━Capítulo Uno







❝ 𝐏𝐀𝐑𝐄𝐂𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀 𝐓𝐑Á𝐆𝐈𝐂𝐀
𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 ❞






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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟏☼︎༄.✰ 〙

–— monotonia —–

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10 de Enero, 1977
Sexto Año.

FINALMENTE LA TORTURA HABÍA LLEGADO A SU FIN, O AL MENOS UNA PARTE DE ELLA. Pasar el resto de sus vacaciones fueron un desastre enorme para Adelaide, aunque mayormente lo eran cada año. Esta vez fue diferente.

No regresaba con una sonrisa de oreja
a oreja y se sentaba en los vagones de la parte trasera con sus amigos. Estaba en los vagones de la parte delantera junto a los amigos de su hermano, Reggie y por supuesto Evan Rosier, su prometido.

El rubio la sostenía de la cintura con firmeza inmovilizandola en su asiento. Hablaban de cosas que a ella en ese momento le daban igual. Este año varios querían convertirse en sirvientes del Senor Tenebroso. Para disimular aquello empezaron una amena y ardua charla de Quidditch, cosa en la que los menores de la familia Black se destacaban.

Regulus era un excelente buscador
y Slytherin tenía suerte de tener a un chico como él en el equipo. Adelaide por otro lado era una talentosa cazadora y se hacia sobresalir en los partidos.

—Ya veras que en está última temporada hare que James Potter trague tierra —decía Regulus con una sonrisa malevola a uno de sus compañeros —. Ya van un par de veces que me la hace y necesito poner a ese miope en su lugar.

Adelaide pronto centró la atención en cuanto escuchó la mención de su mejor amigo. Lo extrañaba muchisímo.

Mientraa tanto en la parte trasera del vagón iban los merodeadores como ya era costumbre en sus asientos marcados con sus iniciales. Sirius y James reían y hablaban sobre Quidditch, Peter solo los escuchaba atento mientras comía un par de golosinas y Remus miraba el paisaje con una expresión de tristeza.

—Ey, Lunático —exclamó James divertido lanzandole un almohadon a la cara —. Quita esa cara de amargado.

—Es la única que tengo —respondió Remus con una escasa sonrisa antes de devolverle el almohadazo —. No estoy listo para volver y verla de la mano de Evan Rosier como si nada. No quiero.

Sirius bajó la mirada un poco. Apesar
de que en un principio la idea de que
su hermana saliera a escondidas con uno de sus mejores amigos por unos le molestó por no tenerle confianza para decirselo era conciente del amor que su amigo tenía por su hermana. La manera en que la cuidaba y la trataba dejaba más que claro ese sano vinculo.

Si algo sabían todos es que Remus había estado bastante distante y distraido luego de la ruptura con Adelaide. Ella era en si su mundo y dejarla ir se estaba volviendo una complicación enorme.

—Animate, Lunático. Ya saldras con muchas otras chicas —comentó Peter desde su asiento recibiendo las miradas ligeramente molestas de James y Sirius —. Yo solo decía claro.

—No quiero a otra chica, quiero a Addy.

James y Sirius se miraron entre ellos sin saber con exactitud que hacer. Remus no iba a superar aquello tan fácil, de hecho dudaban que lo hiciera. Támpoco quería salir con nadie más que no fuera ella, tal vez por eso siempre se negó a salir con otras chicas porque aunque no fueran nada él la amaba.

—Ire por algo de beber —mencionó
el castaño antes de levantarse de su asiento con pereza —. ¿Quieren algo?

Después de que todos hicieran su encargo, Remus Lupin de encaminó a la parte delantera del vagón que era donde encontraría a la señora de carrito.

Cuál no fue su sorpresa al encontrarse
a su preciada Adelaide en uno de los compartimientos besandose con Rosier, tal vez aquello en si no le molesto del todo pero el hecho de que él quisiera tocarla como si nads le hirvió la sangre.

Por las groserias y la manera en que
se removía inquieta no quería que él seguiera tocandola. Instantaneamente el castaño se acercó y le dió un empujón al rubio alejandolo de la chica.

—¿¡Cuál es tu problema!?

—Mi problema es que quieras tocarla sin su consentimiento —rebatió Lupin viendolo furioso a unos pocos metros —. Ella no es una de las mujeres con las que estás acostumbrado a meterte, Rosier.

