❝  𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐒𝐄𝐑 𝐄𝐋 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐐𝐔𝐄
𝐒𝐄 𝐌𝐄𝐑𝐄𝐂𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀 𝐓𝐀𝐍 𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐓Ú ❞

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20 de Diciembre, 1976
S

exto Año.

A VISPERAS DE LAS VACACIONES DE NAVIDAD LA DECORACIÓN DEL GRAN COMEDOR se había pintado de colores grises y blancos, así como támbien copos de nieve simulaban caer del techo. Era sin duda la epoca favorita de Adelaide.

El tiempo se había pasado rápido y los amigos supieron como aprovecharlo entre risas y salidas a Hogsmeade así como bromas divertidas a escondidas. Por otro lado Adelaide y Remus seguían viendose a escondidas del resto, pues la pelirroja no se animaba a decirselo a su hermano mayor por miedo a su reacción.

Los merodeadores se encontraban en
el Gran Comedor tomando su almuerzo luego de un par de clases anteriores en compañía de sus otros compañeros. A comparación de algunas otras casas la casa de los leones seguía llena no como Slytherin en la que quedaban pocos.

Como era de imaginar las familias de sangre pura por estas fechas se reunían para hablar sobre sus riquezas, además de buscar la manera de aliarce con otras familias poderosas y en ocasiones estás se unían por medio de matrimonios.

—¿Entonces iremos esta tarde a Hogsmeade?

—Obvio que si, Pete —respondió Sirius jugueteando con la fruta que tenía en
su plato —. Iremos todos. Es opcional si quieren ir acompañados por alguien más.

—Ya me hacia falta un buen tarro de cerveza de mantequilla —anunció el rubio del grupo con una gran sonrisa.

Antes de que alguien más pudiera si quiera continuar con la conversación la voz del director Dumbleadore se hizó escuchar fuertemente hasta el último rincón de aquel enorme salón.

—Estudiantes como sabrán las vacaciones de navidad de acercan así que para celebrar antes de que finalize el curso he decidido celebrar con un espelendido baile al que están todos cordialmente invitados —anunció el anciano desde su asiento, obteniendo la atención de todos los presentes —. El baile de navidad se llevará a cabo el día de mañana por la noche, recuerden ir con pareja o si no es opcional ir solo. Eso sería todo. Sigan en lo suyo, jovenes.

—¿Baile? ¿Desde cuando hay bailes de navidad en Hogwarts?

—Desde ahora, supongo —respondió Adelaide muy tranquila jugueteando con la mano de Remus bajo la mesa —. Aún así yo si quiero asistir a ese baile. ¿Irán?

—Imagino que Lily querrá que la invite así que no hay escapatoria —comentó James soltando un suspiro frustrado al ver a la pelirroja a lo lejos emocionada —. ¿Lo peor? No se bailar nadita.

—Venga ese puño —exclamó Sirius obligando al pelinegro a chocar el puño —. Yo támpoco. Si aprendó será por ella.

—Rem, ¿vas a ir tú?

Ciertamente el castaño no esperaba aquella pregunta de Peter así que para nada fue fingida la expresión en su rostro puesto que no tenía idea de como inventar una excusa para despistar a sus amigos, o al menos a su cuñado sin herir los sentimientos de su pelirroja a la vez.

—Prefiero quedarme en la tranquilidad de la habitación, lo siento.

Si no estuviera saliendo a escondidas con una empalagosa como Adelaide Black probablemente sería cierto eso
de quedarse en su habitación leyendo
o algo. Sin embargo, de alguna u otra forma tendría que llevarla a ese baile sin que Sirius lo reconociera.

—Aguafiestas —susurró Sirius a su amigo antes de girarse con una mueca pícara a su hermana —. ¿Y tú irás con
tu noviecito? No estaría mal si nos lo presentaras.

—¡Alto! ¿Nuestra Addy tiene novio?

—Algún día cuando se presente la ocasión —respondió la pelirroja con una sonrisa, dirigiendo su mirada sutilmente a su chico e ignorando la pregunta de Peter —. Mientras tanto tendrás que quedarte con la duda.

