Narrador Omnisciente

Después de despertar tranquilamente a las 11 de la mañana, almorzaron con la familia de Harry y el invitado de honor era el novio de Gemma. Luego del almuerzo, vieron un par de películas y Harry agradeció que Gemma se haya quedado dormida, por el simple hecho de que cuando duerme horas se volvía irritante. Él tenía la cabeza apoyada en el estómago de Charlie y ella le acariciaba el cabello.

—¿Quieres pasear en moto? ¿A caballo? ¿Caminando? Ha dejado de nevar ya y parece que el sol está por salir.

Charlie pareció pensarlo.

—Me gustaría la moto.

Harry se levantó y enseguida le tendió la mano a Charlie quien se puse de pie delicadamente.

—¿Ya te dije lo linda que luces hoy?

Charlotte rió y negó con la cabeza.

—Discúlpame.

—Tú luces hermoso todos los días —sonrió ella.

—Lo sé —Harry le sacó la lengua con diversión y ambos rieron más fuerte mientras subían las escaleras.

Harry se abrochó el casco que descansaba sobre la cabeza de Charlie y seguidamente dejó un corto beso en sus labios. Puso su casco sobre su propia cabeza y lo abrochó también, se montó sobre la motoneta y esperó a que Charlie se subiera detrás, quien luego lo abrazó por la cintura. Él aceleró con fuerza y salieron disparados por las tierras de la familia Styles. Charlotte se encontraba disfrutando de la brisa en su cara y de la suavidad de la espalda de Harry.

Anduvieron por unos minutos hasta que pararon frente a unas lejanas colinas.

—Qué lindo, Harry.

Charlotte se encontraba totalmente embobada, Harry sonrió.

—Compramos estas tierras hace 4 meses —comentó—. Un día me encontraba muy cabreado y tomé la moto para salir a recorrer.

—Entonces ahí encontraste este lugar —ella completó por él.

—Exacto.

—Es hermoso.

—Lo es —estuvo de acuerdo.

Charlie bajó de la moto y se quitó el casco para tomar una fotografía del bello paisaje; se quedó mirando a la nada y pensando en muchísimas cosas, dentro de ellas, estaba la increíble angustia de saber que mañana por la mañana ya estaría de vuelta en su alocada vida en Nueva York.

—¿En qué piensas? —Harry la imitó y se sentó en la hierba verde de la campiña inglesa.

—En qué debo volver a la realidad aunque no quiera.

—¿De qué hablas amor? Amas Nueva York —él hizo un ademán de obviedad y la miró nuevamente mientras tomaba asiento a su lado.

—Por supuesto qué amo Nueva York, pero... —suspiró—, hace mucho tiempo ya no me importa eso. Vivir al filo del precipicio, de una manera egoísta y desordenada, siendo generalmente inexperta en cada problema que se presenta. He dejado de pensar en mi futuro sólo porque papá es dueño de la mitad de Manhattan, he estado haciendo lo que quise desde que tengo prácticamente noción del tiempo —bufó llevándose sus manos a la cara—. Estando aquí contigo me doy cuenta que todo es mucho mejor y sano, tu familia te hace feliz, te despiertas con el ruido de los pájaros. La vida parece ir más despacio.

—Oye tranquila —negó Harry—. Yo te comprendo.

—No Harry, no entiendes. La fiesta, la parranda, las cosas peligrosamente estupidas que haces con tantas ganas y al día siguiente no te puedes mirar al espejo... ya no quiero eso para mi, no soportaría que los demás hablen de mi —negó.

Harry pareció comprender. Él pasó por lo mismo, sentirse totalmente solo aún así estando rodeado de personas, era horrible depender de una fiesta, de un vestuario o una foto. Eso era la vida loca, desde el punto de vista de Harry, para Charlie era totalmente confuso y doloroso.

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—¡Qué más da lo que digan los demás! Tú vive tu vida, que nadie va a poder hacerlo por ti. Nadie, excepto tú, pagarás por tus equivocaciones o por tus aciertos. Jamás se te olvide eso, Charlie —Harry exclamó y miró a su novia quien se veía muy cabizbaja aún—. Quiero verte feliz.

Charlie sonrió.

—Tú, tú sólo logras hacer eso —apoyó su cabeza sobre el hombro de Harry y ambos admiraron la belleza de los campos durante unos minutos.

Charlie observó como Harry se subía a la moto y esperaba por ella. Hizo que lo mirase a los ojos y le sonrió.

—Gracias por traerme aquí. De verdad solo quiero estar contigo.

—Eres la primer persona de mi entorno que conoce este lugar.

—Me alegra saber eso y sobre todo serlo.

Harry se lamió los labios y asintió, también estaba perdido en los ojos de Charlotte, y al escuchar como ella le decía que solo quería estar con él, su corazón había logrado derretirse.

—Yo igual quiero estar solo contigo —susurró y apagó la moto.

Charlie sonrió y se puso de puntas para poder besarle la mejilla. Harry se hizo hacia atrás e hizo que Charlie subiera delante de él en la moto. La abrazó de la cintura mientras ella se dejaba caer sobre su pecho. Se quedaron un largo rato así, Harry la abrazaba por la cintura y le besaba el cuello de vez en cuando, mientras ella tenía los ojos cerrados y su espalda afirmada en el torso del muchacho.

Harry se quedó pensando en esos momentos lo mucho que la quería, pensó que si hace un mes le hubiesen preguntado si se imaginaba con Charlotte de esa forma, él simplemente hubiese dicho que no, jamás pensó que las cosas iban a tomar un giro tan inesperado; pero estaba feliz, la tenía entre sus brazos y no dejaría por nada del mundo que se arruine o que alguien se metiese en el medio de ambos, poco a poco se estaban ganando la confianza de los dos, y eso para él era simplemente hermoso.