Evan soltó una carcajada pensando
en todas las veces en que con o sin su permiso la hizó suya y en que si se lo decía ahora mismo probablemente ya
se hubieran ido a los golpes.

—Es mi prometida, mia —exclamó Rosier acercando a la chica a él de la cintura, restandole importancia al asunto —. Puedo hacer lo que se me plazca con ella. ¿Por qué mejor en lugar de meterte en dónde no te importa vas y te consigues una novia? Aunque dudo que con ese aspecto alguien te quiera.

El rubio le dió una mirada llena de odio mirandolo de arriba abajo y se llevó arrastrando consigo a Adelaide, quien no articuló palabra alguna y lo siguió.

Ella no parecía su Addy, si no un robot humano especialmente echo para acatar las ordenes de ese rubio oxigenado.











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Era extraño ver a una merodeadora
de Gryffindor sentada en una sola banca de Slytherins. Era tan extraño como ver un romance entre un Slytherin y un Gryffindor. Casi sonaba a locura. El rojo y el verde no debían mezclarse.

Desde su mesa, Remus veía atento a la pelirroja en la mesa de las serpientes. Ni siquiera encajaba ahí, todos esos chicos falsos y con malas intenciones no eran algo que Adelaide toleraba y lo sabía.

—Remus, ¿escuchaste lo que dijimos?

El castaño se giró hacia sus amigos totalmente confundido y soltando un par de balbuceos sacado de onda.

—Por lo visto no —comentó Peter tranquilamente soltando una risita por la cara de su amigo —. James no decía de sus nuevos planes para este año. Entre ellos nuevas travesuras.

—Suena interesante.

—¿Definitivamente que vamos a hacer contigo, Lunático? —soltó Sirius de la nada señalandolo con un tenedor —. No te mueves, no hablas, no ries, por poco y te confundo con un fantasma.

—Más respeto jovencito...

—Ups, lo siento Sir Nicolas casi decapitado —exclamó el pelinegro algo avergonzado al fantasma antes de volver su atención a su amigo —. Estás mal y lo sabemos, pero támpoco vamos a dejar que te encierres en la habitación a llorar como una jodida princesita.

—Somos tus amigos y queremos ayudarte, Remus —comentó James dandole una sonrisa amigable —. Pase lo que pasa siempre vamos a estar juntos y estaremos aquí para lo que necesites.

—Gracias chicos —mencionó Remus mirando de la misma manera al resto
de sus amigos —. Son los mejores.

Mientras tanto en la mesa de Slytherin estaba Adelaide Black junto a Regulus y sus amigos, asi como su prometido Evan.

Justo como todas las veces en las que ella por obra del destino terminaba con ellos intentaba pasar por desapercibida, pero resultaba un rotundo fracaso.

Regulus hablaba con tranquilidad
sobre algunas de las clases y támbien
de ciertos maestros junto a sus amigos Lucas Avery y Wulfric Mulciber. A su lado se encontraba Severus Snape, que realizaba un par de apuntes en uno de sus pergaminos. Tal vez repasaba lo de antes de salir de vacaciones pues poco faltaba para los EXTASIS.

Tenerlo cerca era incómodo en todo
el sentido de la palabra. El año anterior Remus casi lo mata si no hubiera sido por James y Addy. Afortunadamente le fue prohibido soltar una sola palabra a los demás aunque Regulus se enteró.

Si Snape odiaba a los Merodeadores después de eso solo quería aniquilarlos y arrancar el problema de raíz.

—¿Por qué tan callada, amor?

Adelaide rodó los ojos luego de escuchar el estúpido apodo de Evan Rosier. Tenerlo cerca todo el tiempo resultaba abrumador, pero era eso o que soltaran la verdad sobre lo que padecía Remus.

—No tengo ganas de hablar —respondió ella mirandolo sin alguna expresión en su rostro —. Prefiero escucharlos mejor.

—Extraño, porque siempre vivías riendote por todo —comentó Rosier con una sonrisa burlona antes de tomar su rostro entre sus manos y obligarla a sonreir —. Listo, sonríe. ¿Ves lo hermosa que eres cuando sonries? Así me gusta.

Adelaide rápidamente le dió un ligero manotazo para que no la tocara otra vez y se centró en terminar su almuerzo en pleno silencio. Aunque no faltaron risas por parte de Mulciber y Avery luego de ver la escena que protagonizaron la feliz pareja frente a ellos.

