Capítulo doce
"Noches de sexo, días sin palabras" - She Don't Give a Fo, Duki
Irene y Wendy estaban en busca de un vientre de alquiler desde hace un par de meses, la solicitud ya estaba hecha, pero habían entrado en lista de espera. Y eso les podía llevar desde solo unos meses, hasta años enteros por que no disponían del dinero suficiente. Adoptar era una opción más difícil, y por lo que YoonGi había entendido, ellas querían un bebé con sus genes.
El peli-negro había llorado con ellas mientras le contaban cunato las habían discriminado por ser pareja, simplemente por pertenecer a razas distintas a las de alfa-omega. ¿Qué más daba si eran omega y beta? El amor que se profesaban debía ser la única prueba que validara la relación, no lo que los estereotipos imponían.
Después del desayuno, las dos mujeres y su hijo adoptivo de mentira pasearon por diferentes sitios de la ciudad, dando por terminado el recorrido cerca de las seis de la tarde. YoonGi regresó a su casa con chucherías nuevas, como lo fueron algunas pulseras y un par de libros que Irene le había obsequiado; quizá hasta se habría quedado a pasar la noche en casa de ellas, pero las cortinas de su casa no estaban como él las había dejado más temprano, y sabiendo que Jisoo no regresaría hasta el día siguiente, estaba seguro de que se trataba de cierta persona con la que necesitaba hablar.
El omega entró en silencio, tratando de hacer el menor ruido posible. El living e incluso la cocina estaban vacíos, por lo que decidió ir a guardar sus nuevas adquisiciones en el mueble que la alfa le había comprado exclusivamente para sus cosas. Se quitó la última pulsera de la muñeca en la oscuridad de la habitación, y sintió otro cuerpo pegándose al suyo por detrás. Lejos de asustarse, se quedó quieto sintiendo el calor ajeno en su espalda. La respiración calmada del alfa chocaba en su nuca como una caricia suave.
Había pasado un mes entero, y no estaba seguro de poder soportar un segundo más sin tocarlo. Y, a pesar de que disimulaba bastante bien el hecho de querer saber cómo estaba y qué hacia, por dentro se moría de ganas.
—Jimin...—suspiró, queriendo voltear se para apartarlo. Estaba mal, muy mal, seguir con eso; ya lo sabían las vecinas, lo sabía Dahyun, pronto todo el barrio estaría enterado, ¿y cuánto faltaba para que llegara a oídos de Jisoo?
El alfa con rapidez pasó sus brazos por la cintura del mayor para apretarlo contra su cuerpo, evitando que se diera vuelta. Colocó su barbilla en el hombro derecho de Min, rozando su propia mejilla con la del peli-negro.
—Déjame estar así contigo un momento—murmuró.
Estaba mal, pero se sentía tan bien, y ninguno de los dos se iba a cansar de repetirlo para sus adentros.
» —Entiendo que no quieras saber de mí, pero confieso que te extraño.
YoonGi sabía perfectamente que el alfa solo extrañaba su cuerpo y cuan alto lo hacía llegar, pero sus palabras hicieron a su lobo mover la cola y a su corazón latir con emoción.
—No se trata de eso—exhaló con fatiga.
—¿Entonces por qué insistes en alejarme?
—Jimin—suspiró—, tu amigovia lo sabe.
—¿Qué?
—Dahyun lo sabe—aclaró, por si acaso—. Si sospecha que te quedas aquí solo para estar conmigo, le dirá a tu madre.
Oh, mierda. Saber eso explicaba muchos de sus comportamientos extraños.
—No, no lo hará—afirmó, con cierto ápice de seguridad—. Si le doy lo que quiere se quedará callada, le conviene.
—¿Te vas a acostar con ella?—por el tono que usó, Jimin supo que estaba indignado. Pero más que eso, celoso.
—¿Te molesta?—tuvo la intención de reírse, pero prefirió no arruinar el momento por que en verdad le había hechado de menos.
