𝐅𝐈𝐅𝐓𝐄𝐄𝐍

𝐏𝐀𝐑𝐓𝐍𝐄𝐑𝐒 𝐈𝐍 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 | 𝐬𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧

❛𝐃𝐎 𝐘𝐎𝐔 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐇𝐎𝐖 𝐃𝐔𝐌𝐁 𝐘𝐎𝐔 𝐒𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐑𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍𝐎𝐖?❜

˚ʚ♡ɞ˚

—Vamos, colega, no podemos llegar tarde —le dijo Fiona antes de coger a Liam en brazos.

—La guardería es para perdedores —le respondió Liam, haciendo que Fiona rodase los ojos.

—Gracias, Frank —dijo ella de manera sarcástica.

Debbie fue a pagar a Jolayemi mientras Lia se bebía su café aún medio dormida.

—Luther, ¿qué hay? —le preguntó Carl al mayor mientras éste caminaba hacia la cocina.

—¿Qué hay? Lo que hay es que le has dado gonorrea a mi hija, pequeña mierda —le dijo éste, así que Lia levantó los brazos de la mesa.

—¿Lo he hecho? —le preguntó antes de que Carl empezase a correr escaleras arriba, mientras Luther empujaba la mesa para intentar atraparlo.

—Que gusto da venir a esta casa por las mañanas —anunció Lia de manera sarcástica mientras escuchaba todo tipo de ruidos en el piso de arriba.

Luther bajó un par de minutos después más que enfadado antes de detenerse junto a Lia.

—¿Esa son la clase de amigos que tienes?

—Un placer volverte a ver a ti también, Luther —dijo ella antes de darle un sorbo a su café, haciendo que el mayor soltara un bufido antes de salir de la casa—. Carl va a morir —le avisó Lia a Debbie antes de recibir un mensaje.

Carl
LA PUERTA TRASERA EN 5

Tal y como había dicho en el mensaje, ambos se encontraron en el patio trasera tras cinco minutos, ya que Carl quería asegurarse de que Luther no se había quedado a esperarle.

Carl agarró la mano de Lia y fueron hacia la estación para coger el tren para poder ir a la clínica a la que Carl había ido, ya que creía que el doctor le había dado gonorrea mediante la operación.

—¿Te estás escuchando? —le preguntó Lia antes de que Carl abriera la puerta de la consulta agresivamente.

—¿Te han saltado los puntos otra vez? —le preguntó el doctor nada más verlo.

—¿Qué cojones me has hecho? —le preguntó Carl molesto.

—Disculpa, pero tiene su dedo metido en mi culo —le dijo el señor al que estaba atendiendo.

—Sentaros en la sala de espera. Te atenderé en un minuto —les dijo el doctor.

—¿La gonorrea? —le preguntó Carl, haciendo que Lia negase con la cabeza.

—¿Qué? —preguntó el doctor más que confuso.

—Me has dado gonorrea —le acusó Carl.

—Jesus —dijo el paciente levantándose.

—No le he dado gonorrea, le hice una circuncisión —le explicó el doctor.

—Es un poco mayor para eso, ¿no es así? —preguntó el paciente.

—Lo es —le respondió Lia mientras el señor se subía los pantalones.

—Mira, he visto televisión, sé que puedes conseguir infecciones de estas operaciones —le dijo Carl y el doctor miró a Lia en busca de ayuda, pero ella encogió los hombros.

Ya había desistido de intentar convencer a Carl que lo que decía era una tontería.

—¿Por qué crees que tienes gonorrea? ¿Tienes las glándulas inflamadas? ¿Secreciones? —le preguntó el doctor.

—¡No, pero mi novia lo tiene, y su padre quiere matarme, y el tío es un poli! —le explicó Carl.

—Vale, lo primero es lo primero. Vamos a hacerte un test. Súbete a la mesa —le dijo el doctor.

—Voy a esperar fuera —le dijo Lia antes de girarse hacia Carl—. Después de hoy, jamás querrás volver a tener sexo sin condón —le avisó Lia divertida antes de salir de la sala con el señor que estaba antes que ellos.

Pocos segundos después, Lia escuchó el grito de Carl desde la consulta, haciendo que cerrase los ojos, casi sintiendo su dolor.

˚ʚ♡ɞ˚

Lia había ido a casa de los Gallagher después de que Carl le dijera que iba a ir a casa de Dom para intentar hablar con ella, así que en ese momento, Lip y Lia observaban a Ian moverse por la cocina sin parar.

—¿Estás bien? —le preguntó Lip tras unos segundos.

—Sí, estoy bien —le respondió él antes de empezar a buscar algo de nuevo por los armarios.

