Desde que entró a la secundaria muchas cosas cambiaron (más allá de los conflictos personales de sus amigos), aquellas personas de su salón, los superiores, la gran mayoría… Cambiaron.

Varios de sus compañeros se volvieron más groseros y no había día en que no se contaran escándalos sobre ellos, ya sea por encuentros sexuales indebidos en la escuela o que alguien llevó sustancias ilegales, siempre era algo nuevo.

Trataba de ignorar todo más le era imposible, sentía rabia por como ningún profesor se preocupaba por ellos, las infames charlas sobre educación sexual o prevención de drogas eran más un espectáculo de quien era el más idiota por reírse o molestar a los superiores.

Nadie sabía como controlarlos y no movían un dedo por intentar hacer algo al respecto. Lo detestaba.

Nadie los observaba, a nadie le importaba una mierda. En las ruedas del bus trataba de buscar algo de paz, no obstante, era imposible.