—Un poco—confesó—, cre-creo.
—No soy exclusivo, omega
Y al peli-negro le dolía saber eso. No estaba en el derecho de reclamarle nada, principalmente por que él llevaba un anillo en el cuarto dedo anular de la mano derecha.
—L-lo sé, Jimin. Ya lo sé—suspiró, apoyando la cabeza hacia atrás, en el hombro del menor.
El omega subió las manos del rubio de su cintura a su pecho, donde el menor podía sentir sus pezones por sobre la fina tela de la remera. Jimin besó la porción de piel que tenía a disposición, una de las más sensibles del omega: su cuello. Sin embargo, YoonGi no estaba satisfecho. Necesitaba sentir sus labios con los del chico, por lo que en busca de saciar sus ganas giró su rostro y atrapó los pomposos labios del peli-rubio en un suave roce.
Jimin dejó de envolverlo con los brazos para hacerle voltear y empujarlo contra el mueble de forma brusca, sujetó el cuello del omega con una mano sin ejercer tanta presión, y atacó nuevamente su boca. YoonGi sacó fuera su lengua, solo unos centímetros, invitando al alfa a un encuentro húmedo que fue aceptado de inmediato.
YoonGi mientras se derretía en boca de Jimin, metió las manos por debajo de la remera del menor para rasguñar su espalda, sin importar si dejaba incontables marcas rojizas luego. Era una especie de devolución por todos los chupetones que aún se notaban en su piel lechosa.
—Mierda—jadeó a milímetros de los finos labios del peli-negro, sonriendo lascivamente de lado segundos después. Su espalda ardía, pero lejos doler, se sentía placentero—, me encantaría arrancarte ya mismo la ropa, omega.
—En tu habitación—pasó los brazos por el cuello del alfa, y el rubio captó rápidamente la indirecta.
Jimin le apretó el trasero antes de levantarlo del suelo y cargarlo hasta su dormitorio, intentando ignorar las uñas del mayor raspando suavemente sus omóplatos. El omega apoyó los pies en la suave alfombra donde un mes atrás el dueño de esos aposentos lo había hecho ver las estrellas, y tomó el rostro del alfa para morder sus labios antes de besarlo una vez más. Se había vuelto adictivo, sus labios siempre sabían a frutos diferentes gracias al bálsamo, y YoonGi tenía la maldita costumbre de besarlo hasta quitárselo. Jimin estaba encantado con su afán por ello.
Sin separarse del ardiente beso, el alfa le desprendió el cinturón de un tirón y tomó los bordes de la remera ajena para subirla hasta su pecho. Obligado, YoonGi tuvo que soltar los labios deliciosos del menor para dejarse quitar la prenda. El peli-negro hizo amago de querer quitarle la remera al alfa, pero éste detuvo sus acciones.
—Esta noche qiero ver solo tu hermoso cuerpo desnudo.
El omega no se negó, sus palabras se escuchaban tan obsenas por la lascivia detrás de ellas, aún sino utilizaba groserías o palabras meramente explícitas, que se sentía más sumiso de lo que por naturaleza ya era.
Jimin besó el cuello del peli-negro, y poco a poco fue bajando cada vez más hasta quedar hincado de rodillas en el suelo y ayudar a que el mayor quedara completamente desnudo. Desde abajo apreció el cuerpo de YoonGi, sus contorneadas piernas largas, sus caderas ligeramente anchas, su hombría erecta, su abdomen plano, su pecho y sus botones rosas. Sus brazos, donde algunas venas verdes se notaban en su lechosa piel. Pero un cuerpo hermoso no sirve de nada sin un rostro bello.
YoonGi no solo era un omega precioso a la vista, sino que su personalidad, su temperamento y por sobre todo, su inmensa bondad, le hacían ser la persona más atractiva que Park Jimin había conocido en toda su vida.
