04

¿Esto podría ser más genial?

Tengo dos amigos, hoy no me molestaron, no recibí ningún golpe o insulto de nadie y todo en un día.

Se siente bien.

Ahora estoy caminando a casa, sola, pero tranquila.

Al llegar a casa, antes de entrar, en frente había una señora, no parecía muy grande. La señora estaba cortando algunas hojas de los arbustos muy bonitos que tenía plantados.

Entre mi casa y no se escucha nada, subo las escaleras en dirección a la habitación de mi abuela, al entrar a su habitación la veo durmiendo plácidamente. Me da ternura ,así que cierro la puerta con cuidado y entro a mi habitación.

Me tiro a la cama y cierro mis ojos.

Hoy fue un día agotador, así que me merezco una buena siesta.

Me acomodo bien, me quito mis zapatillas y cerre mis ojos mientras dejo que el sueño se apodere de mi.

(...)

—Olivia.

No, quiero dormir.

—Olivia.

¡Agh! Quiero dormir, gracias.

—¡Olivia!.

—¿Que? ¿Que pasa? — .Me senté en la cama algo molesta.

Me molesto fácil cuando me despiertan en medio de una sienta, nunca hagan eso, quien sabe si puedo golpear a alguien.

—Me iré a trabajar, la abuela esta despierta en la sala, no salgas hasta que yo vuela y me llamas si tienes algún problema. — Asentí con los ojos cerrados — ¿Me escuchaste? Olivia, debo irme a trabajar.

—Si, te escuché, estoy un poco dormida. — Rió.

—Está bien,!debo irme — Me dió un beso en la frente —Adiós.

—Adiós.

Cuando mi mamá sale por la puerta, me acuesto otra vez en la cama. Suspiré

Y sin pensarlo, bueno si lo estoy pensando, tengo un debate en mi cabeza ahora de si no levantarme o quedarme en esta hermosa y cómoda cama.

—¡Olivia!. — Mi abuela me llama.

No, no hay más debate.

Me pongo mis anteojos, me levanto de la cama rápidamente y bajo las escaleras casi como flash, bueno no tanto por qué el es mejor.

Al llegar a la sala, mi abuela no estaba ahí, así que me fui a la cocina
Entré rápidamente y... me caí, pero comencé a reír.

—Olivia, ¿estas bien?. — Preguntó mi abuela levantándome.

—S-si. — No paraba de reír .Siempre me río en ocasiones malas.

—Ven a merendar. — Me senté en la mesa y tomé una galleta ñ.

Mi abuela puso dos tazas de chocolatada en frente mío, delicioso.

Todavía estoy en la etapa de madurar, lo cual nunca va a pasar. Pero según las leyes, hasta los dieciocho dejas de ser niño, o eso creo, pero yo me lo tomo en serio.

—Abuela, tu cumpleaños se acerca. — Digo mientras ella toma un sorbo de bebida.

—Si, estoy feliz.

—¿Toda la familia vendrá?.

—Si, ¿por qué lo dices?

—Es que, yo no me llevo muy bien con primos, hasta los gemelos pequeños me dicen tonta,— Doy un suspiro —y solo con Andy me llevo bien, pero no, se tenía que ir a otra ciudad y dejarme con mis primos pesados.

Me levanté y dejé mi taza en el lavaplatos.

—Tranquila, seguro que tus primos ya han madurado y ahora se llevarán mejor.

—Abuela, si yo todavía no he madurado ellos menos. — Rió.

—Tranquila, ya todo pasará. — Dejo su taza y se fue de la cocina.

Lave las tazas y subí a mi habitación.

Mi madre tiene muchos hermanos ,son cinco, tres hombres y dos mujeres contando a mi mamá. Mi tía Susan, mi tío Zack, Thomas y Sander
Mi tío Sander tiene dos hijos llamados Christopher y Andrés pero le decimos Andy, de todos mis primos con Andy es el que me llevo bien. Pero por problemas económicos, Andy y su familia se mudo a otra ciudad, no muy lejos, pero no pueden ir y volver cuando quieran, el año pasado vinieron y se quedaron en mi casa, pero este año no se podrá.

Mejor me daré una ducha, estaré más relajada, Tomé mi ropa y entré a mi baño.

No tarde más de diez minutos y ya estaba de vuelta en mi cama.
Miro por la ventana y hay alguien en el frente de la casa de los nuevos vecinos. Estaba con un perro, parece un bulldog negro, muy bonito.
El perro comienza a ladrar hacía mi, su dueño se levanta y ve hacia mi ventana,

¡Es Payton!

El sonríe y yo saludó con mi mano, luego el hace un seña para que vaya, asiento y salgo de mi habitación.

—Estaré en el frente abuela. — Dije caminando hacia la puerta.

—¿Con quién irás?.

—Con el nuevo vecino.

—Bien, cuídate. — Asiento con una sonrisa.

Salgo de la casa y cruzó la calle lo más rápido que puedo.

—Hola. — El sonríe —Tu eres el nuevo vecinom

—Si, con mi familia nos mudamos aquí hoy. — Asiento.

—Entonces, bienvenido. —Sonríe.

—Gracias?

—¿Es tuyo?. — Señaló al cachorro y asiente. Me agachó y le acarició la cabeza, como respuesta me lamía la cara.

—Creo que le agradas. — Lo miré con una sonrisa y el sonríe también —Oye ¿Q-quieres entrar a mi casa?.

Me levanto y meto mis manos en mis bolsillos. —Lo siento, pero mi abuela está sola en mi casa y no la quiero dejar mucho tiempo sola.

—Oh, está bien, no te preocupes, otra día será. — Asentí.

—¿Tú quieres venir a mi casa?.

—¿Seguro que no seré molestia?.

—Claro que no, eres nuevo, tienes que estar cómodo — Sonríe.

—Okey, iré a avisarle a mi mamá.

—Bien, cuando vengas a mi casa toca timbre. — Asíntio

Crucé la calle y entre a la casa rápidamente.

—¡Abuela! ¡Abuela!.

—¿Qué?, ¿qué pasa?. — Dijo saliendo de la cocina

—Hay un vecino nuevo que también es mi primer amigo verdadero en toda mi vida, por eso por favor hazlo sentir cómodo — Rió.

—Es la primera vez que te veo así de feliz por tener un amigo. — Me acarició el cabello.

—Gracias, pero no hagas nada ridículo abuela y tampoco le cuentes sobre mi niñez o mi problemas de la escuela.

—No diré nada. — Sonreí —Ahora vete antes de que tú príncipe venga.

—Gracias... espera, ¿mí príncipe? — Mi abuela se fue hacia la cocina riendo. Rodé los ojos y reí.

Subí a mi habitación y me arreglé un el pelo. Me miré el espejo por un momento.

¿Por qué me estoy arreglando?.

Es solo un amigo, no puede gustarme, lo acabo de conocer, estás sensaciones que nunca he sentido se sienten raras.

En algún momento cambiará mi sentido de verlo.

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