—Si no tengo una relación como la
suya no quiero nada entonces —comentó Lucas Avery intentando no reir mientras lo decía, rápidamente su amigo lo miró de mala manera —. Riete, rubio oxigenado. Era un inocente chiste.

Si bien Regulus hacia todo lo posible por soportar a Evan, no le agradaba del todo y menos luego de ver en unas ocasiones toquetear a su hermana cínicamente en su cara. Ardía de colera, pero no debía de intervenir o se metería en aprietos.

No se imaginaba como sería ser familia del rubio muy pronto.


















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Alrededor de las diez o once de la noche llegó Adelaide a la sala común de Gryffindor. Era extraño verla alejada de los merodeadores pues en toda la noche y el trayecto a Hogwarts se mantuvó lo más seria y alejada posible de ellos.

Lily estaba en la habitación estudiando un par de libros de Runas Antiguas para prepararse para los EXTASIS cuando la vió llegar sigiloso ya que la mayoría de sus compañeras dormían tranquilas.

—Hola, Addy —saludó la ojiverde alzando su mano mientras acamodaba sus cosas —. ¿Todo bien?

Adelaide ni siquiera se indignó en saludar o decir algo. Al igual que hizó con sus amigos la ignoró como si ella ni siquiera estuviera ahí presente y pasó
de largo directamente a su cama.

Eso realmente la pareció extraño e impropio de Adelaide. Solía ser siempre una chica habladora y divertida que sacaba plática de lo que se le pasará por la mente. Sin embargo, ni le habló ni la saludó ni mucho menos parecía ser esa Adelaide que había conocido.

Era como si solo fuera una extraña ocupando su cuerpo. Un alma en pena moviendose por el castillo mientras su vida era controlada por titiriteros.

Se tiró a la cama y cerró los ojos con fuerza antes de echarse un par de mantas encima. Imaginó que estaba en su casa tranquila siendo abrazada por su hermano mayor como cuando había tormenta y iba a buscar refurgio seguro en su cama. Sirius la tranquilizaba con dulces palabras hasta hacerla dormir.

Ahora no tenía a Sirius con ella.

Dormir solo se sentió como una pesadilla de la que no podía despertar. Cerraba los ojos y su mente se llenaba de imagenes que involucraban a Rosier y desafortunadamente a ella támbien.

La sensación de su toque lleno de perversidad y lascivia sobre su cara, sobre su cuerpo. Llevaba ya un par de semanas viviendo de aquella manera y no se atrevía a poner un alto por miedo a las represalias contra ella o contra sus personas más cercanas. Solo lo dejaba pasar, después de todo se acostumbró.

Aún así ojála las cosas hubieran sido diferentes, ojála su familia fuera como todas las otras. Ojála ese toque fuera lleno fuera reemplazado por el de su querido Remus, un toque suave y lleno de amor. Ahora solo era un objeto más de la colección de la familia Black, uno que ni siquiera tenía un valor.






























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11 de Enero, 1977
Sexto Año.

Todos los alumnos ya se encontraban dentro del aula de la clase Posiones. El profesor Slughorn aún no llegaba, cosa que en los seis años que Adelaide tenía de estudiante se hizó una costumbre. En alguna otra situación ella sería uno de esos revoltosos chicos y chicas que no se podían estar quietos en sus pupitres.

Y ahora solo estaba sentada en uno de los pupitres de la parte trasera oyendo la entretenida conversación burlona que tenía su prometido con sus amigos, pues ese día para su desgracia Gryffindor y Slytheryn compartían clase. En serio que ya no sabía como deshacerse de Evan, si pudiera describirlo con una palabra seria ardor, como el ardor de tener un grano. ¿Cómo son los granos? Molestos y no quieres tenerlos contigo.

Soltó un suspiro aburrida y se giró hacia el frente. James hablaba con Lily, quien sabe que decía pero la pelirroja lo oía atentamente. Después de años por fin la habia conquistado, se notaba ese brillo que tienen los enamorados en sus ojos.

Sirius juguaba con Peter lanzando hechizos para molestar a algunos de sus compañeros asustandolos mientras Asteria lo veía desde su pupitre con mala cara y le gritaba que los dejará tranquilos. Aunque eso no quitaba el hecho de que se reía de su actitud.

