29 • Perdón

Narrador Omnisciente

Napa, 19:55 pm.

Harry caminó por la cera hasta llegar a donde estaba la entrada del festival, rodeado de personas se encontró desde lejos con la figura inconfundible de Phoebe Grant. Había accedido y estaba decidido a pasar una noche grandiosa para olvidarse de Charlotte.

—Phoebe —acortó la distancia de la castaña y saludó con un pequeño abrazo.

—Harry, hola —ella habló tranquilamente mientras el ruludo la veía. Estaba realmente muy linda esta noche.

—Estás hermosa —sonrió Harry.

—No sé vale mentir esta noche —rió divertida. Phoebe parecía ser otra persona, mucho más risueña, mucho más elegante y más despreocupada.

—No lo hago —negó y miró que a su alrededor había muchísimas personas viendo el inicio del festival de Napa. Tomó la mano de Phoebe por impulso y los condujo hasta un pequeño stand de tragos donde la música sonaba muy fuerte. Le recordó a la última edición de Coachella.

—¿Por qué decidiste venir? —preguntó Harry sin más sentándose en una mesa más alejada del resto de la gente—. Cruzaste el océano atlántico entero solo por un festival pueblerino.

Una mujer se acercó y después de tomar el pedido les acercó dos Martinis simples.

—Caroline me había invitado —se encogió de hombros—. De todas formas ya debía comenzar la Universidad, así que decidí venir aquí y luego iré a Princeton.

—Qué bueno por ti —sonrió el dejando ver su perfecta dentadura. Phoebe se acomodó en el asiento—. ¿Y cuándo volverás a Inglaterra?

—La verdad no espero regresar —negó—. Asimilé que Holmes Chappel sólo es un cajón de malos recuerdos.

—¿Por qué lo dices? —Harry arqueó una ceja.

—Ya sabes...

—¿Nosotros? —preguntó él—. ¿Soy un mal recuerdo para ti?

—Pues... no específicamente uno malo pero si dormiste, Harry.

Harry se puso de pie y se paró frente a Phoebe cortando todo tipo de espacio personal.

—Harry.

Él no se detuvo y continuó acercándose hacia Phoebe hasta que sintió su respiración chocar contra sus labios, se relamió los suyos y justo antes de rozarlos una extraña sensación le invadió el cuerpo, giró sus ojos un poco y la vio observando la escena con tristeza. Era ella, sus ojos se veían cristalizados y Amy se paró a su lado mirándolos.

—Charlotte —musitó Harry.

—Hola Harry, Phoebe —la rubia sonrió secamente y comenzó a caminar lejos de allí, los gritos de Amy y Harry no hicieron que se detenga, esquivó muchas personas que la miraban mal y rogó no cruzarse con el resto de la banda hasta que sus pies se enredaron y como era de esperarse cayó al verde.

—Charlotte espera —Harry había llegado a su lado muy rápidamente y abrió sus ojos cuando vio que la rodilla de Charlie sangraba—. Rayos, mira lo que hiciste.

Sin omitir palabra alguna tomó a Charlie en sus brazos y caminó hasta la salida, subió a su coche y condujo hasta el hotel donde se hospedaba mientras recordaba que había dejado a Phoebe sola.
En el camino un millón de recuerdos vinieron a su mente y una sonrisa se formó entre sus labios, miró disimuladamente a Charlotte quien se encontraba mirando por la ventana del coche. Su cabello estaba un poco más corto y más rubio, se veía extremadamente sexy en esos mini shorts y notó que en su cuello había tatuado una frase, se inclinó a penas y alcanzó a leer "Unforgettable together the whole world in my hands". Y su cabeza estalló, era una parte de Love You Goodbye, la canción que había cantado para ella en su graduación.

—¿Te has tatuado?

Charlie pasó la mano por su zona y se tapó con los mechones que caían de su coleta.

—Uhm, si. Algo así.

—Se ve bonito —sonrió de lado.

Al bajar, pidió las llaves de su alcoba en recepción y con un poco de esfuerzo llegaron hasta la habitación.

—No voy a morir por un poco de sangre en la rodilla, Harry —explicó Charlie dando inicio a la conversación.

—Shhh, quédate quieta —pasó un poco de alcohol en la herida y puso una curita de color rosa lo que a Charlie le pareció muy tierno pero continuaba inmutable.

—Gracias.

—Además de artista soy médico a veces.

—Pues, me alegro.

Harry llevó su mano al cabello y se sentó frente a Charlie, volvió a mirarla detenidamente

(Reproducir Sorry - Halsey) En galería.

—¿Ya no duele?

—Un poco si, de hecho. Debería llamar a mis amigas.

—Tranquila, Niall debe haberse encargado de avisarles que estás aquí.

Un silencio incómodo se apoderó de ambos y Charlie suspiró.

—Lo siento —dijeron al unísono.

—¿Tú? ¿Pero, por qué? —preguntó Charlie.

—Perdón, por perder la calma, perdón por no esperarte, perdón por no pelear por nosotros. Se que han pasado meses y que debí haberlo dicho antes pero perdón... por no decirte que te amaba cuando ya lo sabía y más que nada, perdón por abandonar lo nuestro cuando tu no lo hiciste —largó sin más.

—Gracias Harry —tomó aire—. Quiero decirte que me alegra ver la maravillosa persona en la que te has convertido. Ya no me pregunto cuál es la probabilidad de encontrarte en la calle para creer que por fin el destino nos pueda cruzar.

—¿Qué intentas decir?

—En qué mi amor por ti es de esos que nadie quiere, porque yo sólo espero poder amarte de la íntima verdad de saber que lejos del otro estamos bien —suspiró.

—¡Mierda, qué no estamos bien lejos Charlotte! —exclamó Harry y Charlie se sintió congelada sostenida a la pared y atravesada por sus ojos esmeralda quemando los de ella.

Por un momento ella siente las incontrolables ganas de correr a sus brazos; rodearlo con sus piernas y olvidarse de todo por tan sólo besarlo.

—Te he echado de menos —aseguró mientras su mano pasaba por la mejilla de Harry, los nervios recorrían cada parte de su ser al punto de no saber qué hacer.

—Si continúo no creo poder contenerme luego —dijo Harry muy cerca de sus labios.

—No quiero que te detengas —confesó Charlie y seguidamente lo besó, había extrañado tanto esos labios con ese único sabor.

—Sólo abrázame —suspiró Harry. Charlie sonrió en su pecho y en cuestión de segundos de encontraban recostados sobre la cama matrimonial.

—Esto es una locura... Sinceramente creí que no volvería a besarte otra vez.

—Te amo —dijo ella. Su voz tembló y pensó que quizás había lágrimas en sus ojos—, te amo no sabes cuánto.

—Yo jamás he dejado de amarte con toda la fuerza de mi corazón, Charlotte.

Harry hizo un movimiento que dejó a Charlie bajó él y comenzó a besar su cuello. Quitó su remera y le sonrió fijamente.

—Extrañaba tenerte. ¿Estás segura? —preguntó.

—Claro que si, Harry —asintió tranquila—. Ni siquiera estos tres meses he dejado de sentir lo mismo por ti.

Harry entró despacio a Charlotte y ambos soltaron un gemido al sentir aquello tan placentero.

—Hazme tuya —susurró y Harry entrecerro los ojos en la oscuridad inundado de placer y agradeció por tener en sus brazos a quien más amaba en el mundo.

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