44 ⌇ NEIGHBORS.

━━━━━ 𝐍𝐄𝐈𝐆𝐇𝐁𝐎𝐑𝐒; 𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎
❛VECINOS.❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
todos los lectores!












time later.



     ANTONELLA SE HABÍA GRADUADO DE LA UNIVERSIDAD Y AHORA TRABAJABA JUNTO A SU MADRE Y SOPHIE, cosa que resultaba genial. Pasar el tiempo con las tres era muy divertido, pero sobretodo con su mejor amiga, su relación con Arthur iba de maravilla, ahora solía acompañar más a su novio a sus carreras de fórmula dos, había estado en su primer podio en la categoría y había sido increíble, claramente seguía poniéndose nerviosa con cada carrera pero entendía que ese era el deporte que a Arthur le gustaba y lo respetaba, él siempre solía ayudarle con su trabajo, aunque a veces no entendiera nada, Antonella adoraba que la acompañara, quedándose con ella hasta la madrugada cuando la castaña tenía que hacer su trabajo respectivo.

Tanto a Arthur como a Nella les daba gracia pensar que cuando eran más adolescentes pensaban en "¿Durar más de ocho meses con una persona? ¡Eso es una exageración", pero cuando estabas enamorado la perspectiva era diferente.

Honestamente, Arthur y Antonella se visualizaban a sí mismos con una relación duradera, el amor entre ambos siempre incrementaban y la relación había empezado a mejorar muchísimo más después que se habían mudado juntos.

Psicológicamente, el amor verdadero está asociado con tres fases. La primera, pasión: es el primer paso y se trata de la atracción física y sexual por la otra persona. La segunda, intimidad: es donde se crea el apego. Hay cercanía, proximidad y conexión. Es la etapa en donde se crean lazos más profundos al compartir aspectos de nuestra vida, la intimidad se construye sobre la confianza, seguridad y respeto mutuo, y la tercera y última fase, compromiso: cuando aceptabas a tu pareja con sus facetas tanto altas como bajas y ambos trabajan en búsqueda de la mejoría de la relación para estar juntos, es donde está la clave, es allí donde reside el amor verdadero, y Arthur Leclerc junto a su chica Antonella Ferrer tenían las tres fases con éxito.

Hace unos días que se había ido de viaje con su novio a Italia, debido a las vacaciones veraniegas, ahora los dos estaban descargando todo lo que habían comprado para su hogar, al mismo tiempo que lo ordenaban.

—No te parece gracioso...—Antonella comenzó la conversación, mientras que limpiaba la mesita que decoraba la sala y soltaba una pequeña risa.

—¿Qué mi amor? —Arthur le preguntó, ordenando todo lo que habían comprado.

—Como antes al entrar en una tienda te emocionabas por los juguetes, y nosotros nos emocionamos por cosas de la casa —le comentó, haciéndolo reír.

—Es que esos son los juguetes de la gente grande —le guiñó un ojo y Nella soltó una carcajada, el rubio se puso de pie— por cierto, más al rato tú y yo, tendremos una cita mi amor. ¿Te parece bien?

—¿Más al rato? —Arthur asintió— ¿Cómo me lo dices ahora?

—¿Tenías algo qué hacer?

—Bueno la verdad es que no, o sea sí, había quedado con Sophie en vernos porque le ayudaría a escoger un vestido para una fiesta que tiene —ella mencionó haciendo una mueca.

—¿Y no se lo puedes ayudar a escoger para después?

—No lo sé, ahorita le mando mensaje —se vio interrumpida porque su celular empezó a sonar marcando una llamada— justo es ella. ¿Si?

«—¿Vas a venir más al rato? —su mejor amiga le preguntó.

«—Estoy bien, gracias por preguntar Soph.

Ella soltó una carcajada.

«—Que bueno pero eso no fue lo que te pregunté.

«—¡Hey!

«—Ya, ya, no es cierto.

«—Andas graciosita como tú novio Charles —Arthur soltó una carcajada y Sophie resopló.

«—¡Ya no se puede bromear tranquilamente! —se quejó— no pero ya en serio, ¿vendrás más al rato o no?

Arthur le hizo una seña de que pusiera en altavoz el celular para él también hablar con la castaña, y así Antonella lo hizo.

«—La verdad es que hoy no, Soph. Nella y yo hemos acordado en tener un día juntos.

