𝐱𝐢𝐱. 𝗂𝗇𝗌𝖾𝖼𝗍𝗈𝗌
❛ 𓄼 CAPÍTULO DIECINUEVE 𓄹 ៹
『∞』
📌 – Pekín
REAL LIFE • Valeria
—Valeria —escuché que me llamaba mi hermano, así que gruñí contra el colchón como protesta.
—Volvió la perezosa —añadió Adri.
—Quiero dormir —farfullé contra la almohada.
¿Había dicho ya que estábamos a menos diez grados? Estaba demasiado cómoda en la cama como para salir de debajo de la manta.
—Valeria, si te levantas te doy mi chocolate —me intentó sobornar Jopa y, por poco lo consigue, fue una oferta muy tentadora, pero no lo suficiente.
—Vale, esta es la última oferta, Guerrero. Si te levantas, Borja, Jopa y yo saldremos de la habitación y os dejaremos a ti y a Adri solos durante diez minutos para que hagáis lo que queráis.
Obviamente no íbamos a hacer nada, pero por tan solo vacilar a los tres mayores fans de Valadri, solté un bufido antes de levantarme de la cama.
—¡Funcionó! —celebró Dani mirando a cámara.
Cómo habían prometido, los tres salieron de la habitación, dejándonos a solas.
—Oye, ¿tú has estado hablando con Nuria últimamente? —le pregunté mientras buscaba mis vaqueros.
La noche anterior había llegado tan cansada que los había tirado por ahí antes de irme a dormir.
—No. ¿Por qué?
—Joder, Adrián, que mal mientes —me burlé antes de darme por vencida y robarle un chándal de dreamwolf.
—¡Oye, eso es mío!
—Mala suerte —ya me los estaba poniendo.
Resulta que mi hermana había estado demasiado contenta los últimos días, y Dani había jurado no haber hablado con ella. Había hablado con sus amigas y me dijeron que siempre se ponía muy feliz después de recibir una llamada y solo se me ocurría que fuera Adri intentando volver a ganarse su confianza.
En cuanto escuchamos la puerta abrirse, Adri y yo nos miramos de manera cómplice antes de correr a la cama y taparnos con rapidez, fingiendo estar dormidos.
Plex empezó a reírse a carcajadas ante la situación, lo que nos contagió al resto del grupo.
No mucho después, salimos del hotel, empezando nuestra aventura por Pekín.
La calle era tan silenciosa, que daba cosa incluso hablar. Es que TODO el mundo iba en silencio, era flipante.
—La vida nos ha puesto estos abrigos en el camino —comentó mi hermano al pasar frente a un escaparate lleno de abrigos tochísimos.
—Como me lleves al norte de China sin ese abrigo, abandono la vuelta al mundo —exageré, aunque era verdad que las ciudades al norte de China eran las más frías del mundo.
—Yo te daré calor —propuso Adri acercándose a mí, lo que nos hizo reír.
—Va muy flipao este.
—Así no puede uno ser cariñoso —dramatizó tapándose la cara con la mano fingiendo llorar.
—Bueno, bueno. Tampoco te pongas así, que si te portas bien a lo mejor te abrazo y todo.
—Aquí el ligoteo jamás para —comentó Plex a cámara.
Entramos a la tienda por curiosidad y acabamos más pálidos que un fantasma.
—Una chaqueta cuesta once mil novecientos —nos avisó Borja.
—¿Cuánto es eso?
—Mil quinientos treinta euros —lo calculó Jopa, dejándonos de piedra.
—¿Seguís pensando que hay que comprarlo o morimos de frío?
—Yo creo que es mejor morirnos de frío. Se me ha olvidado algo fuera, vámonos —se inventó Jopa para poner una excusa para salir, lo que me hizo reír.
Obviamente, salimos sin comprar nada. Solo por mirar sentía mi cartera más vacía que al entrar.
De camino hacia nuestro próximo destino, un restaurante típico de allí, tres personas me pidieron fotos por la calle, todas mujeres.
—¿Qué cojones está pasando?
—Valeria está ligando en China más que Adri —se burló Borja.
—Que va, creo que es por su estilo. ¿Has visto a las chicas por aquí? Van muy poco maquilladas y son todas de piel super blanca. Y aquí está Valeria que parece del congo y está maquillada como una puerta —le corrigió Jopa, provocando que le sacase el dedo corazón.
