𝐱𝐱. 𝖻𝖺𝗃𝗈́𝗇 𝗍𝗈𝖼𝗁𝗈
❛ 𓄼 CAPÍTULO VEINTE 𓄹 ៹
『∞』
📌 – Pekín
REAL LIFE • Adri
En cuanto Valeria entró en la ducha, Plex se me acercó con cara de estar rallado, lo que se me hizo raro, ya que hasta hacía unos minutos parecía estar bien.
—Mi hermana va a quedarse hoy contigo, así que necesito que sepas un par de cosas.
—No seas exagerado, Plex, que no es la primera vez que me quedo a solas con Valeria —me lo tomé a broma, pero su expresión no cambió.
—Hablo en serio, Adrián. Hoy mi hermana se ha despertado muy mal. He escondido cualquier cosa que corte para que no las pueda encontrar.
—¿Qué dices, Plex? —empecé a preocuparme.
—Escucha, hoy Val puede actuar de tres maneras diferentes. La primera es que esté a su bola y pase de ti. No la molestes, deja que ella se acerque a ti. La segunda es que quiera hablar, que lo dudo, pero si pasa no digas nada a no ser que ella te pregunte. Odia que le intenten dar consejos cuando solo quiere desahogarse. Y la tercera, puede que quiera estar contigo, pero que pase de ti.
—No entiendo.
¿Desde cuándo Valeria tenía un manual de instrucciones?
—Mi hermana solía autolesionarse, Adri. Intentó dejar de hacerlo cuando Nuria se enteró. Desde entonces, cuando siente que está muy mal, siente la necesidad de estar con alguien. Puede que se tumbe contigo en la cama, que se siente cerca o que te dé la mano. Sea lo que sea, trátalo con naturalidad y sigue su ritmo. Si quiere estar callada, estás callado. Si quiere hablar, habláis. Y si quiere mandarte a la mierda, tú la escuchas y te tragas tus palabras. Cuando se le pase el bajón se disculpará.
—Pero si ayer estaba bien. ¿Qué coño ha pasado? —pregunté más que confuso.
—O eso quería que pensáramos. Adri, he llegado a ver a mi hermana pasar el mejor día de su vida y al día siguiente encontrarla con los brazos llenos de heridas. Su cabeza es una puta montaña rusa, un día puede estar a tope y al día siguiente sentir que está en un agujero del que no será capaz de salir. Estará unos días mal y poco a poco volverá a ser la de siempre. Solo tiene que dejar pasar ese vacío que siente dentro.
(Cómo avisé al principio de la historia, esta es mi experiencia, pero la ansiedad es diferente para cada persona. Si estáis pasando por algo así y necesitáis hablar o desahogaros podéis escribirme por IG [sxftsaii] o TikTok [lxversaii]).
Tras decir eso, se marchó con los chicos a visitar la muralla China, dejándome algo rallado.
Sabía que Valeria estaba pasando por un momento chungo y que hacía unos años había tanteado con las drogas para lidiar con ello, pero no sabía que era así de jodido para ella.
Al cabo de veinte minutos salió de la ducha vestida y maquillada. No parecía diferente a como se veía de costumbre. ¿No debía estar con cara de zombie?
Eso sí, no dijo ni una sola palabra. Se puso sus auriculares y caminó hasta mi cama, en la cual se tumbó antes de apoyar su cabeza en mi pecho.
Estaba temblando.
Como dijo Plex, lo tomé con naturalidad y seguí editando el vídeo como si nada. Valeria cerró los ojos mientras apretaba su teléfono con fuerza, lo que pude saber por lo blancos que tenía los nudillos.
De la nada, soltó el dispositivo y deslizó su mano hasta la mía antes de entrelazar nuestros dedos.
Iba a ser jodido editar con una mano, pero no pensaba soltarla.
Noté como intentaba regular su respiración, pero no parecía conseguirlo. Finalmente se levantó al baño antes de encerrarse allí.
Suspiré, sintiéndome más confuso de lo que jamás lo había estado. ¿Qué cojones estaba pasando?
