𝟭.



Era una mañana tranquila, no había murmullos, solo se podía apreciar el aleteo de las aves volando cerca de la preparatoria de Hawkins, a Amelia le encanta las mañana así, le gustaba solo oír el pequeño y satisfactorio sonido que exclamaban las aves, para ella era satisfactorio oírlo.

Pero ese gratificante sonido se fue cuando se escuchó un chirriante ruido de auto, la chica se bajó del auto de su hermano para luego observar como se estacionaba un auto de color azul frente a ellos, Amelia frunció el ceño al ver como una chica pelirroja se bajo y cerró con brusquedad la puerta del auto para luego montarse en su patineta y largarse, la castaña la siguió con la mirada hasta que escuchó un ruido más fuerte.

De ese auto había salido un chico rubio con un pantalón azul ajustado y la castaña no mentía, en verdad estaba bastante ajustado, pero le hacía lucir un gratificante trasero, el chico inhalo del cigarrillo que posaba en su boca para luego tirarlo al piso y pisarlo, cerró la puerta de su auto para luego empezar a caminar.

— ¿Quien diablos es ese chico? —Steve Harrington vio como hermana se le quedaba viendo al rubio.

La castaña y el chico nuevo cruzaron miradas y la chica quito su mirada de inmediato para luego agarrar sus cosas del auto de Steve y cerrar la puerta.

— ¿Te veo luego? —Amelia asintió para luego empezar a caminar en busca de sus amigas, las cuales ya seguramente sabían todo sobre el extraño y sexy chico nuevo.

Antes de poder empujar la puerta principal de la preparatoria, Amelia siente como alguien la eleva de piso para luego darle vueltas, la castaña sonrió para luego abrazar al pelinegro que se encontraba delante de ella.

— Te extrañe. —Amelia sonrió levemente para luego besar a su novio y este con gusto le correspondió—. Te vez hermosa.

— Gracias, ¿Entramos? —Ares asintió para luego agarrar la mano de su chica y empezar a caminar hacia adentro.

Aunque la castaña no sienta relativamente nada por el chico no puede negar que al menos le tiene una pizca de cariño, no la mal entiendan, claro que ama a su novio, pero no de la manera en que él la ama a ella, Amelia siempre pensó que si su padre no la hubiera obligado a salir a fuerzas con el pelinegro y lo hubiera conocido como personas normales, quizás hubiera llegado a sentir al menos una pizca de atracción hacia el, pero si decía ahora mismo que estaba enamorada de Ares Johnson, estaría siendo una sucia hipócrita.


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