Por otro lado el último merodeador se encontraba tranquilamente sentado en su asiento leyendo su libro Elaboración de Pociones Avanzadas. Posiblemente repasaba algunas de las pociones que ya habían visto con anterioridad para que no se le olvidaran a la hora de hacerlas.

Incluso con el ruido Remus seguía concentrado en lo suyo. Se veía bien apesar de que ella se sentía horrible.

—Buenos días estudiantes —saludó Slughorn entrando a la aula antes de deshacer los hechizos de Sirius —. Joven Black, ¿qué dije de los hechizos dentro del salón de clases? Que no se repita.

Rápidamente Sirius tomó asiento al
igual que el resto de sus compañeros que estaban de pie y sonrió malicioso.

Nunca cambiara.

—Hoy en clase hablaremos sobre El filtro de muertos en vida —explicó el profesor poniendose de pie para verlos mejor —. Alguien defina el concepto.

Lily Evans estaba por empezar a definir el concepto de dicha poción cuando uno de los alumnos de Slytherin se adelantó.

—Es una pocima para dormir, extremadamente poderosa que envía
al bebedor a su sueño de muerte —mencionó Snape con voz calmada incorporandose de su asiento —. Los efectos son similares a la animación suspendida.

—Parece que han leído sobre ella por
lo visto —comentó Slughorn con una gran sonrisa enfocandose en su alumno —. Cinco puntos para Slytherin. Señor Snape para finalizar, ¿podría decirnos una característica de esta poción?

—Por supuesto. Lo distintivo de la poción es que de su color lila pasa a convertirse en transparente.

—Perfecto, cinco puntos más para Slytherin.

Lily apartó la mirada molesta.

—En vista de que parecen saber lo suficiente, o eso espero —empezó a decir a sus estudiantes —. Los pondre en parejas y veré que pareja puede hacer el filtro de muertos en vida a la primera.

—Profesor, ¿podría dejarnos a nosotros escoger a nuestras parejas?

—Lo siento, señor Rosier. Pero esta vez yo eligire a sus compañeros.

El rubio frunció el entrecejo y se dejó caer a su asiento con furia. El hombre
se apresuró a escoger las parejas, apesar de que la mayoría de sus alumnos no estaban tan de acuerdo con las personas que les tocó.

—Y para finalizar la señorita Black y el señor Lupin.

Adelaide casi se atraganta con la
saliva si no fue porque Regulus le dió un par de palmaditas para que recobrara
la postura y no hiciera una escenita.

—Profesor, pero ambos son muy inteligentes —soltó Rosier con molestia mirando de mala manera al chico —. ¿No sería mejor si los cambia?

—Por más inteligente que sea el alumno es imposible saber si lograrán hacer la poción a la primera. Después de todo su díficultad es de grado alto.

El rubio no insitió más y se centró en lo suyo. Claramente se veían sus malevolas intenciones de mantener alejada a Addy de su ex novio, porque aún se notaba la tensión entre ambos y él no quería eso.

Adelaide algo temblorosa tomó sus libros entre sus manos y se acercó al pupitre solitario de Remus, estaba solo porque el resto de los merodeadores tomaron asiento al lado de sus parejas.

—Hola —saludó Addy con nerviosismo tomando asiento a un lado suyo —. ¿Por dónde empezaremos primero?

—Revisaremos los ingredientes que necesitamos —informó el castaño antes de abrir su libro de Elaboración de Pociones Avanzadas —. Creo que hace tiempo leí algo sobre esta poción. Si, aquí está.

Rápidamente dejó el libro abierto
de par en par frente a ellos y centró su atención en la lista de ingredientes.

—Parece que tenemos todo. Ahora hay que empezar a prepararla.

—¿Qué necesitamos primero?

—La infusión de ajenjo —pidió Remus revisando los apuntes del libro, una vez tuvó el frasco añadió un poco —. Ahora pasame el polvo de raíz de asfódelo.

Adelaide empezó a revisar los frascos cuidadosamente buscando el que debían de usar. Finalmente lo encontró.

Remus vertió un poco de este al pequeño caldero y cuando Addy estaba a punto de revolver la poción la detuvó.

—Tienes que ser cuidadosa a la hora de revolver o no saldra bien —informó para luego tomar la mano de ella entre las suyas y revolver cuidadosamente —. El libro dice que revolvamos en sentido contrario a las agujas del reloj durante siete veces.