«—¡Pero si se la pasan juntos todo el rato!

«—Así como tú y Charles a escondidas de los dem—

«—Que la pasen bien —Sophie cortó la llamada haciéndolos reír.

Antonella dejó el celular en el sofá, mientras que se sentaba en el suelo y abría su laptop, Arthur repitió su acción, Nella sonrió con emoción cuando miró la pantalla.

—¡Mira amor! —señaló la misma— ¡Nos han respondido de la casa!

—¿Sí? A ver —el rubio se acercó más a ella, mientras que Antonella entraba en el mensaje y los dos comenzaban a leer.

Hace meses que los dos habían estado pensando en cambiarse de departamento y comenzar una nueva aventura pero en una casa, llevaban tiempo buscando la casa perfecta y que no estuviese tan alejada de sus familiares, estaba resultando bastante difícil conseguirla pero seguían buscando.

Arthur y Antonella sabían que comprar una casa ya era un paso muchísimo más grande para su relación, pero de todas maneras, los dos querían darlo. Ya tenían tiempo viviendo juntos, lo único que cambiaría sería la locación, ya no sería en un departamento, sino en una casa.

Una casa en dónde... podían empezar a formar su familia.

Una familia.

Ninguna persona estaba preparada para ello, formar un familia era un paso bastante grande pero también, el más bonito en una relación. Arthur Leclerc estaba más que seguro de que Antonella Ferrer era el amor de su vida, desde su adolescencia, dudas nunca tuvo sobre ello, y menos tendría dudas de formar una familia con ella, cosa que a la castaña, le pasaba igual.

—Dice que sólo tendríamos que proceder con el pago y todo eso, ay que nervios —la castaña pasó ambas manos por su cara, girándose a ver a su novio.

—¿Y si vamos ya?

—¿Ya?

—Sí, ¿por qué no amor? Es una casa hermosa, estoy segura que cualquiera nos la podría arrebatar de las manos si no nos apuramos comprándola ¿Qué dices?

—¿Ya, ya?

Arthur soltó una risita, se acercó a besar su frente.

—Que sí mi amor —la tomó de la mano— es temprano, tendremos tiempo de hacer la mudanza si la compramos hoy mismo y además, de hacer una cena familiar dándole la bienvenida a nuestros familiares a la casa.

—Bueno... pero debimos haber pensado eso antes de empezar a sacar lo que habíamos comprado.

Los dos rieron, Arthur se puso de pie y le tendió la mano a Nella para que hiciera lo mismo que él.

—No pasa nada, podemos guardar todo rápido y nos vamos.

—Vale, entonces iré a cambiarme la ropa y salimos.

Arthur asintió, antes de que Nella se fuese a la habitación de ambos, el rubio la tomó de la mano e hizo un puchero, ella lo miró sin entender.

—¿Qué pasó, amor?

—¿No me vas a dar un besito?

Ella soltó una carcajada, asintió. Se acercó a él y unió sus labios en un beso, separándose con rapidez porque sabía que Arthur lo alargaría, y corriendo hasta la habitación entre risas escuchando los quejidos del rubio.

Se dió una ducha rápida y después de eso comenzó a buscar lo que se pondría, nerviosa por la situación, estarían a punto de cambiar su departamento por una nueva casa. Una casa, eso ya era demasiado, era un paso demasiado grande en su relación, pero definitivamente, a ambos les gustaba.

Nella peinó su cabello mientras que se veía en el espejo, Arthur entró al baño sin camisa como de costumbre, acercándose a ella para abrazarla por detrás y dejar un beso en su mejilla, los dos solían peinarse juntos.

—¿Ya estás? —la castaña le preguntó a su novio que tomó el peine para comenzar a arreglar su cabello, el rubio asintió.

—Busco la camisa y estamos.

Antonella asintió, mirándolo con una sonrisa. Después de peinarse se quedó pegada a la pared viendo a Arthur arreglarse como una tonta, mordió su labio inferior cuando bajó la mirada para escanear el torso del monegasco, y cambió la mirada sintiendo sus mejillas arder cuando el rubio la miró, alzando una ceja de manera divertida.

—¿Tengo algo, amor?

—Nada —ella negó, poniendo sus manos detrás de su espalda como una niña pequeña— que eres precioso, te amo.

