━Capítulo Tres
❝ 𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐌𝐈 𝐑𝐄𝐅𝐔𝐆𝐈𝐎 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐑𝐎,
𝐑𝐎𝐉𝐈𝐓𝐀 ❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟑☼︎༄.✰ 〙
–— decisión —–
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21 de Enero, 1977
Sexto Año.
CUANDO ADELAIDE DESPERTÓ SE ENCONTRABA SEMI DESNUDA EN UNA CAMA que para nada era la suya. Lo único que la cubría era la manta verde de la cama. Observó el lugar
y no tardó en tarde cuenta que era la habitación de hombres de Slytherin y
de igual modo recordó lo que había
echo anoche con Evan Rosier, que por cierto ni siquiera estaba allí.
Aún adormilada se pusó de pie y rebuscó su uniforme en el suelo. Realmente iba
a necesitar una ducha con agua fría y un cambio de ropa de inmediato. Siendo lo más cautelosa posible salió del lugar y al ver la hora en el reloj de la sala común sintió que el alma se le iba a los pies.
¿Ese maldito de Evan tuvó el descaro
de dejarla botada e irse sin siquiera avisarle que ya era tarde?
Hombres, siempre arruinandolo todo.
Apresurada salió de la sala común recordando la contraseña que Evan le había dicho hace unos días. Hizó un gran esfuerzo por llegar lo más rápido posible a la torre de Gryffindor y en un arranque de desesperación tomó un par de atajos que recordó. Ventajas de ser una merodeadora, pensó.
Cuanfo finalmente llegó tomó una
ducha con agua fría y talló su cuerpo con delicadeza viendo atenta varios moretones y marcas en su cintura, cuello y cerca de sus pechos. Entonces las palabras de Evan resonaron en su cabeza prometiendole que no volvería a pasar, que aceptaba la culpa pero que ella támpoco debía de abusar de su belleza tentandolo. Estúpido, rubio.
Esa no era excusa para tratarla como lo hacía y luego en su momentos bipolares tocarla y besarla como si fuera la cosa más delicada y preciada del mundo.
Salió de la tina y se pusó su uniforme y una nueva camisa menos arrugada. Se encargó de tomar sus libros y empezó a encaminarse a el Gran comedor. Por la culpa de Evan se perdió la primera clase con suerte podría estudiar un poco en el receso. Así que se pusó en marcha.
Le pareció extraño recibir tantas miradas a dónde fuera. Como si de una estrella se tratase. Además de que al llegar a la planta baja del castillo en los pasillos había chicas en circulo riendose al verla pasar y murmurando cosas que ella no entendió del todo bien.
Algunas chicas se reían otras solo la miraban con odio y desprecio. Y ni hablar de los chicos quienes la veían coquetos y hacian gestos provocativos, otros támbien se reían de ella.
Sintió que quería salir corriendo lejos
de ahí con necesidad. En su momento de vergüenza se topó con Lily, quien venía acompañada de Asteria y Marlene. Por sus gestos de cansancio intuyó que por alguna razón acababa de correr mucho.
—¡Por fin te encuentro! —exclamó Lily deteniendo su andar para agarrar un poco de aire —. Necesitas... necesitas...
—¿Todo bien, Evans?
—No del todo, Sirius y James....
El hecho de que la pelirroja no pudiera terminar la oración por que intentaba agarrar aire la desesperó por completo.
—¡Maldita sea, escupelo!
—Sirius y James están armando todo un escandalo en el otro pasillo con Rosier —informó Asteria algo alterada tomandola de la mano —. Tienes que hacer algo o los expulsaran a los tres.
La ojiazul solo estaba paralizada en su sitio sin saber exactamente que decirles o algo coherente.
—Adelaide, por favor —suplicó Asteria sintiendo sus ojos picar de un momento para otro —. Se trata de tu mejor amigo y de tu hermano. Haz algo, por favor...
Eso bastó para que la chica se armara
de valor para ir con las chicas incluso con el corazón latiendole más rápido de lo peor y una sensación un tanto extraña revolviendole el estómago por completo.
Tal como dijo Asteria justo en el otro pasillo estaban los merodeadores y un grupito de Slytherin, entre ellos Evan. Obviamente la audiencia no faltaba, se veía que disfrutaban de ver como los chicos armaban un total escandalo.
