Un nuevo comienzo y una cita no-cita
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Hablemos sobre la creación de Dog man
La historia de Dog Man comenzó con un accidente. Un terrible, absurdo y, para algunos, hilarante accidente.
Una explosión, un accidente y una decisión médica tan ridícula como brillante marcaron el inicio de su historia.
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El oficial Knight y su fiel compañero Greg, un perro policía altamente entrenado, eran inseparables. Durante años habían trabajado juntos, patrullando la ciudad, atrapando criminales y protegiendo a los ciudadanos. Pero aque día, su suerte cambió para siempre.
Todo comenzó con un aviso urgente en la estación de policía. Petey había colocado una bomba en el techo de una bodega abandonada, con la cuenta regresiva marcando los últimos segundos antes de la detonación. Sin pensarlo dos veces, Knight y Greg fueron los primeros en intervenir exclamó Knight, con el sudor resbalando por su frente.
- ¿Los perros no son daltónicos? - preguntó Knight
Greg solo lo miro asustado.
el tiempo se agotó.
El siguiente instante fue un caos absoluto. Un estruendo sacudió todo el edificio, Cuando la nube de humo se disipó, los paramédicos encontraron a Knight y a Greg entre los escombros. Ambos estaban vivos, pero gravemente heridos.
La situación era crítica.
La cabeza del oficial Knight había quedado destrozado, irreparable. Sin embargo, su cuerpo estaba milagrosamente intacto.
Greg, por otro lado, tenía su cabeza esta en perfectas condiciones,... pero su cuerpo había sufrido daños fatales.
El equipo médico se enfrentó a una decisión imposible. Perderían a ambos si no actuaban rápido.
Fue entonces cuando una enfermera, tuvo una idea: ¿y si cosemos la cabeza del perro al cuerpo del hombre?
Contra toda lógica, contra todas las reglas de la medicina, lo hicieron.
En una cirugía sin precedentes, la cabeza de Greg fue unida al cuerpo del oficial Knight. Un procedimiento que ningún hospital aceptaría, pero que, sorprendentemente, funcionó.
Cuando el paciente abrió los ojos, no era ni completamente humano ni completamente perro. Era... Dog Man.
Los primeros días fueron raros para el.
Dog Man tuvo que acostumbrarse a su nuevo cuerpo, a caminar en dos patas, a usar su nueva fuerza y, sobre todo, a controlar sus impulsos perrunos. No era fácil ser mitad perro, mitad hombre. a veces se distraía persiguiendo su propia sombra en la estación de policía, otras veces mordisqueaba documentos importantes o cavaba agujeros en el patio trasero del cuartel o... simplemente se comía las donas de Chief.
Sus instintos perrunos chocaban con la necesidad de actuar como un policía responsable.
El primer día en la estación, había intentado escribir un reporte, pero terminó masticando el bolígrafo como si fuera un juguete.
El Jefe lo miró con una mezcla de frustración y resignación.
- ¡Por el amor de la justicia, Dog Man! - chief le quitó el bolígrafo - ¡Tienes que comportarte como un oficial!"
Pero Dog Man simplemente movió la cola y sacó la lengua.
Después de eso, fue un desastre tras otro.
Arruinó un interrogatorio porque no podía dejar de rascarse la oreja. En una patrulla, se distrajo persiguiendo ardillas en el parque. Y en su hora de descanso, derribó una pila de archivos importantes solo porque le pareció una idea divertida revolcarse en ellos.
A pesar de todo, había algo innegable: Dog Man tenía talento.
Con el tiempo, aprendió a controlar sus reflejos, a dominar su fuerza y a usar su increíble olfato para rastrear criminales. Era más rápido, más fuerte y más valiente que cualquier otro oficial en la ciudad.
Y aunque todavía mordisqueaba los muebles de la estación de vez en cuando, se había convertido en el mejor policía que jamás habían tenido.
Pero había un problema...
Petey.
Después de meses perfeccionando sus habilidades, Dog Man tenía un objetivo claro: atrapar a Petey, el gato más escurridizo y molesto de la ciudad.
Petey no era un villano cualquiera. Era un genio del crimen, Ese molesto, escurridizo, arrogante gato un experto en trampas y, sobre todo, un maestro en burlarse de la policía.
Cada vez que Dog Man creía que lo tenía, el felino encontraba la manera de escapar, dejándole una nota sarcástica o un dibujo ridículo burlándose de él.
Esa noche, Dog Man estaba listo para atraparlo de una vez por todas.
Siguiendo el rastro de un reciente robo, llegó hasta un edificio abandonado en el centro de la ciudad. Se movió sigilosamente, con las orejas en alerta y su nariz detectando el inconfundible olor de Petey.