Extendió sus brazos para darle un abrazo que el rubio correspondió, y al separarse, unió sus labios en un beso que la hizo sonreír. Los dos se quedaron un rato dándose besitos hasta que Antonella se separó.

—¡Ya! —se quejó, haciéndolo reír— termina de vestirte o vamos a llegar tarde para lo de la casa y no quiero que seamos impuntuales.

—Ya, ya. ¿Un besito más, sí? —le acarició la mejilla, Nella resopló.

—Amor...

—¿Sí, princesa?

—Agh —ella se quejó, Arthur sonrió victorioso y unió sus labios en un beso, apegándola más a él y comenzando a intensificarlo, provocando que Nella se riera sobre sus labios y al separarse, le diera un golpe en el hombro— ¡Ves! Ya, apurate o llegaremos tarde.

—Te amo —el rubio dejó un corto beso en sus labios y Nella sonrió respondiendo un "yo a ti" y saliendo del baño para recoger sus cosas.

Arthur no tardó mucho en estar listo, Nella tomó las llaves de la casa y Arthur tomó las llaves del auto, los dos entrelazaron sus dedos y salieron del departamento para ir hasta el elevador, el cual por suerte no tardó mucho en abrirse. Estaba vacío, y apenas entraron y las puertas se cerraron, el rubio posicionó a Nella sobre la pared y la miró fijamente, mientras que ella se reía sabiendo que era lo que quería su chico, y sin protestar, dejó que Arthur uniera sus labios en un beso. Era costumbre de ambos tener una sesión de besos cuando el elevador estaba solo.

Cuando el elevador se abrió, los dos se separaron entre risas, yéndose hasta el parqueadero en busca del auto del monegasco. Arthur le abrió la puerta a su novia que le agradeció con una sonrisa, y después él se subió al asiento del piloto.

Y encendió el auto para ir hasta la casa que querían ver.

—¿Te imaginas que si podamos comprar esa casa? —Arthur le preguntó a su novia con una sonrisa de emoción.

—Sería increíble, esa es una de las casas más hermosas que he visto —ella sonrió, su novio acarició su pierna con delicadeza.

—Y yo, me encanta de verdad. Pero sobretodo porque será nuestra casa, y tener todo junto a ti mi amor, lo hace más increíble —se acercó a dejar un besito en sus labios que hizo a Antonella sonreír.

—Te amo mucho.

—Te amo —los dos se dedicaron una sonrisa.

Antonella encendió la radio y los dos empezaron a cantar las canciones que estaban pasando en la misma.

No tardaron mucho en llegar hacia la casa que querían, era la casa perfecta, grande, bonita, hogareña, y ademas no estaba lejos ni de sus familiares y mucho menos del trabajo de ambos, así que eso lo hacía todo mucho más genial. El asesor inmobiliario estaba esperándoles afuera, sonrió al verlos bajarse del auto.

—Buenos días chicos.

—Buenos días —respondieron ambos al mismo tiempo.

—¿Están preparados para ver la casa? —Arthur y Nella se vieron entre sí, para asentir— entonces, síganme.

Al ver la casa quedaron completamente encantados, definitivamente ese era el lugar dónde querían vivir.

Arthur y Antonella le habían dado el "sí" a la casa, y ahora estaban bajando sus cosas del camión de mudanza, la asesora inmobiliaria que se había encargado de venderles también les había ayudado con la mudanza, entonces el trabajo se estaba haciendo más rápido, a pesar que el departamento en dónde vivían con anterioridad evidentemente era muchísimo más pequeño que su nuevo hogar, todavía faltaban cosas para arreglar y terminar de decorar la casa, más sin embargo, estaban satisfechos con lo que ahora tenían.

Acabaron de ordenar todo casi a las dos de la tarde, y bastante agobiados, Arthur y Nella se sentaron en el suelo de su nueva casa, chocando las manos en señal de orgullo y dándose un abrazo.

—Lo hicimos amor. ¿Puedes creerlo? —Nella le comentó a su novio, mirando la sala con orgullo, era simplemente maravilloso.

—No puedo creerlo todavía, amor. Pero estoy orgulloso de los dos y de nuestro trabajo juntos —besó su frente— estoy segura que dentro de poco la casa quedará espectacular cuando finalicemos con las decoraciones.

—Se cancela la cita que habíamos quedado en tener hoy, nuestra cita será terminar de ordenar todo —los dos soltaron una risita.