—Es que has abierto ese mismo armario como, tres veces —le dijo Lia tan confusa como Lip.

—Tengo sed —explicó Ian.

—Vale. Pues prueba la nevera, segunda balda —le dijo Lip e Ian se les quedó mirando unos segundos antes de girarse hacia la nevera y sacar una cerveza.

Al verlo caminar hacia el salón, ambos se levantaron de sus sillas y caminaron hacia la sala detrás él.

—¿Qué ha pasado hoy en el trabajo? —le preguntó Lia, haciendo que Ian se diese la vuelta para mirarlos.

—Me han mandado a casa —les respondió Ian de mala gana—. Estoy bien, pero, ya sabéis, como tengo antecedentes de enfermedad mental, me mandan a casa después de un error.

—Vale. Lo entendemos —le dijo Lip, intentando tranquilizarlo.

—No, que va —le respondió Ian a la defensiva.

—¿No entiendo cómo de horribles son los genes Gallagher? —le preguntó Lip—. Tengo que poner un temporizador cada vez que quiero beber una cerveza. Los genes de Frank no serán tan malos como los de Mónica, pero...

—Son una mierda —terminó de decir Ian más tranquilo.

—Sí, lo son —coincidió Lip antes de sentarse en el sofá junto y Lia mientras Ian se sentaba en la mesa.

—No he dormido en un par de noches. Y no es porque Caleb me haya estado escribiendo —les explicó Ian—. No me siento maníaco, pero nunca lo siento cuando estoy maníaco. Solo me siento bien o genial hasta que, obviamente, no lo estoy porque hice algo loco.

—¿Qué debes hacer si sientes que tu medicación puede estar descompensada? —le preguntó Lia agarrando su mano.

—Tomar mis tranquilizantes. Dormir. Ir al loquero lo antes posible —le respondió él apretando ligeramente el agarre de la mano de Lia, buscando comodidad, de alguna manera.

—Vale, entonces lo haces —le dijo su hermano.

—No quiero —susurró Ian.

—Lo sabemos —le aseguró Lia dándole un apretón en la mano para llamar su atención.

—Yo tampoco quería ir a la puta rehabilitación, pero lo hice —dijo antes de mirar a Lia—. Por ella. Porque es nuestra hermana, y no quería que tuviera que perder a otro hermano porque me comportaba como un idiota —le dijo antes de volver a mirar a su hermano—. Y si fuese a abrir mi alma para ti, lo cual no voy a hacer, pero si lo hiciera, te admitiría que desearía haberlo hecho antes. Cómo... antes de que me expulsaran de la universidad y jodiera toda mi puta vida.

Ian miró a su hermano durante unos segundos antes de mirar a Lia y tomarse un tranquilizante.

En ese momento, Carl entró a la casa, llamando la atención de los tres.

—¿Cómo le pides perdón a una chica a la que le has dado una enfermedad que podría matarla? ¿Flores? —les preguntó, dejando más que confusos a sus hermanos.

—¿Le has dado a una chica, qué? —le preguntó Lip mientras Carl se sentaba frente al trío.

—Gonorrea —respondió él.

—Oh, mierda. ¿Tienes antibióticos? —le preguntó Ian.

—No, he dado negativo, así que no los necesito —le respondió Carl.

—¿Te das cuenta de lo estúpido que suenas ahora mismo? —le preguntó Lia, haciendo que Carl frunciera el ceño confuso.

—Espera. ¿Dom ha dado positivo? —le preguntó Lip, ignorando el comentario de Lia, y Carl asintió con la cabeza.

—Carl, si tú no lo tienes, no hay ninguna posibilidad de que se lo hayas podido dar a ella —le explicó Lia.

—¿No la hay? —le preguntó Carl confuso.

—No, pero significa que ella lo ha pillado de otra parte —le explicó Ian intentando no ser muy brusco.

—¿Cómo, de un retrete? —les preguntó Carl, y Lia sonrió enternecida por la inocencia de su amigo.

—No, no —le respondió Lip sin saber muy bien cómo decirlo—. Más bien, como de... —dijo, pero se quedó trabado, así que Lia terminó por él.

—Del pene de otro chico, Carl —le dijo Lia antes de que la puerta se abriera, dejando ver a Fiona y a Debbie, quienes estaban discutiendo.

Ian y Lip se levantaron para saber cuál era el problema, pero Lia ignoró la situación antes de acercarse a Carl.

—Ey —llamó Lia su atención antes de abrazarlo—. Lo siento —le dijo ella en voz baja de todo corazón.

Por mucho que Lia hubiera creído desde un principio que Dom estaba siendo una mala novia, Carl no se merecía aquello.

