i.


Cristal se sentó en su habitación, rodeada de recuerdos del pasado. Miró una foto de Franco y ella, sonriendo y abrazados en la playa. Una lágrima cayó de su ojo al recordar aquel momento.

Era una noche cálida y relajada en Mónaco. Franco la había invitado a cenar en un restaurante elegante con vistas al mar. La cena fue una velada divertida y emocionante. Franco la había hecho reír y se había sentido cómoda con él.

Pero lo que vino después de la cena fue lo que realmente la hizo sentir viva. Franco la había besado en el ascensor, y luego la había llevado a su habitación, donde habían pasado la noche juntos.

Cristal recordó la forma en que Franco la había abrazado y besado. Recordó la forma en que se había sentido cuando estaba con él. Se sintió un escalofrío recorrer su espalda al recordar la pasión y la emoción que habían compartido.

Pero ahora, Franco ya no estaba en su vida. Había sido un momento fugaz, un recuerdo que ella atesoraba, pero que también la hacía sentir triste y sola.

Cristal se secó las lágrimas y se levantó de la cama. Se miró en el espejo y vio a una mujer triste y nostalgia. Se sintió un escalofrío recorrer su espalda al darse cuenta de que había estado viviendo en el pasado durante demasiado tiempo.

De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta y vio a Ollie Bearman, el piloto de Haas, de pie en la puerta de su habitación. Lo miró con sorpresa y se sintió un poco incómoda.

─Cristal, ¿estás bien? ─ preguntó Ollie , su voz llena de preocupación.

Cristal se sintió un poco sorprendida por la pregunta. No estaba acostumbrada a que la gente se preocupara por ella. Se encogió de hombros y trató de sonreír.

─Sí, estoy bien. ─dijo. ─Solo estaba recordando el pasado.

El piloto de Haas se acercó a ella y la miró con preocupación. ─Cristal, tienes que dejar de vivir en el pasado. ─dijo. ─Tienes que empezar a vivir en el presente.

Cristal se sintió un poco sorprendida por las palabras de Ollie. No estaba acostumbrada a que la gente le dijera lo que debía hacer. Pero algo en las palabras de el la hizo sentir que estaba en lo correcto.

Asintió con la cabeza y trató de sonreír. ─Tienes razón. ─dijo. ─Tengo que empezar a vivir en el presente.

Ollie Bearman sonrió y le puso una mano en el hombro. ─Estoy aquí para ayudarte. ─dijo. ─Juntos podemos hacer que el presente sea mejor que el pasado.

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