Especial de navidad 🎄

Cuando la lluvia se detiene, tu luz me ilumina
Tu luz es la única cosa que me mantiene lejos del frío - Christmas tree, V.

La tarde caía con demasiada lentitud, algunos pájaros todavía trinaban con alegría y unos pocos rayos de sol iluminaban el patio trasero de la enorme casa y derretían a duras penas la nieve poca que se había acumulado en el techo desde la mañana.

A YoonGi le gustaban las navidades desde que sus hijas nacieron, aunque la casa se volvía un caos de gente caminando por doquier. Los hermanos Kim habían tomado la costumbre de festejar con la pequeña familia Park, se quedaban hasta año nuevo y luego se separaban otra vez, cada quien por su lado, a disfrutar las vacaciones.

Sin embargo, algo mantenía preocupado al omega dueño de casa, que observaba el patio trasero y el poniente parado en el umbral de la puerta en el cuarto de lavandería.

—Papi, ¿a qué hora vamos a hacer el muñeco de nieve? —La dulce voz de JiYoon distrajo al hombre. YoonGi miró hacia abajo, junto a sus piernas, la pequeña de seis años de edad que ya le llegaba casi a la cintura le observaba con sus ojos llorosos por el frío.

Era Hoseok el responsable de que las tres menores de la familia estuvieran insistentes con ese tema. En realidad, él no tenía la culpa, solo les había contado a las niñas lo que él y sus papás solían hacer cuando ocurría la primer nevada del año. Siempre nevaba un mes antes de navidad, pero curiosamente ese año parecía que muchas cosas se habían alterado bastante.

La pequeña más entusiasmada era JiYoon, ella también quería armar un muñeco de nieve justo a sus dos papás.

—Bebé, hace mucho frío hoy ──Se excusó.

Ciertamente, YoonGi no solo sentía frío por culpa del clima.

—Está bien, papi —La niña abrazó a su padre hasta donde sus cortos brazos le permitieron, recibiendo caricias en la cabeza—. ¿No vendrás a tomar chocolate caliente con todos?. El tío Yeyo trajo donas glaceadas.

YoonGi sonrió, diciéndole a su hija que en un momento entraría a la casa.

Yeyo, como todos los más pequeños le decían a Yeonjun, era novio de Soobin, el ex-secretario de Jisoo y, prácticamente, el hijo adoptado por Seokjin y su pareja. Las niñas habían crecido con los cuatro chicos presentes, pero con Yeonjun y Soobin tenían cierto vínculo especial.
Por eso, tanto Jimin como YoonGi los habían elegido como padrinos de bautismo de JiYoon y JiWen cuando finalmente decidieron realizar la ceremonia.

—¿YoonGi-Ssi?, ¿qué pasa?.

El omega no volteó hacia él. En el horizonte, el sol ya casi se ocultaba por completo.

—Nada, solo... ¿No te ha llamado, Tae?.

El alfa entendió de inmediato por qué el ánimo de su mejor amigo estaba por los suelos a pesar de que estaban pasando un hermoso día de nochevieja en familia, y de hecho, se sintió un poco tonto por no darse cuenta antes.

—No. Le marqué un par de veces, pero nunca respondió.

—Bueno, no pasa nada —Suspiró, negando con la cabeza para sí mismo. Se estaba resignando al destino, aunque era lo que menos quería.

—Igual tú sabes que evita hablar demasiado conmigo —Se justificicó, tratando de cierto modo que el omega no perdiera las esperanzas todavía—. Han pasado tantos años y todavía parece que me odia.

Lo último se le escapó en un leve susurro, pero YoonGi lo había escuchado.

—¿Salieron por mucho tiempo? —Preguntó sin escrúpulos, dándose media vuelta para mirar la expresión de sorpresa que su mejor amigo tenía en el rostro—. Lo sé porque me lo dijo antes de que las niñas nacieran.

