┊➹ Capitulo 48 ❦
“Justos pagan por Pecadores”
Megumi, con el rostro frío y casi inexpresivo, está cubierto de sangre y polvo.
Ante su amada, intenta explicar lo que ha sucedido. Su voz es grave, pero controlada, como si quisiera mantener la compostura a pesar de la gravedad de la situación.
— _____, lo hice porque no había otra opción— le dice, refiriéndose a Yuuji.
Sin embargo, en lugar de entender sus palabras, su amada se queda inmóvil, con los ojos muy abiertos y llenos de miedo.
No puede procesar lo que está oyendo. Lo que más la asusta no son las palabras, sino la frialdad y la resolución en los ojos de Megumi. No reconoce al chico que ama en ese momento.
— ¿Cómo... cómo pudiste?— la voz de _____ es un susurro ahogado.
Su corazón late con fuerza mientras da un paso atrás, alejándose de él. La distancia entre ellos se vuelve casi insuperable, no solo física, sino emocional.
La oscuridad que rodea a Megumi parece ahogarla, y aunque él la mira con la misma firmeza de siempre, ella solo ve en él la sombra de alguien que ha cruzado una línea que jamás pensó que cruzaría.
Megumi intenta acercarse, pero ella da otro paso atrás, aterrorizada por lo que acaba de presenciar.
La conversación termina abruptamente, con el abismo entre ambos creciendo cada segundo que pasa.
— _____ porfavor — su voz se empezaba a quebrar
Ella cada vez retrocede más, se da la medía vuelta y empieza a correr, Megumi grita el nombre de la chica seguido de invocar a Nue.
Y encima de su Shinigami sigue a su amada qué no pudo correr muy lejos.
Se baja de Nue y agarra a _____ de la muñeca, está empieza a forcejear con gritos de auxilio esperando que alguien llegará a su rescate.
— Dejá de forcejear, no podrás escapar — ordenó con voz autoritaria.
— ¡No! — gritó ya con lágrimas en los ojos — Aléjate porfavor, te tengo miedo.
Esa pequeña pero poderosa frase qué perforó el corazón de Megumi hasta lo más hondo de él. "Te tengo miedo".
Nunca llegó a imaginar esas palabras de la chica, y a su vez qué su corazón se encogía en dolor ejercía más fuerza en la muñeca de ella.
_____ ya no aguantaba el dolor en su muñeca y en un movimiento desesperado por querer soltarse activo su ritual maldito y atrapó a Megumi en una de sus burbujas.
— ¿Eh? — el azabache estaba confundido.
La peli negra por su parte se apoyó contra un árbol y empezó a llorar, su cuerpo a su vez temblaba, sentía comezón en todo el cuerpo.
Sin darse cuenta de lo que hacía se empezó a rascar los brazos a tal punto de llegar a sacarse sangre, se agarraba la cabeza con fuerza que poco a poco se iba quitando el cabello.
Sus manos no dejaban de temblar y no dejaba de llorar, su corazón poco a poco empezaba a acelerarse.
Era una sensación nueva en ella, no sabía que era un ataque de ansiedad debido a todo el estrés qué sufrió.
Y sin darse cuenta dentro de su burbuja se estaba haciendo un total desastre.
Megumi qué estaba adentro cambiaba repetidas veces de edad, envejeciendo, siendo un bebé, un adolescente, un adulto, sentía que su cabeza daba vueltas.
Y debido a que la chica tenía ése ataque no podía controlar el tiempo dentro de la burbuja qué hizo que el azabache entrara en un bucle de tiempo.
Para cuándo la burbuja reventó con ella el azabache había muerto.
— No, no no nonononono
Se negaba a sí misma lo qué sus ojos estaban viendo, a Megumi muerto.
Intento buscar a su papá pero el tampoco estaba en esté mundo, se había quedado completamente sóla y ahora ¿qué se supone que haría?
Tenía familia cerca sí, pero ¿ellos se harían cargo de ella? ¿cuidarían bien de ella? si quiera ¿la consideraban familia?
Qué haría ahora, adentro de su casa se acostó en su cama a llorar y dormir, un bucle dónde a penas y se levantaba para ir al baño y cuando ya le ardía el estómago para comer.
Ya un mes con la misma rutina, dormir, comer sopa instantánea, llorar y dormir.
Llamaron a la puerta, algo inusual ya que quién podría ir a buscarla, o a su padre ya fallecido.
Se vió al espejo en claras fachas, tenía 3 días sin bañarse y estaba hecha un desastre de pies a cabeza, pero eso no le importo.
Abrió la puerta sin ganas alguna, la luz del sol le pegó directamente en el rostro qué hizo qué le lastimara los ojos y le hizo entrecerrar los ojos.
Poco a poco qué los iba abriendo visualizo la fisionomía de un muchacho.
Era un joven de tez atlética y musculosa, y medía alrededor de 1.73 metros, con un cuerpo bien entrenado.
Tiene el cabello corto y desordenado de color rosa claro, ella abrió bien los ojos para poder verlos y sus ojos visualizaba a Itadori Yuuji.
— ¿Yuuji?
FIN
Falta el epílogo no se me vayan.
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