𝐎𝐍𝐄
𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐋𝐄𝐑𝐓 | 𝐬𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝐨𝐧𝐞
❛¿𝐂𝐔𝐀́𝐋 𝐄𝐒 𝐋𝐀 𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐓𝐈𝐕𝐀? ¿𝐐𝐔𝐄𝐃𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐄𝐍 𝐂𝐀𝐒𝐀 𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐗𝐏𝐋𝐎𝐑𝐀𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐇𝐀𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀? 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐄 𝐓𝐈𝐄𝐍𝐄𝐍 𝟏𝟐𝟏 𝐀𝐍̃𝐎𝐒 𝐔𝐍𝐀 𝐕𝐄𝐙, ¿𝐍𝐎? 𝐇𝐀𝐘 𝐐𝐔𝐄 𝐕𝐈𝐕𝐈𝐑❜
– 𝙅𝙤𝙝𝙣𝙣𝙮; 𝙝𝙤𝙩𝙚𝙡 𝙩𝙧𝙖𝙣𝙨𝙞𝙡𝙫𝙖𝙣𝙞𝙖
°𖥸°
LAS MAÑANAS ERAN mi parte favorita del día, todo estaba tan en calma, había tanto silencio, que por unos segundos olvidaba el gran desastre de mentiras era mi vida. Y, lo único que me gustaba más que disfrutar esa calma, era hacerlo tumbada en la hamaca que John B tenía en su jardín.
—¿Disfrutando de la vida Pogue? —me preguntó saliendo de la casa.
—Siempre —respondí mirando el amanecer, totalmente inmersa en sus brillantes y llamativos colores.
—¿Topper va a venir a recogerte hoy? —me preguntó tumbándose a mi lado.
—Sí, nuestros padres quieren ir a comer con nosotros.
—¿Significa eso que os van a dar la charla sobre lo malo que es que te relaciones con Pogues?
—Como si fuese a servir para algo —mascullé.
—Conseguirían antes convencerte de irte de la isla que de dejar de ver a los Pogues —comentó Top acercándose a nosotros.
—Eso es lo único en lo que voy a darte la razón —le aseguró JB.
—¿Puedes decirles que he muerto o algo? —le pregunté, haciendo reír a ambos.
—Cuanto antes acabemos con esto, antes podrás volver —me recordó Topper.
Sabía que tenía razón, pero cada vez que estábamos con nuestros padres debíamos fingir que estábamos locamente enamorados, lo que cada vez era más complicado, ya que Topper cada vez era más cercano a Sarah, mi hermana mayor, y yo a John B.
—Nos vemos luego —me despedí de mi mejor amigo antes de caminar hacia el coche de mi falso novio.
Sí, habéis oído bien. Topper y yo empezamos a fingir ser pareja hace un par de años, después de que un rumor sobre mí empezase a dar vueltas por la isla. De ese modo, mis padres me dejarían en paz con el tema, y los padres de Topper dejarían de decirle que debía empezar a buscar novia.
—¿Tu hermano estará en la comida? —le pregunté tras bajar ligeramente el sonido de la radio.
—No, no creo. ¿Por qué?
—Ha estado muy raro los últimos meses.
—Menos mal, creí que había sido el único en notarlo —suspiró aliviado.
No voy a mentir, no me molestaba pasar tiempo con Topper en absoluto. Era un gran amigo y sabía escuchar, de hecho, lo consideraba uno de mis mejores amigos.
—Creo que fue porque descubrió que no estamos juntos realmente —añadió.
—¿Se lo dijiste? —le pregunté frunciendo el ceño.
Prometimos no decírselo a nadie, ni siquiera los Pogues sabían que no era real, no podíamos correr ningún riesgo de que nuestros padres lo descubriesen.
—Fue un accidente, cogió mi teléfono mientras estaba en la ducha y vio los mensajes que me enviaste, pero juró no decírselo a nadie —me aseguró antes de aparcar frente al Naufragio, el restaurante de los padres de Kiara—. ¿Estás preparada?
—No creo que jamás lo esté —respondí antes de salir del coche.
Nos agarramos las manos y pusimos una sonrisa antes de entrar al establecimiento, donde no tardé en ver a mi mejor amiga.
—Pey —me saludó antes de darme un abrazo.
—Hola, Kie.
—Vuestros padres os esperan en esa mesa —nos avisó con una sonrisa amable.
—Gracias —le agradeció Top antes de que ambos empezásemos a caminar hacia ellos.
Agradecía que Topper y Kiara intentaran ser cordiales cuando yo estaba delante, aunque sabía que se llevaban muy mal, ya que Kiara no había tenido una buena experiencia con los Kooks en el pasado.
—¿Por qué habéis tardado tanto? —nos preguntó la señora Thornton.
—Peyton y yo fuimos a dar una vuelta por la playa antes de venir —improvisó Top, haciéndome sonreír antes de abrazar el brazo de mi "novio".
—Sí, ha sido una tarde maravillosa —añadí mirándolo con falsa gratitud.
—¿Pueden ser más adorables? —preguntó mi madre, Rose.
Yo era la única hija de la familia Cameron que no era de Ward, sino de Rose, pero me había acogido en su casa como si lo fuese.
—Os hemos pedido lo de siempre —nos dejó saber él mientras nos sentábamos.
Cada vez que querían comer todos juntos, solíamos venir al Naufragio, así que veía mucho a Kiara, lo que me encantaba.
—Tenemos que hablar sobre vuestras... compañías —nos avisó la madre de Topper.
—¿Qué hay que hablar? —le pregunté como si no supiera que hablaba de John B y Sarah.
—La gente está empezando a hablar.
—¿Hablar? —le preguntó su hijo imitando mi tono.
Los dos sabíamos perfectamente que los últimos meses apenas habíamos estado juntos y que habíamos pasado tiempo en exceso con JB y mi hermana.
—Sarah y ese Pogue.
—John B —le corrigió Ward antes de que yo pudiera hacerlo.
—Lo que sea —le restó importancia Cynthia—. Habéis estado pasando demasiado tiempo con ellos. La gente está empezando a hablar de que habéis dejado la relación.
—¿Qué más da lo que piense la gente? —le pregunté de lo más confusa.
Jamás había sido un problema que yo pasase tiempo con los Pogues, ni que Topper pasase tiempo con los Kooks.
—Jade —me advirtió mi madre utilizando mi segundo nombre, haciéndome rodar los ojos.
Odiaba que me llamase así y ella lo sabía, por eso lo hacía.
—Ahora más que nunca importa. Es vuestro tercer año juntos y no puede haber rumores de que tenéis otras parejas.
—A partir de ahora pasaréis más tiempo juntos. Iréis juntos a vuestras quedadas con amigos y a los eventos familiares —nos ordenó Ward.
—Pero, papá —me quejé, pero él negó con la cabeza, dándome a entender que la conversación estaba terminada.
Solté un bufido y no volví a hablar en toda la comida.
Kiara fue pasando por nuestra mesa durante el transcurso de esta y me susurró un par de veces si estaba bien, a lo que asentí con la cabeza.
Cuando estaban pidiendo los postres, me llegó un mensaje y, cuando lo abrí, no pude evitar sonreír.
Mi cari: necesitas que vaya con la moto a salvarte de la tortura?
—Peyton, el teléfono —me regañó mi madre, no antes de que le respondiese a JJ que sí.
No, obviamente JJ y yo no estábamos saliendo, pero una vez, cuando estaba muy borracho, se le escapó llamarme "cari", cosa que empecé a utilizar para molestarle, pero acabó convirtiéndose en nuestro apodo cariñoso, ya que el rubio no dejaba que nadie más nos llamase así.
De hecho, una vez John B lo hizo y acabó despertándose con un cubo de agua fría repleta de hielos.
Cinco minutos después JJ entró al restaurante y lo vi hablar con Kiara durante un par de minutos antes de acercarse a nosotros.
—Princesa —me llamó, haciéndome sonreír—. ¿Preparada para irnos?
