𝐅𝐈𝐕𝐄

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐋𝐄𝐑𝐓 | 𝐬𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝐨𝐧𝐞

❛𝐒𝐄́ 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐘. ¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐓𝐄𝐍𝐆𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐅𝐈𝐍𝐆𝐈𝐑?❜

– 𝙍𝙚𝙢𝙮; 𝙧𝙖𝙩𝙖𝙩𝙤𝙪𝙞𝙡𝙡𝙚

°𖥸°

JJ NO CONTESTÓ ninguna de mis llamadas aquel día y estaba muy preocupada. John B y yo éramos los únicos que sabíamos lo realmente hijo de puta que Luke podía llegar a ser con él, pero no era eso lo que me preocupaba, sino cuánto tardaría JJ en explotar contra él.

Detuve mi coche junto a su casa y, desde fuera, pude escuchar los gritos entre ambos.

Sin querer interrumpir lo que fuera que estuviera sucediendo en la casa, caminé hasta la ventana de la habitación de JJ y, sin pensarlo demasiado, entré por ella.

Mi mejor amigo estaba de espaldas a mí, temblando, lo que me rompió el corazón.

—Cari... —susurré, pero no pareció sorprendido de que estuviera allí.

Con lentitud, se dio la vuelta, dejándome ver las marcas en su rostro, cubiertas en lágrimas. No dijo una sola palabra antes de empezar a caminar hacia mí y hundir su cara en mi cuello mientras escuchaba sus sollozos chocar contra él.

—No puedo más —habló contra mi piel, y no pude evitar sentir un nudo en mi pecho mientras fortalecía mi agarre contra él.

—No será así para siempre, cari.

No sabía muy bien qué más decirle, pero no pareció importarle, le fue más que suficiente con mi compañía.

Acabó tranquilizándose y, una vez Luke se había quedado dormido, ambos salimos de la casa y nos subimos a mi coche. Conduje en completo silencio hasta el château, donde JJ se bajó para ir en busca de nuestro amigo fugitivo.

Tampoco había oído nada de él desde aquella última aventura que habíamos tenido.

El rubio depositó un beso en mi frente antes de salir del vehículo y desde allí, fui hacia el Naufragio para ir a recoger a Kiara, ya que le había prometido a sus padres que se prepararía en mi casa para el evento de esa tarde. El evento de mitad de verano.

¿Preferiría pasarme una semana encerrada en un zulo en vez de ir a ese estúpido evento Kook? Obviamente. Y sabía que Kiara también, pero ese día Top y yo haríamos pública nuestra ruptura y ella me dijo, y cito: "preferiría morir a perderme la cara de la señora Thornton al enterarse".

Pero eso no era lo peor, sino que debía sonreír toda la tarde y parte de la noche rodeada de decenas de idiotas que me odiaban en secreto y me juzgaban por aquel estúpido vídeo.

Si encontraba a quien lo había grabado, iba a matarlo.

Kiara se subió a mi coche con una bolsa antes de empezar a quejarse sin parar de tener que pasar las próximas horas con mi hermana Sarah, ya que hacía tiempo que no podían soportar estar en la misma habitación.

Al llegar a casa vimos que Topper y Ronnie estaban allí junto a Rafe, así que subimos a mi cuarto directamente ignorándolos por completo. Resulta que los tres mosqueteros se metieron en una pelea con Pope y JJ mientras yo estaba en Chapell Hill con JB.

No pudimos siquiera saludar a Sarah, ya que Topper llamó a la puerta antes de asomar la cabeza.

—Pey, ¿podemos hablar?

—¿Pretendes intentar convencerle de que los Pogues tienen la culpa de lo que pasó ayer? —preguntó Kie con rabia.

—Pey, por favor —la ignoró.

Tras suspirar y rezar porque Kiara no me odiase por hablar con él, salí de la habitación, seguida de amenazas por parte de mi mejor amiga hacia mi ex novio.

