James Potter era un chico caliente, muy caliente y tenía una novia sexy, muy sexy.

Esa combinación sólo daba como resultado ser una de las parejas más pasionales y lascivas que había existido en la historia de Hogwarts.

Era algo asombroso de ver, ya que el de cabello revoltoso había estado profundamente enamorado de la Gryffindor, Lili Evans, desde primer año. Pero todo cambió cuando en el sexto año tú llegaste de intercambio de La Academia Mágica Beauxbatons y lograste cautivar a todos con tu indiscutible belleza y sensualidad. Llamaste la atención de Potter y ahora eran la pareja más cotizada del colegio.

Mucha de la población masculina del colegio envidiaba al heredero de los Potter por tener de novia a la chica más hermosa de toda la escuela. Y muchas alumnas se morían de envidia y molestia al ver como James te trataba, siempre siendo un novio cariñoso y caballeroso, presumiéndote todo el tiempo y dándote el lugar que te mereces como mujer.

Claro, todo eso a la vista de los demás, porque a solas, James te trataba como a una absoluta puta y a ti te encantaba.

Siempre siendo dominante contigo en sus momentos de sexo, dejándote en claro que solo le pertenecías únicamente a él. Follándote en cualquier lugar donde él quisiera, ya sea en el baño de prefectos, inclinándote en uno de los sofás de la sala común cuando todo el mundo dormía, follando tu boca en algún salón vacío o simplemente haciéndote suya en su habitación cuando sus amigos no estaban.

Tal y como lo hacía ahora. Te había encontrado hablando con un muchacho de Slytherin mientras te iba a buscar a tu clase de pociones, verte tan cerca de ese otro chico solo lo hizo enfurecer. Entonces, esperó a que salieras del salón y te llevó rápidamente a las afueras del castillo, había decidido una vez más demostrarte que solo pertenecías a él. Es por eso que ahora se encontraban los dos en alguna parte del bosque prohibido, estando escondidos detrás de un árbol y fallando en el intento.

Te tenía acorralada entre una de las ramas del árbol, tu blusa del uniforme se encontraba desabrochada de tres botones, pero era suficiente para mostrar tus tetas siendo aprisionadas por tu sujetador. Tu falda ligeramente arremangada en tu trasero y tu braga se encontraba a la mitad de tus piernas. Sentías como su mano derecha estimulaba con rudeza tu coño, sus dedos largos entrando y saliendo de ti te hacían gemir con maestría. Su brazo izquierdo aferrado a tu cintura acercándote más a él y tú sujetando con fuerza la rama de aquél árbol para no caerte.

—Estás recibiendo mis dedos muy bien, princesa, si sigues así, probablemente considere follarte con mi polla —susurró en tu oído, dejaste escapar un gemido, su boca comenzó a dar besos en la curvatura de tu cuello—. ¿Justo ahí, nena?

—Mngh, ¡s-sí, justo ahí! —jadeaste desesperada, sus dedos medio y anular hundiéndose en ti y sus otros tres dedos chocando con tus nalgas formaban la famosa señal de rock. Cuando sintió como tu coño comenzaba a apretarlo más, retiró su mano de tu culo y te dio la vuelta.

Besó desordenadamente tus labios, sus manos paseando por todo tu cuerpo y llegando a tu trasero para manosearlo a su antojo, se separó de ti y su dedo pulgar comenzó a delinear tus labios con delicadeza.

—Abre bien esa linda boquita para mí, muñeca —quitó su cinturón y desabrochó con rapidez la bragueta de su pantalón, bajándolo junto con su bóxer y liberando su gran polla que ya goteaba un poco de presemen.

Te arrodillaste quedando frente a frente con su erección y para sorpresa de él, empezaste a lamer su punta como si tu vida dependiera de ello. Una de tus manos subía y bajaba por toda su longitud y la otra se aferraba a su muslo para mantenerte equilibrada. Ahora, chupabas con destreza su polla, ahuecabas tus mejillas y de vez en cuando hacías garganta profunda.