—Sip —respondí antes de levantarme de la silla.
—¿A dónde crees que vas, señorita? —me preguntó Ward.
—A dar una vuelta en moto, así que no creo que Topper pueda venir a no ser que tú tengas una moto de tres plazas —le respondí, sabiendo que iba a molestarlo.
—Deja que se vayan —le pidió mi madre, haciendo que Cynthia, la madre de Top, la asesinase con la mirada.
—Siempre es un placer, Rose —se despidió JJ antes de rodear mis hombros con su brazo y sacarme de allí.
—Gracias —le agradecí una vez fuera del restaurante.
—No me lo agradezcas, me encanta ver la cara de asco que ponen los padres de Topper cada vez que me ven —me dejó saber, lo que nos hizo reír.
El cielo ya estaba oscurecido para cuando llegamos a casa de John B, ya que se aproximaba un huracán a la isla.
—Si me vas a agarrar así cada vez que te llevo en moto, voy a ir a buscarte más a menudo —bromeó el rubio, ganándose un golpe en el brazo por mi parte—. Tranquila, sé que eres de John B —comentó, haciendo que mis mejillas se calentasen instantáneamente, lo que provocó que JJ empezase a reírse de mí a carcajadas—. Sois tan obvios que no sé cómo nos os dais cuenta —se burló antes de empezar a caminar hacia la casa.
Yo lo seguí con la cabeza agachada. Cada vez que mi queridísimo mejor amigo hacía bromas de ese estilo, me costaba salir del momento "vergüenza extrema", lo cuál hacía que JJ se burlase aún más de mí.
Algún día iba a matarlo.
—No has muerto —celebró John B al vernos entrar—. Aunque parece que te haya caído una sopa de tomate en la cara —añadió, haciendo reír al rubio de nuevo, así que agarré una de las almohadas del sofá y se la lancé a la cara.
—¿Quieres guerra, princesa? —me preguntó con tono de advertencia.
—Deja de llamarme así —le ordené antes de empezar una guerra de almohadas entre ambos.
Acabé ganando yo, obviamente.
—No es justo, John B se ha puesto de tu lado.
Bueno, detalles sin importancia.
Pasaron un par de horas antes de que Pope y John B me arrastrasen a la playa para surfear, aunque hubiese intentado negarme tropecientas veces.
—¡Esas olas no se pueden surfear! —nos aseguró Pope bastante alto, ya que hacía mucho viento y no se le escuchaba bien.
Miré a John B de manera cómplice y ambos sonreímos. Ya estábamos en la playa, así que mínimo iba a entrar al agua.
—¿Quién lo dice? —le pregunté antes de que ambos saliéramos corriendo.
Pope tenía razón, intentamos montar las olas, pero siempre acabábamos cayéndonos, una vez tras otra. Cuando me cansé de caerme de la tabla de surf, me dispuse a salir del agua, pero vi que John B se detenía a mirar algo al horizonte.
—¡John B! ¡Vamos! —le grité, esperando que pudiera escucharme entre el oleaje y el viento.
Pareció hacerlo, ya que unos segundos después empezó a nadar hacia mí y salimos juntos del agua.
°𖥸°
Sentí unas manos frías en la espalda al despertarme, así que gruñí antes de enterrar la cara en mi almohada mientras escuchaba la voz de John B.
—Venga, princesa, levanta —volví a gruñir al escuchar aquel apodo.
—Cinco minutos más —pedí, ignorando aquel estúpido apodo que los Pogues me habías puesto años atrás.
Era demasiado pronto como para discutir con él de nuevo para que dejase de llamarme así.
Le escuché soltar una pequeña carcajada mientras se alejaba de mí, así que celebré mentalmente que iba a poder dormir más tiempo, al menos hasta que sentí el brazo de JJ apoyarse sobre mi espalda. Frustrada, solté un suspiro antes de levantarme del sofá cama y salir al patio, donde John B miraba a su alrededor con una mueca.
—Esto pinta mal —comentó él al ver el destrozo que el huracán había ocasionado.
—Muy mal —coincidí.
—Agatha se ha pasado, ¿eh? —nos preguntó JJ saliendo del château con una cerveza en la mano.
—Eso es decir poco —le respondió JB.
Tanto él, como yo empezamos a quitar ramas del barco, HMS Pogue, mientras JJ nos miraba a lo lejos, tomando su cerveza con la mayor calma del mundo.
—Gracias por ayudar —le agradecí de manera sarcástica, lo que le hizo sonreír.
—De nada —respondió antes de lanzarme un beso, a lo que rodé los ojos—. ¿En qué piensas? —le preguntó a John B, ya que estaba demasiado callado.
—En que la fuerte marejada ha traído cangrejos hasta las marismas. Las corvinas irán a por ellos. Chicos, escuchar, Dios nos está diciendo que pesquemos —respondió éste abriendo los brazos, señalando a nuestro alrededor.
—Si hoy no voy a Figure Eight para pasar tiempo con Topper, mis padres van a matarme —les dejé saber, así que JJ rodeo mis hombros con sus brazos.
—Siempre puedes decir que te hemos secuestrado.
—Sí, pero acabaríais en prisión y jamás me dejarían volver a relacionarme con un Pogue —le recordé.
—Pequeños detalles —le restó importancia, haciéndonos reír a los tres.
El rubio se unió a nosotros y nos ayudó a quitar las ramas restantes del barco, aunque JJ y yo hicimos más bien poco, ya que no parábamos de molestarnos el uno al otro. Una vez limpio, ayudamos a John B a empujar el barco hasta el agua.
—¿Desde cuándo pesa tanto este barco? —se quejó el rubio intentando recuperar la respiración, tumbado a mi lado en la parte trasera de éste.
—Sois unos exagerados.
JB condujo hacia el muelle del puerto para ir a buscar a Pope, pero de camino me llegó un mensaje.
Top: mi madre no deja de insistir. hoy nos vemos?
Yo: ahora voy a ir a dar una vuelta con los Pogues. Te llamo luego.
Y ahí quedó la conversación, él no insistió y tampoco puso pegas. Eso era algo que me encantaba de él. Ambos nos adaptábamos a los planes del otro sin poner ninguna pega, lo que era bastante liberador.
—Esto está hecho una mierda —comenté cuando llegamos al puerto y vimos que todo estaba destrozado.
—Está horrible —coincidió conmigo JB antes de que viese a la señora Mary a lo lejos—. ¡Buenos días! —la saludó con una sonrisa y ella nos saludó de vuelta.
—Me ha mirado —nos dejó saber JJ con ese tono coqueto que utilizaba cada vez que creía haber ligado.
—Ya lo he visto —le apoyó John B y negué con la cabeza mientras rodaba los ojos divertida.
—Mirad este sitio, está destrozado —volví a llamar su atención mientras nos acercábamos al muelle de los Heyward.
—Agatha, ¿qué has hecho? —preguntó JJ de manera exagerada mirando al cielo.
—Es una mujer loca —añadió John B de la misma manera, haciéndome sonreír.
—Nos pasaremos el verano limpiando todo lo que el huracán ha destrozado —nos avisó JJ mirando a su alrededor.
—Y esa es nuestra pesadilla.
—Supongo que por una vez tengo suerte de ser una Kook —comenté, haciendo que JJ me sacase el dedo corazón.
—¡Reunión de seguridad! ¡La asistencia es obligatoria! —anunció John B como si usara un megáfono al ver a Pope.
—No puedo, mi padre no me deja salir —le respondió Pope mientras el moreno acercaba el bote al muelle.
—Venga hombre, tu padre es una nenaza —exclamó JJ mientras Heyward se acercaba a nosotros, detalle que él no pareció ver.
—¡Oye, te he oído cabronazo!
—¡Queremos a su hijo! —le dejó saber John B mientras se acercaba aún más al muelle.
—Sí, son las reglas, después de un huracán, día libre —le informó el rubio y le miré confusa.
¿Cómo pensaba justificar eso?
