capitulo seis


ARIS ECHÓ MÁS LEÑA AL FUEGO Y SE SENTÓ JUNTO A THOMAS Y NICK. Por fin habían decidido sentarse y tomarse un descanso cuando cayó la noche, y estaban todos sentados alrededor del fuego. Todos habían estado especialmente callados desde lo de Winston, pero Alex no había dicho ni una palabra. Minho había intentado hablarle, pero ella se había limitado a empujarlo y seguir caminando.
—¿No se supone que éramos inmunes?—,les murmuró Minho, y la chica de pelo rizado recordó lo que Ava -la rubia del vídeo cuando escaparon del Laberinto y encontraron aquella habitación- había dicho sobre que el resto del mundo estaba infectado y ellos eran inmunes a la enfermedad que fuera.
Teresa suspiró desde donde estaba recostada sobre su mochila.—No todos, creo—.
—Si Winston pudo infectarse, entonces también nosotros—,les dijo Newt, y Alex asintió. No estaba segura de por qué le habían creído a CRUEL cuando no habían hecho más que mentirles y torturarlos. Podían no ser inmunes a lo que fuera que Winston consiguió, y nunca lo sabrían.
—Jamás creí decir que—,habló Sartén, haciendo que todas las cabezas se giraran hacia él con curiosidad, preguntándose qué estaba a punto de decir. Sus ojos permanecían fijos en el fuego, y parecía estar recordando algo del pasado. En cuanto notó esa expresión en su rostro, la chica supo lo que iba a decir.—Era mejor el Área—.
Todos se durmieron bastante rápido por lo agotados que estaban. Alex deseó poder hacer lo mismo. No era porque no estuviera cansada, porque definitivamente lo estaba. No podía dejar de pensar en Winston, en el Área, en CRUEL, en qué pasaría si ese lugar que buscaban no fuera real. Tenía tantas cosas en la cabeza que no podía dormirse por mucho que lo intentara.
—Siento lo de tu amigo—.Alex se sobresaltó por la voz repentina porque estaba segura de que todos los demás se habían dormido. Miró a un lado para ver a Nick apoyado sobre sus codos y mirándola.
Ella le asintió antes de volver la cabeza hacia el fuego con una especie de expresión entumecida. Exhaló:—Gracias—.
—¿Eran muy unidos?—,preguntó él con las cejas levantadas mientras se sentaba a su lado. Al notar la expresión dubitativa en su rostro, añadió rápidamente:—No tienes que hablar de ello si no quieres—.
Ella negó con la cabeza y clavó los zapatos en la arena mientras se pasaba una mano por el pelo. —No, está bien. Sí, éramos unidos. Me salvó la vida... varias veces—. Suspiró y observó el fuego, que le recordó las fogatas que solían hacer cada vez que recibían un nuevo Novato en la Caja. Parecía que había pasado toda una vida cuando, en realidad, su última fogata había sido hacía dos semanas. Era una locura pensar en eso después de todo lo que había pasado. Tras un momento de silencio, admitió:—Sabes, pensé que Sar estaba loco cuando lo dijo, pero lo entiendo. Echo de menos estar en el Laberinto—.
—Sí, no voy a mentir. A veces era agradable—,aceptó con una pequeña sonrisa, como si estuviera recordando su época en el Laberinto con sus amigos. Por primera vez se dio cuenta de que él y Aris eran los únicos que quedaban, al menos que ella supiera. Se preguntó qué había sido de los demás, de todas las chicas. Pero no se lo preguntó porque sabía que no le gustaría que él le preguntara a quién había dejado atrás.
Sonrió con tristeza.—A veces era increíble. Era pacífico—.
《 ✢ 》
ALEX ESTABA EN EL ÁREA JUNTO AL PEQUEÑO RÍO DONDE SE ABASTECÍAN DE AGUA. A veces iba ahí para alejarse de todo por un segundo. Oyó crujir las hojas detrás de ella, lo que indicaba pasos y que alguien se acercaba, y cuando se dio la vuelta para ver de quién se trataba, sonrió.
—Hola—,saludó cuando Gally se acercó a ella. Tenía la camisa bañada en sudor, lo que indicaba que acababa de terminar de trabajar. Lo observó acercarse cada vez más, golpeando ligeramente algunos árboles con la mano.
Cuando estuvo lo bastante cerca, él le respondió echándole el brazo por encima del hombro y diciendo:—Hola—.
—Amigo, estás tan sudoroso y asqueroso—,murmuró ella juguetonamente, encogiéndose de hombros y alejándose un paso.
Él alzó las cejas.—¿Ah, sí?—
—Sí, de verdad—,confirmó ella, y entonces él se acercó a ella de nuevo. Ella intentó huir, pero él la rodeó por detrás con los brazos y la levantó, haciéndola agitar las piernas en el aire. Se rió a carcajadas mientras él la hacía girar y, cuando la dejó en el suelo, se dio cuenta de las gotas que le caían en la cara.—Está lloviendo. Deberíamos buscar algún refugio—.
—O podríamos quedarnos aquí—,sugirió él con una sonrisa traviesa. Luego se inclinó hacia ella y, sabiendo lo que estaba a punto de hacer, Alex cerró los ojos mientras él paseaba sus labios por los de ella. La lluvia se hizo más fuerte y empezó a golpear contra sus cabezas y hombros, empapándolos a ambos y mezclándose con su beso.
Ella lo besó un momento antes de sonreír contra sus labios y responder:—Creo que me gusta esa idea—.
—A mí también—,asintió él, y volvió a acercarse a ella. Estaba a punto de besarla cuando, de repente, empezó a toser violentamente.