Apesar de todo el montón de chicos obstruyendo el paso, Addy logró abrirse paso entre la multitud hasta llegar al frente dónde se encontraban Sirius y James. Ambos jovenes eran lo que eran lo más escandalosos junto a Evan y su grupito.
—¿¡Qué demonios están haciendo!?
—Miren, quien llego —exclamó Evan tomando a la pelirroja de la cintura para plantarle un beso —. Pero si es mi bella prometida Adelaide. ¿Qué tal, amor?
Sirius estuvó a nada de zafarse del agarre de Remus para ir a quitarle la sonrisa de idiota de la cara a Rosier. ¡En su cara besó a su hermana y encima la llamaba amor! ¿Cómo podía ser tan cínico y hacer tales cosas con él ahí?
—¿Qué está pasando?
—Nada, linda. Solo charlabamos, intentamos mejor nuestra relación de cuñados —explicó Evan dirigiendo su mirada divertida al pelinegro.
—¿¡Charlar!? ¡Maldito cínico!
—Sirius controlate de por si ya llamaste la atención de todo Hogwarts —pidió Remus algo cabizbajo sin soltarlo.
—Ese zoquete que tienes por novio estuvó diciendo asquerosidades sobre ti —informó Sirius mirando a su hermana desde su lugar, ella funció el ceño —. ¡Y ni intentes justificarte, Rosier!
—¿Y qué si lo hice, eh? Es mi chica, no todos tienen el privilegio de tenerla —empezó a decir Evan con una sonrisita falsa dejando un beso en la mejilla de ella antes de mirar a cierto chico —. No es así, ¿Lupin? Nunca pudiste meterte entre sus piernas, ¿verdad? Supongo que no te molestará que te cuente como fue la primera vez.
—¡Eres un maldito hijo de perra! —exclamó Sirius soltandose del agarre de Remus antes de soltar un puñetazo al rubio que lo mando al suelo —. ¡Deja a mi hermana en paz de una buena vez!
—¡Paren, por favor!
Las suplicas de Addy no fueron algo que detuvieran a ambos chicos. Al contrario hasta alentaban más y el hecho de que de la nada se empezaran a acercar más personas los incitó a golpearse aún más.
Por más que James quisiera separar a Sirius este no se debaja. La ira lo cegaba y solo descargaba esta en el rostro del rubio, quien támbien se defendía.
—¡Ustedes dos jovencitos se me separan ahora mismo!
Todos los presentes empezaron a irse casi corriendo al ver a McGonagall acercarse a los dos jovenes en el suelo. Con un movimiento rápido de su varita hizó a ambos separarse y los tomó a los dos de los brazos arrastrandolos lejos.
No sin antes girarse hacia la pelirroja
y decirle unas cuantas palabras que la dejaron helada por el tono que usó.
—La veré en mi oficina en media hora
y más le vale estar ahí, señorita Black.
Oh, por Merlin. Estoy en serios problemas.
—Addy...
Adelaide se giró al escuchar a Remus, quien por su rostro lucía avergonzado y la pelirroja pronto se acercó a él con la ira irradiando en todo su esplendor.
—Fuiste tú, ¿no es cierto? —soltó ella entre gritos acercandose molesta a él
—. Tú le dijiste lo que pasó, ¿verdad? ¡Contestame, Remus! ¡Hablame!
El silencio bastó para que la pelirroja
lo interpretará como un si. Aunque no había otra opción, o eso pensó Remus cuando le contó sobre las marcas y el comportamiento de Addy a Sirius. Al menos su hermano debía saberlo y apesar de que no era de su incumbencia le preocupaba y mucho a decir verdad.
Con lagrimas en los ojos la ojiazul se
dió la vuelta furiosa y se dirigió a la oficina de la profesora McGonagall, que una vez que terminará de regañar a ambos jovenes le tocaría a ella.
Peor no podía irle ese día.
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Estar en la oficina de McGonagall no
era nada nuevo para Adelaide, una que otra vez había tenido que pisar aquel lugar por algunas travesuras realizadas junto a los merodeadores. Sin embargo, esa ocasión todo se sentía distinto.
—Le juro profesora que no tuve nada que ver en esto —decía la pelirroja con cierta desesperación ante la mirada dura de la mujer —. Ni siquiera estaba presente cuando comenzó todo esto...