Desde una cornisa, el gato lo observaba con una sonrisa burlona.
- Ah, Dog Man... - ronroneó, cruzándose de brazos. - Siempre lento, ¿eh?
Dog Man gruñó, su instinto perruno queriendo lanzarse de inmediato, pero esta vez estaba decidido a no caer en otra de sus trampas.
- ¡Wof Wof Wof! / ¡Esta vez no escaparás, Petey!" - Dog man se puso en posición
Petey fingió sorpresa - ¿Oh? ¿De verdad crees que esta vez será diferente? Antes de que intentes atraparme, déjame decirte algo... No importa cuántas veces lo intentes, siempre me escaparé."
Sin responder, Dog Man corrió a toda velocidad hacia él.
Pero en el último segundo, el gato saltó ágilmente hacia otro edificio, dejando a Dog Man patinando sobre un charco de aceite que no había notado.
El resultado fue un completo desastre.
Dog Man se deslizó sin control, chocando contra cajas, postes y finalmente aterrizando de cabeza dentro de un contenedor de basura con un fuerte ¡PLOP!
Petey se echó a reír.
"¡Esto nunca deja de ser divertido!"
Mientras el gato desaparecía en la noche, Dog Man se quedó en el suelo, cubierto de basura y frustración.
Pero esta vez... había algo más.
Algo que no entendía del todo.
Mientras caminaba de regreso al cuartel, con el olor a basura aún pegado a su uniforme, no pudo evitar pensar en Petey.
En su risa.
En su mirada desafiante.
En la extraña sensación que recorría su pecho cada vez que lo veía.
Dog Man se detuvo en seco.
Su corazón latía más rápido de lo normal.
"¿Qué... qué me pasa?"
No tenía una respuesta. Pero algo le decía que este no era un simple juego de policías y ladrones. Algo había cambiado...
Dog Man nunca había sentido algo así antes.
Era una sensación extraña, confusa, que lo hacía actuar de forma distraída. Desde la noche en que Petey escapó de nuevo, no había podido dejar de pensar en él.
¿Por qué?
No tenía sentido. Petey es un criminal. Su enemigo. Alguien que debía atrapar, no alguien en quien pensar en forma sospechosamente romántica en su tiempo libre.
Y sin embargo...
Cada vez que recordaba su sonrisa burlona, su manera de moverse con tanta seguridad, su astucia para escapar... su cola comenzaba a moverse sola, como si su cuerpo reaccionara antes que su mente.
Dog Man sacudió la cabeza con fuerza.
- Wof ¡Wof! ¡Wof! / No, no, no... ¡No puedo estar pensando en esto!"
A lo largo del día, trató de concentrarse en su trabajo, pero todo lo que hacía le salía mal.
Cuando intentó escribir un reporte, se dio cuenta de que, en vez de anotar información sobre los criminales, había dibujado pequeños garabatos de Petey en su libreta.
Cuando fue a patrullar, su olfato lo llevó, sin querer, a lugares donde Petey solía estar.
Cuando el Jefe lo llamó a su oficina, pensó que le asignaría una nueva misión importante. Pero en cambio, el Jefe lo miró fijamente y suspiró.
- Dog Man... ¿qué te pasa últimamente? - preguntó Chief mirando a Dog man - Estás más distraído que de costumbre.
Dog Man trató de responder, pero no tenía palabras para explicar.
El Jefe lo miró aún más sospechoso.
- Es por Petey, ¿verdad?
Dog Man se congeló. ¿Tan obvio era?
El Jefe frunció el ceño.
- ¡Lo sabía! ¡Has estado obsesionado con atraparlo últimamente! Escucha, Dog Man, entiendo que quieras acabar con su carrera criminal de una vez por todas, pero no puedes dejar que te distraiga así. Un policía debe ser profesional, firme, centrado...
Mientras el Jefe hablaba, Dog Man solo escuchaba una cosa: "Has estado obsesionado con él".
Y ahí fue cuando lo golpeó la realización.
¡Estaba obsesionado con Petey!
Pero... ¿por qué?
¿Por qué cada vez que Petey escapaba, en vez de sentir solo frustración, también sentía algo más?
¿Por qué, cuando recordaba su voz burlona, su corazón latía más rápido?
Dog Man no era precisamente un genio, pero una cosa sí sabía: tenía que averiguar qué le pasaba.
Y la mejor forma de hacerlo era... ¡hablando con Petey!
[ ... ]
E
l Plan Más Arriesgado de Todos
Dog Man pasó horas pensando en cómo acercarse a Petey sin que pareciera sospechoso.
