como el desierto Lut, ¡además, llegamos temprano!

Mew abre la puerta enfurecido. Al menos ahora viste una camisa de abdomen bajo lúcido en rayas negras con blancas, pantalones oscuros y converses, su cabello anda suelto, rebelde como siempre. —Ustedes dos nerds son los únicos desactualizados. Para la próxima recuerden que a una fiesta se llega dos horas más tarde. — Sonríe humilde, pero es puro sarcasmo.

—Lo que sea, — Gun rueda los ojos. —necesito que por favor entres a mi amigo o morirá de deshidratación o shock térmico, la última haría que te encarcelen si los policías me interrogan.

—Dudo que me encarcelen.

—Sí, yo tamb-- ¡El punto es! Mi amigo necesita agua y techo en estos instantes. Si estás decorando, organizando o todo lo que termine en "o" puedo ayudarte.

Mew suspira.

---

Minutos después Gulf está durmiendo en el mueble con la cabeza tumbada para atrás. Pasos previos a sus pies hay una pequeña mesa donde yace un vaso de cristal vacío. Charcos húmedos diseñan los paneles denotando que Gulf bebió agua, ahora reposa del calor.

La sala de estar se divide en dos zonas, una más pequeña por una pared (dónde Gulf anda) y la otra mucho más grande, parece un salón de baile. En esa Gun coloca paquetes de comida chatarra junto a Mew. Ambos, siendo un dúo bastante disparejo, coinciden en el manejo de aperitivos por lo que transforman la mesa en un manjar de perdición. Es definitivo; aquí reina el azúcar y el alcohol.

—Bueno, nos complementamos muy bien. — Mew confiesa volteando a mirar al pequeño Gun una vez finalizan. Este también voltea.

—No te confundas. Solo me ofrecí para ayudar a mi amigo.

—¿Son pareja?

—¡Por Dios! Por tipos como tú la sociedad está patas arriba, ¿ahora nadie puede ser mejor amigo de nadie porque el mínimo gesto de preocupación los convierte en gays o lesbianas?

—No manches, qué intenso salió el Chihuahua.

—Repite eso otra vez. — Gun infla el pechito rompiendo espacio entre ellos, pero Mew ríe a todo pulmón dándole una palmada en la espalda que desinfla al Chihuahua enclenque, incluso le provoca catarro.

Golpes en la puerta son escuchados. El presumido fuckboy se excusa diciendo: «Ya llegaron. » mientras Gun estabiliza la respiración tragando grueso.
Al lograr estabilizarse, suspira. Ojea la cesta de chocolates. Le es extraño ver chocolates empaquetados como opción para una fiesta, pero considerando el tibio ambiente, no obra para mal. Tuerce la cubierta para darle un mordisco neutral al chocolate. Mastica todo desinteresado cuando su cuerpo se paraliza y sus pupilas se dilatan. —Oh-Uh.— Murmura.

•••

Mew entra a los invitados quiénes son un grupo grande. Todos ellos gritando. Algunas chicas visten faldas demasiado cortas para sus largas piernas. La casa se repleta por chicos y chicas que en la escuela católica no se ven, el lugar se abarrota de gente. Mew incrementa el volumen de las bocinas.

Gulf, que dormía todo tranquilo, despierta al Gun desplomar su trasero a su lado todo sonriente. El pelilargo escanea el lugar. —¡Gun! La fiesta empezó, hace unos segundos toda esta gente no estaba.

—¡Sí! ¡Ya empezó! ¡Prueba este chocolate, amigo! — Gun le inserta el chocolate a la boca. —Te va a gustar muchísimo y te dará valor.

Mientras más mastica comienza a sentir otro sabor cuando, similar a Gun, su cuerpo comete una pausa y las pupilas se le dilatan al máximo.

•••

No supieron cuándo ni cómo, pero se unieron a bailar con la multitud cómo dos hermanos locos. «¡DIGAN “QUESO”! » Grita una influencer novata en la delantera alzando la cámara y Gulf chilla un: «¡No! » arrodillándose para no salir en la foto. Gun, al contrario, sonríe todo alocado creando dos “V”s con las manos.

En algún momento de la noche, una chica igual de drogada le permitió a Gulf tocar su seno izquierdo a lo que todos aullaron en festejo, la chica solo se mordió una sonrisa manteniendo la camisa levantada sin brasier alguno.

Todos siguieron bailando entre alcohol, más alcohol, más todavía, hasta que Gulf estaba bailando completamente extasiado y lujurioso. Sujetaba una de las botellas de vino mientras con su mano libre masajeaba su pecho y estómago. Cabeza tirada para atrás, mechones de cabello acaparando su rostro.

Mew dejó de brincar para contemplarlo teniendo el cabello igual de revoltoso. Gulf lo mira por casualidad, pero una vez lo hace se mantienen la mirada. Coqueto, bebe de la botella sin dejar de mirarlo.

•••

Al rato entran a la habitación de Mew entre besos desesperados. El anfitrión cierra la puerta tras ambos entrar y Gulf lo azota a la pared lateral sin dejar de sostener la botella de vino. Se besan una tras otra vez, entrelazando lenguas, sin cansarse de lo bien que se sienten. Gulf retrocede, pero Mew le acaricia las mejillas añoroso.

—Te sientes muy bien, srto. Inocente. — Juega Mew.

—No hables, solo bésame.

