𝐈𝐕
Diluc podía verse como alguien tranquilo y frío, alguien que no le hacía daño a nadie porque se notaba su gran paciencia... Error, no era así, no tenía paciencia, nula paciencia, el era conocido por ser alguien que actuaba a veces por impulsos por su poca o nula paciencia, además de ser vengativo y rencoroso en todos los sentidos, si alguien le hacía algo malo el lo devolvía diez veces peor.
Así que ahí estaba Alhaitham maldiciendo porque sus cálculos de conocer a Diluc habían salido mal, creia que sus formas de manipular o ser persuasivo servirían, más no paso así, no le saco nada al pelirrojo, era aún más reservado y poco hablador que el, pues nisiquiera se daba la molestia en devolverle algunos comentarios o hasta burlas que le hacía, algo que jamás le había pasado.
Alhaitham era conocido por ser muy molesto y ser capaz de alejar a cualquiera de el, pero Diluc no se molestaba, si puede que Diluc tenga nula paciencia pero solo pasaba cuando se enojaba y Alhaitham no lo había enojado, poco le importaba lo que el Escriba le dijera, literalmente se limitaba a ignorarlo y hasta divagar, no tenía intenciones de entablar una conversación y se notaba.
—No eres muy hablador, vamos, aunque sea dime cómo es Mondstadt.
—Es libre.
—Sabes a lo que me refiero fresita.
¿Fresita?, Vaya apodo tan estúpido, aunque estaba acostumbrado, Kaeya lo llamaba "Batman" de todas formas, así que fresita era tolerable, muy tolerable.
Diluc se quedó en silencio mirando a Alhaitham con una cara totalmente inexpresiva, dejando su jugo de uva a un lado pues si, su bebida favorita siempre debía estar presente cuando se trataba de la cena o si no la cena ni valía la pena; el pelirrojo suspiro y luego soltó un bufido de cansancio, ya se estaba cansando de ser cuestionado o que le pongan apodos tontos o tal vez era el el aburrido... No definitivamente los otros eran idiotas.
Paso su mano por su frente en señal de irritación, no había mucho que decir en esta conversación solo que era innecesaria y una perdida de tiempo total, solo era eso.
—¿Por qué al Escriba le importaría un forastero de otra nación?, Dime ya que planeas que no soy idiota, hablas o aquí mismo te quemó vivo.
Amenazó Diluc, sabía que Alhaitham se traía algo entre manos, lo sabía y era muy obvio, Alhaitham podía engañar a otros pero no a él, no era tan estúpido y si creía el Escriba que el era estúpido pues estaba equivocado y hasta se sentía algo ofendido.
—¿Por qué la necesidad de ser tan hostil?, Solo quiero conocerte.
—¿Por qué?, ¿Soy una competencia para ti?
Eso dejo a Alhaitham en silencio total, generalmente el no se empeñaba en conocer a la gente pero ahí estaba, cuestionando a este chico de prendas elegantes y cabello rojo como las rosas; él también se había cuestionado porque se empeñaba en conocerlo, nisiquiera el entendía la razón de esto, mientras más lo pensaba, más se confundía, pero debía admitir algo, se sentía atraído por Diluc, extrañamente le gustaba lo atractivo y hasta hostil que era, aunque si daba miedo era a cierto punto muy candente verlo ser tan agresivo y hostil, tal vez el era masoquista y ni lo sabía.
—No, para nada, ¿Por qué te vería como una competencia?, Si tú de lejos eres más atractivo que yo.
No sabía cómo habia llegado está situación, pero ahora estaba Alhaitham tomando con su mano el mentón de Diluc, el Escriba estaba inclinado sobre la mesa para lograr aquello, ahí estaban ambos mirándose fijamente, ninguno de los dos apartaba la mirada como si se tratara de una competencia de quién parpadea primero pierde.
Diluc se alejo del toque de Alhaitham sentándose de forma recta y Alhaitham hizo lo mismo.
