𝕸𝖎 ú𝖓𝖎𝖈𝖆 𝖉𝖊𝖇𝖎𝖑𝖎𝖉𝖆𝖉
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—Ahg~ Na~Naruto.

—Y cómo negarme si me lo pides de esa forma tan lasciva, tks mierda— Siempre caigo, Sasuke sabe cómo hacerme ceder.

[oye tú maldito universo, deja de jugar conmigo, no soy tu juguete, si voy a hacerlo con Sasuke, no debo terminar metido en problemas con la ley.]

—Ah~ Más por fa~favor— seguía pidiendo Sasuke excitando cada ves más a Naruto.

Era de noche y Sasuke se aferraba a las sábanas de la cama de Naruto, mientras de su boca salían aquellos sonidos que volvían loco al rubio.

Lo penetraba tan profundo, como si no hubiera un mañana, eso le encantaba.

—Ya...falta...po~poco...—Decía Sasuke hasta que sé corrieron.

—Uff, ¿Crees que nos hayan escuchado? — Hablo Sasuke.

—No, lo dudo —le respondió Naruto.

—¿Segundo Raund?— volvió a hablar Sasuke.

𝗦𝗮𝘀𝘂𝗸𝗲 𝗨𝗰𝗵𝗶𝗵𝗮

—¿Estás ardiendo no es así, dulzura?— Su voz salió ronca al mismo tiempo que me tomaba en sus brazos —Tan caliente, no es así?— sus labios se deslizaban por mi cuello haciéndome desearlo cada vez más —Te pregunté algo—Su voz fue como una orden, me tuvo necesitado y con las rodillas débiles al instante.

—S~si— mi voz salió como un gemido casi inaudible.

—¿Quieres que te vuelva a tocar, bebé?— La forma en la que hablaba me hizo gemir —Si, cariño?—volvió a hablar para morder el lóbulo de mi oído.

—S~si p~por favor vuel~ve a to~tocarme — las palabras empezaron a salir solas de mi boca, la verdad esto no era nada vergonzoso, sus manos empezaron a tocar cada rincón de mi cuerpo mientras yo seguía gimiendo y pidiendo por más—M~ás, por favor.

—Eres tan dulce, bebé— su voz hizo que todo mi cuerpo se estremeciera —Tan lindo, dulce y sonrojado solo para mi, bebé— Sus palabras salieron fuertes y excitantes como un gruñido, me hizo volver a temblar y gemir de placer.

Su cuerpo esta sobre el mío, sus rodillas a cada lado de mi cadera, dejándose caer un poco sobre mi, besando mi cuerpo, deslizándose delicadamente entre mis labios temblorosos.

Sus labios descendían por mi pecho asta atrapar uno de mis pezones, gemí cuando mordió y succionó ligeramente.

Moví mi cadera hacia arriba buscando fricción —tócame m~ás por favor—jadee con la voz ronca y ligera.

Sus labios se deslizaron sobre mi piel dejando en mi lamidas y succiones — date vuelta, bebé— así como lo ordenó lo hice rosando un poco con su erección—alza tus caderas para mi, cariño— así lo hice sintiendo la tela de sus bóxer y su ereccion en mi trasero, estaba jadeante, sumiso y necesitado para el.

—Naruto, por favor—hable como pude.

—¿Qué pasa,bebé? ¿Quieres que te folle?— asentí frenéticamente
con la cabeza —¿Cómo quieres que lo haga? ¿Quieres que lo haga suave? ¿O quieres que entre en ti profundo y duro? ¿Cómo quieres que te joda, preciosura? — gemí sin poder contenerme sus palabras seguían haciéndome estremecer.

—Mírate tan delicado, pequeño y sumiso solo para mi— volvió a hablar restregando su erección en mi trasero haciendo gemir cada vez más — Con todo ese lindo culo, apuesto a que ya estás tan apretado que no podré moverme dentro de ti tan rápido como quieres, porque se lo que quieres —Su voz me seguía haciendo estar cada vez más necesitado, así que movía mi trasero encima de su ereccion haciéndolo gemir.

Un dedo de Naruto lleno de saliva roso suavemente mi hendidura, para entrarlo en mi haciendo que no pueda ni siquiera respirar, moví mi cadera dándole a entender que quería más.

Introducía otro dedo en mi haciéndome gemir, lo sacaba y lo entraba, volvió a introducir otro y yo me estremecí —Creo que tres dedos no son suficientes, ¿qué crees tú, Sasuke?

—Narut~to, follame, te ne~necesito— Mi cuerpo reclamaba el placer de mi deseo carnal —Na~naruto m~me quie~ro correr, po~por favor.

—Voy a follarte ahora, Sasuke— sus roncas palabras causaron un estremecimiento en mi haciendo que me pusiera el doble de duro, si es que es posible.

Sentí la punta de su pene entrando en mi, sentía como mi trasero dolía y me respiración se atoraba en mi garganta.

—Ah, j~joder, ¿cómo es que tu entrada puede ponerse tan apretada?— habló en mi oído sacándome un gemido de dolor y placer, su pene se empujó más profundo dentro de mi, sentí mis ojos llenarse de lagrimas y después deslizarse por mis mejillas—Tranquilo, no quiero hacerte daño— Se detuvo para esperar que me acostumbra a él, me sentí tan lleno, sentí tanto placer recorriendo mi cuerpo y una corriente pasando por mi espalda.

Inevitablemente empecé a mover un poco mis caderas buscando que Naruto empezara a moverse —¿Puedo moverme, dulzura?— Suspire y asentí lentamente, sentí cuando se empujó completo dentro de mi, sentí su pelvis tocando mi trasero.

Su cadera se empezó a mover lento, tocó algo dentro de mi que me hizo chillar de placer, ya no podía contener mis gemidos.

—Oh Dios mío, ahí otra vez— su cadera volvió a moverse volviendo a tocar ese punto, se sentía tan genial, yo solo quiero que me haga olvidar hasta mi nombre, que me deje sin ser consciente de mis pensamientos —Más N~Naruto m~ás—mis piernas temblaron.

Se empujó dentro de mi, follandome realmente, de esa manera tan buena que solo él sabe joderme, se empujaba tan profundo en mi que lo único que podía hacer era Jadear, chillar, y gemir mientras me aferraba a las sabanas.

Se sentía tan bien, su cadera chocando con mi trasero, su pene tocando ese punto dulce dentro de mi, sus movimientos se hacían más duros y profundos con cada segundo que pasaba.

Lo oía gemir, maldecir y jadear, sus embestidas tomaron mayor ritmo, sentía como mi pene rebotaba y golpeaba mi estómago con cada embestida.

—Es~estoy t~an serc~ca— mi cuerpo se sentía tan bien, sentía el placer recorrerme cada vez más, desde mi cabeza hasta la punta de mis pies.

—Córrete para mi, dulzura— el placer arrasó con mi cuerpo —Eres mi única debilidad, Sasuke— me sentí temblar, sentí mi interior contraerse —Córrete, bebé— y esa fue la gota que derramó el vaso.

Sentí cada segundo de mi orgasmo, y me vine gritando el nombre de Naruto, sentí como su cuerpo se pegaba al mío —Estoy cerca, bebé ¿Puedo correrme en tu culo?— asentí, seguía empujándose dentro de mi fuerte y rápido.

Nuestras respiraciones eran irregulares, sentí como volvía a entrar en mi y se corría jadeando, se separó de mí y ambos caímos en los brazos de morfeo, dejándonos llevar por el cansancio y sueño.