YoonGi vio cómo Jeongguk se bañaba en el mar con Jihun y Hyun mientras Seok Jin vigilaba a los demás niños.

—¿Sabes una cosa? —comentó Suran desde su tumbona, justo delante de la casa de la playa—. Seok Jin es completamente distinto a como me lo imaginaba. Para empezar, es estupendo con los niños.

—A mí también me ha sorprendido eso —le confesó YoonGi mirando a su hija de seis meses, que estaba durmiendo a la sombra, en una cuna de viaje—. Adora a Yeonssi y es increíble lo mucho que le gusta tener una familia.

—También te adora a ti —le comentó Suran—, es evidente, por cómo te mira.

—Tal vez tú también encuentres el amor pronto —comentó YoonGi en voz baja, sabiendo que su prima había empezado a salir con alguien.

Todavía era pronto para saberlo, pero esperaba que Suran fuese lo suficientemente valiente para darle otra oportunidad al amor.

Hacía dos años que se había casado con Seok Jin y, en esos momentos, estaba en proceso de venderle su tienda de ropa vintage a Suran. En ese tiempo a YoonGi le había cambiado mucho la vida, pero Seok Jin había cambiado también. Jamás sería amigo de Suran, pero era capaz de relajarse en su presencia y aceptar que esta fuese importante para YoonGi. 

Tal vez gracias a sus hijos, se había convertido en un hombre más flexible.

Jeongguk era muy alto para tener tres años, había heredado eso de los Kim, y también tenía el pelo moreno de su padre, y lacio de YoonGi. Por su parte, Yeonssi era también una mezcla de ambos, tenía los ojos gatunos como su papá y la piel más clara que su hermano, pero el pelo tan oscuro como el de Jin.

YoonGi entró en la casa para buscar algo de beber y miró a su alrededor con una sonrisa porque sabía que Seok Jin y él iban a pasar la noche allí. Suran y los niños iban a volver a casa por la tarde e Irene, su fiel niñera, recogería a Jeongguk y a Yeonssi para llevarlos a la casa principal.

Desde que se había casado con Seok Jin, YoonGi había aprendido a disfrutar al máximo del tiempo que pasaban juntos. Seok Jin viajaba menos que cuando se habían conocido y vivían la mayor parte del tiempo en la isla. Él se llevaba muy bien con la familia Kim, sobre todo con sus hermanas, así que nunca se sentía sólo. 

Había ocasiones en la que le entraban ganas de pellizcarse, porque jamás había soñado que llegaría a ser tan feliz. 

Un par de brazos lo atraparon por detrás y se sobresaltó.

—¿Seok Jin?

—¿Quién si no? —preguntó él en tono de broma.

—Me has asustado —susurró YoonGi, girándose entre sus brazos para mirarlo—. ¿Quién está con los niños?

—Suran.

YoonGi lo miró a los ojos y lo abrazó por el cuello, tenía el pulso acelerado.

—Sigue usted dejándome sin aliento, señor Kim —admitió.

Seok Jin sonrió de manera muy sensual.

—Hasta esta noche, nada, mí amor.

Siempre lo llamaba con algún apodo cariñoso como gatito, bebé o mi amor y YoonGi adoraba esos pequeños detalles que tenía con él. Apretó su cuerpo contra él y le dijo:

—Te amo, Seok Jin…

—Y yo te amo a ti —respondió este con voz ronca, inclinando la cabeza para darle un beso que se prolongó hasta el momento en que ambos necesitaron volver a respirar.

FIN

Espero que les haya gustado mucho, nos vemos en otra adaptación, y que todos tengan un buen año por delante. ♥♥