—Dime que no tuviste nada que ver en la pelea de ayer, por favor, Topper.

—Fueron Ronnie, Rafe y Kelce. Intenté detenerlos, pero mi hermano no estaba contento de que tus amigos hubieran hundido su nueva lancha —se excusó agarrando mis manos.

Solté un suspiro aliviada, pues no quería creer que él hubiera tenido algo que ver con aquello.

—Teniendo eso aclarado, quería pedirte perdón por haberme pasado tanto con el alcohol hace unos días, perdí el control —me disculpé, pues aunque él me hubiera dicho que no pasaba nada, me sentía completamente avergonzada de cómo había actuado.

—No te preocupes, Pey, todos acabamos bastante perjudicados —le restó importancia.

—¿Aaron y Sarah también? —le pregunté divertida, pues ellos siempre habían sido nuestros niñeros en mi época Kook cuando ambos nos emborrachábamos.

—Sarah un poco, pero Ronnie se marchó poco después que tú —admitió y, en ese mismo instante, algo hizo click en mi cabeza.

Aaron odiaba a los Pogues y el rumor aquel salió poco después de que hubiera conocido a John B en la playa. Él era la única persona que sabía que había hablado con ellos en aquel entonces. Y el vídeo... Ese estúpido vídeo. Había sido él. ¿Por qué algún Kook cualquiera se hubiera pasado por el Naufragio en hora de cierre? Él nos había seguido hasta allí.

El saboteo, el rumor, el vídeo... Todo aquello había sido obra de Aaron Thornton.

Iba a matarlo.

—¿Estás bien, Pey?

—Tengo que volver con las chicas, hablamos luego —me despedí antes de depositar un beso en su mejilla y volver a entrar a la habitación.

Kie debió ver mi cara de espanto, ya que se acercó a mí y me abrazó con fuerza, acción que Sarah no tardó en imitar.

Había confiado en él. Lo había querido como a un hermano y, después de todo, él había sido el causante de los peores momentos de mi vida.

Las chicas no tardaron en empezar a intentar distraerme, pero nada funcionó, así que finalmente decidieron que la mejor opción era el helado, pues siempre lo era. Nos comimos la tarrina completa y, doy gracias, a que ambas intentaran llevarse bien por mí ese día.

—Es horroroso —comentó Kiara mirándose al espejo, completamente asqueada por el vestido que sus padres habían elegido para ella.

—No es tan horrible —le contradije, pues era verdad, aquel vestido morado le quedaba increíble.

—Parezco una burguesa asquerosa.

—Kiara, estás preciosa —la halagó mi hermana, lo que pareció sorprender a la morena momentáneamente antes de dirigir su atención a mí.

—Seguro que tú pareces una princesa.

Sonreí ligeramente antes de acercarme a la cama y sacar el vestido de la funda. ¿Recordáis aquel vestido que JB describió como un vestido para una princesa el día de su boda? Pues resulta que a mi madre le pareció perfecto para la ocasión y me lo había comprado en esa misma tienda días antes sin decírmelo.

—A veces te odio —me aseguró, haciéndonos reír a las tres.

Sarah me maquilló y Kiara preparó mi peinado antes de que fuera a colocarme el vestido, el cual provocó que las chicas me aplaudieran y se inclinaran ante mí.

—Campesinas —saludé con aires de grandeza mientras saludaba a modo de princesa, haciéndonos reír una vez más.

Parecíamos tres niñas pequeñas.

—¿Qué crees que te dirían los Pogues si te vieran así? —me preguntó mi hermana divertida.

—Si me vieran así, jamás dejarían de llamarme princesa.

—Tampoco van a dejar de hacerlo si no te ven —comentó Kie, a lo que asentí con la cabeza, dándole la razón.

Ward no tardó en avisarnos de que teníamos que marcharnos al evento del solsticio de verano, así que, tras darnos unos últimos retoques, las tres fuimos al coche de Sarah.