Continúan besándose, serpenteando los pechos de adelante a atrás. Mew le agarra ambas nalgas sobre la tela tirando de ambas para arriba. Los camina a la cama dónde agarra la botella para sentar a Gulf. —Quítate la ropa.

Gulf se deshace de la camisa, luego de los pantalones y tenis. Tiene un cuerpo precioso: hombros anchos, abdomen plano, brazos esbeltos. Muchas veces descartamos o desestimamos que la anatomía humana es hermosa. Ambos tienen los pies en la tierra, pero sus mentes viajan de las nubes a sus cabezas. Cada viaje siendo más directo que el otro, teniendo una vía fácil sin  uso de la razón que se interponga. “Esto está mal”, “Ni siquiera me agrada él”, “¿Por qué hago esto?” esos susurros no tenían lugar en este momento. Solo se dejaron llevar por los deseos más profundos del extraño órgano en sus pechos.

—Acuestate. — Comanda Mew.

Gulf hace cómo le es pedido ocultando su coronilla frontal tras cinco dedos. Utiliza el redonder de sus ojos para ojear al némesis.
Tal voltea la botella sobre el tórax del acostado trazando una línea licuosa de vino hasta que la misma se reúne cómo charco en el ombligo.

Aventa la botella a alguna esquina de la habitación, remueve su camisa botón por botón, entonces trepa el cuerpo del chico para lamer esos cerezos erectos manchados en vino. Los lame en círculos provocando gemidos sonoros en el contrario. Usurpa uno queriendo beber hasta la última gota y dejarlo limpio.

—¡Ah! Esto es muy sucio, me vas a dejar pegajoso... — Se queja Gulf presionando cerrados sus ojos, manteniendo entre dientes la uña de su pulgar.

—Otra parte de ti también quedará pegajosa... — Usurpa el otro pezón haciendo sonar el chupete junto las lamidas explícitas.

—¡Dios!

Aquel experto sexual desliza la lengua por todo el estómago recolectando en su lengua fragmentos del vino hasta alcanzar el ombligo. Observa bien ese maremoto color morado. Para cuando inclina la cabeza succiona todo el líquido. Las caderas del acostado retumban adjuntas a un gemido.

Mew lo deja limpio cómo al principio. Al nivelar sus rostros ambos se miran cómo enemigos incapaces de resistir el urge de besarse. Mew toma la iniciativa y el pelilargo se sujeta a su ancha espalda cómo si estuviesen a punto de despegar a un viaje fuera de este mundo. Gimen como osos grizzlies.

Para cuando distancian rostros un hilo de saliva transparente conecta sus labios y se parte. —Voy a prepararte. — Dice Mew humedeciendo dos dedos en su propia boca.

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Para cuando lo están haciendo Gulf ha sido posicionado en recto tras el cabezal de la cama y gime sin saber cómo callar. Cada estocada da justo en su punto dulce, ya Mew sabe dónde dar y así llevan desde que empezaron. Su cuerpo rebota a una velocidad extasiante. Arquea la espalda aún sostenido a la del más tosco.

—Te odio. — Admite Mew, apenas manteniendole la mirada encima.

—No te preocupes, ¡es mutuo, joder!

A Mew se le inflan las mejillas con vómito e intenta tragarlo, pero se le vuelven a inflar. Gulf niega repetidas veces. —¡No, no! A mi NO me vengas a vomitar. No.

Mew vomita a un lado mientras Gulf alcanza el clímax gritando entre frustrado y excitado. Aprieta fuerte la carne a la que se sostiene. —Agh... Ah.... Ah. — Gulf respira habiendo alcanzado el éxtasis por completo. Mew termina de vomitar asímismo ralentiza las caderas.

—Mgh... Te sientes muy rico, srto. Inocente.

—No puedo decir lo mismo de ti. — Respira Gulf. El fuckboy regresa su mirada al tierno cascarrabias bajo él. Ambos se miran por varios segundos estudiando cada facción, cuántos poros tienen, granos,.... En la televisión muestran el sexo cómo una fantasía, no te dicen que estarás cara a cara con esa persona, mirándola desde abajo o arriba. Es algo aterrador, pero, si tienen química puede ser bonito.

—Joder, eras virgen, ¿no? Lo siento. — Suena honesto Mew a pesar de parpadear drogado.

—No te preocupes, solo quería dejar de ser virgen.... — Cuánto más parpadea más borroso se torna Mew. Parece una figura sin rostro, un fallo en la realidad. —Gracias. — Sonríe embelesado e ingresa el mundo de los sueños, ese mundo donde todos los durmientes se convierten en uno y quizás, solo quizás, participan en los sueños del uno al otro.

—¿Gulf? ¿Te dormiste? Gulf. — Le da una pequeña bofetada, pero el bello durmiente no despierta. Lo sacude, tampoco funciona. Ríe drogado sin poder creer que fornicó con el chico más “inocente” en la escuela. Se encorva a buscar el teléfono en sus pantalones. Al obtenerlo endereza la espalda.
—Di “queso”~. — Ríe presionando frenético el botón al centro, sacando cinco fotos en una sola toma.
Gulf chasquea los labios dormido. —A ver si ahora me sigues delatando a los maestros.

*N/A: 😳LE TOMÓ FOTOS A NUESTRO GULFITO💔, ¿Qué les pareció? 🤣🤣 Morí con el inicio. Qué horrible lo del vómito para su primera vez, pero la historia es una comedia bastante cruda jajaja*

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