Al regresar a la casa de la familia, almorzaron papas con cheddar que Anne había concinado, decidieron tomar una ducha y luego de un par de súplicas se subieron al deportivo de Gemma para poder ir al centro del pueblo y finalmente conocer la panadería donde Harry había trabajado de pequeño.

—Estoy muy ansiosa, hubiese pagado por verte ahí —dijo la rubia mientras inspeccionaba las calles de Holmes Chappel.

—Eres muy mala —rió Harry—. Todas las jovencitas del pueblo iban a comprar pan allí solo por verme a mi con ese sexy delantal de cocinero.

Charlotte lanzó una carcajada y pasados unos minutos aparcaron frente a un local con un estilo antiguo e inglés. El cártel en el frente decía "W. Manderville Bakery".

Harry abrió la puerta de Charlie y tomó su mano luego de cerrar aquella. Giró el picaporte marrón del local haciendo que una campanita sonara y a medida que íbamos entrando un mujer rubia con pelo corto y un poco robusta nos recibió al mismo tiempo que anotaba algo en una pequeña agenda.

—Buen día. ¿Qué desea? —Harry miró a Charlie divertido haciéndole notar que la mujer aún no había puesto su vista en alto, al hacerlo, soltó un chillido ensordecedor y corrió hacia el rizado para abrazarlo—. ¡¡Santa madre!! ¡¿Como has estado?! ¡Estás muy flaco, debes comer más! ¿Qué tal la gira? ¡Dios mío! ¡¡Phoebe, ven cariño!!

—Te extrañé más que a mi propia madre —dijo Harry sin dejar de abrazarla—. Estoy bien, he estado muy bien de hecho, no estoy flaco Margaret, me siento bien así. La gira estuvo de maravilla, ahora mismo estoy de vacaciones —suspiró Harry.

—Me alegra mucho tenerte aquí rizos. Te echamos de menos —la mujer que parecía llamarse Margaret desordenó el cabello de Harry riendo y finalmente posó sus ojos en Charlie y le regaló una mirada de dulzura—. Harry, no seas maleducado y preséntame a esta bella muchacha.

—Ella es Charlotte, mi novia —Margaret besó la mejilla de Charlie quien sólo murmuró un "encantada de conocerla" y le sonrió educadamente.

—¿Me llamaste, Margaret? —una chica salió detrás del mostrador con un poco de harina en sus mejillas, inmediatamente los vió se limpió con las manos apuradamente. Era castaña y sus ojos color café. Se quedó totalmente helada al verlo a Harry quien estaba de la misma forma—, oh... hola Harry, no tenía idea de qué estabas aquí.

Charlie pareció darse cuenta de que estos jóvenes ya se conocían.

—¿Cómo estás Phoebe? —el rizado la saludó—. Llegué hace unos días aunque ya debo irme de regreso, hay muchas cosas que hacer.

Phoebe lo miró con desgano y asintió levemente.

—Ella es Charlotte, cariño, la novia de Harry —Margaret habló por Charlie y una sonrisa falsa se formó en los labios de la joven castaña.

—Un gusto.

—El mío —dijo Charlie.

—¿Qué tal si vienen a cenar hoy? Preparé lasaña si es lo que aún te sigue gustando —la mujer le sonrió a Harry y el asintió.

—Como podría decir que no a tan grande propuesta, aquí estaremos.

—¡Asombroso! Phoebe irá a hacer las compras, ¿podrían llevarla al mercado? —preguntó Margaret. Harry se incomodó.

—¡Abuela! —exclamó la joven—. Puedo ir sola, gracias de todas formas Harry.

Luego de haber dicho aquello dió un portazo y desapareció. Margaret se despidió de ambos sin antes avisarles que los esperaba para cenar a las 9 en punto, ni más temprano ni más tarde.

—Que mujer tan agradable —sonrió Charlotte subiéndose al auto.

—Margo es increíble —asintió Harry abrochando su cinturón.

—¿Por qué Phoebe te miraba de esa forma? —preguntó Charlotte sin dejar de ver hacia adelante. Harry tragó saliva.

—¿De qué hablas?

—Harry, es obvio que entre ella y tú pasó algo, te pusiste totalmente pálido cuando la viste salir de la cocina.

El rizado suspiró preparado para explicar todo.

—Phoebe Grant, la única nieta de Margaret Grant. Fue mi primer amor, mi primer novia y mi primera vez. Íbamos a sexto año de preparatoria cuando decidimos ser novios —habló él—. Estuvimos juntos en octubre de 2010 antes de que toda esta locura de One Direction se volviese realidad. La fama nos separó, ella me había dejado en claro que no quería ser "la novia de Harry Styles" y nuestro mánager no quería que salgamos con gente... ya sabes, sin fama. Phoebe está muy dolida hasta el día de hoy, por eso reacciona así al verme, ella cree que no peleé por nuestro amor pero en realidad sufrí muchísimo al alejarme de ella y de aquí —suspiró, aparcó el auto frente a la casa y sin decir más se bajó.

La cabeza de Charlie iba a más de dos mil por hora. Estaba llena de preguntas.

📍Holmes Chappel, Cheshire, UK

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@charlotteomarks: England got me like 🥰🛵

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📍Cheshire, United Kingdom

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@harry_styles: Mucha paz por aquí 🇬🇧
@niallhoran: Con razón despareció, debemos poner orden @onedirection 🤔
@arianagrande: Mm, que lindo verte feliz amigo💖
@justinbieber: Soy el único que cree que están juntos??? @charlotteomarks 🥳
@harry_styles: Cállate, Biebs @justinbieber.