Al llegar, mi familia quiso esperar para salir, así que me despedí de Kiara con un abrazo antes de verla caminar hacia Pope, quien estaba trabajando allí junto a su padre, Heyward.

Como siempre, los Cameron teníamos que destacar, así que esperamos hasta que todo el mundo estaba ya en el jardín para salir, lo que provocó aplausos por todos los ángulos posibles.

Pude divisar el rostro de la señora Thornton entre la multitud, y no parecía para nada feliz. En teoría Top y yo deberíamos de haber salido juntos para finiquitar de una vez los rumores sobre nuestra ruptura, pero las cosas habían cambiado, y ya era hora de hacerlo oficial.

—Hola, Top —lo saludé con una amplia sonrisa antes de darle un pequeño abrazo.

—Veo que no habéis salido juntos —dejó caer su madre, pero no dejé que me afectara.

—No creo que hubiera tenido mucho sentido que lo hiciéramos, teniendo en cuenta que ya no estamos juntos.

Decir que la mujer estaba furiosa era poco. Su marido se había atragantado con su bebida mientras ella nos fulminaba con la mirada.

—¿De qué estás hablando, Peyton?

—Lo has oído bien, mamá. Ya no estamos juntos —nos interrumpió Topper.

—¿Lo sabe tu padre? —me preguntó de manera amenazante.

—Por supuesto que lo sé —mintió colocándose a mi lado—. ¿Hay algún problema?

Los murmullos empezaron a hacerse cada vez más notorios a nuestro alrededor.

—Ward. ¿Los estás escuchando?

—Estoy seguro de que he oído bien la conversación.

—¿Y no piensas decirles nada? Teníamos planes.

—Son niños, Cynthia. No podemos obligarlos a quererse, además, confío en las decisiones de mi hija —intervino mi madre.

Le dediqué una pequeña sonrisa de agradecimiento antes de dirigir mi mirada de vuelta a Ward.

—¿Por qué no vas con tus hermanas? Yo me ocuparé de esto —me pidió mi padre con una cálida sonrisa.

—Gracias —susurré antes de darle un beso en la mejilla e ir en busca de ellas.

Top no tardó en unirse a mí y, en cuanto encontramos a Sarah y a Wheezie nos pusimos a bailar con ellas como en los viejos tiempos, sin importarnos que pensaran los demás al respecto.

Era ya de noche cuando volví al lado de mi padre y me puse a conversar con algunos de sus amigos, sacando mi lado más Kook, fingiendo que disfrutaba todo aquello.

—Princesa, tengo algo para ti —mi cuerpo se tensó de pies a cabeza al escuchar esa voz a mis espaldas.

Mi padre me miró con confusión en cuanto divisó a JJ tras nosotros, pues se había enterado de lo que había sucedido con la lancha de Ronnie y me había pedido que me alejara de los Pogues durante un tiempo, lo que obviamente no pensaba cumplir.

—¿JJ? ¿Qué haces aquí? —pregunté acercándome a él, sintiendo la mirada de todos los Kooks sobre nosotros.

—Tengo una nota de Jer.

—¿De Jer?

—Sí, Pey, de tu príncipe azul —respondió a la par que me guiñaba un ojo, haciéndome sonreír.

Ni siquiera pude leerla antes de que Aaron me la quitase de las manos.

—Lárgate, Pogue —le ordenó con un tono que jamás había utilizado frente a mí.

—Aaron —di un paso hacia él en señal de advertencia.

—Creí haberte dejado claro que no podías volver a acercarte a Peyton. ¿Realmente crees que le importas, JJ?

—Déjalo en paz —me interpuse entre ellos apretando los puños.

—No seas ridícula, Peyton. Los dos sabemos que la única razón por la que sales con esos sucios Pogues es porque los Kooks no te soportan —habló Ronnie mirándome con asco.

—A lo mejor me odian por aquel estúpido rumor que te inventaste sobre mí —le eché en cara, provocando que palideciera instantáneamente—. ¿Cómo pudiste? —el dolor era notorio en mi voz.