—Señorita Black fue usted justamente
el motivo por el que inició la pelea —respondió McGonagall a la jovencita con un tono baatante calmado e imponente —. Le sugiero arregle malos entendidos con ambos jovenes para evitar que estas bochornosas situaciones ocurran.
Adelaide asintió con la cabeza
agachada puesto que la vergüenza
podía más que ella y se sentía mal
por causar problemas.
—Hablé con Sirius y me contó el problema que está teniendo con el joven Rosier —empezó a contar la mujer, provocando que la pelirroja alzará la mirada asombrada —. Ante todo Hogwarts es un lugar seguro y una escuela que se encarga de mantener a sus alumnos a salvo, me parece una injusticia que usted este sufriendo de maltrato y no lo reporte.
La mirada asombrada de la joven lo decía todo. ¿Tan preocupado estaba su hermano que no supo que más hacer por ella que buscar ayuda de ciertos profesores? Aunque eso no quitaba el hecho de que la metió en problemas y si sus padres se enteraban de todo aquel escandalo con los hermanos Black y su prometido todo acabaría en desastre.
—Profesora con todo respeto eso no es de su incumbencia y mi hermano esta buscando la manera de inculpar a Evan —respondió Adelaide poniendose de pie automaticamente con una sonrisa algo falsa —. Lamento las molestias prometo que no se repetira nada de esto. Y ante todo gracias por su preocupación, pero estoy bien.
Sin embargo cuando estaba a punto
de darse la vuelta e irse la mujer dijo unas palabras que hicieron a la chica detenerse por un segundo.
—Él la extraña y aunque no debería decirlo se que cualquier hermano haría lo imposible por defender a su hermana.
—Lo siento profesora, quisiera que las cosas fueran difetentes...
McGonagall asintió y la pelirroja salió
de la oficina con algunas lagrimas en los ojos sintiendose una completa inútil que no era capaz ni de hablar de su sentir.
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30 de Enero, 1977
Sexto Año
Los días pasaban y las cosas cada vez
se ponían peor o al menos para la joven Black. Cada vez se sentía peor. La actitud de Evan desde aquel día era agresiva, ni una sola gota de compasión en sus actos. La trataba de una horrible manera que ni el mismo Regulus soportaba ver.
Adelaide ni siquiera se aparecía por
la sala común de Gryffindor pues estaba la mayor parte del tiempo junto a Rosier en la sala común de Slytherin, támpoco comía en la mesa de su casa. Conforme los días pasaban se comportaba como si de un robot se tratase y para colmo dejó de asistir a sus asesorías con Remus, así que el joven ni siquiera podía verla para saber como se encontraba.
Sirius no tardó en sospechar que era Evan quien hacia hasta lo imposible para que ella ni siquiera los mirara o les dirigiera la palabra. Posiblemente él era el causante de aquella actitud decaída que acompañaba a la pelirroja.
Aquella última fría noche de enero el mayor de los Black decidió que de una vez por todas iba a ponerle fin a toda la mierda impuesta por sus padres y que de alguna u otra manera convencería a su hermana para que huyera con él en vacaciones a casa de los Potter.
Convencerla incluso de rodillas para que viviera una vida plena y feliz.
Con el mapa del merodeador en
sus manos se dispusó a encontrar el paradero de su hermana mientras que
el resto de sus amigos estaban cerca
de la casa de los Gritos acompañando a su buen amigo Remus Lupin, cosa que podría ser riesgosa puesto que si no todos estaban Remus podría ponerse algo más agresivo que de costumbre.
La chica se encontraba por el contrario en uno de los pasillos de la planta baja cerca de las mazmorras discutiendo con Rosier como ya era costumbre. Aunque las peleas fueron algo que en su relación nunca falto aquella semana fueron cada vez más agresivas y constantes.
—Escuchame bien maldita imbecil
tú a mi no me vas a dejar, ¿lo oiste? —exclamó Evan con furia tomando a la chica de las mejillas con rudeza —. Sabes bien que tus padres van a hacer de tu vida un infierno si decides no ser más mi esposa. ¿Acaso ya olvidaste tu maldito deshonor? ¡Por mi es que vas a ser alguien en tu maldita vida!
—Sueltame Rosier... me lastimas...