El alfa se acercó sin pudor al miembro del mayor, pasando la lengua desde el glande al tronco, jugando con una mano entretanto con sus testículos. YoonGi jadeó cuando la húmeda boca del alfa lo engullo por completo, sentía que su glande tocaba la campañilla del rubio, pero este parecía estar bien con eso.
—Jiminie~ eres ta-tan bueno—soltó un gemido al terminar de hablar. Las piernas le temblaban cada vez que el alfa sacaba y metía el miembro de su boca, e incluso un poco de lubricante de escurría por sus glúteos.
Sus aromas mezclados se intensificaban cada vez más, llenando cada rincón de la casa.
El omega tomó al menor por el cabello, empujándolo para llegar lo más al fondo posible, cegado de placer. Poco después, sintió sus piernas temblar. De hecho, todo su cuerpo.
Jimin tragó sin pudor el líquido espeso, relamiendose los labios al liberar el miembro para que regresara a su lugar. Pasando las yemas de sus dedos por la silueta del omega, se puso de pié para mirarlo a los ojos.
—¿Estás bien?—preguntó, tomándolo de la cintura para acercarlo a su propio cuerpo.
YoonGi sonrió, volviendo en sí. Suspiró, pasando los brazos por el cuello del alfa, pero no contestó de inmediato.
» —Vamos a la cama, omega—susurró.
El peli-negro se dejó cargar en silencio hasta el centro de la cómoda cama, y seguidamente, vestir con un pijama suave de color coral. Jimin se recostó a su lado, acariciando su cabello con parsimonia. No hizo hincapié en saber la razón de su silencio para no agobiarlo, supuso que el chico hablaría en cuanto quisiera.
Pero morfeo llegó por ambos antes de que ninguno soltara palabra alguna.
YoonGi se despertó cuando el reloj marcaba las diez y cuarenta de la mañana. La parte de la cama a su lado estaba caliente, en señal de que el alfa hacia poco tiempo había abandonado su lugar. Se quedó unos minutos más recostado, mirando como si él techo de la habitación fuese lo más interesante, y cobrando lucidez oyó el sonido del agua corriendo en el baño.
Haciéndose la idea de que el alfa estaba tomando una ducha, abandonó esa habitación para meterse en la que le correspondía ocupar normalmente y, también, tomar un baño caliente sumergido en la tina con muchas burbujas.
Casi cuarenta minutos más tarde, el omega se encontraba bien vestido y perfumado con un delantal sobre la ropa preparando el almuerzo mientras escuchaba música en aleatorio. Jisoo llegaría para el almuerzo, se lo había recordado luego de uno de los tantos mensajes de buenos días que acostumbraba a enviarle cuando pasaba la noche fuera.
Jimin entró de imprevisto a la cocina, asustando al omega un poco. Pero, contrario a lo que el peli-negro esperaba, el alfa simplemente sacó un refresco de la heladera y se marchó sin decir siquiera un "Buenos días". Es más, no le había mirado ni de casualidad.
YoonGi debería estar acostumbrado a su actitud que imponía distancia a su conveniencia, pero no lo hacía. No entraba en su cabeza, no podía comprender, ¿porqué?, ¿porqué no podían mantener una conversación normal que no implicara el roce de sus cuerpos?
—Imbécil—murmuró para aí mismo, suspirando.
Se concentró únicamente a terminar de cocinar el almuerzo que había escogido para ese día. Estaba harto del ramen y las comidas tradicionales de Corea, por lo que se atrevió a experimentar algo nuevo: pastel de carne y papas. Anteriormente en un canal internacional de comidas había visto un plato que llamó su atención, se veía delicioso, así qué, ¿porqué no hacer el intento?
Solo esperaba que a su alfa le gustara, ella era más de las comidas asiáticas típicas y por lo general no comía nada fuera de eso.
—¡Amor, estoy en casa!—su grito llegó desde el living. El lobo omega reaccionó moviendo las orejas y moviendo la cola, pero continuó echado con la cabeza entre las patas. YoonGi sonrió al verla entrar a la cocina un minuto después—. Hola, lindura.