—¿Jay?

Esa voz provocó que un escalofrío recorriera mi cuerpo de pies a cabeza, recordando nuestro último encuentro.

Miré a mi alrededor unos segundos y me sentí muy estúpida por haber modificado mi vida entera por aquellos Kooks superficiales. Por haber fingido ser durante tanto tiempo alguien que no era por gustarles, y ni siquiera surgió efecto.

—Hola —le saludé con una sonrisa antes de acercarme a él y abrazarlo con fuerza.

—Estás preciosa —susurró contra mi pelo, haciéndome sentir un revoloteo de mariposas en el estómago.

Ambos teníamos una sonrisa impregnada en nuestros rostros cuando abandonamos los brazos del otro, pero antes de que pudiera decir nada al respecto, JB agarró mi mano y me alejó un poco de la multitud.

—He encontrado el oro, Pey —susurró.

—¿Lo has encontrado? —repetí la frase confusa.

—Sí, y no puedes imaginar dónde está.

—¿Dónde?

—En Tannyhill.

—¿Cómo? ¿Qué? —levanté la voz, así que JB colocó su mano sobre mis labios para callarme.

Tras unos segundos, apartó la mano y, tras echar una rápida mirada hacia los Kooks, divisé la cara de Ward, quien parecía de lo más confuso.

Podía entenderlo. Hacía tan solo un par de horas que había descubierto que Top y yo ya no estábamos juntos y me estaba viendo actuar de manera poco amigable con el que juré ser solo mi mejor amigo millones de veces durante el transcurso de los años.

—Me han traducido la carta. Tenía un mensaje en clave y necesito el mapa catastral. ¿Sabes lo que es? —me devolvió John B a la realidad.

—Sí.

—Es como un plano de Tannyhill. Tiene toda la información y está en el despacho de tu padre y, si consigo entrar, podré encontrar el oro y... —me ignoró por completo, así que decidí callarlo.

—John B, ya te he dicho que sé lo que es —le interrumpí antes de juntar nuestros labios, lo que pareció sorprenderle.

—Tienes que empezar a callarme así más a menudo —me aconsejó, haciéndome sonreír.

—No me lo digas dos veces —comenté antes de volver a juntar nuestros labios, pero nos separamos al escuchar la voz de nuestro mejor amigo a nuestras espaldas.

—Por fin habéis hecho caso a mis consejos —alardeó, lo que provocó que una risa escapara de mis labios.

—Tus consejos son horribles —le aseguré divertida.

—¿Me estás diciendo que el beso que JB te dio en el faro no empezó esta preciosa relación que llevaba años esperando?

—De hecho —comenté divertida acercándome a él—, no. Nuestro buen amigo John B está hecho todo un romántico y me soltó un discurso precioso bajo la lluvia sobre cómo estaba enamorado de mí —le expliqué mientras rodeaba su torso con mi brazo, lo que tomó como señal para rodear mis hombros con el mismo.

—No —exclamó el rubio de manera dramática.

—Te lo juro.

—Ja ja, muy graciosos —respondió John B de manera sarcástica antes de sacarnos el dedo corazón, lo que nos hizo reír.

—¿Podéis sacarme de aquí? —les pedí a modo de súplica.

No quería pasar allí ni un segundo más.

—Dalo por hecho, princesa —respondió JJ antes de girarse hacia los Kooks y llamar a Pope y Kiara.

John B me llevó hasta casa antes de despedirse de mí y pedirme que me reuniera con él en el nido del halcón, ya que quería hablar con los Pogues y explicarles las cosas mientras buscaba el mapa.

Por suerte no había nadie en casa, así que fue una tarea sencilla. Tras coger las llaves de mi coche, me subí en él y conduje hasta el lugar acordado.

