𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄

𝐏𝐀𝐑𝐓𝐍𝐄𝐑𝐒 𝐈𝐍 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 | 𝐬𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝐧𝐢𝐧𝐞

❛𝐇𝐎𝐖 𝐀𝐑𝐄 𝐘𝐎𝐔, 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐍𝐄𝐒𝐒?❜

˚ʚ♡ɞ˚

Esa mañana, Lia se encontró una caja en frente de su puerta y al entrar de nuevo, su hermana la miró con una sonrisa.

—¿Y eso? —le preguntó divertida.

—Estaba en la puerta —respondió la menor encogiendo los hombros antes de sentarse en el sofá, gesto que Tyler y June imitaron intrigados—. Podríais fingir no estar tan interesados —les aconsejó Lia rodando los ojos.

—¿Para qué? Son demasiados años juntos, Lia, sería una tontería empezar a mentirte ahora —le respondió Tyler, haciéndola sonreír divertida.

La menor abrió la caja y se encontró un cuaderno, lo que hizo fruncir el ceño al trío de la muerte. Lia lo sacó, dejando la caja de lado, y vio una nota sobresaliendo de él.

“Día uno intentando reconquistarte”

June y Tyler sonrieron enternecidos ante la nota mientras que Lia intentaba ocultar su sonrisa.

Honestamente, la latina no creyó que Carl hablase en serio cuando le dijo que no pararía hasta tenerla de vuelta.

Dejó la nota de lado y abrió el cuaderno para encontrarse páginas y páginas repletas de nombres de canciones y sus respectivos cantantes.

Cuando se fijó en la primera hoja, vio que había una pequeña nota escrita a mano por Carl.

“Canciones que me recuerdan a ti o a nuestra relación.

#carliavaavolver”

¿Carlia?

Lia no puedo evitar reírse al leer aquel apodo que Carl les había puesto. Había escuchado el shippeo Gallivera antes, el cual Ian había utilizado varias veces para referirse a Lip y a June, pero, ¿Carlia?

—Parece ser que nuestro pequeño Gallagher no es tan horrible como creíamos —anunció Tyler por encima del hombro de Lia.

—Aún no está perdonado —le aseguró ella.

—Lo sé y, conociéndote, harás sufrir al pobre chico hasta que te ruege de rodillas con lágrimas en los ojos que te perdone.

—No suena mal —le aseguró Lia divertida, ganándose un golpe en el brazo por parte de Tyler.

—No seas mala, Lia —le regañó su hermana antes de que alguien tocase el timbre.

La menor dejó el cuaderno sobre la pequeña mesa de la sala antes de ir a la puerta y, nada más abrirla, una amplia sonrisa se formó en su rostro.

—Ian —susurró antes de lanzarse a sus brazos.

El pelirrojo la abrazó con fuerza elevándola del suelo, haciendo que Lia rodease su cintura con sus piernas.

Ian había estado en prisión los últimos siete/ocho meses y, al ser menor, Lia no tuvo permitido ir a visitarlo, por lo que le había hecho demasiada ilusión verlo frente a ella.

—¿Cómo estás, alteza? —le preguntó, haciendo reír a Lia entre sus brazos.

—No sabes lo mucho que he echado que me llamases así —le aseguró ella en voz baja contra su hombro.

Lia pudo escuchar murmullos a su alrededor, pero no le importó en lo más mínimo.

La secta del Jesús gay había seguido a Ian hasta allí, ya que, sus miembros habían declarado, y cito, “que querían saberlo todo sobre él”.

—Hola, Ian —le saludó June con una sonrisa e Ian le devolvió el saludo, con Lia aún entre sus brazos, ya que ésta se negaba a soltarlo.

—¿Cómo estáis?

—Todo bien —le respondió Tyler con una sonrisa cálida.

—Me alegro. ¿Todo bien con Lip? Fiona me dijo que estabais juntos —le preguntó a June.

—Sí, todo va bien, al menos por ahora —declaró June—. Veamos cuanto dura.

—¿Por qué dices eso?

—Digamos que las relaciones no son mi fuerte —respondió la mayor de las Rivera.

—Tampoco el de Lip, pero seguro que sale bien —le aseguró Ian, haciendo sonreír a June.

—Gracias, pelirrojo.

—¿Puedo pasar? —le preguntó él.

—Por supuesto —respondió Tyler antes de que Ian entrase a la casa con Lia agarrada a él como un koala—. No va a irse a ningún sitio, Lia, puedes soltarlo.

—No pasa nada —le aseguró él antes de ir al sofá y sentarse, dejando a Lia sobre él, abrazándolo con fuerza.

—Vamos a dejaros solos para que habléis —le informó June.

—Gracias.

—Si necesitáis lo que sea, gritar y bajaremos —le avisó Tyler, haciendo reír a Ian.

—Lo tendré en cuenta.

Tras declarar aquello, June y Tyler subieron las escaleras hacia la habitación de la primera, dejando a Lia y a Ian solos.

—Te prometo que no voy a desaparecer si me sueltas —le susurró Ian contra el pelo y, unos segundos después, Lia se separó de él y se sentó a su lado—. Necesito consejo, Lia.

—¿Qué pasa? —le preguntó ella confusa.

—Ya no tengo claro si esta es la decisión correcta.

—Y con “esto”, ¿te refieres a...?

—A todo lo del Jesús gay. Lo creé para ayudar a la gente. A los niños, pero... siento que ya no importo, que solo quieren fama y dinero —le explicó mientras Lia lo escuchaba atentamente.

—Pues, déjalo —le respondió ella.

—No es tan simple.

—Sí, sí que lo es.

—Soy la imagen del refugio.

—Ian, si solo te hace sentir mal y presionado, no deberías hacerlo, es tan sencillo como eso. Tu salud mental está por encima de cualquier expectativa que la gente pueda tener sobre ti. Tú eres Ian Gallagher, no Jesús gay. Así que sí, es tan simple como eso.

—¿Te he dicho ya que te quiero? —le preguntó Ian, haciendo sonreír a Lia.

Ella se inclinó hacia él y el pelirrojo le dio un beso en la cabeza mientras la abrazaba.

—¿Y eso? —preguntó mirando el cuaderno sobre la mesa.

—Tu hermano. Según él no se dará por vencido hasta que lo perdone —le explicó Lia mientras se separaba de él.

—Buena suerte.

—¿Por qué? —le preguntó la latina confusa.

—Porque si crees que las Rivera sois una cabezota, no nos has prestado la suficiente atención a los Gallagher. Carl no va a parar, así que prepárate —le advirtió Ian.

—Puede hacer lo que quiera, pero nadie se ha ganado nunca mi perdón. Porque puede que vosotros seáis cabezotas, pero nosotras somos las personas más reencorosas que jamás vas a conocer —le advirtió Lia de vuelta, haciendo reír a Ian.

—Menudas dos familias han ido a juntarse —musitó él divertido.

—¿Cuánto crees que tardarán en matarse Lip y June? —le preguntó la latina de la misma manera.

—Me sorprende que hayan durado tanto tiempo juntos, les daba dos semanas máximo —le aseguró él, haciéndolos reír a ambos.

Definitivamente, Lia había echado de menos a su hermano mayor favorito. Necesitaba aquello, ambos lo hacían.

Al fin y al cabo, ambos eran familia, hermanos, y se necesitaban el uno al otro, por mucho que intentasen negarlo.

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