𝐱𝐯. 𝗋𝗎𝗆𝗈𝗋
❛ 𓄼 CAPÍTULO QUINCE 𓄹 ៹
『∞』
📌 – Dubái
REAL LIFE • Valeria
Sé que no debería molestarme, pero me molestaba. Y mucho.
No tenía derecho a enfadarme, Adri y yo no eramos nada, pero me frustraba que hubiese estado todo el viaje ligando conmigo y que después se fuese con otra.
Lo peor es que nada más despertarme me llamó Krufy para preguntarme qué tal la noche y acabé furiosa de nuevo al recordar lo sucedido.
—Joder, Valeria, sabes cómo es Adrián —intentó consolarme él.
—Es que estoy cansada de señales contradictorias, Krufy. Un día liga conmigo y al día siguiente habla con siete por Instagram, luego vuelve a hacerme pensar que algo podría pasar entre nosotros y se lía con otra en mi cara —me quejé antes de escuchar la puerta de mi habitación abrirse.
—Buenos días —canturreó Plex, pero venía con los chicos, así que puse una mueca en cuanto vi a Adrián.
—Te llamo luego —le avisé antes de cortar la llamada e intentar meterme al baño, ignorando a los chicos, pero Borja agarró mi brazo.
—Oye, lo de anoche... —comentó avergonzado, lo que hizo que mi expresión de enfado disminuyese.
—Borja, no pasa nada, lo hiciste para librarte de esa chica. Estamos bien —le aseguré, haciéndole sonreír.
—¿Y qué se supone que pasó ayer? —preguntó Adri perdido, así que mi mueca volvió antes de que entrase al baño y me encerrase dentro.
Al rato me llegó un mensaje de mi hermano diciéndome que teníamos una promo que hacer y que teníamos que hacer una tortilla con Lays, así que, tras respirar hondo por vigésima vez, salí del baño y fui a la habitación de mi hermano, donde estaban todos.
Al llegar, ignoré a Adrián olímpicamente antes de acercarme a Jopa y a Plex, quienes estaban en la cocina de la habitación.
—Ahora que mi hermana nos ha honrado con su presencia, vamos a empezar a cocinar.
—Joder —masculló Borja de repente, llamando nuestra atención.
—¿Qué pasa? —le preguntó Jopa.
—Val, mira las redes.
Sin pensarlo, saqué mi teléfono y entré a Instagram antes de ver una foto que me dejó helada.
“Valeria y Adrián besándose en una fiesta en Dubái”
Miré la foto repetidas veces.
Sí no estuviera segura de que acabé la noche completamente borracha y que mi hermano y Jopa tuvieron que llevarme a la habitación, me habría creído que esa era yo.
Realmente parecíamos Adrián y yo, pero a diferencia de mí, él si acabó la noche con alguien, y ese alguien no fui yo.
—Lo que me faltaba —mascullé cabreada antes de coger mi paquete de tabaco y bajar a la calle.
Nada más salir, encendí el cigarro y le di una larga calada antes de ver a Jopa salir del hotel.
No dijo nada, respetó que necesitaba pensar, pero sí que me abrazó, gesto que agradecí internamente.
—No les escuches —me aconsejó en un susurro tras unos segundos.
—No me jode el titular, me jode lo que la gente está diciendo de mí. Sí quiero estar con alguien más tengo todo el derecho, no tengo que guardarle ningún luto a Atlas —le expliqué frustrada.
—Sabes que a la gente le gusta crear polémicas donde no las hay —me recordó, lo que me enfadó aún más.
—Pero es que no es justo, joder. ¿Cómo es que él casi me mata, pero yo soy la mala por pasar página?
—Ya lo sé, Val, pero lo único que puedes hacer ahora es pasar de esos comentarios —me aconsejó antes de hacer una pausa—. Adri está muy rayado.
—Que se joda —respondí casi de manera involuntaria.