—Y la verdad es que me parece una buena idea. ¿Cómo crees que van a reaccionar todos cuándo les digamos que nos hemos mudado? —Nella soltó un resoplido, riéndose.

—Estoy segura de que se van a sorprender muchísimo.

—Hey —Arthur se separó para mirarla— ¿Qué te parece que les mandemos la dirección y los invitemos a que cenen con nosotros?

—Pero ¿más tarde? —Arthur asintió.

—Sí, amor. Así estamos toda la familia reunida y damos nuestros dos anuncios importantes —Nella frunció el ceño, y Arthur se quedó estático ante lo que acababa de decir. ¿Para qué había abierto la boca?

—¿Dos anuncios? —ella preguntó sin entender.

—O sea, m–me refiero a... cómo nos fue en el viaje y los regalos que hemos traído, y el anuncio de la casa —respondió nervioso, jugando con sus manos, Antonella puso una mano en la mejilla de él para que la mirase, alzó una ceja.

—¿Y por qué estás tan nervioso?

—¿Nervioso yo? —Nella lo seguía mirando de la misma manera, Arthur resopló divertido —No estoy nervioso —se puso de pie—. Estoy emocionado porque al fin tenemos nuestra casa soñada para formar nuestra familia y eso... me hace muy feliz de verdad.

Le extendió la mano a la castaña que se puso de pie también, sintiendo sus ojos cristalizarse al escucharle decir eso, a ella también le hacía feliz y demasiado. Se puso de puntitas y Arthur unió sus labios en un beso.

—Y a mi también me hace muy feliz.

—Te amo.

—Y yo a ti —y el rubio unió sus labios en un beso.

Después de terminar de ordenar algunas cosas y que no se viese tan desordenado, se fueron a visualizar la cocina para planear que le darían de cenar a sus familiares, evidentemente sería una cena entre ellos, Charles, Lorenzo, la madre de los Leclerc, Sophie, Less, Sam, Giovanni, los padres de Nella y ya estaba.

Todos aceptaron la invitación sin problemas, así que como sería en la noche, Arthur y Nella se pusieron a trabajar en la cena que harían, aunque ambos al final decidieron pedir comida Italiana.

Hicieron el postre juntos, Nella hizo galletas y pastel, Arthur la abrazó por detrás, besando su mejilla.

—Iré al... supermercado por algunos dulces y esas cosas. ¿Vale, amor?

—Pero ¿ahorita?

Arthur asintió.

—No me tardaré mucho.

Besó sus labios y antes de dejarla responder salió de la cocina, casi tropezándose con la barra causando la risita de Antonella, la miró divertido agregando un "no viste nada que la hizo reír más", el rubio salió de la casa, encendiendo el auto y yendo hasta la casa de Sophie que estaba esperándole afuera, bajó la ventana, tocando la bocina y llamando la atención de ella.

—¿Charles te distrae tanto que no te das cuenta que llegué? —se burló, Sophie dejó de ver su celular para cruzarse de brazos y verlo.

—Sigue de chistosito y vas a ir solo a comprar no sé qué vas a comprar, pero vas a ir solo —se quejó, Arthur soltó una carcajada.

—Ay ya, no seas enojona, súbete —le ordenó, Sophie resopló.

—Ya sé que me tengo que subir.

—Ah disculpa, verdad que tú sólo le haces caso a Charles.

—¡Ya! —Arthur volvió a reírse— de verdad vas a ir tú solo, eh.

—Ya, ya —alzó sus manos en son de tranquilidad, Sophie rodeo el auto para abrir la puerta del copiloto y sentarse, dejando su celular en el tablero del auto y acomodándose el cabello.

—Ahora sí, me vas a decir ¿Cuál es el plan?
¿Para qué soy buena? ¿Qué le quieres comprar a Nella que quieres que sea secreto? —lanzó las preguntas con rapidez, el rubio se rió.

—Vamos con más calma, mujer —comenzó a avanzar el auto para salir de la urbanización de Sophie— en primera, te pido ayuda a ti porque sé que eres su mejor amiga y la conoces, es decir, yo también la conozco perfecto, pero es que necesito la opinión de una mujer para esto, le pude haber dicho a Less pero sé que está ocupada con Adrien.

—Ah, ¿fui tú segunda opción? —alzó una ceja— igual que Charles, hermanos tenían que ser —dijo en un susurro, Arthur soltó una risita pero hizo silencio al escuchar lo segundo.