Sirius solo hizó una mueca de molestia antes de sacarle la lengua su hermana y desatar una pelea de hermanos que hizó a todos en la mesa soltar la carcajada.

—Cuanta madurez, eh.

——— ✮✧☾✧✮ ———

—Definitivamente el clima frío y yo no nos llevamos del todo bien.

—Eso pienso yo támbien —comentó Remus terminando de ponerle bien la bufanda color escarlata a Adelaide —. Pareces Rodolfo el Reno, cariño.

La pelirroja abrió la boca totalmente indignada y le dió un ligero empujón a su novio, quien solo la atrajó hacia él y contra todo pronóstico dejó un tierno besito en la punta de su nariz roja.

—Aw, pero si te ves hermosa así.

—Solo lo dices porque soy tu novia —argumentó Adelaide intentando evitar cualquier intento de muestra de cariño hacia él porque estaba enojada.

—Addy...

—Será mejor ir con los demás o van a empezar a sospechar —aconsejó Addy, mirando a todos lados algo asustada de si los estaban o no espiando —. Aunque el chocolate que me compraste estaba delicioso, Remusin.

—Te dije que acá hacen un chocolate riquísimo.

—Anda, vamonos —comentó Adelaide de nueva cuenta saliendo sutilmente del local sosteniendo un chocolate caliente en su mano —. Muevete, Romeo.

—Lo que ordene la señorita.

La pelirroja soltó una risilla por lo bajo
y se encaminó por las calles nevadas de aquella acogedora aldea, siendo tomada de la mano por Remus con delicadeza.

No tardaron más de diez minutos en encontrarse al resto del grupo que por supuesto estaban asustados porque los dos se habían perdido de su vista de un momento para otro, o al menos eso era lo que sentía Sirius cada vez que perdía a su hermana y por azares del destino era con Remus con quien se perdía.

—¿Dónde se metieron? Llevamos media hora buscandolos.

—Tranquilizate, Canuto —pidió Addy con una sonrisa calida señalando el vaso de chocolate caliente en sus manos —. Remus se ofreció a llevarme por algo de beber y ya. Que por cierto tiene muy buenos gustos en cuanto a bebidas. Este chocolate caliente está riquísimo.

—¿Enserio? Dame entonces.

—¡No, es mío! —exclamó la pelirroja resguardando su vaso antes de que su hermano se lo arrebatara de las manos —. La última vez que te dí de mi comida te acabaste todo. Así que comprate el tuyo, hermanito.

—Esta bien pero la próxima vez...

—Tengo una idea genial —anunció James interrumpiendo al pelinegro y logrando que todos lo escucharan —.
Ya que estamos aquí las chicas pueden
ir a comprar sus vestidos para el baile mientras nosotros vamos por unas cervezas de mantequilla, asi todos ganamos. ¿Les parece bien?

—Por mi esta perfecto.

—Volveremos por ustedes en un rato —informó James tirando del brazo de su mejor amigo que seguía indignado porque no lo dejó terminar su infantil pelea con su hermana —. Vamos chicos, hace mucho que no tomamos una cerveza de mantequilla.

—Te veo al rato, Teria —exclamó Sirius guiñandole un ojo a la castaña desde la lejanía, siendo arrastrado por su amigo —. Addy, intenta que el vestido te pueda cerrar bien.

—Infeliz —susurró Adelaide para si misma sacandole el dedo corazón a su hermano, quien le devolvió el gesto —. ¡No te preocupes, va a cerrar!

Lily soltó una risilla en voz baja al
ver la actitud tan infantil con la que los hermanos Black se trataban. Podían ser algo engreidos en ocasiones y demás pero eran unidos y sabían como animar al grupo así como támbien hacer reír incluso al mas callado con todas sus ocurrencias y absurdas peleas.

Remus solo sonrió y se despidió
con un sutil gesto antes de darse la vuelta e intentar alcanzar a los tres merodeadores que iban riendose de
quien sabe que cosa pero se reían.