Taehyung se ahogó con su propia saliva, sintiendo como el rostro se le enrojecía por la vergüenza. YoonGi en cambio le sonrió, abrazándolo por la cintura para apoyar la cabeza en su hombro.

El alfa se sintió un poco más tranquilo así.

—U-uh, b-bueno, éramos adolescentes. Nunca fue oficial, solo... Ya sabes. Yo estaba harto de que jugara conmigo, a él le gustaba Enwoo, pero cuando lo inevitable pasó con él, conoció a Dahyun y fue peor porque ella solo se burlaba de mi por que me gustaba otro alfa. Y un día... Encontré a Jungkook.

Encontró a Jungkook y jamás lo soltó. Jungkook se había enamorado primero del lobito triste y con el corazón roto, pero ciertamente Taehyung lo hizo con más intensidad.

YoonGi sonrió.

—Lo bueno es que todos tuvimos final felíz. ¿No?.

—Sí. Creo que Enwoo también es feliz, donde sea que esté.

YoonGi asintió, aún sin separarse de su amigo.

—JiWen, "Ji" por Jimin, "W" por Wendy,  y "En" por Enwoo —Explicó. Era a la primera persona que se lo contaba, y realmente no había una razón específica por la cual no le había dicho nada a Taehyung. Solo lo había olvidado—. De vez en cuando vamos a visitarlo al cementerio, aunque no esté aquí encendemos una vela por el. ¿Sabes algo?, creo que a Jimin le hace bien, se siente menos culpable.

No lo decía abiertamente, pero era cierto que el alfa sentía culpa por situaciones que no estaban bajo su control. Había pasado con Roseanne, con Enwoo y también con YoonGi. Sin embargo, poco a poco y gracias a muchas charlas con profesionales de Salud mental, entendía que no siempre es responsable de todo lo que pase a su alrededor.

—¡Suga hyung, Suga hyung! ──El pequeño Hoseok de once años de edad irrumpió en el silencio de los adultos──. Llegó un obsequio para tí. Tienes que ir a buscarlo al frente de la casa.

Hoseok saltaba con emoción agitando los brazos. El niño había crecido bastante, era más alto que otros pequeños de su edad, y nadie todavía se acostumbraba a que tenía casi la altura de YoonGi.

──Oh, claro.

──¿Quieres que vaya por ti, YoonGi? ──Preguntó un tanto preocupado, realmente si amigo no se veía con los ánimos suficientes como para recibir a alguien en ese momento.

Sin embargo, el omega asintió con la cabeza.

──No te preocupes, vé primero con los demás, los alcanzo en un momento.

Taehyung dudó de igual manera, pero hizo caso y se marchó al comedor con su hijo de la mano, mientras que YoonGi siguió caminando por otro pasillo de la casa que conectaba directamente con el living.

Cruzó la sala dando zancadas largas, sonriendo enternecido por ver a Yoo-Mi dormida en la alfombra junto al pino de navidad que habían conseguido comprar a una empresa que se dedicaba a la plantación de dichos árboles exclusivamente para esas fechas. Era una tradición estadounidense que se volvió popular en asia y aunque no parecía era un negocio rentable, a muchas familias les gustaba ir y escoger el pino más bonito.

La niña solía dormirse en cualquier lado de la casa, tenía esa facilidad, aunque por lo general lo hacía en sitios donde más le gustaba pasar tiempo jugando. La alfombra del living era uno de ellos.

YoonGi pasó por su lado, y sin hacer ruido salió por la puerta principal. Sin prestar atención al porche, que cambiaba de colores por las luces decorativas que había colgado, primero se encargó de volver a cerrar la puerta tras su espalda para que el frío de la tarde no molestara a su hija.

──Siento mucho hacerle esperar ──Suspiró acomodándose bien el abrigo y finalmente, enfocó la vista en el frente.──, ¿tengo que firmar algo?, que sea rápido por...

Su respiración se detuvo, sus labios se secaron. Se quedó estático, con las palabras atascadas en la garganta.

Sin embargo, tenía el puso acelerado. Demonios. Sentía que el corazón iba a escapar de su pecho.