—¿Quién coño se ha inventado eso? —le preguntó confuso el padre Pope.
—El Pentágono, creo. Tenemos autoridad de seguridad —respondió él mientras John B y yo le hacíamos señas a Pope para que se subiera al barco.
—¿Crees que soy gilipollas? —le preguntó Heyward empezando a enfadarse.
Hay que admitir que jamás le habían gustado demasiado los Pogues, pero como sabía que yo salía con ellos, confiaba en que yo los controlase y no les dejase hacer demasiadas estupideces.
Gran error.
—¡Venga, Heyward! Solo será un rato —intervine.
—¡Tú deberías alejarte de esas sabandijas! —me aseguró mientras Pope saltaba al barco.
—¡Lo siento Heyward, pero son familia! —grité mientras John B nos alejaba del muelle, dejando a Heyward hablando solo.
Fuimos a la zona Kook, ya que teníamos que recoger a Kiara allí. Cuando llegamos, ella estaba caminando por el muelle y JJ le dio la mano para ayudarla a subir.
—Buenos días —la saludé con una sonrisa antes de que se sentara a mi lado.
—Buenos días —me devolvió el saludo dándome un abrazo.
—¿Qué traes ahí, zumitos? —preguntó el rubio señalando la pequeña nevera que tenía Kiara en las manos.
Obviamente no se refería a zumos de verdad.
—Pues yogures, palitos de zanahoria... —empezó a decir divertida, ya que sabía que era lo que JJ estaba preguntando.
—¿Y los zumitos que me gustan? —le preguntó JJ directamente, haciendo sonreír a Kiara.
—Sí, eso también —respondió antes de sacar cuatro cervezas de la nevera, ya que Pope no bebía.
—Por los Pogues —brindó él levantando su cerveza.
—Por los Pogues —repetimos todos antes de darles unos largos tragos a las cervezas.
Estábamos entrando en las marismas cuando JJ quitó su brazo de mis hombros y se apartó de mí, ya que hacía un rato que había rodeado mis hombros con su brazo.
—Tranquilo, JB, ya me aparto de tu chica —dijo y, cuando miré a John B, éste estaba mirando a JJ tan confuso como yo—. Admite que te hubiera gustado que John B estuviera celoso.
—Eres idiota, ¿lo sabías? —le pregunté tras rodar los ojos, y me sonrió como respuesta antes de ponerse de pie.
—Os voy a enseñar un truquito —nos avisó JJ y todos negamos con la cabeza, sabiendo perfectamente lo que quería hacer—. Pey, ¿te apuntas? —me preguntó y, tras suspirar, me levanté y me coloqué a su lado, al borde del barco—. Oye, Pope, ¿puedes acelerar?
—Ya estamos otra vez. ¡No te sale! ¡Lo has intentado miles de veces! —le recordó John B.
—Pero esta vez tengo compañía.
Ambos levantamos nuestras cervezas antes de que Pope acelerara y, mientras a JJ se le estaba cayendo todo el contenido sobre los Pogues, a mí se me dio bastante bien, y conseguí beberme casi toda la cerveza.
Fue divertido hasta que, de repente, el barco chocó con algo y JJ y yo salimos despedidos del barco, chocando entre nosotros en la caída. Caímos al agua y, en cuanto fui consciente de lo que había ocurrido, nadé hacia la superficie lo más rápido posible, ya que sentí que me dolía todo el cuerpo.
—Pey, ¿estás bien? —me preguntó John B, y pude notar la preocupación en su voz.
—Creo que sí —gruñí mientras JJ se acercaba a mí—. ¿Estás bien?
—Creo que mis pies han tocado mi nuca —respondió dolorido.
—¿A qué ha venido eso? —preguntó Kiara mientras se enderezaba.
—Un banco de arena, el canal ha cambiado —respondió Pope.
—No me jodas —exclamó JJ con sarcasmo.
El dolor en el costillar me estaba matando, así que nadé hasta el barco como pude y Kiara y JB se acercaron para ayudarme.
—La marejada habrá revuelto todo esto —añadió él mientras me ayudaba a subir.
—Pero la cerveza está intacta.
—Enhorabuena, JJ —respondí con sarcasmo mientras me levantaba la camiseta.
—Joder, Pey —exclamó Kie.
Bajé la mirada y vi que tenía todo el costillar derecho enrojecido por el choque previo con JJ.
—Chicos, creo que ahí abajo hay un barco —habló Pope mirando en la dirección en la que habíamos caído un par de minutos atrás.
—Cállate —masculló John B.
—No digas tonterías, Pope —añadí.
No podía haber un barco ahí abajo.
—No, chicos, enserio, ahí abajo hay un barco, de verdad —insistió, así que todos nos acercamos para mirar en la dirección en la que Pope estaba señalando.
Efectivamente, había un barco hundido.
Kiara, John B y Pope se quitaron la ropa y se lanzaron al agua junto a JJ mientras yo les esperaba en el HMS Pogue, ya que no tenía fuerzas para nadar en ese momento.
—¿Creéis que habrá un cadáver ahí abajo? —preguntó Pope algo asustado antes de que los cuatro se sumergieran.
Unos segundos después, todos salieron a la superficie, y parecían bastante contentos a la vez que sorprendidos.
—¿Habéis visto eso? —preguntó JJ alucinado.
—Sí, es un barco nuevecito —respondió Kie al igual que él.
—¡Es un barco! —repitió John B sin creerlo.
—¡Es un Grady-white! —les dejó saber el rubio.
—Ese barco sale por 500 000 por lo menos —les informé antes de que empezaran a nadar hacia el barco.
Una vez subieron, John B se sentó a mi lado antes de sacudir la cabeza como un perro, salpicando el agua de su pelo.
—Para —le pedí tapándome con las manos, lo que hizo reír al resto.
—Lo vi surfeando en la tormenta —nos dejó saber él mirando el agua, donde estaba el barco.
—¿Era eso lo que mirabas? —le pregunté y él asintió con la cabeza antes de mirarme.
—A lo mejor chocó con el muelle —dedujo John B.
—¿Durante la tormenta? —nos preguntó Kie con ese tono que usaba cuando hacíamos algo irresponsable.
—Esos son mis chicos. ¡Al estilo Pogue! —celebró JJ chocándonos los cinco.
—Espera, ¿sabemos de quién es el barco? —nos preguntó Pope algo perdido.
—No, pero ahora lo averiguaremos —le aseguró JB mientras sacaba el ancla del HMS Pogue.
—Parece muy profundo.
—Bueno, tal vez para los débiles, JJ —se burló John B para molestar al rubio.
—Pues yo no pienso reanimarte, que te quede muy claro —le dejó saber éste.
—No me preocupa, lo haría Peyton.
—Ni en tus mejores sueños —respondí antes de verlo sonreír, cosa que me hizo saber que se iba a meter conmigo.
—En mis sueños haces cosas mejores —me aseguró con una sonrisa burlona, haciendo reír a JJ mientras yo sentía mis mejillas arder.
—¿Buzo al agua? —le preguntó Pope intentando desviar la atención de mí, cosa que agradecí bastante.
—Buzo al agua —respondió John B, pero, antes de que pudiera saltar, JJ se acercó a él y lo empujó.
—Que es para hoy.
En cuanto John B se sumergió, Kiara se acercó a mí y me miró preocupada, llamando la atención de los chicos.
—¿Segura que estás bien? —me preguntó, llamando la atención de los chicos.
—No lo sé, me duele mucho —respondí mientras JJ miraba el enrojecimiento.
—Lo siento —se disculpó, pero negué con la cabeza. No había sido culpa suya.
Preocupados, los cuatro nos asomamos al borde del barco, ya que JB estaba tardando demasiado en volver a la superficie.
—¿Alguno debería bajar a buscarlo? —preguntó Pope, pero, antes de que alguno pudiera responder, John B subió a la superficie y empezó a toser por la falta de aire.
—¡No veas lo que has tardado, capullo! —exclamé preocupada.