—¡Yo no estoy diciendo...! Espera ¿qué?

—¿Qué de qué?

—Lo que dijiste de Charles —la miró con una ceja alzada, Sophie se rió.

—Era broma, sólo bromeaba, ya, ahora sí estoy seria. ¿Para qué soy buena?

—Sophie —se detuvieron en un semáforo, Arthur movía su pierna izquierda con rapidez, la castaña lo miraba expectante, esperando una respuesta de su parte.

—¡Deja de hacer tanto silencio que me pones nerviosa! Dime —le ordenó, el rubio tragó grueso, bajó la mirada mordiendo su labio inferior, pasó una mano por su cabello— ¡Arthur habla ya!

—Yo...—la miró— le pediré a Nella que sea mi prometida.

—¿¡Qué?!

💌

     Sophie pasó todo el camino gritando de emoción y golpeando a Arthur también, no podía creer lo que acababa de escuchar. ¡Su mejor amiga se iba a comprometer con Arthur! Oh por Dios, estaba emocionada y demasiado, por los dos, porque después de tantos años ahora los dos iban a ser más que sólo novios, iban a estar comprometidos, y eso era muy bonito. Y le encantaba el hecho de que sólo ella supiese que Arthur en unas horas iba a pedirle ser su prometida, evidentemente Sophie no sabía que ellos acababan de mudarse hacía una cass nueva, esa era una sorpresa para todos.

—¿Y qué le dijiste a Nella? Porque déjame decirte que eres pésimo mintiendo, eh.

—Cállate —los dos soltaron una carcajada, mientras que iban en búsqueda de la tienda para comprar el anillo de compromiso— le dije que iba a comprar algunas cosas para mostrarles la nueva c—

Hizo silencio de inmediato, apretando sus labios al darse cuenta de que casi metía la pata, definitivamente era pésimo mintiendo. Sophie dejó de ver su celular para verlo sin entender.

—¿La nueva qué?

—La... o sea —comenzó a reírse nervioso—. ¿Ya ves que más al rato los hemos invitado a una cena, no? —Sophie asintió— bueno le dije que iba a comprar algunos dulces y eso.

—Ajá, pero ¿para mostrarnos la nueva qué?

—La nueva decoración que hemos comprado para el departamento —se apresuró a decir, Sophie se cruzó de brazos, deteniendo su paso y viéndolo indignada.

—¿La nueva decoración del departamento? Pero tú y Nella nos mandaron otra dirección para ir a la cena.

—O sea si porque... Estás como que preguntando mucho el día de hoy ¿no? —se quejó.

—¡Es que no te creo nada, Arthur Leclerc! Al menos Charles para mentir se esfuerza.

—Ah bueno —él también se cruzó de brazos, alzando una ceja— Charles y Charles. ¿Quieres que lo llame y que venga a acompañarte? Porque parece que lo extrañas mucho.

Sophie hizo una mueca de asco.

—¡Ni hablar! —lo jaló del brazo, para empujarlo hasta la tienda donde vendían anillos y soltar un chillido de emoción— ¡Esta es de mis tiendas favoritas! Vamos.

—Claro, que conveniente cambiar el tema cuando hablamos de mi hermano.

—Silencio.

Los dos rieron.

Por su parte, Nella terminó de ordenar todo en la cocina, quiso decorar las galletas así que eso fue lo que hizo, ya había pasado un buen rato desde que Arthur se había ido y no le había mandando mensaje, el supermercado no quedaba tan lejos de dónde estaba y ya sería hora para que sus familiares llegaban. Le mandó un mensaje, pero no recibió una respuesta inmediata, frunció el ceño, aunque estaba por dejar su celular en la barra, Arthur le respondió informándole que la fila del supermercado estaba algo larga pero que ya iría, y Nella respondió que estaba bien.

Miró la cocina con una sonrisa.

Tenían una nueva casa, ella y Arthur tenían un nuevo hogar.

Su hogar. Sonaba maravilloso.

No se había dado cuenta de que la hora había pasado bastante rápido, y ya en menos de una tendría que recibir a los invitados junto a su novio, quién por cierto, no tardó mucho en aparecer.