──Hola, omega ──Le regaló una sonrisa, estirando los brazos hacia adelante──. ¿No correrás a abrazarme?

YoonGi reaccionó cuando las primeras lágrimas rodaron por sus mejillas, y por supuesto que eso hizo. Corrió con todas sus fuerzas, y de hecho saltó a sus brazos. A pesar de los años que habían pasado todavía tenía sus rodillas sanas.

──Maldito imbécil, ¡Te odio, te odio tanto! ──Mientras decía aquellas palabras, golpeaba sin fuerza el hombro del muchacho──, ¿te parece gracioso no responder mis llamadas, alfa idiota?, ¿sabes cuánto te he extrañado?.

──Yoonie, hablamos hace dos días.

──Ni siquiera te han importado las niñas, alfa irresponsable ──Continuó murmurando, sin quitar la nariz del cuello del alfa.

De verdad había extrañado mucho a Jimin.

──De hecho... ──hizo una pausa antes de seguir hablando──, hablé con ellas anoche. Taehyung hizo videollamada conmigo.

──¿Qué acabas de decir?

Oh, maldito perro traicionero. Ahora tenía sentido que el día anterior, Jungkook quiso hablar con el a solas por la noche de un tema que, en realidad, parecía demasiado irrelevante.

A como se diera la oportunidad, YoonGi los mataría a ambos.

──¿Sorpresa? ──dijo con timidez──. Bien, puedes matarme después. No quisimos decirte nada porque... Bueno, era literalmente una sorpresa.

El omega se separó del cuerpo de su esposo, quería ver su rostro. Tocó con las yemas de sus dedos su piel, era como si lo inspeccionara, últimamente se resfriaba con frecuencia y pero aún con el cambio de tiempo entre una ciudad y otra, pero ahora parecía estar en perfectas condiciones.

Jimin lo besó. No aguantaba tenerlo tan cerca y no poder tocarlo con sus labios, de hecho, era lo único en lo que estaba pensando desde que lo vió salir por la puerta. Era un beso tranquilo que decía "te extrañé" sin palabras.

──¿Cómo te fué? ──Preguntó cuando el alfa le dejó respirar un segundo.

Jimin había tenido que volver dos semanas a Busan, Jisoo le había cedido sus acciones en la empresa, incluso la casa. Cualquier cosa que quisiera, Jisoo había prometido dársela, ahora que ella tenía prisión domiciliaria con tobillera electrónica había decidido comprar un departamento más pequeño lejos de la ciudad. Y aunque Jimin en un principio no quería nada que viniera de ella, pensó mejor las cosas y decidió vender la casa y las acciones para usar el dinero en algo a lo que pudiera darle más utilidad.

──Firmé muchos papeles, pero por fin podremos comprarles a las niñas todo lo que necesitan.

No es que el dinero les faltara, el alfa había conseguido trabajo como profesor de baile en una academia, y YoonGi vendía postres por encargo con Yujiung desde la casa.
Sin embargo, a veces debían gastar en remedios y consultas medicas para la pequeña Yoo-Mi que presentaba algunos signos de autismo e insuficiencia respiratoria, y el transporte de la casa a la escuela, sumado a los propios útiles escolares.

Y por supuesto, a veces ambos se daban el gusto de comprarse ropa o salir a una cita cuando podían, así que cualquier ingreso de dinero extra no les venía nada mal.

──¿Y a mí no planeabas comprarme nada, alfa? ──Fingió ofenderse──. Por ejemplo...

──Si quieres te llevo a la luna, omega.

YoonGi sonrió, volviendo a besarlo para ocultar su vergüenza y el creciente sonrojo de sus mejillas.

Esa navidad definitivamente fue una de las más lindas porque después de dos semanas separados que se sintieron como meses enteros, YoonGi había obtenido nuevamente el mejor obsequio de todos.

Este especial era obviamente para navidad pero nunca lo subí jajajajaja 😭

© ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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