—Conozco una tienda mágica en la
que podremos encontrar ropa, vamos —imformó Lily sacando a Adelaide de su trance y llamando la atención de las dos chicas frente a ella —. Si tenemos suerte encontraremos ropa bonita.

Tanto Adelaide como Asteria no tuvieron de otra que escuchar a Lily y dirigirse a la tienda de la que la ojiverde no paraba de hablar. Al parecer de las tres ella era la más femenina.

Asteria era sumamente bella y podrías pensar que por ser bonita y sangre pura solía arreglarse y así pero al contrario. Ella prefería ser feliz tal cual era sin una sola gota de maquillaje y sin tener que usar esos vestidos tan femeninos pero por esta ocasión haría una excepción.

Adelaide támbien pasaba por casi lo
mismo. Era bellísima con sus cabellos rojizos y esos preciosos ojos, muchos solían pretenderla pero ninguno era digno de su amor puesto que solo Remus Lupin tenía su corazón en sus manos.

La pelirroja amaba la ropa, los vestidos y una que otra vez el maquillaje. Ella no tenía problema con eso hasta que su Walburga Black, su madre, la orilló a odiar como se veía en los vestidos. Cada vez que tenían alguna fiesta o reunión con otras familias sangre pura ella la convencía del por qué debía verse bien y si no jamás la tomarían en serio.

Además de que aquella malevola
mujer solo la vestía y maquillaba bien para que algun chico de los sagrados veintiocho la viera y quisiera tomarla
por esposa al cumplir la mayoría de edad. Varíos de ellos, en su mayoría estudiantes de Slytherin, ya la tenían
fichada y Walburga no podía estar más
feliz de aliarse con una familia rica.

Eso hizó que al finalizar cada reunión
la única hija de los Black corriera a su habitación y se encerrara en el baño un buen rato. Mientras se quitaba con agua todo el maquillaje y demás lloraba con odio maldiciendo a sus padres por solo verla como una muñeca que pronto los llenaría de riquezas y "orgullo".

Pero poco a poco gracias a sus amigos comenzó a aceptarse tal cual era sin nada más que su amor propio. Aunque ahora podía arreglarse a su modo sin temor a que la fueran a intentar subastar solo por ser bonita.

——— ✮✧☾✧✮ ———

—Chicas, ¿qué tal se ve?

En cuanto ambas jovencitas se dieron
la vuelta quedaron maravilladas con el esplendido vestido color vino se una fina tela de seda. Incluso si fuera sin una sola gota de maquillaje se vería espectacular.

Tan solo su melena rojiza hacía juego con la tonalidad del vestido que llevaba la única chica de la familia Black.

—Wow, Addy... Te ves... esplendida...

—El rojo definitivanente es tu color —comentó Asteria alzando su pulgar en señal de aprobación mientras ponían su vestido en una bolsa —. No tengo idea de con quien vayas pero estoy segura que necesitara un balde para la baba.

Aquel comentario tan alagador por parte de la castaña terminó sacandole una risa a Addy de solo imaginar la reacción de Remus al verla arreglada.

De cierto modo aunque no lo admitiera se había essmerado en buscar un buen vestido, uno bonito para imoresionar a su chico. Cosa rara porque siempre le había dado igual la opinión que tuvieran los chicos de ella, la única opinión masculina que aprovaba eran las de sus amigos y fin de la discusión.

Pero ahora era una adolescente que no podía estar mas feliz de por fin liberar lo que sentía sin miedo al rechazo.

¿Enserio tuvieron que pasar seis largos años para notar que el amor de su vida siempre estuvó ahí y nunca lo notó hasta ahora? La ironía de la vida.

—Yo creo que estos accesorios le quedarían fantásticos —agregó Lily pasandole a la ojiazul un par de pendientes para que se probara.

De cierto modo Adelaide se sentía en confianza y algo rara a la vez. Casi nunca iba de compras y si lo hacía era en compañía de cuatro varones que lo único que hacían era insistir que ya se querían ir. Ahora con Lily y Asteria de acompañantes esto se volvía agradable
y reconfortante de cierta manera.