—Perdón la tardanza amor —Arthur dijo, dejando todo lo que había comprado en la isla de la cocina— el supermercado estaba demasiado lleno —se acercó a besar sus labios y acariciarle la mejilla— traje de tus dulces favoritos y helado de chocolate.

Nella sonrió como una niña chiquita, dándole un abrazo.

—Ay amor, no era necesario...

—Claro que sí —ella apoyó su mentón en el pecho de él, que dejó un beso corto sobre sus labios— ¿Ya terminaste con las galletas y el pastel, o necesitas ayuda en algo?

—La verdad es que ya está todo listo, sólo queda que lo pongamos en la mesa pero antes, hay que bañarse, ya es tarde y ya van a llegar los invitados —ella mencionó, Arthur asintió.

Nella se fue hasta la que era su nueva habitación, que por cierto, era preciosa. Y se metió en el baño para darse una ducha, tardó lo necesario y cuando salió empezó a aplicar su skincare para luego proceder a peinarse el cabello y dejárselo completamente lacio, asimismo, salió de la habitación en busca de un vestido para la ocasión. Sería una cena formal, ya que, le mostrarían su nueva casa a su familia.

Cuando estuvo lista, se comenzó a maquillar, Arthur entró a la habitación, quitándose la camisa y lanzándole un beso que la hizo sonrojarse y sonreír. El rubio buscó una toalla y entró en el baño para darse una ducha, cuando salió del baño, Nella se seguía maquillando, siquiera se encargó de mirarlo porque ya sabía a la perfección que iba a sonrojarse.

—Amor —el rubio llamó su atención, y Nella sabía que lo estaba haciendo al propósito.

—¿Mmh? —comenzó a peinarse la ceja, Arthur se puso enfrente de ella, posicionando una mano sobre el mentón de la castaña y obligándole a mirarle, Nella sintió los nervios aparecer.

—Nada, sólo quería que me miraras para ver cómo te sonrojabas, tomatito —se inclinó hacía ella y unió sus labios en un beso, sonriendo en medio del mismo— te amo.

—Idiota.

Arthur soltó una carcajada, fue en búsqueda de su ropa y se vistió en el baño, salió con la camisa a medio abotonar y como Nella ya estaba lista, se puso de pie para ayudarle.

—¿Ya te había dicho que me encanta cuándo te pones estas camisas? —Arthur sonrió, inclinándose a ella a rozar sus labios al tiempo que asentía.

—Me encanta que me lo recuerdes —posicionó sus manos en la cintura de ella, apegándola más a él— ¿Yo te había dicho que te ves hermosa con todo, mi reina?

—Te amo.

—Te amo —y no se contuvo de besarla. Arthur comenzó a subir la intensidad del beso, que, efectivamente se vio interrumpido porque el timbre de la casa comenzó a sonar, soltó un suspiro haciendo reír a Nella.

—Deben ser los chicos —ella mencionó, Arthur terminó de arreglarse y los dos entrelazaron sus manos para bajar juntos.

—Que nervios amor. ¿Qué crees que dirán cuándo les digamos que esta es nuestra nueva casa?

—No lo sé, pero yo también estoy nerviosa —los dos llegaron hasta la puerta, Nella miró a su chico— abre tú.

Arthur se rió, abrió la puerta, el primero que estaba fuera de la misma era Charles, al parecer todos habían llegado al mismo tiempo, o mejor dicho, se pusieron de acuerdo para hacerlo.

—¡Eh, chicos! —el monegasco saludó, entrando a la casa y sonriendo, mientras que asentía— muy lindo este lugar. ¿Lo alquilaron o algo por el estilo?

Nella y Arthur se miraron entre sí para reírse entre ellos.

—No seas chismoso, pasen, pasen.

Saludaron a cada uno y les invitaron a pasar hasta el comedor. Arthur y Nella sirvieron la comida a todos en porciones iguales, aunque Charles pidió más, recibiendo un regaño por parte de Pascale y haciendo reír a todos.

La cena pasó entre risas, anécdotas y charlas sobre cosas triviales pero también importantes, como por ejemplo el tema de la fórmula uno y así. Cuando todos acabaron de comer, Arthur y Nella se miraron en señal de que debían dar su anuncio respectivo, el rubio tocó el bolsillo de su pantalón, asegurándose de que la cajita con el anillo de compromiso estuviese ahí con él, y efectivamente sí estaba. Su corazón empezó a latir de manera desenfrenada cuando corrió la silla y se puso de pie, llamando la atención de todos los presentes, pero cuando tomó la mano de Antonella y ella acarició la palma de la misma, se sintió un poco calmado.