Subí a la torre algo asustada, pues una tormenta estaba llegando a la isla y los relámpagos empezaban a invadir el cielo. Me sobresalté al escuchar pasos a mis espaldas, pero no pude evitar sonreír al ver a JB frente a mí.

—Hola, tengo el mapa —le saludé antes de abrazarlo con fuerza—. ¿Se han tomado bien lo nuestro?

—No hemos podido hablar de ello, pero lo haré. ¿Qué hay de Topper?

—Está muy feliz por nosotros. Me ha mandado un mensaje diciendo que se alegraba de ver ese brillo en nuestros ojos y que hacíamos una muy buena pareja —respondí con una sonrisa.

—¿Así que ya es oficial? ¿Soy el novio de la princesa Kook? —se burló.

—Eso parece, Pogue —sonreí antes de colocar una mano tras su nuca y juntar nuestros labios.

—¿De verdad has cambiado a mi hermano por un Pogue?

Por impulso, me separé de John B, dejándome ver a Ronnie, quién parecía estar bastante más bebido de lo que debería.

—¿Qué haces aquí, Aaron?

—Eres una zorra, Peyton. Ni una semana has tardado en cambiarlo.

—No me jodas, tú mejor que nadie sabes que lo que Top y yo tuvimos no fue real, fue solo una farsa para quitarnos a nuestros padres de encima —le eché en cara y pude sentir la mirada de John B sobre mi perfil.

—¿Por qué él? —me preguntó repentinamente dolido.

—¿Qué?

—Siempre he estado ahí para ti, Pey. Te he querido como mi hermano nunca lo ha hecho. ¿Por qué un sucio Pogue cuando podrías estar con uno de los tuyos?

—Aaron, creo que es hora de que te vayas —intervino John B, volviendo a enfadar al nombrado.

—¡Esto no va contigo! —gritó furioso.

—¡Ya basta! —les pedí, pero no sirvió de nada.

—¡Márchate, Ronnie! —exclamó mi novio colocándose entre nosotros.

—¡No quieres hacer esto! Dile a tu novio que se aparte o voy a tener que terminar lo que empezamos en la playa —me advirtió con tanto odio en su mirada que no fui capaz de reconocer a la persona que tenía frente a mí.

—Vete a casa, Aaron.

—¡Que te den! —exclamó antes de darle un empujón.

—¡No me toques!

—Dile al cabronazo de tu novio que se aparte.

—¡Vete a casa! —le rogué en un grito, pero, de nuevo, no sirvió para nada.

—No, vamos a hablar —dictaminó intentando agarrarme del brazo, pero JB lo detuvo.

—¡No quiere hablar contigo!

Como respuesta, Aaron le dio otro empujón más, provocando que mi novio cayera desde el nido del halcón.

—¡John B!

No le di tiempo a decir nada antes de que empezara a correr escaleras abajo mientras pedía ayuda a gritos a los Pogues, quienes estaban en la Twinkie no muy alejados de allí.

Al llegar abajo me dejé caer a su lado antes de envolverlo entre mis brazos aterrada, pues estaba inconsciente.

—John B, por favor, por favor, abre los ojos —supliqué antes de atraerlo hacia mí y abrazarlo—. ¡Kiara! ¡JJ! —grité con todas mis fuerzas en busca de ayuda—. ¡Ayuda, por favor!

No tardé demasiado en divisar a los tres Pogues correr hacia nosotros sin entender nada.

—Pey. ¿Qué ha pasado? —me preguntó Pope.

—No sé qué hacer, se ha caído, Aaron lo ha empujado.

—¿Dónde coño está? —exclamó JJ furioso mirando a su alrededor en busca del menor de los hermanos Thornton.

—Llamar a alguien, por favor. ¡Por favor, buscad ayuda! —les rogué, así que Pope salió corriendo hacia la Twinkie para llamar a una ambulancia—. John B, por favor, quédate conmigo —supliqué antes de darle un corto beso en la frente.