—¿Algún cadáver? —preguntó JJ, ignorando el hecho que su mejor amigo podría haberse ahogado menos de diez segundos atrás.
—No, pero tengo una llave de motel.
—¿Una llave? —preguntó Pope decepcionado.
—Sí, una llave, Pope —repitió John B antes de subirse al barco.
—Avisemos del naufragio a la guardia costera. Puede que nos den una recompensa —propuso Kie, haciendo que todos sonriéramos.
—¡Eso! Y se acabó trabajar en verano. ¡Gracias Agatha, de puta madre! —celebró JJ eufórico.
Al llegar al puerto, fuimos directos a la recepción de la guardia costera. John B, JJ y yo nos acercamos al hombre que estaba allí, pero tras gritarnos y prácticamente echarnos del lugar, decidimos que no íbamos a perder más tiempo allí.
—Bueno, ¿cuál es el plan? —nos preguntó Pope al vernos salir.
—Creo que sé cómo dar con el dueño del barco —comentó John B agitando ligeramente la llave del motel, y todos menos Pope sonreímos.
—No sabemos de quién es esa habitación —intentó convencernos Pope de no ir.
—Me apunto —dijo el rubio.
—Vamos —me uní yo también mientras JJ me rodeaba los hombros con su brazo.
—Venga, Pope, yo vigilaré —intentó convencerle Kie mientras íbamos hacia el HMS Pogue.
—¡Y yo los vigilaré a ellos! —grité antes de subir al barco.
Finalmente, Pope se subió de mala gana antes de que John B empezase a conducir hacia el motel al que pertenecía la llave.
—Y creía que el sur estaba mal —comentó JJ sorprendido en cuanto divisamos el motel.
—Esto está hecho una mierda —añadió Pope con una mueca.
—¿Esto es un motel o un laboratorio de meta? —preguntó Kie.
—Te dejo que lo decidas tú —respondí antes de sentarme a su lado.
—No parece el sitio en el que se alojaría el dueño de un Grady-white —dijo John B mirando el lugar.
—No, parece el sitio donde matarían al dueño de un Grady-white —le corrigió Pope antes de que todos asintéramos con la cabeza, dándole la razón.
—Vamos allá —indicó JJ antes de bajar del barco y atar una cuerda a las piedras que había allí.
—¿Ya está? —le preguntó John B mientras apagaba el motor.
—Listo —respondió el rubio con una sonrisa mientras me extendía la mano.
—Venga, vamos allá —decretó John B, así que agarré la mano de JJ antes de bajar del barco con mi mejor amigo detrás.
—¡Oye! —llamó mi atención Pope, así que me giré hacia él—. No dejes que hagan ninguna tontería.
—A eso vamos —le recordó el rubio divertido.
—No sé si puedo prometerte eso —respondí ignorando el comentario de JJ.
Kiara apartó a Pope y se me acercó con preocupación antes de agarrarme la mano.
—Ten cuidado —me pidió antes de tirar de mí y abrazarme con cuidado de no hacerme daño.
Le sonreí antes de empezar a caminar junto a los chicos hacia el motel. Subimos sin que JJ dejara de decir estupideces, así que me adelanté para dejar de escucharlo, pero mi plan no funcionó y, para mi mala suerte, escuché su conversación con John B.
—JB, ¿cuándo vas a lanzarte? Desde que sabe que amenazan con llevarte lejos, está como "ten mucho cuidado, John B", "enseñame ya tu pequeño John" —imitó mi voz JJ, haciéndome rodar los ojos.
Los de servicios sociales habían advertido a John B que si no vivía realmente con su tío se lo llevarían a un centro para ponerlo en acogida.
—Sabes las reglas. Nada de líos entre Pogues —le recordó John B sin mucho interés.
—Venga ya. Está claro que le gustas —aclaró JJ y sentí mis mejillas empezar a arder.
¿Tanto se me notaba?
—Es mi mejor amiga, punto. Además, tú siempre estás ligando con ella —le recordó él, y sentí un pinchazo en el pecho.
Yo ya sabía que a John B no le gustaba, por eso odiaba que JJ insinuara que así era, porque solo hacía que me ilusionara aún más y hacía que estar con JB fuera cada vez más doloroso.
—Por supuesto que ligo con ella. Es una chica rica y sexy que sale con nosotros, cosa que sigo sin entender, la verdad, pero, ¿qué más da? Sé que la puerta está cerrada porque llamé. Y tú sabes que se le cae la baba por ti y no haces nada —se quejó el rubio, haciendo que mi corazón se acelerara.
No le había contado a ningún Pogue cómo me sentía respecto a John B, ya que sabía que una de nuestras reglas era "No hay secretos entre Pogues" y no quería obligarles a mentir por guardar mi secreto.
—Te recuerdo que tiene novio.
—Un novio que pasa más tiempo con Sarah que con ella.
Razón no le faltaba.
—Necesitas ayuda, y no cualquier tipo de ayuda. Ayuda profesional —le aseguró John B y escuché como JJ daba un par de pasos atrás, así que deduje que el primero le había dado un empujón.
—Venga ya, JB, la he escuchado hablar con Kiara, ¿vale? Le gustas —le informó JJ, así que intenté acelerar el paso para encontrar la puerta cuanto antes.
Digamos que lo de no habérselo contado a ningún Pogue no era del todo cierto. Una noche, cuando estábamos muy borrachas, el tema salió con Kiara, pero ella estaba tan ebria que a la mañana siguiente ni siquiera se acordaba de ello.
Lo que no me esperaba era que hubiéramos tenido compañía aquella noche.
—¿Ahora espías a las chicas? —le preguntó John B confuso.
—Fue sin querer —se excusó el rubio y, gracias a los dioses, encontré la puerta.
—¡Chicos! ¡La he encontrado! —les avisé, así que se acercaron rápidamente, dejando la conversación atrás.
—¿Es esta? —preguntó JJ y asentí con la cabeza antes de que tocase la puerta con los nudillos—. ¡Limpieza! —anunció con una voz muy aguda, pero nadie respondió.
—¿Entramos? —nos preguntó John B dubitativo.
—Sí, aquí no hay nadie —respondió el rubio y miré a nuestro alrededor.
—Sin electricidad, ni cámaras, aquí nadie se va a enterar —añadí antes de que JJ abriera la puerta con sus maravillosas habilidades de cleptómano.
A simple vista, solo se veía una mochila encima de la cama, así que entramos cerrando la puerta a nuestro paso, intentando no hacer mucho ruido.
—Mira en la mochila, quizás haya algo —le puntualizó John B, así que JJ se acercó a ella antes de abrirla en busca de algún tipo de identificación.
—No lleva nombre —nos dejó saber mientras yo iba hacia la mesilla de noche.
El rubio fue a investigar el pequeño baño de la habitación mientras John B y yo mirábamos los papeles que había en la cómoda.
—¿Encuentras algo, JJ? —le preguntó JB.
—Solo un desodorante que no me vais a dejar robar.
—No vamos a robar nada, cari —le recordé antes de que se acercara a nosotros.
En cuanto se colocó a mi lado, toqué los bolsillos de su pantalón a modo de registro antes de notar el desodorante en uno de ellos. Solté una risa por lo bajo antes de que JJ cambiase de tema abruptamente, ya que John B nos estaba mirando raro.
—A lo mejor estaba pescando aquí —sugirió señalando una X en un mapa que había en el mueble.
Ambos miramos lo que JJ había señalado antes de que apartásemos la mirada, sabiendo que nadie pescaba allí.
—Está más allá de la plataforma continental. Mucho oleaje, nadie pesca allí —le informó nuestro mejor amigo antes de seguir buscando en la habitación.
Vi un papel cerca del teléfono fijo del motel con 5 números, pero me alejé de ellos sin darle demasiada importancia, ya que no tenía ni la más mínima pista de para qué podrían servir. Abrí un pequeño armario que había en el mueble bajo a la televisión y vi que contenía una caja fuerte.