—Bueno...—comenzó a hablar, Antonella se posicionó de su lado y él pasó su brazo por el hombro de ella, apegándola a él, todos en la mesa se miraron y Sophie había comenzado a grabar desde que Arthur se puso de pie— Antonella y yo tenemos que decirles algo muy importante, dos cosas.

Nella frunció el ceño con el "dos cosas" porque evidentemente para ella solamente tendrían que darle una noticia a sus familiares, pero quizá era Arthur que se había equivocado por los nervios del momento.

—¿Está embarazada? Es que yo sabía, se habían tardado más bien —Andre dijo, provocando que todos se rieran divertidamente.

—¡No! —Nella negó— no es eso papá.

—No por ahora, pero —Arthur aclaró su garganta—. A Antonella y a mí nos complace anunciar que son bienvenidos a nuestro nuevo hogar.

—¿¡Qué?! —Charles casi escupe la champagne que estaba tomando, gritando al mismo tiempo que los demás, Sophie se quedó atónita, esa si no se la sabia.

—¿Cómo que su nuevo hogar? —Chloe preguntó boquiabierta.

—Bueno, es que Arthur y yo llevamos tiempo ahorrando para comprarnos nuestra propia casa y hoy aprovechamos la situación, el agente inmobiliario nos dijo que viniéramos a ver la casa, nos gustó y la compramos. Tardamos algo haciendo la mudanza, todavía faltan algunas cosas pero ya está casi todo listo.

—Así que bienvenidos al nuevo hogar "Leclerc–Ferrer" —comentó Arthur con una sonrisa.

—Oh chicos —todos se pusieron de pie, para acercarse a darle un abrazo a los novios— de verdad que felicidades.

—Muchas gracias —respondieron ambos al mismo tiempo, Arthur carraspeó— pero no celebren mucho, yo también tengo otra cosa que decir.

Se soltó del agarre de su novia, chequeando de vuelta si la cajita con el anillo estaba en su bolsillo y empezó a sentir los nervios incrementarse, sus manos temblaban y su ritmo cardíaco iba demasiado rápido, todos lo miraron.

—¿Si le van a dar un primo a Adrien? —Less preguntó, con su bebé entre brazos, todos rieron.

Antonella se palmeó la frente, haciéndolos reír más, miró a su novio.

—¿Qué tienes que decir amor? —Sophie no se aguantó y soltó un chillido, el rubio tragó grueso, bajando la mirada para suspirar y volver a ver a todos, presionando el anillo con su mano derecha bajo el bolsillo.

—Bueno, para nadie es un secreto que Antonella Ferrer es el amor de mi vida —inició. La castaña lo miró con ternura, Pascale junto a Chloe y Andre se miraron entre sí— comprar una casa es un paso demasiado grande en nuestra relación y me encanta a decir verdad. Desde que era un niño sentía cosas por Antonella, tan fuertes que no entendía que pasaba, hasta que crecí y noté que lo que sentía por ella, era el verdadero significado de estar enamorado completamente —miró a Nella que sentía sus ojos cristalizarse— y sé que quiero estar con ella siempre, porque la amo, porque es el amor de mi vida, así que en este momento, frente a las personas que más amamos y apreciamos, quiero preguntar...—sacó la cajita del bolsillo de su pantalón, todos estaban boquiabiertos ante la situación, Antonella estaba paralizada— Antonella Ferrer, ¿quieres ser mi prometida?

La castaña estaba estática, sin saber que decir o que reaccionar, las lágrimas caían por sus mejillas como una catarata, asintió.

—Oh por Dios, Arthur —tapó su cara con ambas manos al ver como el rubio se arrodillaba y abría la cajita, dejando ver un precioso anillo de compromiso— claro que sí, claro que quiero ser tú prometida.

El rubio sonrió, aguantándose las ganas que él también tenía de llorar, sacó el anillo de la cajita con algo de dificultad a causa de los nervios, colocándolo en el dedo anular de su novia, y poniéndose de pie para unir sus labios en un beso.

—Te amo demasiado, de verdad.

—Te amo —Antonella le respondió, acariciando su cabello mientras que eran cegados por los flashes de los chicos— tú también eres el amor de mi vida, pero eso ya lo sabes.