Diluc estaba algo confundido, pero intuía que Alhaitham se sentía atraído hacia el por su buen ver y cuerpo, no lo culpaba, no era la primera vez que le pasaba algo así, le llegó a pasar con cierto Fatui de cabellos naranjas y también con el que mantenía a flote al Clan Kamisato, ya le había pasado y no sería la última vez que le pasaba.
Kaeya siempre le había dicho que le sería fácil conseguir pareja, no importaba si era una chica o chico, Diluc siempre lograba hacer que los chicos terminarán tirando para el otro lado por su culpa, pero el no los obligaba a qué se sintieran atraídos por el, así que por ello ignoraba a estas personas porque sabía que ellos estaban interesados por el por su cuerpo y apariencia, no por su personalidad, solo tenía que ser más paciente si quería encontrar a alguien que valiera la pena.
—¡Alhaitham!, Ya llegue.
Y la persona que había conquistado su corazón sin darse cuenta había llegado.
—Llegue antes de tiempo, espero no te molest-... ¿Diluc?
Kaveh se quedó confundido al ver a Diluc sentado frente a Alhaitham, pero lo que más le extrañaba era que Alhaitham lo dejara entrar a la casa.
—Buenas noches Kaveh, espero no te moleste mi presencia, tu compañero de casa me encontró en medio del desierto y me trajo aquí para que me recupere.
Explico el chico de cabellos rojos, levantándose y acercándose a Kaveh, para así tomar los planos y papeles que tenía con el, le ayudaría a que se sintiera más cómodo y descansará lo necesario, después de todo, el amor hacia que cualquiera hiciera tonterías.
Kaveh estaba realmente feliz de recibir la atención que Diluc le estaba proporcionando, jamás se había sentido importante en su vida, lo admitía, adoraba tener atención y sentirse importante, lo adoraba y por eso mismo se estaba enamorando cada vez más de Diluc.
El Escriba no estaba muy feliz con lo que veía, Diluc se veía más suelto cuando estaba con Kaveh y Kaveh se veía más feliz con Diluc que con el y eso lo odiaba, lo detestaba.
—¿Que te parece si te preparo algo de comer Kaveh?, Dime, ¿Tienes algo en mente?, Estoy abierto a cualquier petición.
—Oh, bueno, una ensalada no estaría mal.
—Bien, que te parece si vas y te das una ducha, te relajas y cuando bajes la ensalada estará lista.
Diluc dejo los planos en la mesa del salon donde Kaveh trabajaba a veces, se giró de nuevo en dirección a Kaveh y le acaricio la mejilla con cuidado, juraba por los Arcontes que jamás había conocido a un chico tan lindo y hermoso en su vida, si puede que se haya sentido atraído por su físico, pero quería conocerlo, quería saber sus gustos, quería conquistarlo, quería hacerlo feliz como el en su momento lo fue antes de la tragedia de su Padre.
Kaveh con un leve rubor en sus mejillas asintió para así llevarse su maletín con el a su habitación, tomaría una ducha, se relajaría y luego cenaría, eso sí, por unos momentos había olvidado que Alhaitham también estaba en la casa, pero eso no importaba ahorita, importaba Diluc, el hombre del que se había enamorado sin darse cuenta una tarde de lluvia.
Alhaitham para este punto
ya se había ido a su habitación, prefería estar solo que ver a Diluc y a Kaveh juntos sintiéndose cómodos uno con el otro y siendo abiertos.
El Escriba odiaba eso, pero se preguntaba, ¿Por qué se sentía enojado?, ¿Por qué lo odiaba?, ¿Por qué sentía su sangre hervir?, ¿Por qué?
El peligris se sentó en su cama y comenzó a analizar la situación, desglosando cada cosa que recordaba, el como se sentía con Diluc, con Kaveh, con el aroma de ambos, con las situaciones que tenían, etc, comenzó a analizar cada cosa, el era experto en eso, tal vez si hacía eso encontraría la respuesta.