˚ʚ♡ɞ˚

A la mañana siguiente, Lia recibió un mensaje de Fiona, así que, sin esperar, la latina fue a casa de los Gallaghers antes de servirse un café y sentarse junto a Carl, quién parecía más contento que el día anterior, después de que Luther hiciera que la policía irrumpiera en la fiesta en la que Dom estaba con el otro chico.

—¿Qué está pasando? —preguntó Ian entrando a la cocina.

—He invocado una reunión familiar —le informó Fiona mientras se sentaba en una silla.

—Porque, aparentemente, ella es la reina —dijo Debbie molesta.

—Ey, no empieces mierda —le advirtió Lip.

—Quédate tú toda la noche despierto con un bebé gritando y después me dices eso —le dijo Debbie.

—¿No estoy invitado? —preguntó Ian confuso.

—No quería despertarte —le explicó Fiona antes de que ambos hermanos mayores se sentaran en la mesa.

—Vale, solíamos tener los recaudos de la ardilla y todos contribuían con lo que podían, pero yo ponía la mayoría de dinero porque era la única adulta —explicó Fiona mientras servía café a sus hermanos y a Lia—. El tiempo ha pasado y las cosas han cambiado. Casi todos somos adultos ahora. O al menos pretendéis serlo —dijo eso último mirando a Debbie—. Asi qué, he hecho cálculos y he hecho un sistema que creo que es justo —les explicó antes de repartir varios trozos de papel.

—¿Qué es esto? —preguntó Lip.

—Es vuestra cuota —les explicó Fiona, haciendo que todos mirasen confusos los trozos de papel—. Eso es lo que tenéis que pagar todos los meses para ayudar con las facturas si queréis quedaros aquí.

—¿Si queremos quedarnos aquí? —le preguntó Ian confuso.

—Si queréis que todos nos quedemos juntos, como una familia —le respondió Fiona—. Sino, alquilaré vuestras habitaciones o venderé la casa, y todos podréis alimentaros por vosotros mismo.

—¿Por qué es la mía más alta que la de Carl? —preguntó Debbie confusa.

—Porque Carl no necesita pañales o crema para rozaduras o comida para bebés —le explicó ella como si fuera obvio.

—Despedí a Jolayemi porque ya no me puedo permitir pagarla —le dijo Debbie—. ¿Cómo voy a permitirme 375 dólares?

—No estás en el colegio, Debs. Puedes buscar un trabajo.

—¿Quién va a cuidar al bebé?

—No es mi problema.

—Yo ni siquiera vivo aquí, Fiona —le dijo Lia confusa.

—Desayunas aquí a diario y estás aquí hasta la noche, si no te quedas a dormir en la habitación de alguno de los chicos —le dijo Fiona, haciendo que Lia soltase un pequeño bufido, sin poder creerse que de verdad le hiciera pagar por beber un café por las mañanas y pasar el día con sus hermanos.

—La casa me pertenece a mí. No voy a pagar un alquiler —le dejó saber Carl.

—La casa y las facturas están todas a mi nombre, y es mi crédito el que está jodido si no pagamos —le recordó Fiona—. Y no es un alquiler. Es agua, electricidad y los impuestos.

—¿Desde cuándo te preocupa tu crédito? —le preguntó Lip.

—Desde ahora. El único que se libra a partir de ahora es Liam. Así que, si no trabajáis, pedir pago por deshabilidad, ayudas, o buscaros un trabajo —les dijo Fiona—. También, para los Gallagher, quiero que me pongáis en la parte más baja de vuestra lista de contactos de emergencia —les dijo a sus hermanos—. Poner a Lip primero, después a Ian, después a Kev y V, y después a mí. Porque tengo un plan para mi vida, y no puedo hacerlo si estoy recibiendo una llamada cada cinco minutos de uno de vosotros —les dijo antes de girarse hacia Lip—. Y sólo para dejarlo claro, tengo tanto derecho como cualquier otro de esta familia a hacer algo con mi vida. Y es hora de que lo entiendas, mierda arrogante.

—¿Has visto lo que Frank está haciendo calle abajo? —preguntó V entrando en la cocina antes de que ninguno pudiera decir algo.

Todos se levantaron esperándose lo peor antes de salir de la casa y ver varias mesas sirviendo comida a la gente sin hogar.

—¿Sabéis qué? No quiero saberlo —anunció Lia antes de empezar a caminar hacia casa, ya que June había preparado un día entero de chicas para ambas.

Nota de la autora:

Cómo he avisado por el tablón, hasta nuevo aviso esta historia será actualizada cuando me apetezca escribirla, no cada 2-3 días (esto es por mi salud mental)

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