YoonGi sonrió, corriendo alegremente hasta ella para abrazarla. El aroma dulce en su ropa no era de su agrado, pero suponiendo que se trataba de alguno de sus perfumes nuevos, no dijo nada.
—Iré a darme un baño rápido y bajo a comer, huele delicioso—apretó las mejillas de su esposo con suavidad, para separarse de su cuerpo y salir por el mismo lugar en donde había ingresado.
El omega se quedó esperando un beso de parte de la mujer. Pero hacia bastantes días que ella parecía no querer otra demostración de afecto que no fuera solo abrazarlo.
—Al menos con Jimin puedo follar—murmuró, poniendo los ojos en blanco, para caminar hasta el horno y mirar el pastel que le faltaba poco para estar listo.
—¡Qué rico huele!—soltó de repente, entrando junto a su madre cuando el omega terminaba de colocar en la mesa todo lo necesario para el almuerzo.
"La primer frase del día" pensó el omega, sin darle mucha importancia a los halagos que continuaba recibiendo por el aroma de la comida. No por ser un engreído, sino, por lo avergonzado que se encontraba.
—¿Qué es, amor?—preguntó curiosa, viendo lo que el menor le servía con mucho cuidado en el plato.
—Pastel de carne, mamá. ¿Recuerdas que la tía Lee lo preparaba siempre para mí cuando íbamos de visita?
—Si, claro que lo recuerdo. Pero...
—Tú nunca comías—terminó la frase suspirando—. Alfa delicada.
—¿Es tu comida favorita o algo así?—preguntó, contagiado por el ambiente familiar que flotaba en el aire. Jimin lo miró, mientras el peli-negro le servía una porcion de la comida.
—Si. Es una de mis favoritas desde niño, mí madre me la preparaba también y siempre la porción era la más grande.
Jisoo comenzó a comer para distraerse momentáneamente, cada que su hijo hablaba de Roseannie, ella se ponía un poquito de malhumor y en ese momento no quería arruinar el almuerzo.
YoonGi asintió, sin decir nada mientras le entregaba el plato y se servía a sí mismo. Nadie dijo más nada durante varios minutos, mientras digystaban la comida.
—¿Y? ¿que l-les parece?—preguntó con duda.
—Está rico, amor—en su rostro se esbozó una sonrisa, que Jimin sabía era más falsa que su amor por la alfa.
—¡Está súper delicioso!—exclamó con entusiasmo, haciendo sonreír al peli-negro—, eres bueno, omega.
Omega. Qué bien se escuchaba aquella palabra de sus labios, dicha en las narices de Jisoo.
La mujer puso los ojos en blanco y continúo comiendo al igual que los otros dos.
—¿Ya te vas?—cuestionó la alfa al ver que su hijo se levantaba.
Yoongi elevó la vista de su celular, mirando al alfa que acababa de levantarse de la
—Iré a ver una película al cine con Dahyun.
—Oh, deberías invitarla a cenar el viernes—sonrió—. Yoon aún no conoce a la futura esposa de mí querido heredero—bromeó.
"Tonterías. Le va a decir que solo es una amiga" el omega creía firmemente en ello.
—Le preguntaré, mamá. Lo más probable es que diga que si, sabes que le agradas mucho—suspiró con incomodidad. Él en realidad lo menos que quería era traer a la chica a la casa por qué luego, Dahyun querría estar metida ahí todo el tiempo.
Como los tres habían terminado ya de almorzar, juntó los trastes para ir a lavarlos en la cocina, usando aquello como excusa para desaparecer de la sala. No es que le molestara en realidad nada de la conversación, por que como bien el rubio le había dicho horas antes, él no era su ligue exclusivo, no obstante, por una milésima de segundo por su mente había pasado una única pregunta por la que había preferido no participar del momento.
"¿Porqué con ella sí, y conmigo no?"
Ya es sábado en dónde vivo, así que, he aquí el capítulo nuevo jijiji🤭
Espero les guste, cuídense💙🧡
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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