—¿Me lastimas? No seas ridícula —exclamó divertido subiendo una de sus manos libres por su muslo buscando un contacto más intimo —. No decías eso cuando lo haciamos. Maldita zorra.
La presión y su mente traicionandola hicieron que todo explotará. Se sentía mal y ya no soportaba más seguir viviendo del modo en que lo hacia.
—Solo dejame en paz —susurró desforzada y con lagrimas en los ojos sintiendo su mano recorrer su piel —. Sabes bien que no te amo, te odio. Aunque nos casemos no dejaré de pelear porque no puedes tenerme. Pasaran años y aún así diré que lo amo, que adoro a mi hermano y que mi familia
y tú son una maldita escoria.
En ese momento el rostro de Rosier se tornó rojo del coraje y estaba a punto de lanzarle un maleficio de manera directa cuando apareció cierto joven pelinegro.
—¡Expelliarmus!
La varita desapareció de las manos
del rubio y el pelinegro ardiendo en colera le dió tremendo puñetazo limpio en el rostro que mandó al rubio a un par de metros. Pronto se acerco a él viendo como su nariz empezaba a sangrar y lo miró a los ojos directamente.
—Escuchame bien pedazo de mierda, aquí la única que te dejará será Addy —empezó a decirle agarrandolo con algo de fuerza del cuello del uniforme —. ¡No es un objeto, no es tu propiedad, no es tu prometida y támpoco tienes derecho a reclamarla como si fuera tuya! ¡Ella va a venir conmigo y la dejarás en paz! Creeme que me encargare de hacerte la vida miserable si veo que vuelves a poner tus manos sobre ella! Ah, y dile a tus amados suegritos que Adelaide no es suya, nunca lo fue. Están mejor muertos que jodiendo la vida de sus hijos. Ahora si nos disculpas no vamos, buenas noches querido imbecil.
Así de fácil Sirius tomó a su hermana de la mano y dejando a Evan en el piso con un montón de pensamientos vagando por su cabeza y su nariz sangrando los hermanos Black se fueron lejos de él.
Ambos llegaron al patio de la torre del reloj y se sentaron cerca de la fuente. La expresión en el rostro de la pelirroja no parecía muy animado al contratio soltó un suspiro frustrado y sintió en pronto se rompería con cualquier palabra.
—Addy, creo que ambos merecemos una disculpa...
En ese momento la chica se aferró al cuerpo de su hermano buscando un abrazo como los que solía darle cada vez que habían tormentas en la mansión.
Después de mucho tiempo Sirius sintió que volvería a tener cerca a su hermana, la hermana que siempre terminaba herida por sus malas decisiones.
Él la abrazó con fuerza y acarició suavemente su cabellera mientras que ella no lo soportó mucho y comenzó a sollozar contra su pecho liberando toda esa rabia contenida y frustración.
—Lo siento, fui una mala hermana y
una terrible amiga —comenzó a decirle sintiendo las lagrimas descender por sus mejillas —. Yo tuve la culpa de todo esto si le hubiera puesto un alto a nuestros padres tal vez esto ni siquiera habría pasado, pero ellos.... me amenazaron... dijeron que sabían cosas y que harían mi vida imposible si seguía con Remus... Peleé y luché, pero él era más fuerte que yo y no pude defenderme solo... solo...
Para ese punto de la conversación Adelaide ya estaba sollozando más fuerte y se agarraba con más fuerza
del pelinegro sintiendo la necesidad de que no la soltará más porque si lo hacía sentía que no volvería a él.
Sirius comprendió todo. Sabía con exactitud lo que estaba dandole a entender su hermana y deseó haberlo golpeado hasta el cansancio para que lamentará haberle puesto un dedo encima a su hermana y profanar con su perversidad el cuerpo de su hermana
así como corromper su mente.
Por otro lado la joven se sintió sucia y culpable por no haber tenido suficiente fuerza para detenerlo en cada una de las ocasiones que los abusos siguieron.
—Estas vacaciones yo y tú nos iremos con James —empezó a decirle haciendo que lo mirará extrañada —. Los señores Potter son los padres que todos quieren tener y me adoran. Además ya lo discutí con James hace días, no habra problema si vienes a vivir con nosotros.
—¿Qué me vaya contigo dices?