—¿Qué me dicen de esto? —soltó Asteria señalando el vestido negro de escote corazón que acababa de probarse —. ¿Muy provocador? ¿Bonito? ¿Feo?

—Se ve bien y por el estilo se ve que a Sirius también le va a gustar —informó Adelaide con una sonrisa, casi diciendo
lo último en susurros.

—Iré a preguntar si tienen algo en mostrador, ya vuelvo.

—Solo quería decirte Asteria que lamento lo ocurrido hace días, no es fácil de digerirlo a la primera —empezó a decir la heredera Black, jugando con sus manos nerviosa —. Pero el punto es que le gustas a mi hermano, aunque suene irreal y quiero que no haya malos entendidos entre nosotras, ¿sí?

La castaña asintió con una media sonrisa y empezó a echar lo que iba a llevarse en unas bolsas, al igual que hacía Adelaide para poder pagarlas
en mostrador.

—Será mejor apresurarnos, los chicos deben estar apresurados.

—Hombres debían ser.

——— ✮✧☾✧✮ ———

El resto de la tarde se pasó entre risas y charlas absurdas. Lily en su vida había tomado cerveza de mantequilla y para ser su primera vez lo hizo muy bien. Por lo visto era resistente contra el alcohol.

Al volver al castillo todos estaban en
sus respectivas habitaciones, solo aquel grupo inquieto de Hogwarts. Aunque
gracias a sus tecnicas y habilidades de merodeador salieron ilesos a sus camas.

Asteria y Lily se fueron a la habitación de chicas emocionadas por la reciente aventura con los merodeadores. Y Lily no pudó negar que fue divertido apesar de las probabilidades enormes de que los atraparan.

Adelaide por otro lado no tuvó problemas a la hora de escabullirse
a la habitación de chicos como solía
hacerlo cada vez que quería y como
siempre el lugar era un caos total.

Mientras que James, Sirius y Peter se recostaron en una mantas que pusieron en el suelo, Addy se recostó a un lado de Remus quien permanecía en su cama y escuchaba atento la charla absurda y sin sentido de sus compañeros.

De vez en cuando Sirius lanzaba una que otra mirada su hermana, quien leía uno de esos libros muggles que tanto le gustaban a Remus.

No tardaron más de dos horas y tres merodeadores estaban completamente dormidos sobre las mantas que pusieron en el suelo, uno encima del otro.

Aunque no era algo nuevo pues
tenían la costumbre de que si dormían juntos lo hacían unos encima de otros
o amanecían en posiciones extrañas.

—¿Compraste ropa? —preguntó Remus en voz baja, dejando a un lado el libro y así poder recostarse mejor junto a ella.

—Sí, un vestido y un par de accesorios para que combinara —respondió Addy con tranquilidad —. La verdad es que Lily fue la que nos ayudó a elegir casi todo porque yo de ropa no sé. Tal vez si no le hubiera echo caso mi vestido para mañara serían unas cortinas quizás.

—Entonces me alegro de que Lily las haya acompañado —comentó Remus desde su posición, abrazando un poco más la pelirroja —. Estoy seguro que ese vestido se te va a ver precioso, todo se te ve maravilloso.

Adelaide le dió un ligero manotazo al castaño algo de aquel comentario que hizo que sus mejillas tomaran un ligero toque rosado.

—¿Qué? ¿Ahora que hice?

—Nada. Solo eres muy lindo, basta —susurró Addy aún con las mejillas rojas, escondiendo su rostro en su pecho —. Eres demasido bueno para mí y yo soy un desastre para tí.

—Serás mi desastre que estoy dispuesto a reparar, bonita —respondió Remus con una tierna sonrisa, dejando un beso en la sien de la joven —. ¿Enserio crees que soy lindo?

—Demasido lindo, atento, cariñoso, detallista y me pone loca todo eso —comentó Adelaide haciendo una mueca graciosa.

—Solo intento ser el novio que se merece una chica tan linda como tú —respondió Remus de nueva cuenta provocando el sonrojo de la pelirroja y un ligero gritito —. ¿Y bien cómo te fue con tu cuñada no oficial?

