25 • Love you, Goodbye
Narrador Omnisciente
10 de agosto de 2017.
8 horas antes de la graduación.
Nueva York.
—Hoy, es un día de alegría porque supone el fin de una etapa, atrás quedarán los días de exámenes, los trabajos para entregar, el estudio diario, los deberes... Pero también, será el inicio de otra época en la que se les pedirán esfuerzos cada vez mayores —las palabras del director Bruce hacían que cada uno de los estudiantes sentados en el patio trasero del Instituto cabeceen de a ratos.
Allí se encontraban Noah, Nate, Green, Blair, Tiffany y Charlotte sentados como si fuese una postal, luciendo sus bonetes de egresados y las impecables capas color bordo tan elegantes.
—¿Cuánto más tardará? —preguntó Blair mirando su manicura.
—No lo sé —susurró Tiffany quien miraba hacia delante.
—No puedo esperar más —se quejó Charlie en la silla—. Si me voy ahora... ¿todos estos años de estudio habrán servido para algo?
—Yo que tú me quedo y lo averiguo —bromeó Green que fumaba un cigarro al mismo tiempo que la profesora Donfild lo fulminaba con la mirada.
—Aún quedan largos senderos por recorrer, muchas metas más que descubrir, deben seguir luchando por alcanzar la cima y realizar vuestros sueños más preciados. Sea cual sea el camino que elijan seguir a partir de ahora, suerte —aquéllas palabras conmovieron a cada uno de los presentes, todas la familias de cada uno de los estudiantes se veían completamente felices.
Cada quien tomó su sombrero y lo lanzó al cielo. Hoy, una parte de la historia en la vida Charlie terminaba pero a la vez comenzaba una nueva, un antes y un después.
—¡Lo logramos! —Blair chilló feliz y abrazó a sus dos mejores amigas muy fuerte, lo mismo hicieron Noah, Nate y Green.
—Santo cielo... ¡Iremos a la Universidad! —gritó Charlie saltando.
—Bueno. Tranquilas, tranquilas... Aún queda la mejor parte —Noah sonrió de lado.
—El baile —sonrió Nate.
—¡Cariño! —una voz familiar hizo que los 6 se diesen vuelta, Evangeline y Theresa venían con sus grandes cámaras fotográficas a encuadrar una foto de sus preciosos hijos.
—¡Sonrían!
El flash encandiló la cara de cada uno y ellos se quejaron, pues solo querían festejar su egreso.
Charlotte sonrió una vez más al mirar a sus mejores amigos y suspiró viendo a todos a su alrededor, lo había logrado y estaba feliz, muy feliz, aunque en el fondo sabía perfectamente que le hubiese encantado que Harry también estuviera allí.
Mientras tanto del otro lado de la ciudad...
—Estás loco —musitó Liam mientras los 4 adolescentes bajaban sus respectivas maletas.
—No puedes decirme nada —negó Harry—. Tu volaste de Tokio a Argentina sólo para volver a ver a Sophia —un dedo del rizado apuntó al castaño que se veía exhausto después de tantas horas de vuelo.
—Nos condenas a largos años de regaños por Charlotte —se quejó Niall mientras iba a la recepción a pedir por nuestra habitación.
—Es necesario —suspiró Louis—. Charlie salió en tv, mintió por ti, la sometiste a que las fans la insulten sólo por cuidar tu linda imagen... lo mínimo que podrías hacer es cantar frente a todo su colegio y decirle que la amas —Louis se encogió de hombros y Liam lanzó una carcajada pero Harry abrió sus ojos como platos y pensó que la idea de su amigo no era tan mala como sonaba.
—¡Eso es! Rayos Lou, eres un genio.
—Era una broma, Harry. ¿No estarás pensando en cantar en su baile de graduación, verdad? Eso te traería grandísimos problemas, saldrías en televisión y Modest te cazaría de la punta de los bigotes.
—Por supuesto que lo haré. No me interesan Mackenzie y Richard en lo más mínimo —negó.
Louis se quedó perplejo sin poder creer que su mismísimo amigo Harry Styles, la persona más egocéntrica y idiota del mundo, fuera a exponerse y arriesgarse a un despido de esa forma sólo por una chica. Lo que Louis no lograba comprender era de qué manera Charlie se había metido en el corazón del rizado, si bien era hermosa y increíblemente amable, Harry era el típico hombre que no se dejaba querer, tenía miles de problemas, vivía de fiesta en fiesta y sobre todo con muchas mujeres, pero desde que éste conoció a Charlotte había cambiado en todo sus aspectos, incluso hasta parecía una mejor persona, por eso, Louis se sentía feliz... a fin de cuentas, Harry era su mejor amigo y no soportaba verlo mal; a pesar de todos esos rumores acerca de ellos dos, sobre que eran gays y se amaban a escondidas, claro que se amaban, pero no eran gays, Louis estaba a punto de casarse con la persona que más feliz lo hacía, Eleanor Calder, y Harry estaba perdidamente enamorado de Charlotte, algo que era un gran lío, ya que por esa muchacha los chicos debieron acompañar a Harry hasta Nueva York (por segunda vez) sólo para tratar de remediar las cosas con la irresistible rubia newyorkina.
