🎃𝕳𝖆𝖑𝖑𝖔𝖜𝖊𝖊𝖓 𝕾𝖕𝖊𝖈𝖎𝖆𝖑🎃

CASA DEL TERROR

Modern AU
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—¡Jeanie! ¡Mueve ese culo! ¡Tenemos que estar ahí a las siete y media y son las siete y veinticinco!— gritó la rubia un poco harta de esperar a su mejor amiga.

—Déjala, quiere ponerse guapa para su principe azul, o mejor dicho espadachin.— habló la de pelo bicolor haciendo muecas graciosas.

—¡Cállate! ¡Eso es mentira... más o menos!— farfulló la moren en la habitación inflando las mejillas.— Bien ya estoy lista.

De tanto estar eligiendo un maldito traje para Halloween, por fin tenía el indicado. Un bonito vestido negro pegado al cuerpo y con una abertura por toda la pierna izquierda, con un escote pronunciado y mangas largas. Junto con unos tacones de punta. Un trozo de su pelo estaba amontonado encima de su cabeza y el resto echado hacia delante.

—¡Jeanette! ¡Estás guapísima!— le halagó la rubia. Ella estaba vestida como vampira.

—Vas a deslumbrar a tu enamorado, tía.— siguió Hydra. Disfrazada de demonio sexy.

—¡Te voy a mater un puñetazo como no te calles, Hydra!

—¡Entendido, Capi!— sentenció la mujer haciendo una pose militar.

—Bien, ya podemos irnos con los demás. He tardado demasiado solo por un disfraz.—

El trío de amigas se dispuso a salir de la casa y dirigirse al lugar acordado, en coche. En la calle Foosha, donde vivía su hermano; no de sangre; menor y su mejor amigo Zoro. Que también era pareja de Jeanette.

Al llegar vieron que los únicos que estaban allí era Sanji, Nami, y Zoro. Éste primero al ver a su perfecta novia se lanzó a ella mientras gritaba su nombre y la abrazaba.

—¡Aniiiise~!

—¡Sanjiiiii~!

Mientras ellos se daban cariño como unos enamorados empalagosos, Hydra se acercó a Nami para alargarse entre ellas. Por otro lado, el peli-verde también se acercó a su chica para decirle lo guapa que estaba, a su manera.

—No está mal.— dijo refiriéndose al vestuario.

—Gracias, el escote es un poco grande, pero puedo soportarlo.— hizo el intento de taparse más el pecho con la tela negra.

—Pues estás preciosa.

Draconis miró rápidamente al chico, sintiendo su rostro calentarse por aquél comentario inesperado. Zoro no era una persona cursi, no recibía tantas muestras de cariño, así que se le hacía un poco raro.

—T-tú también te ves bien. Te queda bien ese traje de momia.— no pudo evitar mirar detenidamente su pecho medio descubierto por vendas amarillentas.

—Bueno, no quería complicarme mucho. Así que he ido por lo básico.— los dos se quedaron callados.

—¡Vosotros dos! ¡Cómo es que váis con disfraces diferentes! ¡Tú!— señaló a Jean.— ¡Si me hubieras dicho que vendría disfrazado de momia te hubiera puesto un bonito conjunto de la gran Reina de Egipto, Cleopatra.

—Siento decir ésto, Anise. Pero no somos tan cursis como vosotros.

Sanji se acercó enfadado hacía él y lo encaró.

—¡Oye, pelo-musgo! ¡Háblale con más respeto a mi reina vampiro! ¡Eso no es nada varonil de tu parte, marimo!

—Cuida a tú perro, Anise.

—¡El único perro aquí eres tú, marimo de mierda!

—¡Sanji, vocabulario!— le reprendió con el dedo y mirada enfurruñada.

—Lo siento, bella mía...

—Y tú, no lo provoques.— siguió Jeanette. El peli-verde no hizo nada más que mirar a otro lado mientras fruncía el ceño.

El pequeño grupo estuvo hablando de cosas distintas hasta que llegaron los dos faltantes.