Sus cejas se fruncieron, y su cara cayó.—¿Gally?—Sus ojos se movieron hacia el pecho de él, donde había una pequeña mancha de sangre cada vez más grande.—Gally, ¿qué pasa? ¿Qué está pasando?
—Lexi, ayuda—,murmuró él, todavía tosiendo, y ella trató de examinar la herida para ver qué la había causado. Era casi como si lo hubieran apuñalado o disparado con algo. La sangre brotaba por todas partes y él cayó de rodillas. Ella se agachó con él, y las lágrimas empezaron a caer lentamente por su rostro. Jadeó,—Lexi...—
—Alex. Oye. Oye—.La voz de Gally se confundió con la de Thomas cuando el chico golpeó a Alex en el hombro. Ella se despertó y lo vio levantarse e intentar que los demás se levantaran también. Todavía un poco agitada por el sueño, respiraba con dificultad, pero nadie pareció darse cuenta. Señaló a lo lejos.—Despierten. Newt, despierta. Vamos. Sarten, Aris, Alex, Nick. Veo algo—.
—¿Qué pasa? ¿Qué...?—Minho preguntó con sueño, y Alex levantó la cabeza para ver luces en la distancia. Sus ojos se abrieron de par en par cuando se dio cuenta de que las luces eran de un edificio. Se frotó los ojos para asegurarse de que no se lo estaba imaginando o estaba alucinando por falta de comida y agua. Cuando volvió a abrir los ojos, seguía ahí.
Thomas se rió asombrado porque todos habían empezado a pensar que nunca lo conseguirían. Alex estaba segura de que iban a morir ahí fuera. El líder exhaló:—¿Ven eso? Son luces—.
—Lo logramos—,murmuró la chica de pelo rizado, sobre todo para sí misma. De repente, se oyó un fuerte crujido detrás de ellos y todos se giraron para ver nubes de tormenta que se dirigían hacia ellos. Todos se estremecieron cuando un enorme rayo cayó unos segundos después.
Ella se quedó mirando la tormenta un momento. Oyó los gritos de la gente detrás de ella, pero todo estaba amortiguado mientras observaba la lluvia caer al suelo, casi como a cámara lenta. Se estremeció cuando sintió que alguien tiraba de su brazo herido. Oyó la voz de Nick gritándole:—Vamos, Alex. Tenemos que irnos—.
—Vamos. Rápido, vamos. ¡Vamos! ¡rápido! ¡Vamos! ¡corran! ¡Sigan corriendo! ¡Vamos! Vamos!—gritaban todos mientras corrían hacia las luces. Rezaban para que lo que fuera y quien fuera que estuviera ahí estuviera a salvo para ellos, al menos el tiempo suficiente para que la tormenta pasara y pudieran seguir su camino de nuevo.
Ya casi llegaban, tan cerca que podrían estar en la puerta del edificio en un par de segundos, pero algo salió terriblemente mal. Se oyó un trueno y un destello de luz muy brillante, lo que hizo que todos se giraran para ver a Minho y Thomas en el suelo. De la camisa de Minho salía humo, lo que hizo que Alex abriera los ojos de par en par. Corrió hacia ellos con Newt y Aris siguiéndola mientras Nick, Teresa y Sarten iban a abrir la puerta para que pudieran pasar.—¡Minho!—
—¡Muévete! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! Entren—,gritó Sarten mientras Aris y Newt levantaban a Minho y empezaban a arrastrarlo hacia el edificio. Alex ayudó a Thomas a levantarse y empezaron a correr hacia la puerta abierta. Prácticamente se zambulleron en el edificio y la puerta se cerró de golpe tras ellos.
—Bájalo. ¿Quién tiene luz?—preguntó Thomas mientras bajaban al chico al suelo. Todos se amontonaron a su alrededor y miraron esperanzados al chico mientras Thomas lo golpeaba ligeramente y lo sacudía en un intento de despertarlo.—¡Minho!—
Murmuró Newt para sí.—Vamos, despierta. Responde—.
—No me hagas esto, amigo. A ti también no—,suplicó la chica de pelo rizado. No podía perder a dos de sus mejores amigos en el lapso de tres días. No había forma de que eso sucediera. Le daría una patada en el culo a Minho si hacía falta.
Por fin, Minho se despertó con un grito ahogado, y todo el mundo exhaló un suspiro de alivio. Aris exhaló:—Ahí está—.
—Oh, gracias a Dios—,se rió Alex antes de agacharse y abrazar a Minho. No recordaba la última vez que había abrazado a alguien, y era algo triste. Le golpeó juguetonamente con en el hombro y añadió:—Por el amor de Dios. No me hagas eso, amigo—.
—¿Pero que paso?—Minho susurró interrogativo porque no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado después de que corrieran y antes de despertarse. Se sentía un poco mareado, así que sabía que algo tenía que haber pasado.
Thomas le contestó, algo incrédulo de que acabara de despertarse:—Creo que te cayó un rayo—.
—Hay que levantarlo. Despacio—,les dijo Newt, y entre todos ayudaron al recién conmocionado muchacho a ponerse en pie. Sinceramente, era un milagro que siguiera vivo, y mucho más el hecho de que pudiera levantarse y quitárselo de encima después de un par de segundos.
—¿Qué huele tan mal?—preguntó Teresa. Sacó su linterna para poder investigarlo, y tan pronto como lo hizo, una criatura, igual que las del edificio que los había perseguido y había cortado a Winston. Todos gritaron y retrocedieron cuando la criatura se abalanzó sobre ellos, pero por alguna razón, no pudo alcanzarlos. Alex frunció las cejas y miró hacia abajo, dándose cuenta de que estaba atada a una cadena.—¡Detrás de ti!—
Se dieron la vuelta para ver cómo dos más saltaban hacia ellos, y Alex se dio cuenta, asustada, de que estaban rodeados.

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