Probé varias combinaciones diferentes antes de recordar el papel que había sobre la mesilla de noche.
—Cari, dime la combinación que hay en el papel sobre la mesa —le pedí y éste sonrió antes de hablar.
—Seis, uno, seis, seis, seis —leyó y lo puse en la caja fuerte antes de que se desbloqueara.
Al abrirla, vi varios fajos de billetes y un arma junto a un pasaporte, lo que me hizo fruncir el ceño.
—Mirad esto —llamé a los chicos, así que ambos se acercaron antes de que JJ se apresurara a coger el arma que había dentro—. Deja eso, JJ —le ordené mientras se ponía a hacer el idiota con ella.
—¡No cojas el arma, JJ! —exclamó John B mientras intentábamos que entrara en razón.
—¡Esta pistola es carísima, es increíble! —nos ignoró él haciendo poses con la pistola y la linterna.
—¡No vamos a robar nada! —le dejé claro.
—Hacerme una foto —nos pidió y lo miré sin creerme lo que oía.
—¿Quieres que te hagamos una foto? —le preguntó John B de igual manera.
—Si, chicos. Venga, cari, hazme una foto —me pidió, pero negué con la cabeza sin creerme que fuera tan idiota.
—¿Vas a crear pruebas para incriminarnos? ¿Eso quieres? —le pregunté algo molesta.
¿No sabía que estaríamos en problemas si alguien veía esa estúpida foto?
Antes de que alguno de los tres pudiera volver a hablar, escuché algo golpear la ventana, así que abrí ligeramente las persianas antes de ver a Pope y a Kiara señalando la puerta con insistencia.
Me giré hacia la ventana del pasillo exterior sin saber qué querían decirnos y, en cuanto me asomé, me alejé rápidamente de ella.
—Mierda, la poli, chicos. Tenemos que salir de aquí —susurré, intentando hacer el menor ruido posible—. Salir y poneros en el borde del tejado, pegados a la pared.
—¿Qué? —me preguntó John B confuso.
—¿Estás loca? —me preguntó JJ algo asustado.
—Chicos, confiad en mí, venga —les pedí y, tras echarse una mirada, ambos fueron hacia la ventana.
Cada uno salió hacia un lado y, cuando escuché que estaban intentando abrir la puerta, salí de manera precipitada, sin darme cuenta que había salido por el mismo lado por el que lo había hecho John B.
Muy a mi pesar, él me agarró la cintura y me puso frente a él, pegando mi cuerpo al suyo. Mi respiración empezó a acelerarse mientras sentía mis mejillas empezar a arder, pero todo eso dejó de importar el momento en el que a JJ se le cayó algo, creando un gran estruendo.
—Abrázame —me susurró John B.
—¿Qué? —le pregunté de lo más nerviosa.
Lo había abrazado muchas veces, pero, por alguna razón, esa vez se sentía como algo más, se sentía más íntimo. Diferente.
—Peyton, abrázame de una vez —insistió, así que, intentando ocultar mi respiración agitada, lo abracé. Para mí terrible suerte, cuando John B me rodeó con sus brazos, me rozó el costillar, ocasionando que sintiera un dolor punzante por todo el costado.
Hundí la cabeza en su pecho para callar mi quejido y sentí como John B me daba un pequeño beso en la cabeza.
—Lo siento —masculló mientras yo seguía con los ojos cerrados con fuerza, esperando a que el dolor disminuyera.
Los agentes se marcharon de la habitación unos segundos después, así que no pudimos evitar soltar un suspiro, aliviados, antes de bajarnos del tejado con sumo cuidado.
Nos subimos al HMS Pogue, John B aún preocupado por mí, aunque le hubiera asegurado varias veces que no pasaba nada y que estaba bien. Él arrancó el barco antes de que Kiara me abrazase con fuerza, haciendo que soltara un quejido.
—Dios mío, lo siento mucho, Peyton —se disculpó separándose de mí preocupada.
—Estoy bien, Kie.
Aunque no creo que fuera a estarlo si todo el mundo seguía tocando el moretón en mi costillar.
—La siguiente vez intentaré ser más suave, cari —bromeó JJ mientras me guiñaba un ojo, haciéndonos sonreír a todos, calmando así el ambiente—. Ha sido genial, pero podríais habernos avisado antes.
—Era la idea, pero Pope estaba en el equipo de mates —le dejó saber Kie divertida.
—¿En el equipo de mates? —preguntó JJ con burla.
—Es Pope, ¿qué esperabas? —le pregunté divertida.
—Se lo han llevado todo, como en una escena de un crimen —comentó John B molesto, cambiando el rumbo de la conversación.
—¿Habéis encontrado algo? —nos preguntó Pope hablando por primera vez desde que habíamos subido al barco.
—¿Que si hemos encontrado algo? Pues, creo que no... —respondió JJ de manera sarcástica antes de sacar el dinero y la pistola—. Oh, vaya, parece que sí.
—¿Qué cojones? —preguntó entrando en crisis.
—¿Va en serio, JJ? —preguntó esta vez Kie a modo de regaño, con ese típico tono de madre sobre protectora que solía utilizar, especialmente con JJ, John B y conmigo.
—Voy a perder mi beca —masculló Pope perdiendo cualquier rastro de esperanza antes de que JJ se acercara a él.
—Al menos nos tienes a nosotros.
—Que consuelo —musité, haciendo que me sacara la lengua como un niño pequeño.
No tardamos mucho en llegar al puerto y, una vez allí, vimos como la policía sacaba una bolsa negra, es decir, una bolsa con un cadáver en su interior, de un barco pesquero.
—¿Quién es? —le preguntó John B a una chica rubia que había allí, una Pogue que solía asistir a las mismas fiestas que nosotros.
—Scooter Grubbs, estaba fuera durante la tormenta. Mirad la foto que he hecho —nos explicó antes de enseñarnos una foto del cadáver de Scooter—. Un cadáver —aclaró entusiasmada, como si fuese algo divertido.
—Que fuerte —mascullé antes de apartar la mirada de la foto.
—¿Qué clase de barco tenía? —le preguntó JJ curioso.
—El desgraciado se hizo con un Grady-white nuevecito. Todo el mundo lo está buscando —le respondió y miré a John B preocupada antes de mirar a JJ, quien me miraba de la misma manera.
Habíamos encontrado el barco de un hombre que había muerto esa misma mañana.
Los chicos me llevaron a Figure Eight, ya que había quedado con Topper y Aaron para ir a tomar algo.
—Hola —les saludé al verlos sentados en la terraza de uno de los bares a los que solíamos atender cada vez que queríamos estar tranquilos, ya que el bar no tendía a estar demasiado concurrido.
—¿Qué tal? —me preguntó Top antes de darme un medio abrazo.
—Bien, algo cansada.
—¿Has estado con los Pogues? —me preguntó Aaron mientras me sentaba en la silla libre.
—Sí, hemos ido a dar una vuelta por las marismas.
Estuvimos un par de horas hablando y riendo hasta que me llegó un mensaje.
John 🐝: barril en la playa. ¿Demasiado Pogue para la princesa?
Sonreí antes de responder que iría y guardar mi teléfono.
—¿Os apetece ir a una fiesta en la playa?
—¿Barril? —me preguntó Top y asentí con la cabeza en respuesta—. Nunca se puede decir que no a cerveza gratis.
—¿Aaron?
—Sí, claro. ¿Por qué no?
Y así es como los tres nos subimos al coche de Top para dirigirnos a la playa del lado sur de la isla. Al llegar, Aaron se separó de nosotros, ya que vio a unos amigos suyos, dejándonos a su hermano y a mí solos.
Él agarró mi mano antes de que los dos forzásemos unas sonrisas y empezáramos a caminar por la playa, atrayendo unas cuantas miradas curiosas. No me había dado cuenta de lo grande que había sido el rumor de nuestra supuesta ruptura hasta ese momento.
