ALEX CASI SE CAE DEL JEEP CUANDO VINCE PASÓ POR UN BACHE ENORME. No hace falta decir que era un conductor muy imprudente y que estaban persiguiendo un tren. Habían pasado los últimos meses rastreando a CRUEL y elaborando el plan exacto para rescatar a Minho, Aris, Sonya y Nick de sus manos. Había un tren que los transportaba a todos junto con el resto de personas que habían capturado, y habían elaborado un plan para sacarlos de ahí.

—Brenda, estamos atrás. Distráelos un poco.—dijo Thomas por la radio desde el asiento de adelante. Vince conducía, dejando a Alex atrapada en la parte de atrás, dando rebotes.

—¡Agárrate!—,gritó Vince, y giró el volante para que las ruedas del vehículo quedaran a ambos lados de la vía. Esto provocó que el viaje fuera aún más accidentado. La chica que iba atrás se estiró para agarrarse a la única manija que quedaba en el jeep y se aferró a ella como si le fuera la vida en ello.—¡Es una locura, Thomas!—.

Era una idea loca. Alex también lo admitía. Cuando escuchó por primera vez la sugerencia de Thomas, casi tuvo que mirar dos veces, sobre todo porque él la había incluido en su parte del plan. Todo lo que estaban haciendo era una locura, pero era para recuperar a Minho y Nick. Todos habían abandonado la racionalidad y el miedo cuando pensaban en eso. Eran sus amigos, su familia, y todos iban a hacer lo que fuera necesario para recuperarlos.

El chico no respondió. Simplemente siguió con el plan. Empezó a salir del vehículo en marcha mientras Alex hacía lo mismo, subiéndose con cuidado al techo. Estaba segura de que iba a tener moretones por todas las veces que se había golpeado contra el vehículo. Se deslizaron hasta el capó del vehículo y Thomas extendió un gancho. Se giró hacia el hombre que seguía conduciendo.—¡Vince, acércame más!—.

Vince aceleró ligeramente para que pudieran acercarse a la parte trasera del tren. Cuando estaban a unos tres metros de distancia, Thomas se inclinó y enganchó el gancho en la parte trasera del tren, uniendo el vehículo al otro. Saltó al vagón trasero y le tendió la mano a la chica. Ella la agarró y se subió al tren también.

—¡Que esperas, Vince!—,gritó una vez que se subió. Al darse cuenta de que el trabajo había terminado, el hombre de pelo largo y rubio salió del vehículo que estaba siendo remolcado y se subió al cofre. El único problema era que la cuerda entre el gancho y la parte unida al vehículo era un poco demasiado larga y nunca podría subir.

Alex vio que el gancho comenzaba a resbalarse de donde estaba y gritó:—¡Vince! ¡Salta!—.

—¡Ay no!—,exclamó mientras saltaba y conseguía subir al tren. Gimió al ver cómo el vehículo se soltaba y daba vueltas detrás de ellos, destrozándose por completo al detenerse.

Thomas estaba a punto de empezar a subir por la escalera a la que él y la chica de cabello rizado se aferraban.—¡Hay que subir!—.

—¡Oigan! ¡Un Berg!—,gritó Vince, y todos miraron hacia donde él señalaba para ver a un Berg volando hacia ellos y el tren. Alex rezó para que no los hubieran visto colgados, pero las posibilidades de que eso ocurriera eran muy, muy escasas. Thomas gritó por la radio para advertir a Brenda sobre el Berg, y luego se pusieron en marcha.

Subieron a la parte superior del tren y comenzaron a correr por el techo hasta el lugar donde planeaban desenganchar los vagones traseros que llevaban a los prisioneros. Sus ojos se abrieron como platos cuando vieron a media docena de hombres de CRUEL corriendo directamente hacia ellos, con armas en las manos y listos para empezar a disparar tan pronto como se acercarán lo suficiente. Vince saltó entre dos de los vagones y se puso manos a la obra, mientras Alex y Thomas lo cubrían sacando sus armas y disparando a los soldados de CRUEL que intentaban detenerlos. Vince les gritó:—¡La bolsa!—.

Alex se quitó la bolsa del hombro mientras Thomas la cubría y la dejaba caer donde estaba Vince. Él la atrapó y ella volvió a disparar. Se agachó cuando uno de ellos le apuntó directamente a la cabeza con su arma, pero el disparo acabó pasando junto a su oreja derecha porque no tenían puntería.

—¿Vince?—gritó Thomas, porque se estaban quedando sin balas. Los hombres también se estaban acercando a ellos en el tren y les costaba mucho contenerlos.