Un nudo en el pecho me invadió que no supe como manejar, así que agradecí que mi mejor amigo se agachara junto a mí y me abrazara con fuerza.

—JB va a ponerse bien, ¿me oyes? Es un chico muy fuerte.

La ambulancia no tardó en llegar y, dejando mi coche allí, dejé que los Pogues me llevaran al hospital en la furgoneta mientras llamaba a mi hermana, pidiéndole que fuese hacia allí.

La necesitaba.

Al llegar, los brazos de Sarah me envolvieron sin dudarlo, cosa que agradecí inmensamente.

La sala se quedó en silencio. Los cinco estábamos a la espera de noticias de nuestro amigo completamente aterrados y furiosos a partes iguales.

Esa vez sí que iba a matarlo.

—¿Estáis saliendo? —preguntó Kie repentinamente, rompiendo el silencio que había gobernado la sala el último rato.

—¿Cómo?

—¿Estáis saliendo? —repitió con ese mismo tono de amargura.

—Kiara, déjalo —le pidió JJ, dejando ver su molestia ante la pregunta.

—Han roto la norma, "nada de líos entre Pogues". John B nos prometió que no pasaría nada.

—¿Y qué más da, Kiara? Es una norma estúpida que creamos a los doce años —le recordó Pope cansado de aquellas estúpidas normas.

—Peyton y John B son mayorcitos como para saber lo que hacen —añadió JJ, haciendo que Kiara soltara un bufido, sin creer que los chicos estuvieran de mi lado.

No tardaron mucho más en salir y decirnos que John B estaría bien, lo que nos alivió profundamente. Por suerte, mi padre dejó que pasara la noche en el hospital una vez Sarah le había explicado lo que había sucedido.

Me quedé dormida agarrada de su mano y, cuando me desperté, vi que había un ramo de flores en la mesilla junto a la camilla de JB. Y había una nota.

“Esperamos de corazón que nuestro Pogue favorito se recupere pronto.

-N.R. & C.G.”

¿Quiénes eran "N.R" y "C.G"?

No tuve tiempo de darle muchas más vueltas, ya que escuché un pequeño gruñido junto a mí. Al girarme vi a JB despierto, mirando a su alrededor confuso.

—Hola —le saludé con una sonrisa.

No había palabras suficientes para expresar lo feliz que estaba de que estuviera bien y a salvo.

—Hola. ¿Dónde estoy?

—En el hospital, te caíste del Nido del Halcón. Tienes una conmoción cerebral y una muñeca rota —le expliqué, así que se miró la muñeca escayolada con el ceño fruncido antes de volver a centrar su atención en mí.

—Tengo que salir de aquí. Cheryl me encontrará —intentó levantarse, pero le coloqué una mano en el pecho antes de volver a tumbarlo.

—Quieto —le ordenó Ward entrando en la habitación—. No te muevas. Sarah me lo ha contado todo, lo de tu pequeña aventura, que huías de protección de menores, y que estabas protegiendo a mi hija en la torre —le dejó saber y John B me miró de reojo antes de volver a mirarlo—. John, creo que te debo una disculpa. Fuiste sincero en cuanto a tu pequeña indiscreción y te eché igual. No debí hacerlo. Desgraciadamente, a veces me enciendo enseguida. Pregúntale.

—Es cierto —le di la razón.

—El caso es que quisiera compensártelo. He hablado con la sheriff y me he ofrecido a ser tu tutor legal, si me aceptas —debido a la sorpresa, John B me miró con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué?

—Que tendrías un techo, y ya no huirías de protección de menores —le explicó Ward, lo que provocó que mi novio me mirase con duda, sin creer del todo que aquello pudiera estar sucediendo, así que asentí con la cabeza como reafirmación.

—Sí, claro. Suena bien —respondió con una amplia sonrisa.

—No se hable más, entonces. Bienvenido a la familia.

Nota de la autora:
Fucking Ronnie, el peor Kook de todos

Pequeño guiño a Carlia 🤪

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top