Unos brazos me rodearon la cintura antes de levantarme del suelo, haciéndome sonreír.
—Bebida especial para la princesa —anunció JJ antes de tenderme un vaso de plástico rojo—. ¿Quieres una cerveza, Top?
—Sí, gracias —le agradeció él antes de que nos dirigiésemos al barril, donde el rubio le sirvió una bebida.
Agradecía que los Pogues se llevasen bien con Topper por mí. Sería una pesadilla si se odiasen y tuviese que aguantarlos discutiendo veinticuatro/siete.
—¿Vamos a dar una vuelta? —me preguntó Top, a lo que asentí con la cabeza.
—Nos vemos luego, Jay —me despedí de él.
—Pásalo bien, cari.
Ambos empezamos a caminar agarrados de la mano hacia el lado de la playa que no estaba tan concurrido. Cuando el sonido disminuyó, ambos nos sentamos a la orilla del mar, disfrutando de la compañía del otro.
—No sé cuánto más podré seguir con esto —admití mirando al horizonte.
—Lo sé —masculló, sintiendo lo mismo—. No es tan fácil fingir estar enamorado de alguien cuando ya lo estás de otra persona.
Ambos nos miramos y pude ver como su mirada se desviaba a algo detrás de mí.
—Todo el mundo nos está mirando —me dejó saber, y supe lo que quiso decirme con eso.
Tras soltar un pequeño suspiro, me incliné hacia él y junté nuestros labios.
Pero, de nuevo, no sentí absolutamente nada. No había mariposas, no había fuegos artificiales, solo había cariño. Pero el mismo cariño que le tenía a Pope o a JJ.
Cuando nos separamos agaché la mirada a mi bebida antes de darle un trago.
—¿Por qué no vas con los Pogues? Yo iré a buscar a mi hermano.
—¿Estás seguro? —le pregunté con una sonrisa.
—Llámame si necesitas a alguien que te lleve a casa —me pidió, así que le di un beso en la mejilla antes de levantarme e ir en busca de mis amigos.
Los encontré a todos juntos riendo de algo, así que me acerqué a ellos antes de saltar en la espalda de JJ, lo que hizo reír al resto aún más. Empezamos a hacer el idiota, como de costumbre, hasta que de repente, JJ le tiró su cerveza encima a John B, cosa que nos hizo reír a Kiara y a mí. El moreno me miró con una mirada que gritaba "corre" mientras intentaba quitarse la cerveza de encima, lo que hizo que me pusiera seria.
—¿Te ríes? —me preguntó divertido antes de empezar a correr detrás de mí.
Intenté alejarme de él lo máximo posible, pero me alcanzó, como siempre, y me rodeó la cadera con los brazos antes de echarme mi cerveza por encima, haciéndome soltar un grito ahogado.
—¡Te voy a matar!
Los Pogues se reían abiertamente de mí mientras llamábamos la atención de varios de los presentes, incluyendo la de Aaron.
—¿Ah, sí? —me preguntó de manera burlona antes de cogerme en brazos, a modo de princesa, y empezar a caminar hacia el mar.
—¡Para, John B! ¡Bájame! —le pedí y, de manera maliciosa, sonrió antes de soltarme, haciéndome caer al agua.
El agua helada envolvió mi cuerpo durante unos segundos mientras dejaba de escuchar todo el alboroto a mi alrededor. En cuanto subí a la superficie, ignorando el horrible dolor que acababa de recorrerme el cuerpo, me subí en su espalda mientras él se reía.
—Te odio —mascullé mientras él intentaba quitarme de encima.
—Que va, me quieres demasiado como para odiarme —me contradijo antes de rendirse y empezar a salir del agua conmigo encima.
Sentí mi corazón acelerarse al escuchar esas palabras. ¿Por qué? Porque no tenía nada claro hasta qué punto aquello era cierto, y me aterraba pensarlo. Una cosa era que me gustase, pero otra muy diferente era quererle.
Tuve que salir de mi mente cuando escuché un grito de una voz conocida.
—¿Eres idiota? Te ha dicho que la bajes —exclamó Aaron acercándose a nosotros.
—Tranquilízate, Kook —le pidió John B dejándome de nuevo en la arena.
—Ey, Ronny, relájate —le pedí utilizando su apodo, esperando que así me escuchase—. Estoy bien, solo estábamos jugando.
—¿Hay algún problema, Kook? —preguntó JJ llegando a nuestro lado a la vez que Topper.
—Basta, JJ —le pedí apartándolo de Aaron—. Vámonos, por favor —le pedí a Top, quién agarró el brazo de su hermano.
—Déjalos, Ronny. Vámonos —le pidió su hermano y, tras asesinar con la mirada a mi mejor amigo, empezó a caminar hacia el coche.
—Putos Pogues —murmuró él, pero ellos lo escucharon.
—¿Qué coño has dicho? —le preguntó JJ mientras Pope y Kiara se acercaban a nosotros.
—Putos Pogues —repitió el moreno, pero no fue el rubio quién acabó golpeando a Aaron por el comentario, sino John B.
—¡Ey, John B! Se suponía que teníamos que mantener un perfil bajo —le recordó Pope intentando apartarlo junto a JJ.
—John B, por favor. Para, déjalo, no merece la pena —le pedí, pero Aaron se acercó a mi mejor amigo y lo tiró al suelo antes de empezar a darle patadas.
Intenté acercarme para detenerlo, pero Kiara y Pope me detuvieron. Los tres sabíamos que no serviría de nada.
—¡Venga, John B! Quieres que te ahogue como a tu viejo, ¿verdad?
—¡Aaron, para! —grité y, cuando intenté volver a acercarme, JJ me agarró de la cintura, deteniéndome.
Solté un gruñido que nadie pareció escuchar, lo que agradecí, ya que no quería que nadie pensase cosas que no eran. Los Kooks juzgaban demasiado rápido cuando veían alguna rojez o moretón en una Kook.
John B se levantó del suelo, pero, cuando intentó golpear a Aaron, Topper intervino con sus amigos, apartando a los adolescentes.
—Suficiente —decretó mientras John B lo asesinaba con la mirada.
El rubio se llevó a su hermano de allí mientras éste se quejaba y gritaba a John B intentando provocarlo.
—No vuelvas a caer en sus putos juegos —le advertí furiosa.
John B sabía lo malo que sería para él pelearse con un Kook, ganase o perdiese.
Ese fue el final de la fiesta para nosotros, así que conduje a los Pogues a sus respectivas casas antes de caminar hacia Figure Eight.
La verdad es que pasar la noche en la misma casa que John B no me hacía demasiada ilusión después de lo que había ocurrido.
—¿Pey? —preguntó Sarah adormilada al verme entrar en su habitación.
—¿Puedo quedarme aquí? —le pregunté y, sin dudarlo, echó la manta a un lado para dejarme espacio.
—¿Quieres hablar de lo que ha pasado? —me preguntó, pero negué con la cabeza, así que no volvió a preguntar.
En momentos como esos no podía evitar recordar el día que conocí a los Pogues y pensar en lo mucho que habían cambiado las cosas desde entonces.
Cuando estaba a punto de montar la mejor ola de mi vida, un idiota se me metió en medio, tirándome de la tabla. Rápidamente, nadé hasta la superficie antes de verlo caminar hacia la orilla, donde otros dos chicos le sonreían, así que empecé a nadar hacia ellos.
—¿Eres idiota? —le pregunté furiosa mientras salía del agua.
—Vaya, ¿una Kook me está hablando? Que honor —se burló él.
Como veis, lo único que ha cambiado entre John B y yo es que ahora nos llevamos bien, ya que incluso cuando nos odiábamos se metía conmigo.
—¿Un Pogue que se cree gracioso? Que novedad.
Sí, antes de conocerlos era toda una princesa Kook que odiaba a los Pogues, cosa de la que no me siento orgullosa. ¿Por qué los odiaba? Esa es una muy buena pregunta a la cual no tengo respuesta, simplemente lo hacía, al igual que el resto de Kooks de la isla.
