=》Capitulo 9

— ¿Estas realmente arrepentida _____? — pregunta el padre Ran

Oh, ya había olvidado esa sensación. La sensación la adrenalina correr por sus venas, su rostro acolorado y aquel cosquilleo en su entrepierna.

El pelinegro pasó su lengua sobre sus labios mientras disfrutaba de la pecaminosa vista que ella le proporcionaba.

— Me arrepiento padres Haitani's 

Una sonrisa torcida y llena de sucios pensamientos se presenta en los labios de él menor de los Haitani.

Miente, y lo hace tan bien.

— Alza tu vestido, y recuestate sobre la banca — ordena Rindou

La chica se pone de pie frente a Rindou, la diferencia de estatura era notable, ella le llegaba apenas a los hombros.

Haces lo que te dice, por tu mente pasaban muchas cosas que no deberías de estar pensando.

Y lo sabias si lo que pasaba por tu cabeza eran las intenciones de los Haitani's.

— Vas a demostrarme... — habla Ran — Qué tan arrepentida estás

Rindou ve a su alrededor notando las velas que adornaban el lugar, apaga las luces dejando la luz de las velas fueran las únicas que alumbraran.

El olor a incienso ya se estaba haciendo cada vez más presente, Ran se acerca a una de las velas que tenía más cerca.

La toma y se vuelve a cercar a tu, tenía la parte de tu cintura hacia abajo expuesta totalmente ante Ran.

Rindou toma asiento delante de ti para ver detalladamente cada expresión de tu rostro ante las maravillas que haría contigo su hermano.

Volteas para ver a Ran, este empezaba a desabrocharde el botón que estaba en su camisa negra manga larga.

Observó como este se arremago la camisa Lara luego mirarte y sonreír.

Por otro lado, Rindou enfrente de tu empezaba a aflojar la corbata que tenía sin quitarla por completo.

Ran toma el vestido de la chica para alzarla aún más dejando ver tus bragas.

Ran toma la vela para luego ver la cera que estaba a derretirse, la inclina un poco a la altura de tus glúteos para luego dejar caer unas gotas.

Sueltas un quejido de dolor mezclado con placer, algunos lo podrían ver mal, pero te gustaba el dolor.

Vuelve a repetir la acción haciendo que tus piernas se contraigan, estabas por levantarte cuando el pone la mano en una de tus nalga.

— ¿Vas a desobedecerme a mi también? — cuestiona Ran

Ibas a decir que si cuando Rindou te toma del mentón haciendo que lo veas fijamente.

— ¿Vas a desobedecer a dos siervos de Dios? — pregunta Rindou

— No, padres Haitani's...

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Esa fue la autorización que ellos usaron para hacer de las suyas.

Ambos sonríen ampliamente Rindou toma posesión de tus labios mientras tanto Ran pasó uno de sus dedos por tus bragas húmedas.

— Miren quienes está mojada~ — canturrea Ran

Te separas de Rindou para tomar algo de aire.

— Hmm, usted provocó eso — dices de forma burlona

— ¿Encerio? Entonces debo encargarme de este desastre...

Logras escuchar una tela desgarrarse, Ran había roto tus bragar, pensabas protestar pero sientes como si lengua pasa por tus pliegues haciendo que un gemido salga de tus labios mientras tus piernas se contraen.

Rindou enfrente de ti podía sentir el bulto en su pantalón negro que ya le empezaba a hacer molesto.

Se baja el cierre del pantalón, se quita el cinturón cuando su hermano lo detiene.

— Dame tu cinturón Rindou

— ¿Para? — pregunta sin entender

— Solo dámelo

Este no dice nada y se lo entrega, se aleja de tu intimidad e introduce un dedo.

Empiezas a darle atención a tu clitoris mientras que con una mano maneobra el cinturón para amarralo en tu cuello y jalarlo sin llegar a lastimarte.

— Eres toda una pecadora _____, tu lujurioso cuerpo nos desea a ambos, ¿te das cuenta? — dice Rindou

— Padre Rindou... — gimes al sentir otro dedo en tu intimidad — Soy una pecadora...

Tus palabras no eran necesariamente de arrepentimiento, si no era para joderlos aún más

Rindou saca su dura y erecto pene de sus pantalones, tus ojos brillan ante su tamaño queriendo meterla en tu boca.

Pero en vez de eso Rindou lleva su mano a su pene para empezar a masturbarse, la poca luz hacia brillar su pene por el líquido preseminal.

Ran empieza a mover más rápido los dedos jugando con ellos dentro de ti al ver que casi no le prestaba atención.

— ¿Sientes esto? — pregunta Ran

Estaba tocando tu punto G, los gemidos en la iglesia eran cada vez más ruidosos y escandalosos.

— Oh linda, te follaremos tan duro que te dolerá por un semana entera, y te diré una cosa

Ran te toma del cinturón jalandola hacia atrás haciendo que su cabeza también se incline hacia atrás sin lastimarte

— Nunca intentes escapar, para que tu alma sea libre no bastará con una vez — continúa Rindou

Ran mueve con más agilidad sus dedos dentro de ti, puedes sentir que estabas llegando al límite.

Tus paredes vaginales empezaban a apretar los dedos de este

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Estabas por llegar al máximo punto de excitacion cuando escuchas como alguien toca la gran puerta de la entrada de la iglesia.

No ibas a prestar atención, de hecho ni siquiera te importaba, se no ser por que escuchaste su voz.

— _____, ¿Estas ahí? — tu hermana.

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