𝐢𝐱. 𝗀𝗈𝗅𝗉𝖾 𝖽𝖾 𝗋𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽

❛ 𓄼 CAPÍTULO NUEVE 𓄹 ៹

°𖥸°

La noche anterior ni siquiera bajé a cenar, me quedé encerrada en la habitación hasta que fue la hora de marcharnos de vuelta a casa.

Ayudé a Livy a guardar todas sus cosas antes de que ambas subiesemos al coche, yo quedando junto a Zach.

No había hablado con él desde que había prácticamente huido de él en la cocina el día anterior. Él tampoco había hecho el intento de acercarse, entendía que necesitaba espacio.

Me pasé el viaje con los auriculares puestos escuchando todo tipo de música, ya que había puesto la playlist de mis favoritos en aleatorio, así que podía pasar de Avicii a Eminen y después a Olivia Rodrigo.

Pillé a Zach mirándome un par de veces, pero dejaba de hacerlo en cuanto veía que había sido atrapado.

Los padres de Zach fueron lo suficientemente amables como para llevarnos a casa a Livy y a mí, así que, una vez llegamos, me quité los auriculares y salí del coche con mi hermana.

Bajamos nuestras maletas del maletero antes de que me acercase a la ventana de Connie.

—Muchas gracias por el viaje y por cuidar tan bien de Livy —les agradecí con una sonrisa.

—Por supuesto, cariño. Y queremos que sepas que estáis invitadas a venir a casa siempre que queráis —me aseguró ella con una cálida sonrisa que me revolvió el estómago.

—Adiós, Summer —se despidió de mí Avery desde el asiento de atrás.

—Adiós, pequeña —me despedí de vuelta antes de agarrar la mano de mi hermana y empezar a caminar hacia la puerta.

Intenté que no notase que mi mano, al igual que todo mi cuerpo, estaba temblando, pero, por la manera en la que la pequeña me miró, supe que se había dado cuenta.

—¿Cómo está mi niña favorita? —le preguntó Evelyn a mi hermana nada más verla, ya que nos estaba esperando en la puerta.

—¡Summer! —escuché que alguien gritaba a mis espaldas y, al girarme, vi a Zach fuera del coche, mirándome destrozado.

Y, en ese preciso momento, supe que había recuperado los recuerdos. Que recordaba quién era realmente y lo que pasó en este mismo lugar unos años atrás.

—¡Summer, espera! —me rogó Zach antes de agarrarme el brazo para detenerme.

—¡Déjame en paz! —le pedí con los ojos llenos de lágrimas mientras me soltaba de su agarre.

Llevaba días intentando evitar esta conversación, porque una vez hablada, nada volvería a ser como antes.

—¿Qué es lo que ha pasado? Llevas días ignorándome. No me contestas a los mensajes, cuando me ves me evitas y cuando intento hablar contigo finges que no existo —se quejó.

—A lo mejor no he sido lo suficientemente clara, entonces. No quiero saber nada de ti, olvídate de que existo —espeté furiosa.

No quería verlo, no quería que estuviera allí. Quería llegar a casa y olvidarme de la existencia de Zach Maclaren.

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

—No te hagas el tonto, Maclaren —le pedí mientras mi voz empezaba a romperse.

—No tengo ni idea de qué me estás hablando, Summer.

—A lo mejor no quiero relacionarme con alguien que se avergüenza de mí —di por terminada la conversación antes de entrar al edificio.

El recuerdo me invadió, trayendo demasiadas emociones de vuelta. Ira, tristeza, pero sobretodo, nostalgia.

Todo lo que había ocurrido los últimos días iba a ser olvidado por ambos. Yo lo sabía, pero él también.

—Sube con Livy, Evelyn, enseguida subo —le pedí y, tras dudarlo unos segundos, asintió con la cabeza y subió con ella.

Caminé hacia Zach con mi mochila aún colgando de mi hombro y lo miré entristecida.

—Lo siento —fue lo primero que me salió decir—. Cuando el médico dijo que no podíamos darte noticias fuertes intenté hablar con tus padres para que ellos supieran la verdad, Zach, pero cuando vi a Livy con tu familia... —expliqué antes de hacer una pausa en la que aparté la mirada avergonzada de mis actos—. Sé que no es excusa, pero quería que Livy sintiera lo que era una familia, así que cogí la oportunidad. Siento haberte mentido, y siento muchísimo haber jugado contigo —me disculpé con los ojos llenos de lágrimas.

—Creí que habíamos conectado, Sum —admitió dolido.

—Lo hicimos. Eso fue real, pero los dos sabemos que no va a funcionar. Una relación que empieza con mentiras no va a ninguna parte —y, por su expresión, supe que pensaba como yo.

—¿Por qué nunca me dijiste que tus padres habían muerto? —me preguntó, así que aparté la mirada—. Creo que merezco saberlo, Summer. Éramos mejores amigos y de repente me diste de lado. No volví a saber nada de ti, me alejaste sin explicarme por qué.

—Fuiste tú quién lo jodió todo.

—¿De qué estás hablando?

—Fui a decírtelo, Zach. Estaba destrozada y te busqué por toda la universidad para tener un hombro en el que llorar, pero entonces te escuché hablar con tus amigos —le respondí, y su cara cambió por completo.

Él sabía exactamente de qué hablaba.

Lo que me sorprende es que jamás pensase que esa podía ser una de las razones por la que dejamos de ser amigos.

—¿Qué pasa entonces con Summer Hart? —escuché que preguntó alguien y, al asomarme por la puerta, vi a Zach con varios chicos.

—No pasa nada —les respondió él.

—Se os vio muy juntos en la fiesta de la semana pasada —comentó otro de sus amigos.

—Sólo me junté con ella por pena, jamás podría ser amigo de alguien tan pesada y dependiente —les aseguró él, haciendo reír a sus amigos.

Mi corazón terminó de romperse en ese mismo instante.

—Va diciendo por ahí que sois mejores amigos —le informó uno de sus amigos.

—Fingiré serlo hasta que consiga besarla.

Desde ese ese momento, dejé de confiar en las personas y, precisamente por eso, no dejé a ningún amigo conocer a Livy. Yo puedo pasar por eso sola, pero ella no podría superar la pérdida de otra persona en su vida.

—Summer...

—Ni lo intentes, Zach —le pedí antes de mirarle dolida—. Supongo que estamos en paz —comenté antes de darme la vuelta y dejarlo allí.

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