—¿Y se puede saber qué hace una Kook surfeando? Pensaba que vosotros solo entrabais al agua para sacaros fotos para Instagram —me preguntó un chico rubio con burla, a quien después conocí como JJ Maybank.
—¿Celoso de que podamos permitirnos un teléfono con Instagram? —le pregunté, lo que lo hizo enfadar, ya que intentó acercarse, pero John B lo detuvo.
—Déjala, JJ. No merece la pena discutir con una princesa Kook que se cree superior por poder utilizar el dinero de papi.
—Te recuerdo que ha sido tu amigo el que ha empezado.
—Se me olvidaba que todo es siempre culpa de los Pogues —comentó JB, lo que me hizo rodar los ojos.
—Que te den.
—Ya nos veremos, princesa —se despidió con burla.
—Espero que la próxima vez no me choques, hay maneras más discretas de llamar la atención de una chica —le aseguré, lo que le hizo sonreír.
Me desperté por los rayos de sol pegando de frente en mi cara, lo que me hizo soltar un pequeño gruñido. Me levanté y vi a Sarah aún durmiendo, así que salí en silencio y fui a mi habitación a cambiarme antes de bajar al jardín, donde pude escuchar voces.
Al salir, vi a Topper allí con mi hermano Rafe y Kelce. Ward estaba en una mesa junto a mi hermana pequeña Wheezie y a mi madre. En cuanto me escucharon salir, la menor vino corriendo hasta mí y me abrazó con fuerza, así que tuve que intentar disimular que el dolor no me estaba matando.
De verdad, la próxima persona que me diera un abrazo de oso iba a llevarse un puñetazo.
—Peyton, ¿vienes para quedarte? —me preguntó entusiasmada y, apenada, negué con la cabeza.
—No, cariño —respondí y la escuché soltar un sonido de desaprobación.
—Hola, princesa —me saludó mi padre antes de levantarse y darme un beso en la frente—. No sabía que habías pasado la noche aquí.
—Sí, me apetecía ver a Sarah —mentí, haciéndole sonreír.
Adoraba que sus hijas y yo nos llevásemos tan bien.
De seguido vi que Topper se acercaba a mí disculpándose con la mirada por las acciones de su hermano de la noche anterior, pero se detuvo al escuchar una voz familiar.
—Señor Cameron, ya he ventilado el barco.
—Gracias, John B —le agradeció mi padre antes de que el mencionado me mirase.
—¿Estás lista para irnos? —me preguntó y, al ver mi ceño fruncido, siguió hablando—. Me pediste que viniera a buscarte debido a la... situación —mintió, mirando a Top con desagrado al decir esa última palabra.
—Sí, claro —accedí al ver la mirada confusa de mi padre.
Lo último que necesitaba era tenerlo sospechando de que algo iba mal.
—Oye, ¿Estás bien? Ese ojo no tiene buena pinta —le preguntó Sarah preocupada, saliendo de la casa, ya que no sabía qué había ocurrido.
—Soy torpe, y no ayuda que en Arrabal sigamos sin luz —mintió, a lo que Topper le lanzó una mirada de agradecimiento.
Finalmente, me acerqué a mi "novio" y le di un corto beso para que mi padre no sospechara antes de empezar a caminar con JB hacia el HMS Pogue, el cual estaba aparcado junto al Druthers, el barco de mi padre.
—Lo siento —se disculpó mi mejor amigo una vez nos alejamos de mi familia.
—Lo sé —mascullé antes de subirme al barco—. ¿A qué locura vas a arrastrarme hoy?
Y, por esa estúpida pregunta, es que acabé con el resto de Pogues en el HMS Pogue con botellas de oxígeno que JB le había robado a mi padre para sumergirse e investigar el Grady-white.
—Esta está vacía. ¿Has traído botellas vacías? —le preguntó Kiara sin poder creerlo.
—Yo...
—Bueno, a esta le queda un cuarto. Habrá suficiente para uno —intervine mirando el indicador.
Jamás había buceado, pero alguna vez había oído hablar a mi padre de ello con Sarah y Rose.
—Me encanta que los planes salgan bien —masculló Pope de manera sarcástica.
—¿Alguien sabe de buceo? —nos preguntó Kie, pero ninguno respondió—. ¿Nadie?
—Es un deporte de Kooks —se defendió JJ, lo que provocó que todos me miraran a mí.
—Yo ni siquiera sabía donde guardaba mi padre las bombonas de oxígeno.
—Yo he leído sobre el tema —comentó Pope, devolviéndonos algo de esperanza.
—Genial, has leído sobre el tema. Alguien va a morir —decretó Kie frustrada.
Esa era la razón por la que no seguíamos los planes de JJ, nunca salían bien, porque sí, obviamente había sido idea del rubio.
—A ver, te pones eso en la boca y respiras, no puede ser tan difícil —dijo John B.
—Si subes muy deprisa, te sube el nitrógeno y sufres descompresión —le informó Pope.
—Te descomprimes... ¿por el culo? —le preguntó JJ divertido mientras hacía una forma bastante extraña con el cuerpo.
—Podrías morir —le avisé y se puso recto de seguido.
—Yo lo haré —se ofreció John B, llamando nuestra atención.
—Sí, hazlo tú, me parece bien —accedió el rubio.
—¿Desde cuándo buceas? —le pregunté acercándome a él.
—Lo haré yo, ya está —ignoró mi pregunta.
—Haré unos cálculos rápidos —nos avisó Pope sacando su libreta y un bolígrafo.
—¿Hablas en serio? —le pregunté sin creerme que estuvieran apoyando aquella locura de idea.
—A ver, el barco está a unos 9 metros de profundidad, ¿verdad? —nos preguntó sin levantar la vista de la libreta.
—Sí —respondió John B mientras se colocaba el equipo.
—A esa distancia, serán unos 25 minutos, lo que significa que tienes que hacer la parada de seguridad a unos 3 metros —le informó Pope.
Si iban a realizar el estúpido plan y la inmersión, haría lo posible porque John B saliese con vida de ahí abajo.
Me quité la camiseta con la atenta mirada de los chicos encima, y me lancé al agua antes de calcular, más o menos, los tres metros. Até la camiseta a la cadena del ancla y volví a subir a la superficie.
—He atado mi camiseta en la cadena del ancla, a unos 3 metros, ahí tienes que hacer la parada de seguridad —avisé a John B antes de ver que todos me miraban sorprendidos.
—Vale —respondió él.
Me subí al barco con la ayuda de JJ y Pope antes de acercarme a mi mejor amigo, quién intentaba ocultar su nerviosismo. Lo miré unos segundos, dubitativa, antes de acercarme aún más a él y darle un beso en la mejilla.
—Ten cuidado —le pedí mientras daba un paso atrás.
—¿Buzo al agua? —me preguntó antes de ponerse la boquilla de la bombona en la boca.
—Buzo al agua —repetí antes de apartarme de él.
John B se lanzó al agua y me giré hacia los Pogues, quienes me miraban con una sonrisa divertida en la cara.
—Ni una palabra —les advertí, lo que les hizo sonreír aún más.
—¿Cuándo piensas decirle lo que sientes? —me preguntó Kie.
—No sé de qué me hablas —mentí descaradamente.
—Tenemos ojos en la cara, Pey. Es obvio que os gustáis —me dejó saber Pope divertido.
—Sí, sobre todo cuando os poneis modo: "ten cuidado, John B" —me imitó JJ, a lo que le saqué el dedo corazón.
—Mierda, chicos —masculló Pope mientras veíamos al agente Shoupe acercarse a nosotros con su lancha.
—Es la policía —avisó JJ empezando a estresarse.
—Joder —murmuré.
—Actuad con normalidad —ordenó Kie antes de que Shoupe nos lanzase una cuerda para engancharla a la lancha de John B.
—Buenas tardes, agentes —les saludó Pope tan educado como siempre.