—Bien, ahora que estamos todos tenemos que decidir qué hacer. Yo voto por ir a la casa del terror, si alguien tiene más ideas que los diga.— sugirió Jean.

—Por nosotras estupendo. No estaría mal gritar un poco para desahogarse.— estuvo de acuerdo Hydra. Nami sonrió al igual que la de cabello bicolor.

—¿A-a la casa del terror? ¿No sería m-mejor ir a pedir dulces por las casas? No es que tenga miedo, claro. S-solo es que tengo mucha hambre.— opinó Usopp. Éste iba de fantasma.

Luffy, al escuchar la palabra 'hambre' apoyó de una a su amigo. Que se había disfrazado del rey de loa demonios.

—Yo estoy de acuerdo con Jean.— musitó Zoro rodeando la cintura de su novia con su brazo.

—¿Qué decís vosotros, Sanji, Anise?

—¡Yo iré a donde mi querida Anise me ordene!— gritó totalmente embobado. Parecía echar corazones por los ojos.

—A mí me gustaría ir, pero tengo algo de miedo.— abrazó suavemente al rubio.

—No te preocupes, mi reina de las tinieblas. Yo te protegeré de cualquier enemigo.— exclamó con aires de grandeza.

—Pues está decidido. Haber quien sale primero de la casa embrujada.— sonríe Jeanette con una aura tenebrosa. Roronoa esbozó una sonrisa al instante.

Aquella casa solo estaba a unos pocos metros de distancia de la calle Foosha, por lo que no tuvieron que caminar mucho.

—¡Buenas noche a todos damas y caballeros, sean bienvenidos a 'La Casa del Terror'. Pueden llamarme Buggy. Supongo que quieren entradas para pasar. ¿Verdad?

—Supones bien. Ocho entradas por favor.— la morena le entregó una cantidad de dinero el de pelo azul le dió las entradas.

—Que lo paséis de miedo chicos.

El grupo de amigos entró con cautela a la casa, mirando cada detalle que había en las paredes y en los techos. Tenían que admitir que si daba cierto miedo.

—¿Y si mejor nos separamos? Puede que tardemos demasiado si vamos juntos.

—Tú solo quieres estara solo con Anise.

—¡Cállate marimo! Vamonos, reina mía. Yo te guiaré hasta la salida.— sonrió el rubio.

—V-vale. Nos vemos más tarde, chicos.— y se fueron por uno de los tantos pasillos.

—Ahora que se han separado ellos, supongo que también lo haremos nosotros.

—¡Yo iré con Usopp!— gritó Luffy con una risilla.

—Nami y yo iremos juntas. Por lo que te quedaras sola con Zoro. ¡Chaíto~!— agarró a la pelirroja y corrieron alejándose.

El de cuernos y el de sabana blanca también lo hicieron, dejando a solas a la pareja.

—Ahh, son idiotas. Lo digo en serio.— suspira la mayor.

—Vamonos, tenemos que buscar las salida antes que ese cocinero.

Por instinto, agarró a Jeanette de la mano.

La muchacha de 22 años se ruborizó a más no poder. Casi nunca recibía cariño a excepción de sus padres, por lo que cuando lo hacía se ponía muy nerviosa.

Prestando atención a todo lo que pasaba a su alrededor, intentaron buscar la salida a toda costa. Hace cinco minutos ya habían tenido un par de sustos que aunque no lo demostraban, sí que habían entrado en pánico en su interior.

Pero ya estaban artos, solo con un par de miradas, decidieron pelear contra cualquiera que se les cruzarse.

Desgraciadamente, un empleado que trabajaba de actor en la casa, tuvo que cruzarse de frente a la pareja.

Por lo que con unos reflejos increíbles, y sin mirar, la fémina alzó su puño para propinarle un tremendo puñetazo al actor. Dejándolo inmediatamente inconsciente en el suelo de madera.

—Ay, creo que me he pasado.— se lamenta poniendo sus manos en su boca.