No podía simplemente aparecer en su escondite y decir: "¡Hola, Petey! Creo que Estoy profundamente enamorado de ti ¿podemos hablar de eso?"
No, eso sería demasiado directo... y probablemente Petey se burlaría de una manera cruel de él hasta el fin de los tiempos.
Tenía que ser más sutil.
Después de mucho pensarlo, se le ocurrió un plan brillante.
¡Invitaría a Petey a una cita!
No sería una cita romántica, claro... solo una "reunión amistosa" entre un policía y un criminal buscado por todos.
Solo necesitaba convencer a Petey de aceptar.
Y ahí estaba el verdadero desafío.
Encuentro en la Azotea
Dog Man sabía que Petey solía esconderse en los tejados de la ciudad. Así que, usando su olfato, lo rastreó hasta un edificio alto en el centro.
Petey estaba sentado en el borde, observando la ciudad con una expresión aburrida, lanzando piedritas al vacío.
Sin hacer ruido, Dog Man saltó detrás de él.
- ¡GUAU!
Petey pegó un brinco del susto y casi cae del edificio.
- ¡POR TODOS LOS BIGOTES, DOG MAN! ¿¡QUÉ RAYOS HACES AQUÍ!? - grito Petey intentando recuperarse del susto
Dog Man sonrió, con la lengua fuera, como si nada.
Petey lo miró con los ojos entrecerrados.
- Déjame adivinar... ¿vienes a arrestarme? Porque déjame ahorrarte el esfuerzo, amigo: NO VA A PASAR.
Dog Man negó con la cabeza.
Petey parpadeó. - ¿No?
Dog Man se rascó la oreja nerviosamente, luego sacó un papel arrugado de su bolsillo y se lo entregó a Petey.
El gato lo tomó con desconfianza y lo abrió.
Su expresión cambió de sospecha a total incredulidad.
- ¿Esto es... una invitación para cenar?
Dog Man movió la cola emocionado.
Petey leyó la nota en voz alta:
"Querido Petey, ven a cenar conmigo en el Café de la Esquina a las 8 PM. No es una trampa (lo juro por mis croquetas favoritas). Atentamente, Dog Man."
Hubo un silencio incómodo.
Petey bajó el papel lentamente y se quedó mirando a Dog Man como si acabara de crecerle una segunda cabeza.
- ... Déjame ver si entiendo esto bien, -- dijo, masajeándose la cabeza. - ¿Me estás invitando a cenar? ¿A mí? ¿Tu enemigo? ¿El criminal que te ha humillado tantas veces?"
Dog Man asintió con una sonrisa.
Petey lo miró como si estuviera completamente loco.
Y luego... comenzó a reír.
- ¡JAJAJAJA! ¡No puede ser! ¡Esto es lo más ridículo que me ha pasado en la vida! ¿Acaso esperas que acepte?
Dog Man asintió otra vez.
Petey dejó de reírse y suspiró. "¿Y si digo que no?"
Dog Man bajó las orejas y le puso su mejor cara de cachorro triste.
Petey chasqueó la lengua, frustrado.
- ¡Esa cara no funcionará conmigo, Dog Man! ¡No soy un tonto!
Dog Man mantuvo su mirada de perrito lastimero.
- ... ¡ARGH! ¡Está bien! ¡Iré a tu estúpida cena! ¡Pero solo porque tengo curiosidad de ver qué rayos tramas!
Dog Man ladró emocionado y saltó de alegría.
Petey lo miró con cansancio. - Dios... esto va a ser un desastre.
Pero en el fondo, no podía evitar preguntarse...
¿Por qué Dog Man estaba haciendo esto?
Y más importante aún...
¿Por qué él mismo no pudo decir que no?
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⭑ ݁ . ❝━
Hola 🥺👍
1943 palabras en éste capítulo 😭👊
Al principio tenía pensado dividir los capítulos: el primer capítulo se explicaría la creación de Dog man y el segundo capítulo Dog man invita a una cita (no cita) con Petey
Pero sentí el capítulo medio aburrido así que mejor junté ambos
Qué les parece este capítulo? los leeo en los comentarios :D
Nada que ver pero apenas me di cuenta que Dog man no tiene cola 😭 *se muere*
Si no hubiera sido por los comentarios no me hubiera dado cuenta XD
Bueno en esta historia Dog man tiene cola 🥺👍
Por cierto Muchísimas gracias a todo el apoyo que le están dando a este fanfic en verdad muchas gracias 😭🧡
Pueden darme ideas en los comentarios o sugerencias si ustedes gusta
Sin nada más nos vemos!
Chao 🧡💛
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