Addy sintió que una corriente de escalofrios le recorría la espalda de pronto al sentir la mano calida de Remus sobre la suya ayudando a mover la suya. Una vez terminaron ambos se separaron con las mejillas un poco rojas por lo que acababa de ocurrir.

A un par de metros estaba James y Sirius, ambos se dieron miradas pícaras. Solo esperaban que pronto Adelaide recapacitará y dejará a un lado las reglas estúpidas de sus padres pues su felicidad estaba con ellos y con Remus no con ese infeliz de Rosier.

Remus se obligó a retomar una postura firme ante la presencia de ella y volvió su atención a la poción.

—Aquí dice que añadamos cerebro perezoso —informó Addy señalando una parte especifica del libro.

—Claro, yo hare eso tú encargate del jugo de grano de sopóforo.

Acatando sus ordenes, Adelaide tomó los  granos de sopóforo y con la hoja de una daga de plata empezó a aplastar el grano obteniendo se esta forma más jugo.

Una vez Remus agregó el cerebro perezoso, Addy le pasó el jugo del grano de sopóforo y él lo agregó a esta. Para finalizar la pelirroja volvió a revolver
la poción tal como Remus le dijo en un principio, revolviendo siete veces en sentido contrario a las agujas del reloj.

Conforme ella revolvía todos los ingredientes el color lila que tenía la poción visiblemente pasó a un tono totalmente transparente, aquello solo indicaba una cosa. Estaba lista.

Rápidamente Slughorn se acercó
a la pareja y revisó el contenido del recipiente. Miró detenidamente la poción y después de unos segundos les regaló una enorme sonrisa a ambos.

—Creo que tenemos a los ganadores —exclamó Slughorn llamando la atención de sus alumnos mientras elogiaba a la pareja —. He aquí el perfecto filtro de muertos en vida realizado por el señor Lupin y la señorita Black. Me atrevo a decir que una gota nos mataría a todos. Diez puntos para Gryffindor.

La mayoría de los estudiantes presentes rompieron en aplausos luego de escuchar aquellas buenas criticas por parte del profesor. Claro, a ecepción de ciertos Slytherins que claramente no estaban de acuerdo con aquel mérito.

—Vaya, Regulus. Por lo visto tu hermana no es tan tonta como creí.

El semblante de Regulus pronto se endureció por completo y le dió una mirada llena de odio al rubio. ¿Con qué derecho hablaba así de su hermana?

—Guardate tus palabras, rubio de pacotilla —respondió el menor de los Black con un tono lleno de colera —. Solo espero y se te pegue algo de ella,
tal vez algo de cerebro e ingenio.

Y con eso volvió a su asiento contento por el rostro desconcertado de su futuro cuñado. Nadie hablaría mal de Adelaide Black si él estaba ahí para callarlos.

—Mas les vale y esten practicando porque sera algo que verán en sus EXTASIS.

Todos volvieron a lo suyo luego de oír
al profesor. Afortunadamente Remus y Addy ya habian acabado ahora lo peor seria compartir la banca mientras que esperaban que el resto terminará su poción. Y por lo visto aquello era de lo más extraño y un poco incómodo.

Remus intentó aligerar el ambiente y
se acercó un poco a ella para que lo que sea que dijera solo quedara entre ellos. Sus amigos no podían estar fangirleando desde sus asientos al verlos juntos. La cara de Rosier no tenía precio.

—¿Te cuento una pequeña historia?

Addy asintió tragando saliva con dificultad a lo que Remus susurró solo para ellos dos.

—Se cuenta que hace mucho tiempo un príncipe mago usó una vez la poción para despertar a una princesa a la que una arpía le había dado el filtro de muertos en vida —relató con voz suave cerca de sus oidos, logrando hacer que se sobresaltara ligeramente —. El príncipe primero puso un poco de la poción en sus labios y luego besó a la princesa, lo que la despertó de su sueño de muerte.

—Parece una historia trágica de amor...

—Lo és, cuando existe amor no hay cosa en la tierra que lo destruya —respondió mirandola a los ojos fijamente, ella pronto apartó la mirada alarmada.

Yo se que este es el caso. Lucharé por ti...

























































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—¿Qué demonios fue toda esa escenita romantica con el mestizo?