—Si tu no lo hacías, lo hubiera echo yo por asustarte.— soltó de inmediato.

Jeanette lo miró enternecida y lo sonrió.

—Gracias, Zoro.— se agachó un poquito, por los tacones altos, y le propinó un pequeño beso en la mejilla.

Puede que fuesen pareja, pero ellos eran más de darse besitos en las mejillas. A parte de ser bastante tímidos. Milisegundos después se apartó y su cara se volvió seria.

—Tenemos que ponernos serios ahora. O busco una salida y nadie sale herido, o machaco a todo el que se me pase por la cara y me voy a la carcel por agresión. Y no estoy en condiciones como para que el abuelo de Luffy me mande con esos criminales.

La pareja continuó con su recorrido, y sorprendentemente la morena no pegó a nadie, ni por error ni queriendo.

Al final de todo, salieron ilesos de la casa, como si nada hubiera pasado. Y al parecer, los primeros.

Solo tuvieron que esperar unos minutos para que el resto llegara a salir.

Nami y Hydra se lo habían pasado tan bien que salieron riéndose a carcajadas.

Cuando salieron Anise y Sanji ninguno de ellos se esperaba ver tal escena. La rubia cargaba al chico como si de una pluma se tratase, y éste parecía que se había desmayado.

—Larga historia.— suspiró.

Jeanette, observó de reojo como su novio se empezaba a reír por lo bajo del Vinsmoke, así que no tuvo otra que meterle un codazo en todas las costillas izquierdas.

—¡Mamiiii!— gritaron un par de voces que se acercaban de la casa.

Luffy y Usopp abrazaron al instante los pies de la mayor. Con el rostro serio, acarició las cabezas de su hermano pequeño y su amigo.

—Ya, ya. Ya pasó.—

A los ojos de los demás parecía como una madre cuidando de sus hijos.

—Chicos, creo que nos iremos yendo. Tengo que dejar a Sanji en su casa, no está en condiciones para seguir. Jeanie, te cogeré el coche, te lo devolveré después. Zoro tendrá que llevarte.— sonrió coqueta.—Os veo más tarde, chao.

La pareja se fue caminando hasta  desaparecer, seguramente para coger el coche que se había quedado unas cuadras más lejos de la calle Foosha.

—Yo, siendo sincera, tengo un poco de sueño y me gustaría ir a mí casa. Zoro ¿Te importaría llevarme?

—Claro que no, te llevo con gusto.— sonríe levemente. Ella le corresponde con otro.

—Bah, aburridos.— se metió Hydra.— Yo iré a tomarme una birras y a comer algo al Baratie. Te invito a unas cervezas, Nami.

—¡De una!— gritó alegre. No le gustaba mucho gastar dinero.

—Pues nos vemos más tarde, chavales. Mejor dicho, mañana. ¡Porqué nos vamos a emborrachar como unas fieras!

—Usopp y yo hemos decidido ver unas pelis de terror, quien se asuste primero le paga la comida de mañana al otro.

—No pienso perder.— y los dos salieron corriendo hacia la casa compartida de Luffy y Zoro.

—¿Te apetece ir caminando?

—Claro.

Los dos comenzaron a caminar tranquilamente por las calles, observando a niños pedir dulces en las casas disfrazados.

—Me lo he pasado muy bien, Zoro.

—Yo también, Jean.

Solo faltaban unas cuadras para llegar a casa.

El peli-verde seguiría caminando si no fuese por que su chuca había detenido sus pasos.

—¿Mmh? ¿Pasa algo Jea-.

Y lo besó. Por primera vez en meses, después del primer beso en la boca, se volvieron a dar otro al fin. Éste no era uno calido ni tímido como el primero, era más apasionante, más necesitado.

Al separarse, sonrió coqueta y se despidió del chico.

—Puedo seguir yo solita, guapo.— lo saludó de espaldas hasta que desapareció de la visión de él.

—Dios, ésta mujer me está volviendo loco.— sonrió embobado.

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