—Addy no quiero que nadie vuelva a dañarte jamás —susurró Sirius con una sonrisa reconfortante tallando varias de sus lagrimas —. Has sufrido tanto que no soportaría más. Mereces algo mejor que toda esta mierda. Mereces ser feliz sin sacrificar tu felicidad por la de otros.
—Sirius, ¿qué pasará con mamá y papá? ¿Y si ellos...
—¡Al diablo con mamá y papá, que se jodan! Que te importe poco si te quema de su maldito tapiz más viejo que ella —respondió el pelinegro con diversión, logrando hacerla reir un poco —. Ahora nos tienes a todos para ti, todos vamos
a protegerte y cuidarte de quien quiera hacerte daño. Ni mamá, ni papá, ni Evan, ni nadie volverá a molestarte te lo prometo. Buscaremos la manera de salir de esta juntos, porque eso hacemos. Ya verás como nos ira mejor lejos de ellos.
Pasaron un par de minutos abrazados sobre la fuente solo disfrutando de la compañía del otro y su cercanía. Ninguno podía negar cuán afectado se encontraba por la distancia del otro.
—Remus te extraña, constantemente
se preocupa por ti y sus ojos brillan con cada minímo gesto tuyo —comentó Sirius con un tono ilusionado viendola, logrando sorprender a la chica —. ¿No has pensado que tal vez tu futuro lo has tenido tantos años frente a ti? Se nota la tensión entre ustedes dos a kilometros.
—¿Qué me estás queriendo decir?
—Digo que deberían darse una nueva oportunidad para que lo suyo progrese —insinuó con una sonrisa divertida a
la vez que acomodaba su melena rojiza tras de su oreja —. Escucha Addy, se lo que hubo y sigue habiendo entre ustedes así que no quieras ocultarmelo. Támbien se que Remus es un buen chico y que te haría tan feliz. Hace un mes lo encontré en el pasillo llorando con desesperación porque no quería perderte y supe que en verdad te ama de una manera que no creí que existiera. Si ambos se aman lo lógico es que se den una oportunidad.
Cuantos problemas nos habríamos ahorrado.
—Tuve miedo de como reaccionarías, es decir es tu mejor amigo y no quería que reaccionaras mal —mencionó ella algo avergonzada bajando la mirada con las mejillas ruborizadas —. Hice mal en ocultarlo y lo se.
—¿No más secretos?
—No más secretos —afirmó Adelaide con una sonrisa tomando su meñique junto al suyo señal de una promesa.
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31 de Enero, 1977
Sexto Año.
Era alrededor de la madrugada cuando el martirio que atravesaba Remus Lupin cada luna llena cesó.
Aquella noche se sintió nuevamente sola y fue dura al comienzo. James y Peter intentaron mantenerlo a raya y aunque fue complicado al inicio pudieron hacer que el hombre lobo siguiera controlado.
Cuando la luna llena estuvó en un
punto más bajo Remus volvió a su forma humana encontrandose envuelto en una manta recostado junto a una chica de abundante melena rojiza. Ella estaba a un lado suyo apaciblemente dormida.
Apesar del dolor que sentía en todo su cuerpo y las heridas al descubierto más dolorosas que las de costumbre sonrió débilmente. Hacia mucho que Adelaide no pasaba una luna llena junto a él, era ya costumbre que la joven en su forma animaga controlará los impulsos más salvajes del hombre lobo y alrededor de las madrugadas en su forma humana lo calmara al estar él ya en dicha forma.
Apartó uno de sus mechones de su bello rostro cosa que al mínimo toque la hizó removerse inquieta, pero al ver al chico sonrió suavemente.
—Creí que estabas en el castillo...
—No iba a dejarte hacer esto solo Rem, somos un equipo —respondió Addy aún sonriendole mientras se acercaba a él un poco más —. Apesar de lo que sea que se interponga seguimos siendo un equipo.
—¿Qué hay de Rosier?
—No hay mucho que decir, Sirius me abrió los ojos —informó la pelirroja al mismo tiempo que acercaba un par de utencilios de primeros auxilios —. No permitire que me usen más, no quiero ser un juguete más de su colección. Solo quiero una cosa en especial...
Remus hizó un gesto adolorido al sentir el algodón cubierto por alcohol pasar sobre varias de sus recientes heridas, que aún seguían latentes. Sin embargo se enfocó en los movimientos de ella y decidido a saber lo que pasaba por su cabeza ahora mismo detuvó su mano.