—¡Ya esta! ¡Cúbranse!—gritó él, y tanto Alex como Thomas no dudaron en retroceder en el tren y agacharse cuando se produjo una pequeña explosión en el lugar donde estaba Vince.—¡A darle! 

Su parte del tren comenzó a reducir la velocidad mientras la parte delantera se alejaba, lo que indicaba que habían logrado desengancharla. Finalmente, se detuvo y todos saltaron al suelo. Vince gritó en la distancia:—¡Newt!

—Ya, vámonos, rápido—,oyeron decir a Newt, y su cabeza, junto con la de algunos otros, asomó entre los arbustos que cubrían la zona arenosa.

—¡Minho!—,gritó Thomas mientras golpeaba todos los compartimentos y escuchaba. Había muchos gritos, pero Alex sabía que serían capaces de distinguir cuál era el de Minho.—Minho, ¿me oyes?—.

Escuchó atentamente y oyó una voz por encima del resto. Era una voz que reconocería en cualquier lugar, y era ligeramente más alta que los gritos de los demás adolescentes. Golpeó el compartimento que tenía más cerca.—¡Este. Es este!

—¡Ay, carajo!—exclamó Vince, y Alex se acercó a donde él y Thomas estaban parados mientras Newt hacía lo suyo con el tren. La parte delantera del tren se había detenido y esta vez había aún más soldados corriendo hacia ellos.—Ya vienen. Se acercan

—Newt, ¿cómo vas?—preguntó Thomas mientras él y la chica se subían al techo del vagón en el que estaba trabajando. Estaba tratando de separar el compartimento de la parte que tenía la rueda del tren. Los dos se acostaron y sostuvieron sus armas frente a sus caras, listos para matar a algunas personas de CRUEL cuando estuvieran lo suficientemente cerca como para disparar.

El chico rubio respondió rápidamente:—No me presiones—.

—Newt, ya sube aquí—,gritó Alex cuando los hombres de traje negro empezaron a dispararles. Vio cómo una bala le rozaba la espalda y eso la ponía muy, muy nerviosa. Vince los cubría a él y a las otras personas que lo ayudaban, pero ¿sería suficiente?

Él siguió trabajando, sabiendo que tenían que terminar lo que estaban haciendo. Finalmente, atravesó el metal con su soplete y comenzó a subir por la escalera mientras Vince le ordenaba:—¡Newt, ya!—.

—¿Dónde carajos están?—,preguntó el rubio una vez que se subió con Alex. Brenda, Jorge, Sartén y los demás ya deberían haber llegado para levantar el vagón y poder seguir adelante. Algunos de los otros chicos que estaban ayudando a Newt se unieron a ellos mientras seguían disparando.

Thomas negó con la cabeza, indicando que no tenía ni idea de por qué tardaban tanto.—¡No lo sé!—.

—¡Ya llegamos, tranquilos!—,Alex exhaló un suspiro de alivio cuando escuchó la voz de Jorge a través de la radio de Thomas. Levantó la vista, pero no era necesario porque ya podía sentir la brisa del Berg que habían secuestrado sobre ellos. Newt, Thomas y Alex se levantaron cuando el Berg se detuvo y un gancho comenzó a bajar del Berg.

Agarraron el gancho y lo sujetaron al vagon con un cable que Thomas había traído. Le hicieron un gesto de aprobación a Sarten antes de inclinarse hacia el lado donde todavía había una persona en el suelo.—¡Vince, que esperas! ¡Ahora, Vince!—.

—¡Guau!—,gritó Alex cuando Vince se subió y despegaron. Parecía que estuvieran volando, en parte porque se balanceaban en el aire sobre un contenedor de almacenamiento y en parte porque estaban muy felices. Ella abrazó a Newt emocionada y luchó contra el impulso de saltar.

Lo abrieron con la linterna de Newt tan pronto como regresaron a la base. Thomas sonrió cuando vio a Aris y Sonya y corrió hacia ellos para asegurarse de que estaban bien.—Aris. Oigan, ¿están bien?—.

—Sí, estamos bien—,respondió él, y Harriet corrió hacia ellos para abrazarlos.

Alex se abrió paso entretodos y escaneó los rostros mientras caminaba por el pasillo hacia la parte trasera del compartimento. Thomas les aseguró que estaban bien y miró a Alex cuando ella se detuvo al final de las filas y se dio la vuelta. Se le hizo un nudo en el estómago cuando vio la expresión de su rostro.—No está aquí—.

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