Para intentar despejarme, decidí hacer un directo en TikTok para los fans, así al menos tendrían algo de contenido mío aunque no apareciera tanto en los vlogs.
—¿Qué hay, gente?
Muchos fans se unieron, ya que en España eran seis horas más tarde que en China.
Empecé a responder preguntas bastante contento. Había echado de menos interactuar así con los fans.
—“¿Cuál ha sido tu país favorito?” Buff, no sabría responder, es que todos han sido tochísimos —hice una pausa mientras leía las preguntas—. Gente, dejad de preguntar cosas sobre Valadri, sabéis que no explicamos cosas si no está el otro presente —les recordé, ya que todos los comentarios eran sobre nosotros—. “¿Qué pasó en Dubái?” Bueno, a ver. Ya expliqué lo que pasó y visteis la foto, creo que no hay mucho más que comentar.
Después de lo mucho que se había liado con Valeria por esa puta noche, prefería no seguir dándole bola.
Ese mismo instante, salió del baño y pude ver cómo tenía los ojos rojizos e hinchados, además de la mascara de pestañas corrida.
Había estado llorando.
Intentó disimularlo, pero ni siete kilos de maquillaje hubiera disimulado lo húmedas que tenía las mejillas.
Se puso a rebuscar algo en los cajones y las maletas y, teniendo en cuenta lo que Plex había comentado antes de marcharse, me podía hacer una idea de lo que estaba buscando.
Corté el directo rápidamente antes de acercarme a ella y agarrarla de las manos, provocando que me mirase histérica.
—No vas a encontrar nada —le dejé saber en un tono bajo, ya que no sabía cómo reaccionaría.
Pareció sorprendida de que supiera de qué se trataba, pero rápidamente su expresión cambió a una de arrepentimiento.
Sin previo aviso, apoyó su cabeza en mi pecho antes de rodearme con sus brazos. Mi camiseta no tardó en humedecerse por sus lágrimas, lo que me partió el alma.
La última vez que la había visto así había sido tras la ruptura con su ex, pero Plex y Nuria estuvieron ahí para ayudarla. Y yo no tenía ni idea de por dónde empezar.
—Lo siento —balbuceó contra mi pecho.
—¿Quieres que llame a tus hermanos? —se alertó al instante.
—No, no, no. Por favor. No se lo digas —me rogó y el terror era notorio en su mirada.
—Valeria, yo no sé qué hacer para ayudarte —confesé.
—No me dejes sola —me pidió antes de volver a apoyar la cabeza contra mi pecho.
Estuvimos abrazados en silencio, sin exagerar, media hora hasta que ella dejó de llorar y decidió que iba a llamar a su hermana después de arreglarse el maquillaje.
Plex me llamó por videollamada, así que intenté disimular un poco. Supongo que ella hablaría con él cuando estuviera preparada.
—¿Cómo está mi hermana? —fue lo primero que me preguntó.
—Se está maquillando para hablar con Nuria —intenté evitar la respuesta real.
—He visto que has hecho un directo.
—Sí, Valeria había entrado en el baño, ha estado llorando.
—¿Pero no ha hecho nada más?
—Ha buscado algo, pero no. Dice que está mejor —me encogí de hombros.
—Gracias, tío. De verdad. No cualquiera aguantaría a Valeria estando así.
—Si quiero que sea mi española, tendré que acostumbrarme, ¿no? —intenté quitarle hierro al asunto, lo que funcionó, ya que Plex soltó una carcajada.
—Si algún día acabáis juntos de verdad, me alegraré.
Era la primera vez que hablábamos en serio de la posibilidad de que Valeria y yo pudiéramos tener algo, y me alegró mucho saber que no se enfadaría.
—Gracias, bro. Ojalá.
—Dale tiempo.
—No, si tiempo le estoy dando. Tres años llevo esperando, Plex —le recordé.
—Pero ella ya no está con el gilipollas ese y todos vemos lo pillada que está por ti. Si dejas de cagarla, Valadri será real —me aseguró, haciéndonos reír—. Pues nada, hablamos luego, que estamos llegando a la muralla.
—Pasarlo bien —me despedí antes de colgar la llamada.