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REAL LIFE • Valeria
Me encantaría poder deciros que pude escuchar el consejo de Jopa y pasar de ello, pero no fue así.
Tras hablar con mi hermana durante una hora, salí a correr con los auriculares mientras los chicos aprovechaban a dar una última vuelta por Dubái antes de partir hacia Tailandia.
Necesitaba sacar toda la rabia que llevaba dentro, así que corrí durante un largo tiempo hasta que sentí que las piernas iban a caérseme. Hasta que sentí que ya no podía respirar más.
Caminé hasta el hotel con la música a tope antes de tirarme en la cama. Me quedé ahí durante diez minutos mirando al techo antes de levantarme e intentar ducharme, pero el sonido de mi teléfono me interrumpió.
Apreté los labios al ver el nombre en la pantalla de mi teléfono.
“Tina”
La madre de Adri me estaba llamando.
¿Debería contestar?
Siempre había sido de lo más amable conmigo, pero no creía que hubiese la suficiente confianza como para decirle qué sucedía. Porque no sé cómo lo hacía, pero siempre que llamaba era porque sabía que algo iba mal.
Tras unos largos segundos, suspiré y respondí a la llamada.
—Hola, mi niña. ¿Cómo estás? —me preguntó en cuanto descolgué la llamada.
—Bien —le mentí, cosa de la que se percató.
—Creí haberte pedido que no me mintieras —me recordó—. ¿Qué es lo que ha hecho mi hijo tan malo que tienes que mentirme?
—No ha hecho nada malo —respondí, ya que era verdad, él no había hecho nada mal.
—¿Entonces qué es lo que te ha sentado mal?
Dudé en responder, pero sabía que acabaría enterándose por los chicos y el vlog, así que preferí contárselo yo misma.
—Besó a otra chica —admití en voz baja, con la cabeza agachada.
Hubo un silencio de unos segundos que se me hicieron eternos en los que me arrepentí de habérselo contado, ya que creía que se pondría del lado de Adrián, pero, para mí sorpresa, no fue así.
—Si es que lo voy a matar —exclamó de repente—. Tantos meses dando la tabarra con que le gustabas y hace esto, es que lo mato. Escúchame cariño, si mi hijo no sabe darse cuenta de la joya que tiene delante, no te deprimas, es problema suyo, no tuyo. Yo le quiero mucho, pero a veces es un poco burro y no se da cuenta de las cosas.
—¿Me lo dices o me lo cuentas? —mascullé.
—No se te ocurra deprimirte por eso, ¿eh? Que voy a donde sea y te meto una colleja que te traigo conmigo de vuelta a España —me advirtió con un tono de burla—. Sí él lo pasa bien, pásalo tú mejor. Eres joven, cariño. Disfrútalo, que ya has estado mucho tiempo jodida por un hombre que no te valoraba.
—Gracias, Tina —le agradecí con una pequeña sonrisa.
—No hay que darlas. Sabes que para mí eres como una hija, aunque pronto lo serás. Que ya sé yo que acabarás con mi hijo por muy cabezota que sea —me aseguró, haciéndome reír—. No te rías, haz caso a la mamá masona.
—Vale, vale —accedí entre risas—. Te llamo luego, Tina, que tengo que ducharme antes de empezar a preparar las cosas para el próximo destino.
—Ya me contarás cómo va la cosa. Un besito, guapa.
—Un beso —me despedí antes de cortar la llamada.
¿Cómo me hacía sonreír siempre hasta en los momentos más jodidos?
Finalmente me metí en la ducha y me quedé un largo tiempo bajo el agua caliente, prácticamente hirviendo, pensando en las palabras de Tina.
“que ya has estado mucho tiempo jodida por un hombre que no te valoraba.”
Tenía razón.
¿Adrián quería estar con otras? Perfecto, entonces yo no iba a negarme a pasarlo bien de fiesta si se proponía la situación.
Se acabó estar detrás de él como un cachorro en busca de atención.
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