Por otro lado, Liam permanecía en silencio y por dentro estaba muy preocupado por el futuro de One Direction, si bien estaban en su mejor momento, llenaban estadios, el tour había sido una locura y las fans los amaban, luego de este gran arriesgo, Richard y Mackenzie se volverían completamente locos, despedirían a Paul por cubrir a los chicos y Simon estaría muy molesto con cada uno de ellos. Comenzó a pensar que la banda se iría de las manos y acabarían como solistas todos, sacudió su cabeza asustado porque a pesar de ser "el papá" de la banda, era muy sensible y la idea de alejarse de sus cuatro mejores amigos le dolía demasiado, cuando Zayn se fue, había sufrido muchísimo por eso se prometió a sí mismo no renunciar a One Direction, no podría sin sus chicos.
—¿En qué piensas hermano? —Harry lo sacó de sus pensamientos sentimentales y el castaño sonrió sin mostrar sus dientes, también estaba muy feliz de que su pequeño Harry finalmente haya encontrado el amor verdadero.
—En qué no puedo creer que estás yendo contra Modest sólo por salvar tu relación con Charlotte —asintió incrédulo, Harry se ruborizó, hablar de amor con sus mejores amigos le daba pudor. ¿Gracioso, no? Todos creíamos que Harry Styles no conocía el pudor.
—La ama —Louis habló esta vez.
Niall volvió de recepción con la llave de la habitación y un hombre los ayudó con las maletas mientras ellos subían por el ascensor del hotel. Una vez dentro de la habitación, pidieron el almuerzo y miraron las noticias del día de hoy, decidieron hacer un par de compras y finalmente llegaron al hotel cerca de las 7 p.m., sólo quedaban dos horas para el baile, Niall se encontraba decidiendo su traje de esta noche mientras Liam jugaba un partido de PlayStation y Louis chequeaba Twitter recostado en la cama matrimonial.
—¿Qué canción podría cantar? —Harry miró entre los papeles de su cuaderno morado donde tenía cada una de las letras de las canciones de One Direction, no había encontrado ninguna canción que hiciera referencia a Charlie y eso le estaba volviendo tonto.
—¿Por qué usar una hecha ya? Has algo más original Harry —Liam se quejó mientras esquivaba un gran número de jugadores de México.
—¿De qué hablas? ¿Escribir una canción? —preguntó el rizado mientras Liam asentía.
—¿Estás demente? Si llegase a escribir una canción compuesta solo por mi y no cantarla con la banda, Modest me enviaría al carajo —suspiró frustrado mientras revolvía su cabello, su torso desnudo aún tenía gotas de agua por el baño que se había tomado unos minutos atrás, Liam se encogió de hombros y se hizo un silencio, Harry volvió a levantarse de la cama y dijo—. Ah ya, a la mierda todos, debo escribir esa canción.
Tomó la guitarra de Niall que reposaba en la cama y comenzó a tocar algunos acordes sueltos.
Es inevitable que todo lo bueno llegue a su fin, escribió en su cuaderno y siguió tocando mientras sólo tenía el comienzo.
—Es imposible saber si después de todo esto seguiremos siendo amigos —Niall se sentó a su lado y le sonrió, Harry de inmediato copió aquella frase de su amigo y siguió cantando.
—Se que dices que realmente no quieres lastimarme —Louis aportó esta vez.
—Deberías mostrar entonces un poco de misericordia. Por la forma en la que luces me he dado cuenta de que no vienes a disculparte —Harry sonrió luego de escuchar a Liam cantar y en menos de una hora la canción estaba acabada, finalmente la titularon Love You Goodbye.
Terminaron de vestirse y se miraron entre sí, lucían muy bien aunque Harry resaltaba con su traje color rosa, se veía muy apuesto.
—¿Listos? —preguntó Niall inquieto.
—Ya casi —Harry tomó la guitarra y les sonrió—. ¿Vamos?
Los tres asintieron y cerraron la habitación con llave, bajaron hacia el Hall y se subieron a la gran limusina que los esperaba fuera. Harry no paraba de temblar, estaba tan nervioso como emocionado, solo quería ver a Charlie y decirle cuánto lo sentía.
La limusina tomó camino a la preparatoria por las atascadas calles de Manhattan, a medida que caía la noche, los nervios del rizado aumentaban más y más, esta ciudad le ponía los pelos de punta cada segundo. Miró hacia atrás encontrándose con el gran reloj de Times y se sonrió a si mismo, volvió a acomodarse en el asiento y Louis lo miró sonriente.
—Tranquilo, todo saldrá como lo esperas...
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