De seguido salió Valeria del baño completamente arreglada, como si la llorera de hace unos minutos jamás hubiera ocurrido.
¿Cómo coño conseguía estar perfecta cada segundo del día?
—¿Estoy bien? ¿Parece que he estado llorando? —me preguntó algo preocupada.
—Sí a lo primero, no a lo segundo.
Ella sonrió ligeramente antes de agarrar su teléfono y llamar a su hermana pequeña.
—Holaaaaaa —saludó Nuria por el teléfono, lo que me hizo sonreír.
No sé cómo tenía siempre tanta energía.
—Hola, Nuri. ¿Cómo estás?
Y así empezó una conversación de una hora. Yo me acerqué para hablar con ella diez minutos en algún momento, pero luego volví a la cama para terminar de editar el vídeo y así poder salir a comer con Valeria.
SOCIAL MEDIA | STORIES
REAL LIFE • Adri
¿Me tomé como algo personal el “fuck Valadri” de su historia? Obviamente no, ya que entendía de donde venía.
—¡Estoy hasta los cojones! ¡Joder, es que ni un puto minuto pueden dejar de mencionar Valadri! —exclamó.
Y estoy seguro de que sé de dónde podía venir su enfado. Valeria necesitaba un amigo para desahogarse y la gente no entendía que por mucho que hiciéramos la broma de “valadri is real”, seguíamos siendo solo eso, amigos.
Y entre esa gente, también se incluía su propia hermana.
Val tenía razón, había estado hablando con Nuria. Sé perfectamente que para llegar a Valeria antes tenía que recuperar la confianza de su hermana, así que empecé a hablar con ella y le expliqué qué era lo que estaba pasando.
Solo tuve que admitir que me gustaba Valeria para que me perdonara.
—¿Te apetece ir a comer? —le pregunté, lo que pareció tranquilizarla un poco.
Si había algo que le gustaba casi tanto como dormir, era comer.
—Invitas tú —respondió, lo que me hizo reír.
Al menos ya no estaba de mal humor.
Fuimos a comer a un restaurante cerca del hotel y, como siempre, tuvimos algunos problemas de comunicación, pero finalmente conseguimos pedir nuestros respectivos platos de comida.
Decidimos hacer un directo en Instagram juntos desde la cuenta de Valeria para que no estuviera tan desaparecida durante ese día, pues no le gustaba desaparecer de las redes ni un solo día. Era muy estricta consigo misma en ese aspecto.
—Hola, mi genta —saludó con una sonrisa.
Joder, si no la hubiera tenido entre mis brazos llorando hacía un par de horas, me habría creído que estaba perfectamente bien.
—¿Qué hay, genta? —añadí.
—“¿Cómo va China?” —leyó antes de mirarme de manera cómplice—. Pues no entendemos ni papa.
—Ni con los dotes de inglés de Val nos conseguimos comunicar. Es imposible —leí los comentarios mientras respondía y todos preguntaban lo mismo—. Gente, dejad de preguntar por Dubái.
Noté como Valeria se tensaba ligeramente junto a mí. Sabía que no quería que hablase de lo que había pasado con esa rubia, al menos frente a ella.
—Mucha fiesta. Eso es lo que pasó en Dubái —es lo que respondió con una pequeña sonrisa—. También tuve una conversación bastante interesante con mi futura suegra, la mamá masona —Eso me sorprendió.
—¿Hablaste con mi madre?
—Me llamó ella. Me alegra saber que opinamos lo mismo de su hijo —sonrió con inocencia.
—¿Y qué se supone que es eso?
—Eso es un secreto que me llevaré a la tumba —respondió antes de fingir cerrarse la boca con cremallera.
—¿Veis lo que tengo que aguantar? Mi madre y mi española hablando de mí a mis espaldas. Y seguro que nada bueno —eso la hizo sonreír y parecía una sonrisa sincera, no como todas las anteriores.
Bueno, al menos parecía estar de mejor humor que horas antes, lo que me quitó un peso bastante grande de encima.
Nota de la autora:
Cada vez queda menos para el primer beso 🥹
Plex apoyando Valadri me llena el corazoncito ❤️🩹
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