𝐱𝐱𝐢𝐢𝐢. 𝗉𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋 𝖻𝖾𝗌𝗈
❛ 𓄼 CAPÍTULO VEINTITRÉS 𓄹 ៹
『∞』
📌 – Bali
REAL LIFE • Valeria
Tras pasar el día con ella, todos nos despedimos de Claudia en el aeropuerto para dirigirnos a nuestro próximo destino, el cual esperaba con ansias.
Aún así, en el avión nos detuvimos para hablar con Jopa de qué pasaba con la morena y para ver el regalo que Adrián le había comprado a mi hermano.
—¿Estás intentando ganarte la aprobación de tu futuro cuñado? —le preguntó Plex mientras su editor sujetaba una bolsa de papel entre sus manos.
—Puede ser —guiñó un ojo a cámara con esa sonrisa que lo caracterizaba.
Mi hermano se tapó los ojos y Adri sacó un par de crocks blancas personalizadas que me hicieron sonreír de oreja a oreja.
Sabía lo mucho que le había molestado a Dani perder sus crocks de Rayo McQueen y Mate, así que el hecho de que le hubiera comprado unas nuevas para compensar parte de ese dolor, me ablandó el corazoncito.
—Bua, están muy guapas, Bro —exclamó el alto al abrir los ojos.
—¿Te gusta?
—Sí, Bro, te perdono haber llegado tarde —ambos se abrazaron—. Y también me has ganado como cuñado —añadió, haciéndonos reír a todos.
—Yo tengo una pregunta. ¿Qué coño le ha pasado a mi bestie McJopa?
—No lo sé, no lo sé. Es como que algo me ha absorbido. Es como cuando Adrián te mira y se queda con cara de tonto —El nombrado le golpeó el brazo en respuesta.
—¿Pero cual es la realidad? ¿Qué ha pasado con Claudia? —le enfocó mi hermano.
—La realidad super mega sincera es... Lo tengo tatuau —enseñó su brazo.
“#freejopa”
—Sí, lo siento, he desaparecido del club de los panas unos días y he fracasado, pero estoy de vuelta más fuerte que nunca.
—No pasa nada, te volvemos a acoger en la familia —le aseguró Plex antes de sentir como Jopita me abrazaba por la espalda.
—¡Vuelvo a tener un mejor amigo! ¡Ya no necesito disfrazar a Borja! —celebré, haciendo reír al grupo.
No voy a mentir, esa noche al descubrir que él y Adri habían perdido el disfraz de bolita de Borja me enfadé con ellos, no por el disfraz en sí, sino por el dinero que me había costado comprarlo.
Los escuché discutir de fondo en la villa hasta que me coloqué los auriculares para ignorar las quejas.
Cuando salí de la habitación medio sobada a la mañana siguiente, me encontré a mi hermano y Borja en toalla, recién saliendo de la piscina, a Adri seco en el sofá y a Jopa grabando a la pareja.
Sin previo aviso, me tiré sobre el editor tan cansada como él, pues la noche anterior me había llamado mi hermana preocupada por su novio y estuve hablando con ella hasta las mil.
Adri me rodeó con los brazos mientras Jopa nos enfocaba sin disimulo.
—Ya ni esconden su amor —se quejó en broma Dani a cámara.
—Valadri is real mi genta —aseguré antes de darle un beso en la mejilla a mi amigo y levantarme del sofá.
Todos nos vestimos menos Adri, pues él iba a quedarse en la villa editando para poder salir de fiesta a la noche.
No sé muy bien cómo acabamos alquilando motos, pero ahí estábamos, eligiendo cada uno la nuestra.
—¡Yo quiero la blanca! —la señalé emocionada.
Jamás había conducido una moto, solo esperaba no matarme el primer día en Bali.
Mientras los chicos elegían las suyas, el señor me llevó a elegir un casco, por lo que elegí uno a juego con el vehículo.
—Tú, Val, dame una vuelta en la moto —me pidió Adri cuando volvimos a la villa para presumir.
—Te llevo a la fiesta, así me aseguro de que no aparezca ninguna otra rubia salvaje —respondí, haciéndole reír.
—Tranquila, solo tengo ojos para ti.
Aquella frase me hizo sentir cosas que hacía tiempo que intentaba ocultar, pero cada vez se complicaba más.
—Se ha puesto roja —se burló Borja, así que le saqué el dedo corazón.
—Vais a acabar con la cabeza metida en el retrete. Dejarme en paz.
—Vuelve la Valeria agresiva —se rio mi hermano.
—Vámonos antes de que tu hermana se vuelva un tomate andante —me apoyó mi bestie, a lo que le lancé un beso.
Fuimos a una cascada, pero fue un fail total, así que busqué una nueva actividad en Google antes de encontrar la indicada para vengarme de Borja.
—Jamás me montaré ahí —aseguró él al ver donde lo habíamos llevado.
—Ya lo he pagado, es tarde.