—Bien, Asteria resulto ser una chica muy carismatica apesar de que da la impresión de siempre estar seria —respondió Addy, recordando lo sucedido mientras estaban en Hogsmeade —. Además de que tenemos muchas cosas en común. Si Sirius llega a dejarla yo misma lo decapito al muy infeliz.

Remus soltó una risita no tan escandalosa al escuchar lo último
que dijo su novia.

—Por lo visto se van a llevar bien.

—¿Y ustedes que tanto hicieron mientras no estabamos?

—Tomar unas cuantas cervezas de mantequilla y ya sabes hablar de lo que sea.

—Y bien, ¿tienes algún traje o algo para el baile?

—Sí, con un traje bastara —respondió Remus algo somnoliento, mirando esos preciosos ojos azulados —. Solo espero y a mi acompañante también le guste.

—No te preocupes, a ella le encantará ver a su precioso novio en un traje —comentó Addy, haciendo una mueca un tanto graciosa al imaginar a su novio envuelto en un traje negro y antifaz —. Ahora será mejor dormirnos, ¿okey?

—Solo espero y en mis sueños este mi perfecto novio con traje —susurró la ojiazul soltando un suave bostezo antes de acomodarse mejor a su lado —. Solo así podrían ser buenos sueños.

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21 de Diciembre, 1976
S

exto Año.

Eran alrededor de las dos de la madrugada cuando Adelaide se despertó porque su estómago estaba pidiendo a gritos algo que comer. Sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal pero, su hambre podía más que su lealtad.

Si algo sabían hacer los merodeadores aparte de bromas era asaltar las cocinas de Hogwarts sin que nadie lo notará y resguardar las reservas en sus baules.

Fue por eso que Adelaide sabiendo bien en que baúl estaban las golosinas y demás no dudó en rebuscar entre todas ellas hasta encontrar algo que le gustara y una vez tuvó aquellas golosinas se fue a sentar tranquilamente a un lado de la ventana.

La pelirroja solo degustó el dulce de
coco mientras observaba la luna en su maximo esplendor y por impulso se giró en dirección a la cama de Remus donde él dormía pacificamente.

Siguió comiendo sus dulces como si nada hasta que escuchó ruidos y luego una figura entre las sabanas removerse.

—¿James?

Efectivamente su mejor amigo estaba despierto y se acercaba a ella mientras tallaba sus ojos con cansancio y soltaba un ligero bostezo para luego recostarse en sus piernas.

—¿Qué haces a esta hora, loca?

—Tenía algo de hambre, solo espero y Peter no me regañe por gastarme todas sus reservas.

—Seguro que a Pete no le molestara compartir algo con nosotros —comentó James arrastrando las palabras mientras extendía la mano pidiendo un dulce —. Ese aborazado siempre quedandose con los mas deliciosos. ¡Cuanta maldad!

Ella de mala forma lo miró antes
de darle un dulce con tal de que ya la dejara comerse el resto tranquila.

—Que caracter, Lunático lucha con una bestia. Bien dicen que las pelirrojas son las mas bravas.

Tan pronto como dijo aquello le cayó
un zape bien puesto. Esperaba que asi por fin se le acomodara un poquito las cuantas neuronas que le quedaban de tanto pensar en Lily Evans.

—Eso me dolio, salvaje —decía James sobandose dramaticamente la nuca —. ¿Todo bien entre ustedes?

—Todo va de maravilla. Es solo que... temo de que mi familia intente hacer algo o mis hermanos se lo tomen a mal —empezó a contarle en voz baja a la vez que se comía otro caramelo angustiada —. Sirius sospecha yo lo se. Se que está mal pero no podemos decidir a quien amamos o no.

—¿Te doy un consejo? No dejes que tus pensamientos que alejen de él. Támpoco pueden decidir tus padres con quien puedes o no estar. Son una pareja muy linda y sana, no se separaren ni nada.