—Eso es, sigue así. Uugh... ya casi —jadeó sujetando con fuerza tu cabello y empujando sus caderas para joderte la cara. Muy pronto llegó a su orgasmo y todo su semen llenó tu garganta—. Trágatelo todo, no desperdicies nada.

Lo miraste con tus ojos cristalizados por tus lágrimas, por tus labios se escurría un poco de su corrida y una ligera capa de sudor recorría tu frente. Sentiste su mano acariciar tu rostro sonrojado con una ternura que no había utilizado en todo este tiempo que te ha estado follando la cara, lo tragaste todo y lamiste tus labios eliminando cualquier rastro de su semen.

—De pie —ordenó, te sujetó de la cintura pegándote a él y volvió a capturar tus labios en un beso bastante necesitado, te relajaste y empezaste a seguirle el beso. Su lengua encontró la tuya comenzando a jugar con una ligera sonrisa y sin esperarlo, sus manos abrieron sin gentileza tu blusa rompiendo los botones.

—¡James!

—Te compro otra —su cabeza se enterró en tus senos y comenzó a dejar lamidas y pequeños besos—. Estas hermosas tetas son mías.

Tu sujetador era muy práctico en estos momentos, tenía el broche por delante y para James fue demasiado fácil desabrocharlo y así capturar uno de tus pezones entre sus dientes arrancándote un fuerte gemido. Sujetó una de tus piernas enrollándola en su cintura y bajó su mano hacía su pene que otra vez estaba erecto y listo para follarte. Se introdujo con facilidad en ti y sus embestidas comenzaron siendo realmente fuertes y rápidas.

—Muy bien, princesa, ¿te queda claro que solo yo puedo follarte? —asentiste—. Solo yo puedo hacer que este lindo coño quede así de rojo y adolorido, ¿sabes el porqué? —volviste a asentir—. Porque me pertenece, tú me perteneces, ahora dilo.

—Porque te pertenezco, soy tuya, James —tu voz sonaba quejumbrosa y tus gemidos aumentaban a cada segundo que pasaba.

—Así es, completamente mía y de nadie más —sus caderas golpeaban las tuyas, su grande mano sujetaba tu trasero y te daba nalgadas de vez en cuando dejándote con la huella de su palma con un color rojizo.

Tu vista se nubló de lágrimas y echaste tu cabeza hacia atrás cuando el cosquilleo en tu vientre se hizo presente, tu orgasmo estaba cerca y James estaba haciendo todo lo posible para que sus embestidas lograran ayudarte a obtenerlo.

Un gutural gemido salió de tu garganta cuando el placer te inundó por completo, te sujetaste con fuerza de sus grandes brazos para no caerte, todo tu cuerpo temblaba y tus piernas hacían demasiado esfuerzo para no perder la fuerza que te mantenía en pie. James también jadeó cuando su orgasmo explotó dentro tuyo, su semen caliente rellenando tu coño te hizo cerrar los ojos y descansar tu cabeza en su pecho.

—Que buena chica, tomando mi semen tan bien —salió de ti y pudo ver como su corrida se deslizaba por tus piernas. Subió su ropa interior y sus pantalones con rapidez y luego subió tu braga, acomodándola en tu feminidad con dulzura y sonreíste completamente enamorada—. Bien, creo que puedes mantener mi semen en tu coño hasta llegar al baño de prefectos, ¿verdad?

—Creo que puedo soportarlo —tu sonrisa se mantenía y tus mejillas sonrojadas te hacían sentirte un poco avergonzada.

—Oh, no te pongas tímida ahora, hace unos momentos estabas gimiendo como loca pidiendo más.

—¡James! —tu novio estalló en risas cuando lo golpeaste levemente en el pecho reclamándole.

Definitivamente había quedado claro que ustedes dos si eran la pareja más lasciva, pero a la vez la más bonita de todo Hogwarts.

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25/01/2025

Tal vez les desespere un poquito que de las 6 partes, cinco sean O.S de James Potter (¡pero no pueden culparme!, el hombre está para chuparse los dedos).

Pd. Como me duele no poder ser la esposa de Aaron 😭