ೃ✭ Capítulo 3 ೃ✭
YoonGi enterró el rostro en la almohada y lloró por primera vez en dos largos años, de nuevo por Seok Jin . Cuando saco todo el dolor y el resto de emociones identificables que llevaba dentro, Suran se sentó a un lado de su cama y le acarició la cabeza para reconfortarlo.
—¿Dónde está Jeongguk? —preguntó en un susurro.
—Lo he puesto a dormir la siesta.
—Lo siento —balbució YoonGi, levantándose de la cama para ir al cuarto de baño a lavarse la cara con agua fría.
Cuando reapareció, Suran lo miró fijamente.
—¿Era él, verdad? ¿El padre de Jeongguk?
YoonGi no podía ni hablar, así que se limitó a asentir.
—Es guapísimo —comentó Suran—. No me sorprende que te hayas enamorado de él. Y ha venido en limusina. Dijiste que se ganaba bien la vida, pero no que fuese rico...
—Es rico —le confirmó YoonGi a regañadientes—. Y me ha dolido mucho volver a verlo.
—¿Qué quería?
—Algo que no va a conseguir.
Lo último que Jin había imaginado era que YoonGi lo iba a rechazar. Después de asignar la vigilancia de la casa a dos de sus hombres de seguridad para asegurarse de que no volviera a desaparecer, se le ocurrió que tal vez hubiese otro hombre en su vida.
La idea lo enfadó tanto que estuvo varios minutos sin poder pensar con claridad. Por primera vez, se preguntó cómo se habría sentido YoonGi cuando él le había hablado de Hana. No le gustaba complicarse con sus parejas, pero aquel se lo estaba poniendo difícil.
Se preguntó cómo había podido pensar que su reacción sería diferente. YoonGi le había pedido que se marchara. Se había mostrado enfadado con él. Le recriminaba que se hubiese casado. Se pasó los dedos por el pelo con frustración. ¿No se le habría ocurrido pensar que podía casarse con el?
El era la cabeza de la familia desde que su abuelo se había puesto enfermo siempre había sido su papel y responsabilidad mantener unido al aristocrático, conservador y extremadamente pudiente clan de los Kim.
De niño, había prometido no cometer los mismos errores que había cometido su padre. Su bisabuelo había tenido una amante, lo mismo que su abuelo, pero su padre había sido menos convencional. Kim Sokhwan se había divorciado de su madre para casarse con su amante, en un acto de absoluta deslealtad hacia su propia sangre.
La unidad de la familia jamás se había recuperado de aquel golpe y su padre había perdido todo el respeto. La madre de Seok Jin había fallecido y tanto él como sus hermanas habían tenido una niñez complicada mientras Sokhwan había estado a punto de hacer quebrar el negocio familiar por satisfacer los caprichos de su segunda mujer.
En cualquier caso, si YoonGi se estaba acostando con otro, pronto lo sabría, se dijo Seok Jin con los dientes apretados. Veinticuatro horas más tarde tendría el informe de Park's Investigations. Por desgracia, no era un hombre paciente y había dado por hecho que YoonGi se lanzaría a sus brazos al enterarse de que se había divorciado. ¿Por qué no lo había hecho?
Su respuesta cuando lo había besado había sido... ardiente. Seok Jin se excitó solo de recordarlo y su libido y su cerebro le dijeron claramente el qué y a quién necesitaba en su vida. Se preguntó si debía mandarle flores. A YoonGi le encantaban las flores y él había sido un egoísta por no haberle comprado una casa con jardín.
De cualquier manera, YoonGi era el primero que lo había rechazado en toda su vida. Jin sabía que podía tener a la persona que quisiera, pero eso no lo consoló, lo único que quería era que YoonGi volviese al lugar en el que tenía que estar: su cama.
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