Nos enseñaron el columpio más extremo, el cual se encontraba al final de un barranco lo suficientemente alto como para que Borja y Jopa se cagaran en los pantalones.
—¡Yo voy primero! —pedí tan ilusionada como una niña pequeña.
—Vergüenza me daría que Valeria esté tan emocionada y que tú digas que no te montas, Borja —le picó mi hermano mientras me preparaban para subirme a la silla.
—Valeria. ¿Por qué tienes un deseo suicida? —me preguntó mi bestie rallado mientras me pasaba la GoPro.
—¡No seas exagerado! —grité justo antes de que soltaran el columpio, impuslándome hacia el barranco.
Dios, las vistas eran preciosas.
A diferencia de mí y de mi hermano, Jopa y Borja se dejaron los pulmones, lo que nos hizo reír a carcajadas a Plex y a mí.
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REAL LIFE • Valeria
—Vamos un rato. Pero no mucho, que mañana hay que grabar —avisó Plex a Adri, quién se acababa de despertar de una siesta pre-fiesta.
Cómo siempre, desfilamos nuestros outfits a cámara y, cuando salí, los cuatros empezaron a silbar, haciéndome sonrojar.
—Mira, la Valeria que vergonzosa —se burló Borja antes de darme medio abrazo.
—Me hacéis bullying —me quejé—. Dejar de meteros conmigo —les pedí apartando la cara de la cámara.
La verdad es que no me había arreglado demasiado, me puse un vestido negro, me hice un moño con varios mechones sueltos y me maquillé con tan solo la mascara de pestañas y el pintalabios.
Tras buscar un bar que estuviera abierto, nos montamos en las motos y fuimos hacia allí. Al llegar inspeccionamos el lugar, que tenía muy buena pinta, pero en algún momento de la noche, acabamos todos dispersos.
Yo en la barra con mi bestia McJopa, Borja por ahí bailando con unos desconocidos, Plex había ido al baño y Adri estaba desaparecido.
Jopa estaba cantando la canción que sonaba como si fuese la última que fuera a escuchar en su vida. Resultó ser una de Anuel que gritó a todo pulmón mientras bailaba junto a mí, yo intentando ocultar mi sonrisa.
Anuel más dos copas, es igual a Jopa feliz. Y yo con dos copas encima era sinónimo de reírme por todo.
Aunque dejé de hacerlo al ver a Adrián a lo lejos hablando con una morena a una distancia que no me hizo ninguna gracia.
Menos mal que solo iba a tener ojos para mí.
—¿Sabes qué? Se acabó —dejé mi copa sobre la barra antes de caminar hacia ellos.
Me pareció que Jopa había dicho algo, pero estaba tan centrada en llegar hasta la pareja, que ni siquiera le presté atención.
Sin previo aviso, agarré el brazo del editor y lo arrastré conmigo hasta que perdí a la chica de vista. Escuché una queja por su parte, pero no pudo importarme menos.
—¿Qué haces?
—¿Qué haces tú? —no pude evitar mostrar mi enfado.
—Hablar con una chica. ¿Qué pasa, te has puesto celosa? —parecía repentinamente divertido por el descubrimiento.
—Celosa no. Harta, Adrián.
—¿Harta de qué? —la confusión invadió su rostro mientras me miraba con el ceño fruncido.
¿Cómo no podía darse cuenta?
—Te pasas los días ligando conmigo y espantando a cualquier chico que se acerque a mí, pero cada vez que salimos de fiesta le comes la boca a la primera chica que se te cruza por delante.
No quería seguir con esa mierda que nos traíamos entre los dos. Y si debía ser yo quien admitiera que sentía algo por él, lo haría, pero no podía seguir viendo cómo se iba con otras en mi cara.
—Osea que estás celosa —dedujo, lo que provocó que apartara la mirada antes de soltar un suspiro.
¿Por qué no podía admitirlo en voz alta? Sí, estaba celosa. Odiaba ver cómo besaba a otras chicas mientras yo me enamoraba cada día más de él.
Antes de que pudiera siquiera pensar en una respuesta coherente, Adrián agarró mi mentón y juntó nuestros labios.
¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Adrián y yo nos estábamos besando?
Inconscientemente, coloqué mis manos en su cuello antes de sentir las suyas moverse hacia mi cintura, donde dio un pequeño apretón.
El editor me empujó hasta que sentí la fría pared contra mi espalda. Juraría haber escuchado un gruñido escapar de sus labios cuando sentí su lengua chocar con la mía.
Vale, creo que podría morir ahora mismo y sería feliz.
Sus labios se movían en sincronía con los míos mientras la música y el ruido cada vez eran menos notorios en mis oídos. Era como si en ese preciso instante, el beso se hubiera convertido en mi mayor prioridad.
Pero lo que más me impactó de aquella noche, fue que daba igual cuánto me hubiese imaginado ese momento, ese beso, la realidad había sido muchísimo mejor.
Nota de la autora:
POR FIN COMENZÓ EL VERDADERO VALADRI 🥹💗
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