—No fue nada, estás alucionando —respondió Adelaide sin detenerse para dar tantas explicaciones —. Relajate y deja de hacerte ideas estúpidas, Rosier.

Sin embargo, eso no fue suficiente para calmar su escena de celos. Aunque ella lo negará era obvio que la tensión entre ambos era notoria por casi todos.

El rubio rápidamente la tomó con brusquedad de la muñeca obligando a detenerse. Como todo un posesivo la arrinconó en uno de los pasillos con una gran cantidad de estudiantes rondando por el pasillo como si nada.

—Arto, me tienes arta de tus juegos estúpidos —exclamó con molestia aprisionando sus manos contra la pared —. Estoy cansado de tener que hacerte ver que el que vale la pena soy yo; yo te devolveré tu maldito honor, yo te daré una jodida vida plena y feliz. ¿Qué te puede ofrecer ese idiota, eh? Miseria y una vida de mierda. ¡Soy tu prometido, tu maldito prometido! ¡Entiendelo!

—¿Qué crees que ganas sometiendome? —reclamó la pelirroja zafandose de su agarre visiblemente molesta —. Deja de creerte mi jodido amo, no soy uno de tus amigos ni mucho menos un objeto. Vete a la mierda, Rosier.

—¿A dónde crees que vas?

Antes de que si quiera pudiera ponerle un dedo encima la pelirroja respondió con todo el odio que llevaba aguantando desde el maldito compromiso que ella no quería aceptar. Sabía que tal vez aquello la metería en problemas, pero no pudó evitar defenderse.

—Aleja tus sucias manos de mi, ¿oiste?

Rosier se quedó en medio de pasillo atónito por el golpe recibido tocando una de sus mejillas, ahora enrojecida por la bofeteda de su prometida.

A Addy ciertamente le dió igual, ya estaba acostumbrada a que la gente se desquitará de cualquier forma con ella fuera fisica o psicologica. Ella solamente siguió su camino como si nada sintiendo que liberó algo dentro de su ser.

Al llegar a la mesa donde estaba su hermano menor este la miró confuso, obviamente le parecía extraño que no viniera con ella su fastidioso prometido.

—¿Y Evan?

—Olvidalo, ya vendra —respondió
ella con una sonrisa divertida tomando asiento a un lado suyo —. Todo se ve delicioso, ¿qué te parece si comemos?

—Claro, no hay problema.

Todos en la mesa se sintieron extraños
al oir hablar con tanta fluidez a la pelirroja. En todo el tiempo que llevaban conociendola jamás la habian oido hablar con tanta facilidad, de hecho en un par ocasiones se burló de ellos y ni lo notaron. Y esa extraña sonrisa en su cara parecía decir todo. Esa sonrisa que Regulus no veía desde que la vió bailar tan apacible con Remus Lupin.

Cuando Evan llegó a la mesa tenía una mejilla enrojecida, pero no comentó nada solo se sentó sin más y comió su almuerzo sun decir una sola palabra.

Las miradas de ambos decían mucho, era notorio: pelearon. Mientras que el rubio parecía mas calmado que de costumbre la pelirroja reventaba de felicidad a simple vista.

Anda ríe mientras puedas, ya buscaré la manera de apagar esa sonrisa.















































































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PRIMER CAPÍTULO PUBLICADO

Holiwis pequeños kiwis, volvimos
por acá tambien. Si bien he estado activa con actualizaciones aquí me faltaba de actualizar. Lamento si el capítulo se siente algo vacio, me quede algo corta de imaginación pero hice lo que pude. Estoy a nada de volver a la prepa, dos semanas. Casualmente dos semanas para mi cumple támbien 😭

¿Qué les pareció el capítulo? Yo
lo sentí corto, pero la escena de pociones me gusto muchisímo y no se porqué. SE NOS VIENEN COSITAS. Atentos todxs.

Con respecto a la relación de Addy y Evan, la odio sin embargo es ficción. Y aunque no lo crean a mi támbien me enoja escribir cosas relacionadas. La última escena del capítulo del acto 1 me mato...

Eso seria todo, esperen pronto actualizaciones. Por el momento esto es todo, ya saben VOTAR y COMENTAR en los capítulos. Agregar el fic a sus listas de lecturas es opcional asi al menos saben cada que actualizo. Mis redes están en mi bio por si quieren seguirme, usualmente me encuentran activa en tiktok. Lxs tqm, besooos 💘

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