—Que os den, voy maquillada lo justito —le llevé la contraria, aunque sabía que tenía razón. Solía maquillarme bastante para salir.
Al entrar al lugar, puse una mueca al ver que había todo tipo de insectos cocinados.
—Si me haces comer eso, te mataré mientras duermes —le aseguré a mi hermano con cara de asco.
—Si Valeria vomitó con el pollo en India, imaginate con el ciempiés —bromeó él divertido—. Obviamente vamos a probarlo.
—No, no. Vosotros vais a probarlo —le corregí.
—Si no lo pruebas quedas baneada de la vuelta al mundo.
—Ha sido un placer, chavales. Me vuelvo a España —bromeé, provocando risas entre los chicos.
Intentamos comunicarnos con los trabajadores, pero es que no entendía ni papa de inglés.
—Por favor, llevarme a un McDonald's, lo estoy pasando muy mal —rogó Jopa, a lo que me uní.
—A mí también.
Cómo era obvio, Plex pasó de nosotros y compró una brocheta de cada con todo tipo de insectos.
—Pues llegó el gran momento. Llevaba esperando para merendar todo el día.
—Te juro que te odio muchísimo ahora mismo —una mueca se formó en mi rostro al ver los insectos fritos.
—Que lo primero que me vaya a meter hoy sea un escorpión, una cucaracha, un ciempiés y un grillo, me ralla —habló Adri.
—Yo lo que haría es que cada uno pruebe una cosa —propuso Plex.
—Yo quiero el escorpión pequeñito —eligió Adri.
—Yo las bolitas —siguió Borja, lo que se convertiría en meme de la serie en cuanto el vídeo fuera publicado.
Mi hermano repartió una brocheta para cada uno antes de mirarme, pero negué con la cabeza.
—Que no, Daniel. Que no voy a comer insectos. Ya puedes pagarme un millón de pavos que no me meto eso en la boca.
Al final se dieron por vencidos y empezaron a probar la comida. Plex comentó que la escalopendra solo sabía a las especias porque era muy fina, pero Adri aseguró que le gustaban los mini escorpiones que había elegido.
—Bueno, Adri acaba de perder la oportunidad de que algún día Valadri sea real. Jamás besaré a alguien que diga que le gusta como saben los escorpiones —comenté a cámara, lo que hizo reír a los chicos mientras el nombrado me miraba con decepción.
—Acabas de romperme el corazón, Valeria.
A diferencia de mi queridísimo futuro novio, Borja y Jopa casi vomitan con sus insectos, lo que me hizo muy feliz de haberme negado a probarlos.
—Vámonos ya, por favor —les rogó el segundo, haciendo reír a Dani.
Yo, por mi parte, probé el escorpión pequeño sobrante, ya que mi hermano me estaba mirando con súplica y él se había sacrificado muchas veces por mí para ayudarme con el contenido.
Mi mueca de asco mientras masticaba hizo reír a los chicos a carcajadas mientras intentaba no vomitar allí mismo.
¿Cómo había gente que podía comer ese tipo de cosas de normal?
Adri probó el escorpión más grande, lo que ya no pude ver y salí de la tienda con náuseas.
Mi bestie McJopa salió conmigo y nos lamentamos juntos de la terrible idea que había sido aquella y como queríamos comer algo “normal”.
Al salir del restaurante, Adri me colocó su gorrito de marciano al ver que tenía las orejas rojas y caminamos por la calle medio abrazados, lo que fue objetivo de broma todo el viaje hasta el McDonald's.
Varias personas me sacaron fotos por el camino, lo que seguía sin entender, pero bueno, como diría Plex: “life is good”.
Dani se detuvo frente a unas maquinas de gancho de camino al restaurante que contenían peluches de un Stich morado que no había visto nunca antes.
—Bua, como rentaría conseguir uno de esos y regalárselo a tu novia —enfocó a Adri, y de seguido me enfocó a mí.
—Una pena que estemos todos solteros —me encogí de hombros.
—No por mucho, lo puedo sentir —me corrigió Jopa con una sonrisa mirándonos a mí y a Adri, provocando que ambos nos mirásemos con el ceño fruncido.
Nota de la autora:
No envidio a los chicos para nada, yo estoy muy agusto con mi copa de vino escribiendo a Valadri 😉
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