24 • Dos días para el baile

Narrador Omnisciente

Londres, Reino Unido...
14:54 pm.

—Espero que estén felices —escupió Harry saliendo de la oficina de Mackenzie y Richard, los mánagers de la banda y miembros de Modest!

—Es por tu bien Harry —suspiró Liam.

—Ya has dado mucho que hablar y no puedes vivir en boca de todos —suspiró Mackenzie quien venía persiguiéndole.

—Ya déjenme tranquilo —rogó.

—Harry, esa chica sólo trae problemas —Simón apareció por el corredor luciendo elegante como siempre, Harry se sorprendió al escuchar esas palabras de su boca e inmediatamente miró a Paul, el sabía perfectamente que el no pensaba igual que estos 3 idiotas.

—¿Problemas? Charlotte es increíble —paró en seco tratando de tranquilizarse.

—Sólo queremos que la gente vea la transparente imagen de Harry Styles —Richard habló ésta vez. Debe ser una broma.

—¿Tú me hablas de transparencia? ¡Me acaban de pedir que mienta acerca de ella! Le mentí a mi familia, a mis fans, a Charlie.

—¡Y qué más da! Estás en la cima junto a One Direction, esta banda es lo más importante para nosotros y para ustedes. ¿Por qué necesitas una mujer a tu lado siempre? —exclamó Mackenzie—, además, esa chica no es famosa, no es para ti.

—Voy a decirte dos cosas Mackenzie y espero que las escuches bien...

Niall puso una mano sobre su hombre y susurró un "Déjalos hermano", pero él iba a detenerse.

—Qué tu estupida cabeza crea que a nosotros nos importa el estatus de la banda es tú problema, puedes hacerme decir eso de Charlotte pero no puedes decidir por mis sentimientos; no se quién carajo te crees que eres pero ni tú ni Richard van a hacer que me aleje de ella, ¿de acuerdo? Oh, y por cierto, si no quieres que en esta puta banda sólo sean 3, deberías dejar de decirme que hacer... quizá se te olvidó que Zayn se fue de aquí por tus estupideces.

Salió del corredor dando un portazo y apretó sus puños, se subió al auto y condujo hasta la casa con muchísima angustia; sólo quería estar tranquilo. Al llegar, como era de esperarse los paparazzis estaban en la entrada de la casa.

¿Quien es Charlotte O'Marks?
¿Por qué dijo que te conoció?
¿Harry, estás enamorado?
¿Ella miente?
¿Quien es para ti?

Harry cerró la puerta aturdido y se encontró con Madeline frente a él quien le sonrió con lástima, inmediatamente corrió a abrazar a su segunda madre con mucha fuerza.

—Ya no soporto esto Mad.

—Harry, cariño. No llores más, ve a descansar un poco.

Subió las escaleras y se recostó luego de ver muchísimas noticias acerca de él, sobre Charlotte, quien había cerrado todas sus redes sociales, no había rastro de ella por ninguna parte. Marcó su número pero una voz femenina le indicó que el número al que estaba marcando no existía, le envió muchos mensajes, no contestó, fue a su WhatsApp e intentó ver su foto de perfil, pero tampoco aparecía. Logró darse cuenta de que Charlotte había desaparecido de la faz de la tierra y sabía que solamente podría encontrarla en un sólo lugar. Nueva York; pero el no pisaría esa ciudad ni aunque quisiera, porque Modest lo vigilaría bien por el momento.

Después de pensar mucho se quedó profundamente dormido en cuestión de segundos.

Mientras tanto en Nueva York...
19:58 pm.

—Han estado allí desde hace horas —suspiró Blair mirando por el ventanal de la alcoba de Charlie.

Frustrada, Charlotte bajó hacia el Hall del edificio dispuesta a ponerle fin a todo esto.

—¡Charlotte, Charlotte! Cuéntanos de tu relación con Harry Styles. Sólo queremos saber la verdad.

—Ustedes no quieren saber la verdad —rió—, sólo quieren una nota. Toman a una persona buena, sencilla y normal y la transforman en un escándalo, es una gran celebridad. Es una locura... Harry Styles es exitoso y talentoso pero por culpa de ustedes debió renunciar a las mejores cosas de la vida; libertad, privacidad, honestidad... ¡Felicidades, han creado una celebridad! Pero han destruído al ser humano dentro.

—Estupendo... ¿Ya la tienes? —la reportera le preguntó a su compañero camarógrafo—. Charlie, una pregunta más, ¿quién es Harry Styles para ti?

—¿Qué quien es? —dijo—. No lo sé. El Harry Styles que los obsesiona tanto...

Los flashes no paraban de encandilar la cara de Charie.

—Lo promero, no lo conocí jamás.

Cerró la puerta de vidrio llena de angustia y enojo, tuvo que mentir por Harry, exponerse ante todo el mundo y soportar las críticas de las personas que creían que todo esto era una mentira.

Al volver al Penthouse, se encontró con su padre quien en las manos tenía centenares de revistas con la cara de su hija y el famoso cantante, la miró con pena y suspiró.

—¿Qué pasó allá en Inglaterra, cielo?

—Nada malo, de verdad. Debes creerme —negó—. Sólo... es que, no, no puedo hablar de esto.

—Charlotte, si alguien te hace daño y te lastima, sabes que haré lo que tenga que hacer porque soy tu padre —aclaró su garganta y la miró alzando una ceja.

—No quiero hablar más de Harry papá.

—Hablaré con Simon, debe tomar medidas más grandes con ese muchacho.

—¿Qué? ¡¡No!! Por favor no papá, diablos, me costó mucho alejarme de Harry, no quiero volver a oír nada de él.

—¿Me prometes que estarás bien?

—Oye, en dos días voy a graduarme, iré a Londres y seguiré desfilando con VS... ¿de verdad crees que tu princesa se dejará pisotear por alguien?

Connor sonrió feliz y vio como Evangeline hacía ingreso a la sala.

—Te amo —abrazó a su hija y se despidió rápido ya que tenía una junta de trabajo, por otro lado, su madre llegaba llena de telas para vestidos.

La mañana se pasó rápido. Charlie iba de aquí para allá preparando cosas para el baile, escondiéndose de los paparazzis, todos en las calles la conocían inmediatamente la veían, había dejado de pensar en Harry, en todo lo que habían pasado en Holmes Chappel y en lo mucho que lo quería, porque debía entender que todos se van, de diferentes maneras, en diferentes motivos y en diferentes tiempos, pero se van, y Charlie terminó por convencerse de que Harry Styles se había ido para siempre.

—Es un idiota —Green bebió un trago su soda mientras Marie Flog nos servía un gran trozo de pastel a cada uno.

—De seguro no tenía elección —suspiró Noah—. La fama es así, chicos.

—De todas formas, la fama no debería ser un impedimento para el amor —bufó Blair recostándose en el respaldar de la silla.

—¿Podemos cambiar de tema? No quiero saber nada sobre Harry —rogó Charlie—. Mejor pensemos en el baile, ¿ya está listo el salón?

Tiff asintió feliz, tanto esfuerzo daría sus frutos, sería una gran noche.

—Muero de ansiedad, ya quiero lucir mi lindo vestido Versace —sonrió Blair.

—También yo —sonrió Charlie.

La rubia miró por las ventanas de la cafetería a la que venía desde que estaba en primer año y pensó en el poco tiempo que le quedaba en Nueva York y se angustio pero no emitió palabra, sabía que lo mejor era irse de allí.

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