—Buenas tardes —nos saludó el agente mientras JJ amarraba la cuerda—. ¿Qué estáis haciendo aquí? ¿Sabéis que las marismas están cerradas?
—No —respondí.
—No, ni idea —respondió también Pope.
—No lo sabíamos —le aseguró JJ, lo que dejaba ver que estábamos nerviosos.
—¿Cerrado, por qué? —le preguntó Pope, fingiendo confusión.
—Estamos en mitad de una búsqueda, se ha hundido un barco —nos informó y los cuatro nos hicimos los sorprendidos—. ¿Habéis visto algo? —nos preguntó mirando a su alrededor.
—Qué va —respondí.
—No —respondió el rubio.
—Nada de barcos, no —le aseguró por último Pope.
—¿Y ese amigo que siempre va con vosotros? ¿Está aquí? —nos preguntó Shoupe y todos negamos con la cabeza.
—Está trabajando, en el barco de mi padre, precisamente —improvisé.
—Voy a inspeccionar vuestro barco —nos avisó antes de subirse a la lancha.
—Vale —accedió JJ apartándose de su camino.
—Adelante, si quiere inspeccionar, inspeccione.
Shoupe se subió a nuestro barco y empezó a mirar a su alrededor de manera algo sospechosa, como si buscase lo que estábamos ocultando.
—¿Tenéis otro chaleco? —nos preguntó y todos nos apresuramos a contestar.
Cuanto antes se marchasen Shoupe y la agente que iba con él, mejor.
—Sí —respondió JJ.
—Claro —afirmó Kie algo nerviosa.
—Por supuesto. Está guardado —le expliqué yo.
—Enséñaselo —me pidió Kie, así que saqué el chaleco y se lo enseñé a Shoupe.
—Listo, aquí está —dije con una sonrisa forzada.
—Bien.
Todos empezamos a perder la paciencia, ya que no podía quedarle demasiado oxígeno John B.
Shoupe se acercó al borde del barco y se quedó mirando el agua, casualmente por donde JB había bajado. Miré a Kiara preocupada, así que me dio la mano intentando tranquilizarme antes de que JJ rodeara mis hombros con su brazo.
El agente se puso las gafas de sol y se quedó mirando fijamente el agua, lo que nos hizo empezar a pensar que tal vez había visto a John B.
—En fin —masculló de repente y todos suspiramos aliviados—. Que buen día ¿eh? —nos preguntó y todos sonreímos.
—Sí —respondimos los cuatro al unísono.
—Buenísimo —añadió Kiara.
—Avisadnos si veis algo al volver —nos pidió Shoupe y los cuatro asentimos con la cabeza.
—Nos iremos muy pronto —le aseguró JJ antes de que Shoupe pusiera su barco de nuevo en marcha y se alejase de nosotros.
Ninguno pudo evitar correr al lado por el que JB se había sumergido, completamente preocupados.
—Se habrá quedado sin aire —dedujo Pope, pero, en cuanto terminó de decirlo, John B subió a la superficie tomando una gran bocanada de aire.
—¡No nos asustes así! —insistí.
—¿Cómo te ha ido ahí abajo? —le preguntó JJ y John B levantó el pulgar, dándonos a entender que bien—. ¿Has encontrado algo?
—¿Que si he encontrado algo? Sí —le respondió mientras se subía al barco con mi ayuda y la de Pope.
—¡Ese es mi chico! —celebró JJ emocionado mientras ayudábamos a John B a quitarse el equipo de buceo.
—¿Estás bien? —le preguntó Kie preocupada.
—Sí, me he quedado sin aire —respondió él como si fuera lo más normal del mundo.
—Nos has dado un susto de muerte —le avisé antes de que agarrase mi mano y le diese un pequeño apretón.
—Sí, ha venido la policía, pero... solucionado —le dejó saber Pope.
—Me alegro.
—Chicos, se acerca alguien por ahí —nos avisó Kie señalando una lancha que venía hacia nosotros.
—¿Reconocéis ese barco? —nos preguntó JJ.
—No, pero, ¿qué harán aquí? Las marismas están cerradas —les pregunté confusa.
—No lo sé, pero no nos quedaremos para averiguarlo. JJ la bolina —le ordenó John B y el rubio lo hizo sin protestar.
—¿Les esperamos? —nos preguntó Pope.
—No, de esperar nada, así que acelera —ordenó de nuevo el moreno.
—Date prisa, JJ —le pidió Kiara empezando a preocuparse, ya que los dos hombres venían directos hacia nosotros.
—¡Chicos! No me esperéis, no me esperéis —exclamó él nervioso, así que, sin rechistar, Pope aceleró.
—Esto no tiene buena pinta —comentó John B.
—Vienen a por nosotros —les dejé saber empezando a asustarme, así que los chicos aceleraron, pero el otro barco empezó a seguirnos.
—Actuar con normalidad —ordenó John B mientras nos alejábamos de las marismas.
—Chicos, nos están siguiendo —nos avisó Kie asustada.
—Joder —murmuró él intentando acelerar aún más.
—¡Venga, John B, acelera! —grité.
—¡Ya voy, ya voy! —me gritó de vuelta, pero teníamos el otro barco demasiado cerca.
Y, de repente, empezaron a dispararnos, desatando el caos en el HMS Pogue..
—Pero, ¿qué coño? —exclamó Pope.
—¡John B, agáchate! —le ordené, ya que era el único que no lo había hecho.
Pum, otro disparo.
—¡Vamos a morir! —gritó Pope aterrorizado.
Dispararon una tercera vez y, por suerte, John B consiguió esquivar la bala justo a tiempo. Sin pensarlo dos veces, me levanté y fui a por la red que estaba en la parte contraria de la lancha. Mientras lo hacía, volvieron a disparar, haciendo que me sobresaltara.
—¡Agáchate, Peyton! —me gritó John B antes de que volvieran a disparar, pero, en vez de hacerle caso, me moví hasta la parte trasera y lancé la red de pesca, haciendo que el otro barco se detuviera de golpe.
—¡John B! ¡Venga, dale, dale! —le gritó Pope y el nombrado aceleró mientras dejábamos a aquellos hombres atrás.
—¡Toma ya! ¡Victoria para los Pogues! —celebró JJ antes de abrazarme y levantarme del suelo—. Eres increíble.
Pero, como había prometido, JJ se llevó un puñetazo en el brazo, lo que provocó que me bajase al instante.
—Lo siento —se disculpó al recordar el golpe.
El resto del viaje fue tranquilo y, gracias a Dios, no hubo más percances.
Al llegar al muelle de la casa de John B, nos bajamos aún en shock y el moreno se agachó antes de abrir la bolsa que había cogido del barco.
—¿Qué creéis que habrá? —nos preguntó Kie emocionada.
—Debería haber dinero o algo así —respondió John B de igual manera.
—Eso, o un par de llaves de coches de gama alta —añadió JJ y negué con la cabeza divertida.
—¿Podemos abrir la bolsa de una vez? —preguntó Pope sobresaltado, lo que nos hizo sonreír a todos.
—Pope, esos arrebatos no son propios de ti —le aseguró John B con burla.
—Casi morimos por ella, así que ábrela —le pidió él y, sin rechistar, mi mejor amigo sacó una bolsa más pequeña, de la cual sacó un bote de metal.
Después de varios intentos fallidos, por fin consiguió abrir la cápsula, y de ella sacó una brújula que ambos conocimos al instante.
—¡Increíble! Sí, ahí lo tenemos, buen trabajo, gente. Hemos encontrado una brújula —anunció JJ de manera sarcástica, muy decepcionado y molesto.
—¿Esa no es...? —intenté preguntar, pero JB me interrumpió.
—Sí.
—¿Qué pasa? No vale nada —preguntó JJ confuso.
—Era de mi padre —respondió él mirando la brújula asombrado.
Nota de la autora:
Como veis, a partir de ahora, cada capítulo estará representado por una frase de Disney (o películas "infantil") <3
Espero que os haya gustado el capítulo
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