Finalmente el Escriba dió con la respuesta y eso lo dejo atónito de si mismo, no odiaba a Kaveh ni odiaba a Diluc, le enojaba que el no era parte de las interacciones de ambos, le enojaba que ellos se comportarán de forma diferente con el, le enojaba todo eso, en su momento no lo entendió pero ahora era más claro que el agua y eso solo lo hizo sentirse un huracán, un huracán de emociones, un desastre.
Alhaitham ya sospechaba que le gustaban los de su mismo sexo, jamás se enamoro de una chica de todas formas, pero de por si esto era un desastre, su corazón había hecho un desastre sin que el se diera cuenta, su mente le decía que mejor se alejara de todo porque de una u otra forma saldría lastimado y eso quería evitarlo, quería evitar llorar y sufrir por este sentimiento llamado amor, era lindo estar atraído y enamorado pero a la vez era peligroso y el lo sabía porque ahora lo estaba viviendo y lo estaba viviendo de la peor manera.
Alhaitham no estaba enojado ni con Kaveh, ni con Diluc, al contrario, su corazón había terminado enamorándose de ambos, el Escriba amaba a Kaveh y a Diluc, amaba a ambos por igual, se había enamorado de ambos y eso dolía porque el sabía mejor que nadie que el era el mal tercio entre todo esto, el era el que estaba interfiriendo con una relación que podía ser perfecta entre Diluc y Kaveh
¿Que debía hacer?, ¿Debía alejarse o intentar tener una relación de tres con ellos?, Pensaba en la segunda opción y más le dolía porque sabía que no sería posible, lo sabía mejor que nada.
Finalmente soltó un suspiro y salió de su habitación, iría al Gran Bazar a despejarse o tal vez a las afueras de la Ciudad de Sumeru, necesitaba respirar y relajarse o si no se terminaría haciendo daño así mismo.
—En su momento fue buena idea, ahora me estoy arrepintiendo.
—¡Kaeya!, Ya te dije que lo veas como unas vacaciones, de paso disfrutemos visitando lugares, el señor Diluc de seguro está bien.
—Bien bien, tu ganas Klee, tu ganas, lo veré como unas vacaciones.
Klee Soltó una risita dulce al escuchar aquello, mientras daba pequeños saltitos al caminar, estaba emocionada por llegar a la Ciudad de Sumeru, sabían el camino gracias a un chico bonito que tenía orejas, parecía ser un híbrido de zorro o eso le dijo Kaeya, ¿Cómo se llamaba ese chico?
—Kaeya.
—Dime Klee.
—¿Cómo se llamaba el chico bonito de orejas?, Él que tenía un mechón verde.
—Oh, Tighnari, un guardabosques si no mal recuerdo.
—¡Tighnari!, A Klee le dieron ganas de tocar su cola, pero sentía que el señor Tighnari se enojaría.
—A la próxima pregúntale, tal vez te diga que si, ahora, ¿Que tal si hacemos una carrera?, Si ganas te compraré lo que tú quieras y su yo gano tu no usarás esa nueva bomba, ¿Trato?
—¡Trato!
Ambos comenzaron a correr en dirección a la Ciudad de Sumeru, Kaeya había decidido ir a Sumeru porque se sentía preocupado por Diluc, debía admitirlo, no quería dejar a Diluc solo en Sumeru y ahí estaba, viajando para buscarlo y ayudarlo en su negocio, lo que sea por su hermano, de paso se trajo a Klee ya que Jean quería descansar un poco, después de todo, a ambos les hacía falta salir de Mondstadt, Klee estaba amando el viaje, Kaeya no tanto porque odiaba con todas sus ganas los insectos.
Actualice 👹
Espero les guste, lamento haberme
tardado, como siempre digo, siempre tendrá falta de ortografias, me disculpo por ello, ahora me despido siksi
De paso les presumo a mi Main :ojitos:
Atte: La mejor Wanderer Main 💪😻
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