Los dos volvieron a unir sus labios en un beso, mientras que Less se limpiaba las lagrimas ocasionadas por la linda situación, y Sophie estaba de la misma manera, con Charles acariciándole el hombro de manera delicada y ella recargada sobre su hombro.

—Felicidades chicos —Lorenzó comenzó—. Desde aquella noche de año nuevo en el club en la que los dos empezaron a hablarse, yo sabía que eran tal para cuál.

Se unieron para darles un abrazo grupal y pasaron a felicitar a los ahora comprometidos, que agradecían las felicitaciones de cada uno de sus familiares.

—¡Que vivan los novios! —gritó Sophie, mientras que Charles se reía.

—¡Que vivan los prometidos! Eso quiso decir, lo que pasa es q—

—No vayan a empezar —Less se quejó, haciéndolos reír a todos.

La cena familiar pasó entre risas y felicitaciones por parte de todos, también de charlas sobre el compromiso de pareja. Cuando se hizo lo suficientemente tarde cada uno empezó a despedirse para irse hasta sus respectivas casas, no sin antes ayudar a los chicos con el desorden. El último en irse fue Charles, que se quedó pidiendo más comida de la que habían servido y eso los hizo reír.

Cuando el monegasco se subió en su Ferrari, Arthur y Nella cerraron la puerta, el rubio se recargó de la misma, atrayendo a su novia a él y apegándola a sí, mientras que posicionaba sus manos sobre la cintura de ella.

—No puedo creer que ahora estemos comprometidos —Nella le dijo en un susurro— se oye tan lindo decirlo. ¿Por eso estabas nervioso, no?

—¿Cómo sabes, amor? —los dos soltaron una risita, Arthur besó sus labios para quitar un mechón de cabello de la cara de su chica y sonreírle, enamorado—. Dios mi amor, ya te había dicho que eres el amor de mi vida, y que lindo se escucha decir que ahora eres mi prometida.

—Que lindo se escucha decir que ahora tú eres mi prometido —los dos unieron sus labios en un beso.

—Quién diría que la vecina que siempre me gustó pero no le hablaba, ahora comparte una casa conmigo y está apunto de ser llamada "mi esposa" —Nella sintió un cosquilleo en su estómago, dándole un abrazo y riéndose.

—Quién diría que el vecino que siempre me gustó, es el amor de mi vida, y también está apunto de ser llamado "mi esposo" —los dos se miraron con una sonrisa, el brillo que sus ojos tenían era muy bonito, Arthur unió sus labios en un beso.

—Te amo demasiado.

—Y yo también a ti.

Luego de compartir algunos besos, los dos se quedaron hablando un rato entre risas para luego, subir hasta su nueva habitación.

Después de todo los vecinos que siempre se habían gustado desde que eran unos adolescentes habían terminado juntos y de eso se trataba, porque al final, las personas que estaban destinadas a estar juntas, hasta equivocándose se encontraban.














¡THE END!


















📚✍🏻💌
AUTHOR'S NOTE!

𝐀𝐆𝐑𝐀𝐃𝐄𝐂𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒;
FIN DEL LIBROOOOOOO, buenom, no encuentro las palabras para expresar lo maravilloso que fue este libro, por si no lo sabían, está basado en parte de mi historia amorosa, quizá por eso le tengo mucho aprecio al libro, nunca pensé que un libro de Arthur tendría tanto apoyo como Neighbors lo tiene, ni tampoco que seríamos casi 100K de vistas, casi 10k de votos y más de 10k de comentarios acá 🥹

El apoyo que ha recibido neighbors desde que fue posteada es tremendo y no saben cuánto les agradezco de verdad, por estar ahí leyendo, comentando y votando, haciéndome saber que de verdad les gusta lo que escribo, este libro como ya mencione es muy importante para mí y pensar que ya lo terminé es muy nostálgico 😭😭😭

sin embargo, tengo pensado hacer más fics de Arthur, de hecho en mi perfil hay uno por si quieren pasarse a leerlo!

Mis redes sociales por si quieren seguirme en Instagram o Tiktok son el mismo user que acá! (girlofmyidols).

Y de verdad ¡GRACIAS POR TODO EL APOYO! Espero leerlas apoyando otro de mis libros JAJSJAJAJAJA las qm! 💗

💌
—girlofmyidols.

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