Instantaneamente la chica alzó la mirada encontrandose con la mirada suplicante del joven. Fue imposible no sentir como todo su cuerpo se alocaba, quien támbien se percató de esto fue el joven debido a su transformación.
Podía sentir el esplendido aroma que desprendía su piel a suave vainilla y sus latidos acelerados como de igual forma su respiración irregular. Tal vez ella no lo notó, pero él si. Sus ojos se dilataron al momento en que lo miró a los ojos.
—¿Qué es lo que quieres?
—A ti Remus —respondió ella en voz baja rozando delicadamente la comisura de sus labios —. Solo quiero tenerte conmigo y nada más. ¿Es mucho pedir?
—De hecho si es mucho pedir —
comentó Remus con diversión soltando una risa antes de tomarla entre sus brazos delicadamente y besarla.
El corazón de Adelaide comenzó a palpitar con rápidez agitado por las sensaciones de aquel beso asi mismo posiblemente por las suaves e inocentes caricias recibidas de aquel joven.
Por fin se sentía tranquila con un
chico. No más toques lascivos, no más gritos ni reclamos solo demostraciones genuinas de afecto puro. Porque Remus jamás iba a tratarla como lo haría aquel Slythrin, para Remus Adelaide era la cosa más perfecta y delicada que tenía y estaba más que agradecido de que entre tantos chicos decidiera estar a su lado y amarlo aún con todos sus defectos.
Se quedaron un momento más abrazados sintiendo el calor del otro y Remus solo pudó acariciar la melena rojiza de aquella jovencita con suma delicadeza.
Adelaide no tardó en separarse un
poco para mirarlo directamentos a los ojos con un toque de vergüenza.
—Debiste pasarla muy mal desde que los deje, ¿no es así?
—Un poco, pero sí —respondió Remus escondiendo su rostro entre su hombro y parte de su cuello sacandole una risilla —. No volveras a dejarnos, ¿verdad?
—No, esta vez nada me impedira estar con mi verdadera familia —explicó a la vez que acariciaba su cabellera castaña suavemente —. Sirius me propusó que fuera a vivir con los Potter, dijo que fue James el que lo sugirió.
—¿Y que le dijiste?
—Que lo haría. Estas vacaciones iré a vivir con los Potter. Solo espero y sus padres tengan espacio para otro Black.
—Estoy seguro que la señora Potter
va a estar encantada de tener algo de compañia femenina.
—Sabes, Sirius se enteró que nosotros...
—¿Salimos? —completó Remus separandose para ver como asentía
—. Oh, cariño no me quedó más de otra que contarle después. No reaccionó de mala manera solo sonrió y tuvimos una pequeña charla después. Estaba tan en mi desgracia que no recuerdo muy bien.
—Dijo que estaría encantado si nosotros... volvemos...
—Supongo que esta vez no vas a irte de mi lado, ¿no?
Adelaide negó con una sonrisa divertida quitando un par de cabelleros rebeldes de su rostro.
—Esta vez no me ire de tu lado, espero tú támpoco lo hagas.
—Eres mi refugio seguro, rojita.
Y así el transcurso de la madrugada ambos enamorados se la pasaron en su mundo charlando mientras la chica le curaba un par de heridas al castaña.
El resto de los merodeadores andaban afuera vagando por los alrededores de la casa de los gritos vigilando.
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TERCER CAPÍTULO PUBLICADO
HOLAAA PERSONAAS, ¿cómo
andan? Ojala y todo bien. Tal como avise aqui tienen la actualización que me pidieron. Por fin Addy ya tomó una decisión mandara a volar a todos esos abusivos con todo y Rosier.
En otras palabras hoy es mi
cumple asi que quería celebrarlo actualizando o algo parecido. Dos añitos más y sere legal <3
Sin mas que decir esperen mas capitulos prontito y de esos llenos de amorcito y rositas (por el momento). Veremos a los merodeadores con sus parejas y siendo un desastre total.
Mientras dejen su votito y algunos comentarios. Ya saben mis redes estan en mi bio por si quieren pasarse a ver (casi siempre ando activa en tiktok). Pueden agregar el fic a sus listas de lectura para saber cada que hay actualización. Besitos <33
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