Addy solo sonrió aliviada por recibir un consejo que la hizó sentirse mejor. Unos segundos después recargó su cabeza en su hombro y siguió atacando el baúl de dulces de Peter Pettigrew como si nada.

—Gracias por el consejo, Cornamenta. Necesitaba palabras de aliento de mi mejor amigo.

—Para eso están los amigos, rojita.

—¿Cómo va lo tuyo con Lily? ¿Ya salieron de su zona enemies to lovers?

Instantaneamente el rostro del miope se iluminó por completo, aún con toda esa poca luz la sonrisa enorme de James era demasido notoria.

—Pues digamos que vamos progresando —respondió el pelinegro con su sonrisa y un tono de voz ilusionado —. Digo, ella ya no me odia tanto como antes. Algunas veces salimos a alguna parte pero no en plan de novios, ¿sabes? Si no más bien como amigos. Si, solo amigos por ahora. No quiero apresurar todo y asustarla.

—¿Asustarla dices? —cuestionó con burla la pelirroja cruzandose de brazos —. Ella tiene un trauma contigo desde tercer grado. Literalmente los últimos cuatro años no has dejado de decir que Lily Evans sería tu novia. Sin ofender yo ya estaría más que asustada con eso.

—Hablo la señorita tuvieron que
pasar años para descubrir que me gusta el amigo de mi hermano —se mofó el pelinegro haciendo comillas con los en lo último —. ¿En serio te gusta Remus desde hace tanto y apenas lo descubres? Persona mas ciega no puede haber y eso que yo uso lentes.

—Ey, dejame. No te burles.

—Aw, tu ganas rojita. Ahora es tu
turno de contarme como te ha ido con Lunático —propusó James haciendo una cara medio picarona mientras le daba un suave codazo a la chica —. ¿Acaso ya te enseñó lo que hay en su casa de los gritos?

La cara de Adelaide se coloreó tal cual su cabellera, rojo puro. Sentía la sangre en sus mejillas y al comprender bien lo que estaba insinuandole le dió otro zape.

—¿Y ese por qué?

—James Potter, ¿podrías dejar de ser tan tú por cinco segundos?

—Con esas amigas para que quiero enemigas —murmuró James por lo bajo intentando no ser escuchado por ella, cosa que lastimosamente no logró —. ¿Entonces aún no averiguas lo que hay en su casa de los gritos? Niña buena.

—No, ni ahora ni más adelante —respondió ella decidida pero aún con las mejillas enrojecidas —. Remus y yo nos llevamos esto tranquilos. La cosa entre nosotros no pasa de un par de besos y algunas palabra bonitas. Con tenerlo a mi lado me conformo.

—Aw, por fin mi mejor amiga tiene novio. A escondidas pero lo tiene —comentó James fingiendo un tono de voz nostalgico mientras la abrazaba con fuerza —. Gracias a Merlin conseguiste por fin algo. Ya te veía en un futuro sola, solterona en una mansión y teniendo a un hijo gatuno porque la vida de trató de la patada. Afortunadamente no es así.

—Como dijo mi querido Cornamenta, con esos amigos para que enemigos.

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UNDÉCIMO CAPÍTULO PUBLICADO

Holiwis pequeños retoños de la vida, ¿cómo los trata esta desgracia llamada vida? Espero que bien. Hace tiempo que no actualizaba por aca pero, aquí lo tienen. Algo corto pero se hizo lo que se pudo, ¿cierto?

Lo único que agradezco de este semestre son las vacaciones. Hace mucho que no podía avanzarle pero ahora ya de vacaciones como una mujer libre escribir y actualizar se esta haciendo costumbre en mí.
Diganme que las parecio. A mi si me gusto. Creo que la mejor parte de este tipo de capítulos es mostrar a nuestra Addy disfrutando del tiempo con sus amigos. Yo necesito una amistad así.

Ando activa en tiktok. Estoy como @-twilxght por si quieren darse una vuelta por allá. No se olviden de votar en cada capítulo y comentar. Los tqm

Pdt. Agregen el fic si quieren saber cada que me aloco y actualizo.